MI EXPERIENCIA DE VOLUNTARIADO DE VERANO

Transcripción

1 MI EXPERIENCIA DE VOLUNTARIADO DE VERANO Hola, mi nombre es Amaia Torres y quisiera escribir unas palabras sobre mi estancia como voluntaria en Perú con COPRODELI. La experiencia ha sido maravillosa, estando allí todo pasa muy rápido y no te das cuenta de la realidad, pero al volver a Madrid, a la vida y rutina habitual, me he dado cuenta de lo poco que se valoran cosas tan simples como la luz, el agua, un baño, una buena alimentación allí las familias tienen muchas carencias, y a pesar de todo, niños y niñas no pierden la sonrisa, practican la hospitalidad, son muy cariñosos y muy agradecidos. Cualidades, que aquí, en la sociedad actual y con esta necesidad de consumismo, creo que las estamos perdiendo. Después de ver esto, te das cuenta de lo bien que vivimos algunos, y encima, para colmo, nos quejamos!! A lo largo de nuestra estancia en Perú, hemos tenido la oportunidad de vivir distintas experiencias, y conocer muchos lugares donde COPRODELI está haciendo su labor. Hemos conocido muchos de sus proyectos. En primer lugar estuvimos en ICA, un lugar afectado por el terremoto de 2007 en el que COPRODELI está montando una urbanización construyendo casas para unas 700 familias. En ella están creando un área industrial para generar puestos de trabajo, un colegio, un centro médico para las familias que habiten la urbanización Allí tuvimos la oportunidad de colaborar ayudando en temas de jardinería. La verdad es que no teníamos mucha experiencia ni conocimientos, pero con las ganas que teníamos todos y la ayuda del señor Pineda conseguimos aportar nuestro granito de arena poniendo grass en zonas de la urbanización. Carretillas, sacos, maderas mil aventurillas que nos hicieron reír e ir afianzando la amistad que estaba por llegar entre el grupo de voluntarios de España que en un principio no nos conocíamos. También nos dedicamos a rellenar bolsitas con abono para futuras plantaciones de semillas, limpiamos el patio del colegio de la urbanización, cargamos sacos, pusimos paredes de madera Una semana de trabajo duro, pero muy satisfactorio.

2 Escribiendo estas líneas no puedo dejar de nombrar a Max, un niño de 5 años que siempre andaba rondando la hospedería en la que vivíamos. Fue el primer niño con el que traté y me transmitió una alegría que me hizo ver que con una simple cometa creada a mano por su papá se podían pasar ratos muy divertidos, sin necesidad de tener el último juguete del mercado. Espero estar en contacto y unida a él durante muchos años. Es uno de los niños que más me marcaron en mi estancia en Perú.

3 Después de nuestra primera semana de trabajo en ICA, aparte de Lunahuana, Paracas e Islas Ballestas, tuvimos la suerte de visitar de Huacachina, un oasis natural en medio de las arenas blancas del desierto. Un rincón del mundo de obligada visita, con un espectacular paisaje, en el que sientes la desconexión, la naturaleza y la belleza de la geografía de Perú. La visita y la sensación quedarán grabadas para siempre en mi memoria, y creo que no me equivoco si digo que para mis compañeros será un lugar inolvidable. La segunda y tercera semana de nuestra estancia estuvimos en la hospedería que COPRODELI tiene en Callao. Al estar en una zona conflictiva de Lima, puede que no fuera el lugar más seguro para un grupo de españoles, sin embargo COPRODELI hizo que todo fuera fácil y nos sintiéramos arropados en todo momento. Empezamos yendo a Pachacutec un asentamiento humano donde COPRODELI está haciendo una labor muy grande con centro médico y centros escolares. Fuimos al colegio de Santa María, a hacer talleres con los niños. Yo hice un taller de máscaras de escayola. Fue una sensación y una experiencia muy gratificante, ya que con algo muy simple y sencillo veías la satisfacción y alegría de los niños. En ese momento me sentía feliz viendo que con muy poco se puede hacer mucho. Los niños, con más o menos recursos, son niños y necesitan jugar, probar, divertirse y para esto estábamos allí. Para estar con ellos y apoyarlos dándoles todo nuestro cariño. Yo también he salido beneficiada, me han enseñado que la sonrisa no cuesta dinero y que simplemente hay que valorar lo que se tiene para ser feliz. Según nos íbamos familiarizando con los niños y las familias fuimos visitando más lo que es Pachacutec, fuera de las instalaciones del centro escolar. Ese momento fue impactante para mí: ver donde vivían, pequeñas casitas de madera, sin aseo ni agua corriente, en las que viven familias numerosas con pocos recursos. Ver que lo

4 poco que tienen te lo ofrecen, porque ellos sí que saben lo que es compartir y que en ningún momento pierden la sonrisa y la fuerza para seguir adelante. El cariño que me dieron fue inmenso y me hicieron sentir admiración por la valentía que muestran ante la vida. Todos nos quedamos enamorados de Pachacutec y repetimos visitas en varias ocasiones para ver a nuestros niños en fiestas del colegio, tardes de domingos y así pudimos ver más su amor por su tierra, su gastronomía, su folclore a través de actuaciones de los niños y su día a día en su vida cotidiana. Todos y cada uno de los niños con los que traté me aportaron algo especial, nunca podré olvidarme de todos ellos: Mario, Raúl, Evelin, Ronald, Santiago, Narumi, Nicole, Bagner Muchas gracias a todos!

5 Pudimos visitar otra cara de Pachacutec, los CAE, Centros de Atención Externa, donde acogen por las tardes a niños de familias desestructuradas, que tienen falta de cariño y atención por parte de su familia y su gente cercana. Por las tardes se juntan allí todos y juegan, hacen deberes escolares, aprenden valores de la vida y a apreciar lo que tienen, conscientes de que no es mucho. De este lugar, el recuerdo que me viene a la cabeza son las miradas de los niños. Esos ojos penetrantes, que con solo una mirada sabes que te piden un abrazo, jugar con ellos, buscan tu complicidad y tu cercanía. Me llamó la atención cómo hermanos mayores cuidan de los pequeños, y conscientes de su situación, unos son el apoyo de los otros. En estos centros sentí que hay mucho por hacer, me hubiera gustado poder estar más tiempo y aportar más cosas. Con el poco tiempo que pude disfrutar de ellos me quedo con sus abrazos, los juegos con ellos, los ratos haciendo deberes y la alegría y lo contentos que estaban enseñándonos los bailes que habían preparado. Creo que estos niños, inconscientemente, con lo poco que tienen llenan de vida a todos los voluntarios. Son admirables!

6 Visitamos otro colegio en Callao, San Agustín de Hipona. Este colegio tenía más recursos que el de Santa María de Pachacutec, no obstante, el agradecimiento y satisfacción de los niños también fue reconfortante. De ellos aprendí que da igual la zona donde vivas, pobre o rica, conflictiva o tranquila los niños necesitan cariño, atención y que juegues con ellos. Allí volvimos a repetir los talleres, yo en concreto el de máscaras de escayola. Esta vez me tocó un grupo de niñas más mayores con las que aparte de las máscaras estuvimos bailando y riéndonos toda la semana. Me enseñaron los bailes que les gustan, la cumbia, letras de canciones entre todas me hicieron sentirme como era yo a su edad en el colegio con mis amigas. Me hicieron volver atrás y ver que los niños son los que realmente saben disfrutar de la vida con una sonrisa. En Callao también tuvimos la oportunidad de ir a otro CAE, yo en concreto fui al de San Vicente. Otra vez, centros con niños que han sufrido mucho desde muy pequeños, pero que están llenos de vitalidad. Al poco tiempo de estar contigo y de conocerte ya te ganas su confianza y quieren jugar contigo, que les ayudes con sus deberes, tienen ganas de aprender y salir adelante. Necesitan de tu cariño y para mí fueron lecciones de vida y de cómo afrontar problemas de una forma vital. Todos me hacían muchas preguntas, tenían muchas inquietudes y querían saber cómo es la vida fuera de Perú y cómo es España. Yo intenté hacerlos ver que es muy importante estudiar, ser buenos y formarse para un futuro. Espero que no se olviden de mis consejos y los lleven a la práctica. Me ha encantado compartir este mes de Agosto 2012 con todos los niños. La pena es que es poco tiempo, aun y todo, estas semanas me han hecho ver que aquí todavía queda mucho por hacer, y que si todos aportamos nuestro granito de arena, esto puede mejorar y en un futuro podrán vivir con las condiciones necesarias sin lujos, pero sin carencias. Yo de corazón os digo

7 que esta oportunidad que se me ha brindado nunca se me olvidará y que me gustaría volver a repetir, estando vinculada a COPRODELI en todo lo que me necesiten. Me ha llenado y al mismo tiempo creo que me ayudara a llevar mi vida habitual en España. En un mes, no da tiempo a mucho, pero el pequeño granito de arena que haya podido aportar ayudara a que este proyecto siga adelante y se ayude a todas las familias necesitadas de Perú. No puedo terminar de contar mi experiencia del voluntariado en Perú sin nombrar a mis compañeros: Greich, Olga, Toni, Guille, María y Maru. No me podría haber imaginado un grupo mejor. Hemos sido todo compañerismo en el día a día, apoyo en los momentos críticos y difíciles. Situaciones tensas, emocionantes o complicadas con vosotros no han supuesto mayor problema y juntos las hemos superado y hemos encontrado soluciones. Nos hemos reído mucho, hemos llevado esa complicidad hasta el final y el viaje de la última semana por Perú, gracias a vosotros se ha convertido en uno de los mejores viajes que he hecho hasta ahora. Gracias por haber hecho que para mí esta experiencia sea inolvidable en todos los sentidos. Sé y soy consciente de que me llevo seis amigos que pueden contar conmigo para lo que necesiten. Agradecer también a Gus, desde España la oportunidad que me dio al seleccionarme para hacer el programa con COPRODELI, a súper Marlith desde Perú, por acompañarnos en toda nuestra estancia, una persona admirable, y volcada al 100% en la ayuda humanitaria que lleva a cabo COPRODELI, nos ha hecho la vida en Perú de lo más agradable. Por último al Padre Miguel, persona con un corazón enorme que ha dedicado la mayor parte de su vida a llevar a cabo un proyecto muy grande que está ayudando a muchísimas familias. Con sus ideas, conocimientos e iniciativa está logrando que Perú, poco a poco sea un país con una buena enseñanza y buenos valores. Espero llevarlos siempre conmigo y que esta amistad y este vínculo no se acabe nunca. Me despido con un fuerte abrazo

8 Amaia.