Oda a la vida. Esculturas de Guillermo Hernández. Inauguración miércoles 10 de marzo a las 11:00 a.m. Vestíbulo del edificio administrativo A

Transcripción

1 Oda a la vida Esculturas de Guillermo Hernández Del 4 de marzo al 15 de abril. Inauguración miércoles 10 de marzo a las 11:00 a.m. Vestíbulo del edificio administrativo A

2 Portada: Dulde compañía. Talla directa en mármol. 52 x 34 x 18 cm. Año Presentación Guillermo Hernández González nace en Heredia, en el año de En 1987, obtiene la Licenciatura en Artes Plásticas con énfasis en Escultura en la Universidad de Costa Rica. Se dedica a la enseñanza del arte y actualmente se encuentra jubilado y dedicado únicamente a la escultura. Ha participado en numerosas exposiciones individuales y colectivas, así como en varios simposios de escultura en piedra y madera a nivel nacional. Su última exposición individual la realizó en la UNIBE, Tibás, San José en el año 2014 y su última exhibición colectiva la realizó entre enero y febrero del 2016 en el Banco de Costa Rica, San José. Entre sus obras importantes podemos citar: Reposo, talla directa en laca volcánica que forma parte de la colección de arte público de la Universidad de Costa Rica y el proyecto escultórico titulado Alianza, en bronce de 1.6 mts. de altura el cual se encuentra en Richfield Minnesota, E.E. U.U. En la exposición del 125 Aniversario de la fundación del Hospital San Vicente de Paúl de Heredia, expuso su obra November-15, escultura en metal con pátina de 2,10 metros de altura, en la que plasma una experiencia personal. La Vida. Talla directa en piedra. 34 x 34 x 21 cm. Año Este escultor es un incansable investigador en el campo de las artes plásticas, tanto en lo conceptual como en lo técnico. Frecuentemente, incursiona de la acuarela al óleo y el mayor tiempo hace esculturas en piedra, madera, resina, metal o técnicas mixtas. En sus diferentes manifestaciones, integra, con toda transparencia, su personalidad con su quehacer artístico cargado de vivencias, de cuestionamientos, de lenguajes, en muchos casos, de tendencias surrealistas y otras con reminiscencias precolombinas. Todas ellas cargadas de grandes valores estéticos. En esta exposición, Guillermo se nos presenta nuevamente como uno de los grandes artistas

3 costarricenses, heredándonos ese gran legado propio de él, lleno de entusiasmo, interrogantes, fuerza, magia, meditación y poesía. El ocaso del Chamán Talla directa en piedra. 40 x 15 x 12 cm. De acuerdo con el autor: Esta exhibición es un conjunto de esculturas elaboradas con la técnica de la talla directa con las que el artista pretende rendir un homenaje a la vida y al disfrute del arte, maravillado por el don de los elementos, la angustia existencial y el bálsamo espiritual que ofrece el quehacer artístico. Los espectadores compartirán la visión particular de lo contemplado pues, la fuente de inspiración se remonta a la cosmogonía de la América precolombina y a la herencia de la imaginería de la colonia en una amalgama del realismo mágico-religioso. Surgen así, seres alados, heraldos o mensajeros, personificaciones de los elementos que evidencian una Oda a la Vida. Lic. Emilio Argüello Escultor Profesor Emérito de la UCR. Agradecimiento Deseo agradecer al Eterno Creador por la vida y la oportunidad del disfrute del trabajo artístico, a la vez, hago extensivo un reconocimiento a dos exdirectores de la Escuela de Artes Plásticas de la UCR: Dr. Domingo Ramos Araya y Lic. Juan Emilio Argüello, quienes con sus sabios consejos y enseñanzas me permitieron culminar mis estudios académicos. Guillermo Hernández.

4 Oración. Talla directa en piedra. 40 x 24 x 12 cm. Guillermo Hernández, escultor. El arte de esculpir como lenguaje del alma y reflejo de las ebulliciones del mundo interior no es tarea fácil para quienes desean expresarse y comunicarse seriamente con una sociedad dispersa, inmersa en su intento de vencer los vientos de sus propios afanes, donde el tiempo carnicero como dice Octavio Paz sostiene su férrea y perenne mordida, que no da tregua para un idioma tan íntimo y personal. El escultor se distingue, desde siempre, por su decidida tenacidad y compromiso con el mundo que, unas veces, lo embeleza; otras, lo zahiere y lastima, cuyas heridas se transforman en surtidores que irrigan la creatividad. El arte, fruto de las sociedades que lo generan, puede brotar entonces como el rugir del viento o como un grito que señala nuevos horizontes por conquistar. Todos los pueblos han dejado mediante el arte la esencia de su propio sentir en los tiempos. Nuestro país, en este campo, ha sido prolijo desde sus culturas precolombinas, inspiración para muchos escultores, tallistas y modeladores que plantean sus dilemas e ideales con veracidad, ya sea apegados a la vena realista o aventurándose hacia los ideales de la renovación, como lo expresa Luis Ferrero A. en su libro Escultores costarricenses. Guillermo Hernández, escultor costarricense contemporáneo, realizó sus estudios en la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Costa Rica. Vive la pasión de la vida que se transforma en fuente creadora, creación vital que recoge raíces mágicas del arte precolombino costarricense, al que arropa con su propio sentir del mundo y la naturaleza. Se aferra a la materia que talla o esculpe y, no pocas veces, ensambla por necesidades semánticas muy concretas y personales. Lucha y cabalga la figuración hasta los linderos de lo abstracto, pero no la abandona, quizá por la misma intuición de los grandes maestros universales de que la figura humana es el más apropiado de los vasos para verter las esencias del sentir humano. Más que competir con la materia, las formas que esculpe Hernández dialogan con ella acariciándola ávida, pero respetuosamente; sabedor de que el artista y la naturaleza son parte de ese todo que se llama Universo, donde es preferible sugerir que imponer. Aunque sus resplandores sean diferentes, sus obras encarnan un tácito misterio que, tal como las estrellas, forman parte de un legado ancestral. Más que un afán esteticista, sus obras son regidas por un ideal o necesidad de comunicar, de decir, de manifestar; renuncia al virtuosismo y al verismo, en aras de su propia razón de SER y de participar del privilegio de la existencia. Tenaz y sincero, comprometido y pujante, entre las mil peripecias de un medio ambiente hostil, Guillermo Hernández ha tallado un sendero que trasciende empinados y valiosos horizontes en la historia del arte costarricense. Las obras que hoy expone, en la Universidad de Costa Rica, muestran el mágico mundo espiritual de un gran ser humano, cuyas formas encarnan el misterio de la vida y se hacen canto de amor y esperanza. Dr. Domingo Ramos Araya. Plenilunio Talla en basalto. 60 x 16 x 8 cm.

5 Dr. Henning Jensen Pennington Rector M.Sc. Roberto Salom Echeverría Vicerrector de Acción Social M.A. Euclides Hernández Peñaranda Director de Extensión Cultural Créditos Textos: Emilio Argüello y Domingo Ramos. Curaduría: Emilio Argüello, Domingo Ramos y Luis Paulino Delgado. Montaje: Luis Paulino Delgado. Corrección de estilo: Lilly Díaz Gamboa y Nicole Cisneros Vargas Diseño: María de los Ángeles Quirós Porras, ODI. Sofía Talla directa en guachipelín. 20 x 40 x 40 cm. Año Vicerrectoría de Acción Social