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Julio Alcaraz Prado
hace 6 años
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1 La Mena y Anisilla NEW_OK.indd 3 25/08/15 14:58

2 La Mena y Anisilla Del texto: 1999: Hernán Garrido-Lecca De las ilustraciones: Carlos Malásquez De esta edición: 2015, Distribuidora y Editora Richmond S.A. Carrera 11 A # 98-50, oficina 501 Teléfono (571) Bogotá Colombia Ediciones Santillana S.A. Av. Leandro N. Alem 720 (1001), Buenos Aires Editorial Santillana, S.A. de C.V. Avenida Río Mixcoac 272, Colonia Acacias, Delegación Benito Juárez, CP 03240, Distrito Federal, México. Santillana Infantil y Juvenil, S.L. Avenida de Los Artesanos, 6. CP 28760, Tres Cantos, Madrid ISBN: Impreso en Colombia Impreso por Editorial Delfín Ltda Primera edición en Colombia: octubre de 2012 Segunda edición en Colombia: octubre de 2015 Dirección de Arte: José Crespo y Rosa Marín Proyecto gráfico: Marisol Del Burgo, Rubén Chumillas y Julia Ortega Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, ni registrada en o transmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, de la editorial. La Mena y Anisilla NEW_OK.indd 4 25/08/15 14:58

3 La Mena y Anisilla Hernán Garrido-Lecca La Mena y Anisilla NEW_OK.indd 5 25/08/15 14:58

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5 Para María-Chloé La Mena y Anisilla NEW_OK.indd 7 25/08/15 14:58

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7 Había una vez una tortuga muy pero muy grande: tan grande como un Volkswagen. Se llamaba Filo mena pero le decían la Mena. La Mena y Anisilla NEW_OK.indd 9 25/08/15 14:58

8 10 La Mena era muy elegante y siempre andaba con un sombrero verde limón, en forma de hongo, adornado con dos plumas: una naranja y otra amarilla. Usaba un perfume de lavanda que esparcía según paseaba presumida por las calles de la ciudad. La Mena y Anisilla NEW_OK.indd 10 25/08/15 14:58

Lo que nadie sabía era que la Mena no veía bien y, vanidosa como era, no le gustaba usar gafas. Cómo hacía entonces la Mena para caminar tan tranquila por las calles de la ciudad?

9 Lo que nadie sabía era que la Mena no veía bien y, vanidosa como era, no le gustaba usar gafas. Cómo hacía entonces la Mena para caminar tan tranquila por las calles de la ciudad? He aquí su secreto tan bien guardado : tenía una pequeña amiga, una pequeña pasajera, que la ayudaba. Su pequeña amiga se llamaba Anisilla. La Mena y Anisilla NEW_OK.indd /08/15 14:58

10 12 Anisilla era una tortuga tan chiquitita como una uña y la llamaban Anisilla porque, además de chiquirritita, era marroncita como un granito de anís. Anisilla veía muy bien pero era tan pequeñita que tenía mucho miedo de que la pisasen en las calles de la ciudad. Anisilla vivía en el sombrero de la Mena. Allí, dentro del sombrero en forma de hongo, tenía una casa muy linda: un cuarto con su cama y un gran armario, una sala con dos cómodos sillones y un comedor con una mesa redonda y cuatro sillas. La Mena y Anisilla NEW_OK.indd 12 25/08/15 14:58

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12 La casa de Anisilla tenía cuatro ventanitas: una miraba adelante, otra miraba atrás, la tercera miraba a la izquierda, y la cuarta ventana, a la derecha. La Mena y Anisilla NEW_OK.indd 14 25/08/15 14:58

13 Cuando salían a pasear por las calles de la ciudad, Anisilla abría las ventanitas de su casa y, así, desde el sombrero, le iba diciendo a la Mena por dónde ir para que no se fueran a tropezar. La Mena y Anisilla NEW_OK.indd 15 25/08/15 14:58

14 Como la Mena era tan grande, a Anisilla le resultaba fácil la mayor parte de las veces dirigir a su amiga: desde lo alto, siempre se ve más lejos. Lo más complicado era subir y bajar escaleras. Para subir, Anisilla estiraba el cuello por la ventanita delantera del sombrero, calculaba la distancia entre escalón y escalón y gritaba: La Mena y Anisilla NEW_OK.indd 16 25/08/15 14:58

15 Patita delantera derecha: treinta centímetros más adelante Ahora sí! Patita delantera izquierda arriba Arriba! Ya! La Mena y Anisilla NEW_OK.indd 17 25/08/15 14:58

Patita trasera izquierda va para arriba y Ya! Uf!

16 Corría a la ventana de atrás y seguía: Patita trasera derecha arriba: arriba Un poquito más Eso, eso! Patita trasera izquierda va para arriba y Ya! Uf! Qué trabajo! terminaba Anisilla. La Mena y Anisilla NEW_OK.indd 18 25/08/15 14:58

Bajar escaleras era más fácil y más divertido, pero igual de trabajoso para Anisilla: guiaba a la Mena hasta el borde de la escalera, las dos recogían las patas y Anisilla

17 Bajar escaleras era más fácil y más divertido, pero igual de trabajoso para Anisilla: guiaba a la Mena hasta el borde de la escalera, las dos recogían las patas y Anisilla metía la cabeza dentro del caparazón y bundugún-pun-pum!, se deslizaban escalera abajo, como un patinete, a toda velocidad. 19 La Mena y Anisilla NEW_OK.indd 19 25/08/15 14:58

18 20 Esta faena dejaba la casa de Anisilla como si un torbellino la hubiese pasado por encima. Por eso a Anisilla, bajar escaleras le resultaba casi tan trabajoso como subirlas: le tocaba ordenar todito después. A veces, cuando corría algún viento, las plumas del sombrero tapaban alguna de las ventanitas y putún!, la Mena se tropezaba y ambas se golpeaban y asustaban un poco. Pero se daban un masajito y se consolaban, luego se reían y continuaban su camino. La Mena y Anisilla NEW_OK.indd 20 25/08/15 14:58

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