El calendario. Introducción.

Transcripción

1 Introducción. El calendario Hoy en día nos enseñan desde pequeños que el tiempo se divide en años, los años en 365 días agrupados en doce meses y esa extraña combinación que no cuadra con meses ni con el año que llamamos semana. A pesar de que desde hace más de dos mil años usamos un sistema de numeración basado en el número 10, también nos enseñan que un día tiene 24 horas (o dos partes de 12) y que cada hora tiene 60 minutos de 60 segundos. Todo muy lógico y bien cuadrado! Lo aprendemos y ya está. Es así y punto. Pero cómo hicieron todo esto gentes que no tenían relojes? En realidad, sin instrumentos, la única división natural es la del día. Todos, también los antiguos, tenían conciencia de que la sucesión de horas de luz/horas de oscuridad era un continuo. El resto fruto de la observación y de una herencia interesante. Los números. Nosotros contamos en agrupaciones de 10, por eso decimos que nuestro sistema es decimal. De entre todos los posibles se dice que usamos este porque tenemos 10 dedos. Nuestros números proceden de la India y fueron introducidos en Europa por los árabes en la Edad Media, por eso los llamamos arábigos. Estos números reflejan muy bien este sistema, así 31 es tres veces 10 y uno. Sin embargo, nuestro idioma no lo refleja tan bien, no decimos diez y uno, sino once. No se trata ahora de saber la historia de los números, sino que hay otras posibilidades: contar de 10 en 10 no es la única. De hecho, en la antigua Babilonia no lo hacía, en ese lugar y entonces contaban de 60 en 60. Los babilonios eran excelentes matemáticos y astrónomos y de ellos heredaron los egipcios, que a su vez lo legaron a los griegos y éstos a los romanos, esta manía de dividir las horas en grupos de 60. Para los babilonios la unidad era el segundo. Es por ello que sesenta segundos son un minuto y sesenta minutos una hora. Ahora bien, desconocían la división del segundo. Por eso la división de éste se hace en décimas de segundo y no en sexagésimas de segundo. El récord europeo de los 100 metros está en 9 86, no en De los babilonios y por los mismos caminos heredamos esa extraña forma que tenemos de medir las circunferencias.

2 La observación. Darse cuenta de que después de la noche viene el día y viceversa no es muy complicado. Tampoco que hay épocas con más frío y otras con más calor y que se repiten cíclicamente. Más complicado es saber cada cuántos días se repite el frío, o el calor. Los romanos primitivos tenían un calendario de 300 días que dividían en 10 partes (lógico) de 30. Pero no tardaron en darse cuenta de que no cuadraba bien y de que la primavera no llegaba cuando se esperaba. Estuvieron siglos haciendo apaños. Primero poniendo días que no eran de ningún mes en particular aquí y allá, alargando los meses intentando hacerlo cuadrar. Al final incluso añadieron un mes más y pusieron 31 días a los meses impares. Seguía sin cuadrar la cosa e inventaron otro mes de largo variable que pusieron al final. Los meses se nombraron por los números, pero ya desde antiguo los primeros fueron sustituidos por nombres relativos a dioses. Así Primarius pronto fue Martius, Secundarius Aprilis, Tertius Maius y Quartius Iunius. El resto eran Quintilis, Sextilis, September, October, November y December. No sabemos tampoco cuándo, pero en época temprana de la historia de Roma (la leyenda dice que fue Numa, segundo rey de Roma) los meses postizos pasaron al principio. Que fue en época temprana lo evidencia que no tengan nombre numérico, sino de dios. Gayo Julio César pasó a la historia por muchos motivos. Entre otros porque durante su mandato encargó al astrónomo Sosígenes poner orden en este caos. Aunque fue Sosígenes el que perfiló un calendario de 365 días divididos en doce meses, tal y como lo conocemos hoy, fue César quien se llevó la gloria y por eso conocemos este calendario como Calendario Juliano. Este fue el calendario que rigió el mundo hasta Aunque el calendario de Sosígenes estaba bastante bien, se le habían escapado unos minutos. En efecto, el año real tiene 365 días, 5 horas, 48 minutos y 46 segundos. Sosígenes era un sabio, pero no tenía medios para calcular con tanta precisión y calculó 365 días y 1/4. Es así que esos 11 minutos y pico fueron desajustando el calendario a lo largo de los siglos y el papa Gregorio XIII, tras oír a sabios que habían descubierto estos desajustes,

3 decidió ajustar el calendario. Entre el 46 a.c. (inicio del calendario juliano) y 1582, a 11 minutos al año, habían aparecido 10 días que no debían de estar. Gregorio proclamó la supresión de estos días y todos los países europeos lo acataron, pero no al mismo tiempo. Así, en España después del 4 de octubre vino el 15, pero en Francia vino el 20 de diciembre después del 9. Otros países de la época lo fueron adaptando en años posteriores, algunos muchos años después: Inglaterra lo hizo el 2 de septiembre de 1752, al día siguiente fue A este calendario lo llamamos gregoriano y es el vigente en el mundo occidental 2. Judíos, árabes, chinos y otros pueblos usan otros calendarios. El año La iglesia cristiana colocó la supuesta fecha del nacimiento de Cristo como punto central para contar los años. Es por eso que usamos el antes / después de Cristo para decir que estamos en el siglo XXI. Los agnósticos y ateos usan el mismo calendario pero sustituyen a Cristo por el término Era Común. Los no cristianos, evidentemente, usan otros puntos centrales. Los romanos usaban la también supuesta fecha en que Rómulo fundó Roma como punto central. Esta fecha es el 753 a. C. Así decían en el año 350 después de la fundación de la ciudad o, en latín, Anno CCCL ab urbe condita. Resta 350 a 753 y sabrás el año en la era común, si sale positivo es a.c. y si no d.c. Tenían otro método más complicado, pero lo vamos a ver más adelante. Los meses Ya hemos visto cómo llegaron a tener 12. La mitad están dedicados a dioses (Jano, februa 3, Marte, Apur (Venus), Maya, Juno), la otra mitad, hasta César, iban por números. Por adular, los romanos otorgaron al mes de quintilis el nombre de Iulius y, después, sextilis pasó a Augustus por Octavio Augusto. Durante un tiempo Setiembre se llamó Tiberiades, por Tiberio, sucesor de Augusto, pero le retiraron el mes después de muerto y tuvieron el buen juicio de no seguir hasta que se acabaran los meses. Las semanas Es curiosa la distribución por semanas. No coincide con ninguna otra. Excepto el raro mes de febrero, ningún mes es múltiplo de 7. Tampoco el año. La semana tiene que ver con las fases lunares. 7 días es, más o menos, lo que tarda la luna en cambiar de fase. A partir de este suceso se creó en la Roma tardía una distribución laboral y a cada jornada se le puso el nombre de un dios. La palabra semana procede de septem manes, los siete dioses. Los romanos de época clásica y anterior desconocían el concepto semana. El sol, la luna, Marte, Mercurio, Júpiter, Venus y Saturno son los siete dioses. El nombre del dios unido a la palabra dies da origen a la nomenclatura. Esta palabra podía ir delante o detrás (lunae dies / dies lunae). El origen de los nombres terminados en es en asturiano y castellano es este: Lunae dies > lunes/llunes. En francés no se quedaron con el es, sino con el di: Lunae dies > lundi. También los italianos > lunedi. Los catalanes eran de los de dies lunae > 1 Es conocida la historia de que el 23 de abril es el día del libro porque ese día de 1616 murieron Cervantes y Shakespeare. Sin embargo, no murieron el mismo día, porque Cervantes murió siguiendo el calendario gregoriano y Shakespeare el juliano. 2 Como curiosidad: además de suprimir 10 días, también estableció que los años múltiplos de 100, excepto 400 no son bisiestos, porque ya hemos visto que tampoco son exactamente 11 minutos. 3 Februa no era una diosa. En este raro mes de relleno se celebraban las lupercales, una especie de antroxu en que, entre otras cosas, unos personajes vestidos de lobos (lupus) golpeaban con unas tiras de cuero (februa) a las mujeres para darles fertilidad. Si te suena raro todo esto deberías conocer diversas fiestas de Asturies con personajes como los guirrios, sidros y más.

4 dilluns. Los ingleses hicieron traducción al anglo > Monday, igual que los alemanes al germano > Montag. Podríamos seguir, pero vamos a las excepciones. El Sabbath es el día sagrado de los judíos. Es verdad, se los persiguió y expulsó, pero no hubo inconveniente en usar el nombre de su día sagrado para un día de la semana. Los catalanes con el di delante > disabte. Los franceses con el di detrás > samedi. Los ingleses, siempre a lo suyo, prefirieron a Saturno > Saturday. En latín señor se dice dominus. Y el señor de los señores es el Dominus. El Señor (Dios) dio nombre al día, domenicus. Ya sabéis, el domingo es día de ir a misa. Dios se llevó por delante al dios Sol en la Romania, pero no en Inglaterra > Sunday ni en Alemania > Sonntag. Nada más que por curiosidad, Júpiter es el dios de los truenos y en la mitología escandinava es un tal Thor. Para que hagáis relaciones. Casos parecidos son los otros días ingleses que no cuadran con lo antedicho. También por curiosidad, el castellano es el único romance en el que la r- de viernes está delante de n- (venres(gall), vienres(ast), vendredi(fra), divendres(cat.), venerdi(ita), vineri(rum)). Los días El día tiene 24 horas de 60 minutos. Es una medición arbitraria. El día podría tener 10, 12, 36 o cualquier otro número de horas. La división en 24 proviene de un desdoble de 12. Los romanos dividían la parte del día en que hay luz en doce partes (6 antes de la comida y 6 después). Por qué 12? Volvemos a Babilonia y el 6. Evidentemente las horas romanas eran distintas en verano y en invierno, no eran de 60 minutos. La noche la dividían en cuatro partes u horas. Fue en época cristiana cuando se decidió dividir la noche igual que el día. Resultado 24. Y fue cuando los sistemas de medición de tiempo tuvieron cierta precisión que las horas pasaron a ser todas iguales, haciendo caso omiso de si hay luz o no. Hasta el renacimiento las horas tenían 60 minutos de 60 segundos, el problema era que no había máquina que estableciera cuánto duraba un segundo. Es por eso que en la antigüedad los segundos y, por lo tanto, las horas, eran elásticas, duraban más (las diurnas) en verano y menos en invierno. El día romano. El día (la parte en la que hay luz), como dijimos, se dividía en 12 horas, seis antes de la comida y seis después. La comida del mediodía no era la más importante para un romano, a pesar de esto. Era un tentempié para llegar a la de verdad: la cena. Se hacía en el momento en que el sol está más alto. Antes de la comida era la mañana y después la tarde.

5 Cuando se estableció con medios artificiales (los relojes) una división de 24, la sexta hora pasó a ser las 12. Como curiosidad podemos comentar un par de cuestiones: En primer lugar, actualmente no llevamos la hora solar. En otoño/invierno vamos una hora por delante y en primavera/verano dos (cambio horario anual). Si miras tu reloj la hora real es una o dos menos. Es por eso que la gente mayor suele decir comida de las 12 a una comida que, en realidad, se hace a la una o las dos (actualmente incluso a las tres o cuatro). Son reminiscencias de cuando se usaba el horario según el sol y no según el reloj. En segundo lugar, la palabra siesta tiene que ver con la hora sexta. Era/es una cabezada (un pigazu se dice en Asturies) que se echaba después de comer, a la hora sexta. Volviendo al tema. Antes de comer un ciudadano romano se dedicaba a su trabajo, es decir, acudir al foro o a los foros a enterarse de novedades, tratar asuntos políticos o legales e ir a la compra. Si era de baja condición social seguramente era cliente de algún adinerado y, entonces, se presentaba en su casa a primera hora (al amanecer) para ver si tenía algún encargo o recibir lo acordado por su clientelismo. Luego, según la decisión de patrón, lo acompañaba o no. Los adinerados caminaban siempre acompañados, entre otras cosas para evitar los asaltos, pues en Roma no había nada que se pareciese a una policía. Después de comer se hacía actividad social. Tabernas y, especialmente, las termas, eran los lugares para esto. En caso de ser ciudadano de pocos recursos, esta actividad era vital para conseguir que alguien te invitara a cenar. La noche, dividida en cuatro vigilias (4 horas o partes) era peligrosa. Recuerda que no había policía. El mes Un mes romano estaba dividido en tres partes: las kalendas, las nonas y los idus. Kalenda es el primer día de cada mes y no hay que ser un genio para darse cuenta de que, de este término, procede la palabra calendario. Las nonas eran el día 5 de cada mes, excepto en los llamados meses de marmajuloc (marzo, mayo, julio y octubre) en los que era el 7. Los idus eran el día 13 de cada mes, excepto en los meses marmajuloc, que era el 15. A partir de estas tres fechas se calculaba la fecha siempre hacia adelante. Es decir: Ante diem III kalendas Martias Literalmente tres días antes de las kalendas de Marzo. Diríamos que es el día 26 de febrero. Pero cuidado! los latinos contaban el día final, es decir: (1) 1 Marzo, (2) 28 de febrero, (3) 27 de febrero. Por lo tanto es el 27, no el Como ya hemos visto, los romanos de época clásica no conocían el concepto semana. 4 La cultura romana está por todas partes, si te fijas. Es corriente oir nos vemos dentro de 15 días. Si estamos, digamos, en lunes cuándo es eso? dentro de dos lunes o el martes de dentro de dos semanas? Evidentemente, dentro dos lunes, por qué? Porque contamos el día en el que estamos. 5 Los años bisiestos se añadía un día más a febrero, pero no al final, no el 29, sino un día entre el 24 y el 25. El día 24 de febrero era ante diem sextum kalendas Martias y en los años bisiestos el día que se añadía era el ante diem bis sextum kalendas Martias.

6 El año. Como ya hemos visto los romanos señalaban el año a partir de la supuesta fundación de Roma por Rómulo, en el 753 a.c. También tenían otra forma. En la Roma clásica, en la república, se cambiaba de gobernantes todos los años. Los cónsules (parecido a ser presidente de la república) y los pretores (parecido a ser presidente del gobierno) eran dos distintos cada año. Es por eso que se usaba los nombres de los cónsules (más raro el de los pretores) para señalar un año en concreto: M. Marcelo et P. Scipione consulibus = (el año) en que fueron cónsules M. Marcelo y P. Escipión. Si nosotros tuviéramos un sistema similar, en el que hubiera elecciones todos los años y se eligiera presidente del gobierno a alguien que, además, no podía ser elegido más que una vez, también podríamos usar este sistema: Cuando fue presidente X.