DERIVA CONTINENTAL - TECTONICA

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María Elena Cordero Toro
hace 6 años
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1 DERIVA CONTINENTAL - TECTONICA EDUCOMPUTACION::.Portal Educativo - Chile La tectã³nica de placas La teorã a de la tectã³nica de placas -descendiente de la teorã a de la deriva continental de Wegener-dice que la corteza terrestre estã hecha de fragmentos en forma de placas de distintos tamaã±os. Las placas se desplazan unas respecto a otras impulsadas por los movimientos de las capas de roca caliente y maleable que se encuentran en el interior del planeta. Las placas tectã³nicas Observa que una placa tectã³nica puede incluir al mismo tiempo corteza oceã nica y continentes. La capa superior del globo terrestre, ocupada por continentes y ocã anos, no es una masa compacta, sino que, a modo de un gran puzzle, estã conformada por bloques o placas tectã³nicas. Se han identificado siete placas mayores y varias menores. Estas placas estã n en constante movimiento, separã ndose unas de otras o chocando entre ellas, de ahã, que los bordes de las placas sean zonas de grandes cambios en la corteza terrestre. Chile se asocia a la placa Sudamericana y a la PacÃ fica, en la cual se encuentra la placa menor de Nazca. La TeorÃ a de las Placas TectÃ³nicas se refiere a la estructura de la corteza terrestre, sus formas externas y sus deformaciones. A travã s de ella se explican las caracterã sticas del relieve submarino actual, como asã mismo su origen. Los fenã³menos volcã nicos y sã smicos estã n relacionados con esta teorã a y se explican por los movimientos de las placas. ( {flvremote} Pero en un comienzo existã an distintas conclusiones: En quã consiste la teorã a de la deriva de los continentes? He aquã lo que dedujo Alfred Wegener de sus estudios y observaciones. Hoy sabemos que algunas de sus conclusiones no son correctas, pero la del movimiento de los continentes sã lo es. ( - La corteza de la Tierra, que es la capa externa de nuestro planeta, estã formada por dos tipos de suelo: el lecho oceã nico, que cubre todo el

2 globo y estã hecho de roca pesada (basalto), y los continentes, que abarcan cerca de 70 por ciento de la superficie de la corteza y que estã n hechos de rocas mã s ligeras (granito). - Las masas continentales "flotan" sobre la capa inferior de basalto. - Las masas continentales se desplazan deslizã ndose sobre la capa inferior de basalto (falso). - Europa, Ã frica y las AmÃ ricas se estã n separando. Por lo tanto, el ocã ano AtlÃ ntico se puede considerar como una falla geolã³gica muy abierta. Por desgracia para Wegener, aunque sus pruebas eran muy convincentes para algunos, nunca pudo decir por quã se movã an los continentes. Para ser una teorã a completa, la deriva continental tenã a que incluir un por quã. Wegener propuso que quizã los continentes se movã an debido a una especie de fuerza centrã fuga, como la que se siente en un carrusel, a la cual llamã³ "fuerza de fuga de los polos". Pero hasta Ã l mismo sabã a que esta hipã³tesis no podã a explicar el movimiento de los continentes. El siguiente paso: la teorã a de expansiã³n del lecho oceã nico En los aã±os 50 los fã sicos P. M. S. Blackett y S. K. Runcorn, trabajando independientemente, se pusieron a estudiar la magnetizaciã³n de las rocas. Ciertas rocas al formarse se magnetizan, y el campo magnã tico que adquieren es una especie de huella que deja el campo magnã tico de la Tierra en la roca. Estudiando estas rocas, Blackett y Runcorn descubrieron que los polos del campo magnã tico terrestre no siempre habã an estado en la misma posiciã³n respecto a los continentes. Algunos geofã sicos empezaron a sospechar que quizã sã era correcta la hipã³tesis de la deriva de los continentes.

3 Rompecabezas geolã³gico Al mismo tiempo, las investigaciones del lecho oceã nico que se estaban llevando a cabo en esa Ã poca revelaron resultados que son como las piezas separadas de un rompecabezas: Las cadenas montaã±osas submarinas eran muy largas y continuas. La cordillera del AtlÃ ntico era ademã s casi paralela a los contornos de los continentes que bordean ese ocã ano. Por la cresta de todas las cordilleras oceã nicas corrã an fallas geolã³gicas continuas que indicaban que los lados de la cordillera se estaban separando. El flujo de calor del interior de la Tierra a la superficie es muy elevado en las cordilleras oceã nicas. En los continentes se han encontrado restos fã³siles de hasta 4000 millones de aã±os de antigã¼edad (las primeras bacterias), pero en los ocã anos la antigã¼edad mã xima de los fã³siles no rebasa los 180 millones de aã±os. AdemÃ s, las capas de sedimento del lecho oceã nico corresponden a una antigã¼edad de no mã s de 200 millones de aã±os, mã s o menos. Alrededor de 1960 el geã³logo estadounidense Harry Hammond Hess reuniã³ todas las piezas de este rompecabezas cuando hizo pãºblica una hipã³tesis que a Ã l mismo le pareciã³ muy atrevida. Hess propuso que por las crestas de las cordilleras submarinas emana magma proveniente del interior de la Tierra. El material de extiende hacia ambos lados de la cordillera, se solidifica y se separa al surgir mã s magma. Al cabo de varios millones de aã±os el material se ha desplazado al otro lado del ocã ano y se hunde nuevamente en el interior de la Tierra, formando profundas fosas marinas. Ã sta es la hipã³tesis de Hess, que explica todos los resultados anteriores como efectos de una sola causa: las cordilleras submarinas son centros de creaciã³n y expansiã³n del lecho oceã nico. Las fosas marinas son zonas de subducciã³n (hundimiento). El suelo continental se conserva, pero la corteza oceã nica se recicla, y nunca dura mã s de 200 millones de aã±os. El rompecabezas geolã³gico estaba casi completo... El golpe de gracia:

4 confirmaciã³n de la hipã³tesis de Hess Las investigaciones del lecho oceã nico que se llevaron a cabo en la dã cada de los 50 revelaron que ciertas regiones del suelo marino estã n magnetizadas en franjas que forman un patrã³n parecido a las rayas de una cebra. La polaridad (norte o sur) de las franjas va de normal en una (igual a la del campo magnã tico actual) a invertida en la siguiente. QuÃ revela este patrã³n de franjas? En 1963, poco despuã s de que Harry Hammond Hess propusiera su hipã³tesis poã tica de expansiã³n del lecho oceã nico, dos jã³venes geofã sicos britã nicos llamados Frederick Vine y Drumond Matthews (y un canadiense independiente, Lawrence Morley, al que nadie le hizo caso) propusieron que las franjas de magnetizaciã³n del suelo marino eran la huella de los cambios de polaridad del campo magnã tico de la Tierra. Si las cordilleras submarinas eran centros de formaciã³n y expansiã³n del lecho oceã nico, cada franja tendrã a la polaridad que tenã a el campo de la Tierra cuando la franja se formã³. Las franjas presentarã an un patrã³n de polarizaciã³n simã trico respecto a las cordilleras. A cada lado habrã a sendas franjas de polaridad normal. Encerrando este sandwich habrã a franjas de polaridad invertida, formadas en la Ã poca del cambio de polaridad mã s reciente. Luego otro sandwich de polaridad normal, seguido de uno de polaridad invertida, y asã sucesivamente, alejã ndose de la cordillera meso-oceã nica. La sucesiã³n de las franjas deberã a concordar, ademã s, con las fechas geolã³gicas conocidas de los cambios de polaridad del campo magnã tico de la Tierra. Entre 1964 y 1966 se hicieron las mediciones correspondientes y se confirmã³ la hipã³tesis de Vine, Matthews y Morley, y con ella la de Hess: el suelo de los mares se forma en las cordilleras meso-oceã nicas, se expande hacia los lados y se vuelve a hundir en la corteza terrestre en las fosas marinas, completando el ciclo en unos 200 millones de aã±os, mã s o menos. Con estos elementos en mano --el movimiento de los continentes y la expansiã³n del lecho oceã nico--, los geã³logos se dieron a la tarea de formular una teorã a unificadora que explicara todos los fenã³menos geolã³gicos conocidos hasta entonces. No todo el mundo estaba convencido de que los continentes se movã an y a lo largo de la dã cada de los 60 hubo varios intentos de demostrar que no era asã. Hoy en dã a, la nueva teorã a, que se llama tectã³nica de placas, estã bien establecida, aunque los geã³logos y geofã sicos todavã a discuten acerca de algunos detalles. El Pangea y la evoluciã³n de los continentes

5 Las costas de AmÃ rica y Africa coinciden casi exactamente. El primero en explicar esta coincidencia fue el cientã fico Alfred Wegener quien postulã³ a principios del siglo XX su teorã a de la deriva continental, segãºn la cual hace unos 200 millones de aã±os habrã an estado unidos todos los continentes, en uno solo que denominã³ Pangea De este Ãºnico gran continente, lentamente se separaron sus partes -primero se formaron dos grandes continentes, Laurasia y Gondwana- hasta conformar los actuales continentes, los cuales, segãºn la mã s moderna teorã a de TectÃ³nica de Placas seguirã an moviã ndose. Fuentes: ( - ( Buscar mã s informaciã³n Introduzca los tã rminos de bãºsqueda. EnvÃ e el formulario de bãºsqueda

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