Cuando el Presidente Oró. Daniel 6: Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y

Transcripción

1 Cuando el Presidente Oró Daniel 6: Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes. 11. Entonces se juntaron aquellos hombres, y hallaron a Daniel orando y rogando en presencia de su Dios. 12. Fueron luego ante el rey y le hablaron del edicto real: No has confirmado edicto que cualquiera que en el espacio de treinta días pida a cualquier dios u hombre fuera de ti, oh rey, sea echado en el foso de los leones? Respondió el rey diciendo: Verdad es, conforme a la ley de Media y de Persia, la cual no puede ser abrogada. 13. Entonces respondieron y dijeron delante del rey: Daniel, que es de los hijos de los cautivos de Judá, no te respeta a ti, oh rey, ni acata el edicto que confirmaste, sino que tres veces al día hace su petición. 14. Cuando el rey oyó el asunto, le pesó en gran manera, y resolvió librar a Daniel; y hasta la puesta del sol trabajó para librarle. 1

2 15. Pero aquellos hombres rodearon al rey y le dijeron: Sepas, oh rey, que es ley de Media y de Persia que ningún edicto u ordenanza que el rey confirme puede ser abrogado. 16. Entonces el rey mandó, y trajeron a Daniel, y le echaron en el foso de los leones. Y el rey dijo a Daniel: El Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, él te libre. 17. Y fue traída una piedra y puesta sobre la puerta del foso, la cual selló el rey con su anillo y con el anillo de sus príncipes, para que el acuerdo acerca de Daniel no se alterase. 18. Luego el rey se fue a su palacio, y se acostó ayuno; ni instrumentos de música fueron traídos delante de él, y se le fue el sueño. 19. El rey, pues, se levantó muy de mañana, y fue apresuradamente al foso de los leones. 20. Y acercándose al foso llamó a voces a Daniel con voz triste, y le dijo: Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, te ha podido librar de los leones? 21. Entonces Daniel respondió al rey: Oh rey, vive para siempre. 22. Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen daño, porque ante él fui hallado inocente; y aun delante de ti, oh rey, yo no he hecho nada malo. 2

3 23. Entonces se alegró el rey en gran manera a causa de él, y mandó sacar a Daniel del foso; y fue Daniel sacado del foso, y ninguna lesión se halló en él, porque había confiado en su Dios. 24. Y dio orden el rey, y fueron traídos aquellos hombres que habían acusado a Daniel, y fueron echados en el foso de los leones ellos, sus hijos y sus mujeres; y aún no habían llegado al fondo del foso, cuando los leones se apoderaron de ellos y quebraron todos sus huesos. Un gran misionero cristiano dijo una vez, "Hay que esperar grandes cosas de Dios, hay que intentar grandes cosas para Dios." Hay otro dicho que apreciamos. "La oración cambia las cosas." Me pregunto qué diferencia se sentiría si todos aquellos que ocupen altos cargos realmente le oraran al verdadero Dios. Creo que el mayor poder disponible para nosotros a menudo se deja sin tocar. La Biblia contiene muchas experiencias acerca de respuestas cumplidas a la oración. Tomemos por ejemplo a Elías, quien por sí mismo en el Monte Carmelo, ofreció una oración muy simple para llamar a que el fuego bajara desde el cielo a fin de quemar completamente el sacrificio. Usted lo recuerda, verdad? O como el Apóstol Pablo en su viaje misionero cuando llegó a Filipos y fue echado a la cárcel y sus pies fueron atados al cepo. Pablo y Silas oraron a medianoche y fueron gloriosamente liberados por medio de un acto de Dios. Supongo que hay ilustraciones modernas, de tremendas respuestas a la oración yo estoy seguro de que las hay. Sí, tenemos algunas en nuestros archivos. La gente nos ha escrito y nos ha dicho, "Por favor, oren por mí" y, posteriormente, ellos han escrito y han dicho, "Gracias, porque Dios ha respondido a la oración." 3

4 CUANDO EL PRESIDENTE ORÓ. Bueno, ese es un título interesante y en el pasaje de Daniel que he leído usted encontrará que el presidente oró. Este pasaje es un pasaje favorito de jóvenes y personas mayores por igual. Nos gusta leer este pasaje, ya que dice mucho para nosotros y me gustaría hablar con usted durante unos minutos. De la experiencia de Daniel debemos aprender varias LECCIONES perdurables para seguir buscando a Dios en todo momento. Aprendemos primero de Daniel: La Lección Regular y Persistente. Se nos dice que había oración de Daniel desde la cámara. Debe haber sido que él la frecuentaba a menudo. En todo caso, los que se estaban oponiendo a él sabían dónde encontrarlo en esas horas establecidas y regulares para la oración. Leemos que él tenía la ventana abierta, hacia Jerusalén. Usted podría preguntarse, por qué abrir la ventana hacia Jerusalén? Bueno, Daniel era un buen judío y Dios les dijo a los judíos muchos años antes de Daniel que Él iba a colocar Su nombre en Jerusalén. Por lo tanto, no me sorprende, que Daniel abriera su ventana hacia Jerusalén porque Él estaría esperando dirigirse al Dios que hizo el monte de Sion Su cuartel general, para decirlo de una manera. Hay otra cosa muy interesante acerca de la cámara de oración de Daniel y es que él se ponía de rodillas para orar. Él Se arrodillaba tres veces al día para orar. Recuerdo escuchar a un hombre decir una vez que se había estado apartando del Señor. Su madre había estado orando frecuentemente por él y una vez cuando vino a visitarla ella lo llevó al Señor, pero ella no se quedó satisfecha hasta que él estaba arrodillado en oración. Creo que hay algo en eso, verdad? Por lo menos es una 4

5 postura humilde. Oh, usted puede decir todo lo que quiera acerca de tener su corazón levantado y sus rodillas dobladas pero al menos esta postura es una postura humilde para la oración. Dese cuenta de algo más sobre la cámara de oración de Daniel. Tres veces al día, tres veces al día, él se ponía de rodillas y oraba y daba gracias delante del Dios de los cielos, su Dios. Cuántas veces al día ora usted? Bueno, conozco algunas personas que piensan que si comienzan el día orando eso es todo lo que necesitan, pero Daniel era más inteligente que eso. Ese presidente oraba tres veces al día. Quiero que usted también vea la persistencia de Daniel. Eso él lo hacía exactamente como lo hacía antes. Nada lo iba a hacer cambiar de opinión. Leí en la apertura del versículo 10 del capítulo 6 de Daniel: Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado,... qué fue firmado? Bueno, sus celosos subordinados habían actuado en conveniencia de una manera tal que seguramente pensaban que iban a conseguir sacar a Daniel fuera del camino. Ellos habían logrado que el rey firmara un decreto que nadie podía hacer ninguna petición, elevar una oración o pedirle absolutamente nada a nadie, excepto al rey por un periodo de treinta días. Pero eso no detuvo a Daniel de su oración. Él sabía lo que se había hecho. Usted se da cuenta aquí, que lo que pasó fue que el partido de la oposición había logrado que el alto tribunal legislara sobre la inconstitucionalidad de la oración, usted se da cuenta? Por lo menos usted no debe hacerlo. No, fíjese que usted no va a orar en absoluto, entiendes? Bueno, no hemos llegado tan lejos aquí en Estados Unidos. Simplemente nos limitamos a decir que usted no debe orar en ciertos lugares. Pero eso 5

6 no habría detenido a Daniel. Él sabía exactamente lo que estaba escrito pero continuó siendo justamente como era antes. De hecho, lo atraparon en el acto; si, ellos lo hicieron. El versículo 11 nos dice que entonces aquellos hombres se juntaron, y hallaron a Daniel orando y haciendo suplicas delante de su Dios. Usted sabe a él ni siquiera le importaba. He visto algunas personas que entran en un restaurante o algún sitio así, en una reunión pública, y no quieren comer sin orar por lo cual simplemente más o menos hacen una especie de moción para limpiarse la frente y cierran los ojos un poco, y después empiezan a comer.bueno, ese no habría sido Daniel. Daniel no habría encajado en esa posición. El presidente no habría encajado en esa posición en absoluto. Él era tan persistente que se puso de rodillas allí mismo, como siempre lo había hecho antes y oró tanto que inclusive ellos lo pudieron atrapar en el acto. Me parece que en la actualidad tenemos algunas personas terriblemente débiles. Nos reunimos los domingos por la mañana en la iglesia y cantamos "Atrévete a ser como Daniel, atrévete a ser como Daniel, atrévete a estar firme", pero con una palabra de un alto tribunal en algún lugar nuestros labios son sellados para la oración. Usted no habría encontrado a Daniel actuando de esa manera. No! Él sabía lo que había sido hecho y continuó justamente con su vida de oración. Vamos a aprender la lección de regularidad persistente de parte de Daniel. Podemos aprender una segunda lección. Es: La Lección sobre la Particularidad Fuera de Lugar 6

7 Dijeron en su decreto que nadie podía hscer una petición a cualquier hombre o dios por treinta días a excepción del rey, por lo tanto el rey estaba atrapado por su propio ego. Ellos vinieron donde él, ellos lo tenían todo fraguado, lo tenían todo planeado sobre la forma en que lo iban a llevar a cabo. Ellos vinieron a él, le alimentaron el ego diciéndole: Ahora, oh rey, confirma el edicto y fírmalo, para que no pueda ser revocado, conforme a la ley de Media y de Persia, la cual no puede ser abrogada. Ellos inflaron su ego y lo atraparon en él. Bueno, los celos los llevaron a hacerlo. Ellos estaban celosos de Daniel, ese hombre de los cautivos de Judá. A ellos no les gustaba él. Ellos querían deshacerse de él. Ellos dijeron que sólo había una manera de hacerlo y esa era interponiéndose entre él y su Dios. Si podemos conseguir interponernos entre él y su Dios nos desharemos de él. Así que por medio de la traición ellos lo hicieron. Lo intentaron y el rey estaba atrapado en su propio ego. A propósito el rey estaba atrapado en su propia corte. Él debió haber pensado más cuidadosamente. No debería haber actuado de acuerdo a la emoción del momento. Él debió haber sido más cuidadoso en su orientación, pero ellos lo tenían atrapado. Después que lo tenían atrapado, qué podía hacer? Ellos se acercaron a él y le dijeron, "Ahora mira, hemos descubierto que ese Daniel que es de los hijos de Judá no te presta atención a ti o a tu decreto." Entonces respondieron y dijeron delante del rey: Daniel, que es de los hijos de los cautivos de Judá, no te respeta a ti, oh rey, ni acata el edicto que confirmaste, sino que tres veces al día hace su petición, versículo 13. Usted puede decir que esa era una ley injusta. Sin duda que lo era. Pero bajo los medos y los persas no había manera de revocarla. Todo esfuerzo por parte del rey falló. 7

8 Se nos dice que él se esforzó,... y puso su corazón sobre Daniel para liberarlo; y hasta la puesta del sol trabajó para librarle, versículo 14. Pero no pudo hacerlo. Este truco no pudo deshacerse. Estaba firmado y sellado. Así que allí estaba. Usted ve que el problema fue que habían colocado sus particularidades fuera de lugar. Ellos pensaron que el rey era de tal importancia que debería y podría ocupar el lugar de Dios. Pero Daniel entendió que esa era una particularidad colocada fuera de lugar y por lo tanto, él se negó a cooperar. Él le siguió orando al Dios del cielo como siempre lo había hecho antes. Ningún hombre en un alto cargo debería dejarse atrapar por los que aumentan el ego. Usted los encontrará. Usted los encontrará alrededor, en todo lugar. El hecho de excluir a Dios de la administración pública es estar atrapado por la particularidad colocada fuera de lugar y Daniel se negó a eso. Vamos a aprender una tercera lección de Daniel. Es: La Lección de la Divina Singularidad. Oh, cómo el rey se turbó! Él estaba disgustado consigo mismo. Él de alguna manera estaba determinado a rectificar la cosa estúpida que había hecho pero no pudo porque estaba sellado, como lo dije antes. A él se le fue su sueño. No tenía sueño. Se apartó de él. No tenía manera de conseguir ningún alivio. Durante toda la noche se mantuvo despierto. Creo que debió haber estado caminando de un lado para otro durante toda la noche. "Qué tonto fui. Mi mejor hombre, fue un tonto." Y él se sentía angustiado por Daniel y a primera hora de la mañana acercándose gritó con voz triste a Daniel,...Oh Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, a quien tú continuamente 8

9 sirves, te ha podido librar de los leones? Qué dificultades tenía él, pero el profeta triunfó. El Rey había dicho: "Bueno, quizá Dios hará por ti lo que yo no puedo hacer." Cuando Daniel respondió, dijo: "Mí Dios, envió su ángel. Él no es tu Dios Él es mi Dios. Él cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen daño porque ante él fui hallado inocente en mí; y aun delante de ti, 0h rey, yo no he hecho nada malo. Dios envió a su ángel. Soy inocente." Ahora bien, Dios lo cuidó porque él creía en Dios. Eso es lo que nos dice,... sin importar lo que se había hallado sobre él porque creía en su Dios. Y Dios juzgó a los acusadores de Daniel ese mismo día. No sólo a ellos sino a sus esposas y sus hijos fueron echados en el foso de los leones. Esa es una manera terrible de terminar las cosas, verdad? Pero la lección que usted tiene que aprender, y que está aquí para ser aprendida es la lección de la singularidad divina. Enfoque su atención en Dios, sin importar lo que los demás digan o lo que ellos puedan concebir en su contra. Todas las personas que realmente confían en Dios pueden depender de Su cuidado singular sin importar cuántas fuerzas del mal se le oponen. Por medio de la oración, tenemos acceso a él. Sí, "Dios envió a su ángel y cerró la boca de los leones." Vamos a aprender algunas lecciones de Daniel. Vamos a aprender a mantener nuestros momentos regulares de oración. Vamos a aprender a evitar ser atrapados por la traición. Vamos a aprender a regocijarnos en el cuidado especial de Dios cada día. Por cierto, Cómo cree usted que Daniel habría salido si hubiera dejado de orar? 9