TODOS LLAMADOS A SER SANTOS Mateo 5, 1-12

Transcripción

1 TODOS LLAMADOS A SER SANTOS Mateo 5, Introducción. Queridos hermanos y hermanas, compañeros y compañeras de camino, y todos los que abren esta página en la Web. Nos ubicamos en el contexto de la fiesta de todos los santos, con ella abrimos el mes de Noviembre en el cual termina el Tiempo Ordinario del ciclo litúrgico con la fiesta de Cristo Rey del Universo; (domingo 23) y se inicia el nuevo año litúrgico con el Tiempo de Adviento (domingo 30), que nos abre a la Esperanza de la segunda venida del Señor y nos prepara a la celebración de la Navidad. Celebrar la fiesta de todos los santos y santas, significa recordar y proclamar la santidad de Dios y su proyecto de vida propuesto para su pueblo escogido: Seréis santos, porque yo, el Señor vuestro Dios, soy santo (Cf. Lev 11,14; 19,2; 1Pe 1,16). Esta exigencia y proyecto de santidad, es retomado por Jesús, en el Sermón de la montaña: Por tanto, Sed perfectos como es perfecto vuestro Padre del cielo (Mt 5,48). Por el Bautismo, hemos sido consagrados a Dios y entramos en su esfera de santidad a participar de su vida y de su gloria, esto es, de su santidad. Nos corresponde a nosotros/as abrirnos a su acción transformadora y acoger la salvación ofrecida, capaz de transformar nuestra fragilidad en gracia como proyecto de vida. Esto es lo que hicieron los santos. Ellos, fueron hombres y mujeres plenamente felices de haber vivido su vida en una búsqueda constante de la Voluntad de Dios, al servicio de su prójimo. Encarnaron en su ser el proyecto vivido y ofrecido por Jesús de Nazaret al iniciar el camino de formación de sus discípulos. El evangelista Mateo abre este camino con el discurso del Sermón de la Montaña. Ellos, ofrecieron y continúan ofreciendo a toda la humanidad la inmensa posibilidad de ser felices. En estos dos últimos años el papa Francisco ha proclamado la santidad de 847 hijos e hijas de la iglesia y los ha propuesto como modelos a seguir, entre ellos personas muy cercanas y familiares para nosotros: Madre Laura Montoya, los Papas: Juan XIII, Juan Pablo II, Pablo VI. Esto, cual nos llena de alegría y acción de Gracias. Los hombres y mujeres de hoy, igual que los de todos los tiempos, somos portadores de la impronta de Dios. A ello, obedece la sed de felicidad que anhelantes buscamos muchas veces por caminos equivocados. Yendo en pos de la vanidad se hicieron vanos me dejaron a mí, manantial de aguas vivas, para hacerse cisternas, cisternas agrietadas que el agua no retienen (Jer. 2,5b.13). Todos los cristianos, mujeres y hombres consagrados por el bautismo, estamos llamados por Dios, a ser faros de luz para iluminar y mostrar a los demás hermanos, que es posible ser felices porque en Dios está la fuete viva y su luz nos hace ver la luz (Sal 35,10). En este contexto de la celebración de la santidad de Dios manifestada en la santidad de la Iglesia, quiero invitarlos e invitarlas a adentrarnos en el espíritu de las Bienaventuranzas, camino de la felicidad propuesto por Jesús. Seguramente el texto lo podemos recitar de memoria y muchas veces nos hemos acercado a él en profundidad, pero hoy él reviste un nuevo sentido porque la Palabra de Dios, como Dios mismo, es siempre antigua y siempre nueva.

2 LOS PASOS A SEGUIR LEER Leo y releo el texto intentando que éste, penetre mi mente y mi corazón. Mateo 5, Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. 2. Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo: 3. «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. 4. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. 5. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. 6. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados. 7. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. 8. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. 9. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. 10. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. 11. Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. 12. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros 3. MEDITAR

3 En Este paso es necesario adentrarnos en el texto. Lo cual exige varios pasos: a) Estructurar el texto. Ver si como lo tenemos hoy constituye una unidad o existen inclusiones que corresponde a otro momento o a otro texto. b) Ver el contexto en el cual nació. Las circunstancias que rodeaban la comunidad destinataria que provocó en el autor la necesidad de escribir para promover la acción salvífica de Dios; el objetivo para lo cual se escribió esto es: que es lo que el autor sagrado está promoviendo en los lectores u oyentes del texto. c) Ver las relaciones del texto con otros textos ya sea del antiguo como del Nuevo Testamento y sus diversas connotaciones. d) Descubrir el sentido literal y teológico de los términos empleados en el tiempo en el cual fue escrito el texto. e) Confrontar la realidad de ayer con la realidad de hoy para vislumbrar lo que el Señor dice hoy a su pueblo, partir del mismo texto. aquello que el Espíritu suscita en nuestro interior, que nos permita iluminar la realidad personal y social. OJO! Este paso de estudio disciplinado e investigativo del texto es esencial en la lectio divina. Si te lo saltas simplemente habrás hecho un reflexión posiblemente de orden moral pero no podrás descubrir la riqueza, la novedad y la fuerza de la Palabra de Dios. Lo que a continuación vas a encontrar es un acercamiento a estos pasos; esto, de ninguna manera agota las posibilidades del texto y mucho menos lo que Dios tiene para sus fieles, ellas, son infinitas según las circunstancias y la búsqueda de cada orante del texto. a) Estructura del texto. El texto de Mateo 5,1-12, es una unidad literaria. La perícopa abre el Sermón de la montaña en el cual el evangelista va a presentar a Jesús como el Nuevo Moisés que lleva a plenitud la Ley y los Profetas. Se trata del Sermón que inaugura la nueva economía del Reino de los cielos en la novedad absoluta del Jesús de Nazareth que nos lleva a discernir y a optar en la en la vida cotidiana, por una nueva manera de comprender el sentido de la Ley. Él, es el portador de la Buena Nueva del Reino de los cielos ; Él, encarna en su persona el Reino, y al mismo tiempo lo propone no sólo como una realidad de futuro metafísico, sino como un hecho que se hace presente en el aquí y ahora de la historia. En el evangelio de Mateo, Jesús, es presentado como el nuevo legislador, Mesías, Profeta y Maestro, e inicia su discurso revelando su proyecto existencial de vida, el cual constituye el horizonte de plenitud de realización del ser humano que se hace discípulo del Reino de los cielos

4 El texto está organizado en tres planos: Vv. 1-2 Introducción. Ubicación del contexto geográfico y circunstancial del discurso y actitudes fundamentales de los personajes. Vv Ocho bienaventuranzas que señalan la verdadera felicidad según los criterios del Reino de los Cielos. Vv Síntesis que amplia y recoge a manera de conclusión la Bienaventuranza a cerca de la Justicia (versículo 6 y 10) b) Contextualización del texto En relación con el texto mismo: La perícopa está ubicada en la sesión discursiva de presentación de la nueva economía del Reino de los cielos que Jesús viene a inaugurar. En sus viajes misioneros, Jesús se ha encontrado con la dura realidad de su pueblo, a todas las personas y en las diversas formas de su sufrimiento. Él les ha hecho experimentar la Buena Nueva del Reino (Cf. Mateo 4,23-24). La multitud sanada no vuelve a casa inmediatamente sino que se deja educar por Jesús en la vida nueva que para ellos ha comenzado. El texto inmediatamente anterior, nos muestra la admiración que Jesús despierta en las muchedumbres. En el texto se percibe una estrecha relación entre la escena de sanación que aparece en 4,23-25 y el proceso de formación discipular que se inicia en el capítulo 5-7: La vida nueva no solo se recibe como una gracia (Indicada en los milagros de las sanación) sino que es preciso aprenderla; hay que darle cuerpo a la vida nueva, y darle estructura a la conversión. Este es el sentido del discurso de Jesús que se abre con la proclamación de los nuevos criterios acerca de la verdadera felicidad. Jesús va a exponer el pensamiento de Dios acerca de la bienaventuranza para los seres humanos. Creo que es necesario relacionar este inicio del camino discipular (5,7) con el final del evangelio en el capítulo 28, En este final desemboca el sentido del camino iniciado. No se sigue a Jesús sólo para estar con él; la finalidad de hacerse discípulo tiene su razón de ser en el envío misionero rompiendo los esquemas locales y excluyentes del pueblo judío para abrirse a todas las naciones. Ellos, cargados del poder y de la asistencia del Resucitado serán sus testigos hasta los confines del mundo con la certeza que Él les acompañará hasta el fin de los tiempos.

5 Relación con el contexto histórico de la comunidad: En los estudios anteriores hemos visto algunos elementos característicos de la comunidad de Mateo. Hoy nos detendremos en otros que nos permitirán comprender el por qué, de este discurso y el objetivo que se propone el autor sagrado al presentarlo. La comunidad de Mateo conformada fundamentalmente por judíos que han abrazado la fe en Jesucristo se haya en un proceso de definir su nueva identidad como comunidad de creyentes en Jesús Como Hijo de Dios y Mesías; en primer término ellos, necesitan encontrar en este proceso de identificación el cumplimiento pleno de las Promesas hechas por Yahvé Dios de Israel a los patriarcas y al pueblo de Israel con el fin de reencontrarse a sí mismos, como Nuevo Pueblo de Dios. En este discurso inaugural ofrece elementos fundantes de esta nueva manera de ser Pueblo santo de Dios. c) Relación con otros textos y sentido teológico de algunos términos. Viendo a la muchedumbre Se trata de un ver dinámico, continuo, contemplativo de la situación de la muchedumbre. Este ver de Jesús se relaciona con el Ver de Yahvé en el texto de Ex Dios ve en profundidad, penetra la realidad y la capta de tal manera que este ver pone a funcionar las fibras más profundas de su misericordia He visto la aflicción de mi pueblo ese ver de Dios lo pone en movimiento de acción: he bajado para liberarlo. Jesús viendo a la muchedumbre se pone en acción, en movimiento, en favor de esa muchedumbre. Subió al monte. Teológicamente el sentido de subir al monte" o a la montaña es un término cargado de profunda significación espiritual. La montaña o el monte a lo largo de la teología bíblica significa lugar de encuentro con Dios. Es en el monte Sinaí, en el Horeb donde Moisés se encuentra con Dios, allí él vive la experiencia de la Zarza ardiente y recibe el llamamiento y el envío para liberar al Pueblo de la esclavitud; Allí mismo más tarde volverá a tener la experiencia de la Alianza de Yahvé Dios con el pueblo de Israel y de recibir las tablas del decálogo; también es allí donde el profeta Elías, va a experimentar el paso suave y susurrante de Dios. Los evangelios con alguna frecuencia nos presentan a Jesús como el que aprovecha la noche para retirarse a orar a solas en el monte. (Cf. Luc. 6,12; 21,27; 22,39; Mt. 14,23; 15,29; 17,1; 24,3; 26;30; 28,16; Mc. 6,43; Jn. 6,15;). Se sentó : Sentarse en medio de la asamblea en el sentido bíblico, manifiesta autoridad, ya porque es juez o porque es Maestro. Jesús se sienta en la montaña y se pone a enseñar. Él es el Maestro, que trae una nueva manera de comprender a Dios y de alimentar al Pueblo con su Palabra. Enseña con autoridad es la expresión de quienes lo escuchan. Sus discípulos lo llaman Maestro (Mc 4, 38; 9, 38; 10, 35; 13, 1; Jn 11, 28) enseña, en el lago (Lc. 5, 3), en las ciudades y pueblos (13, 22; Mc 6, 6) en el templo (Mc 12, 35; 14, 49; Lc. 19, 47; 21, 37; Jn 7, 14; 8, 20) y lo hace con autoridad (Mc 1, 22; Mt 7,29; Jn. 7,46;). Todo el Sermón de la Montaña, es una manifestación de la absoluta autoridad de Jesús.

6 Bienaventurados. Este es el eje de todo el discurso de Jesús, en el cual presenta la nueva economía salvífica del Reino de los cielos que él, viene a inaugurar en el mundo y del que es portador y garante. El término procede del vocablo griego Makários que significa feliz en el sentido pleno y refiere una dicha insuperable. Las bienaventuranzas son el Proyecto de vida de Jesús, hacia donde las personas y las comunidades que lo acogen deben estar permanentemente orientadas. Jesús llama a la realización plena del ser, hacia la verdadera felicidad. Las bienaventuranzas no son normas morales que el cristiano debe alcanzar a base de esfuerzo ascético; más bien son valores que están ahí dentro del ser humano y que éste, debe desarrollar, dejar crecer. Me parece oportuno compararlo con una semilla que está sembrada en el campo y que a medida que esta va encontrando ambiente propicio va creciendo y se va reflejando en las personas. La persona solo tiene que vigilar para que otras semillas no la ahoguen. Es el mismo Reino de Dios, actuando en nosotros a la manera del fermento en la masa. La Bienaventuranza en la biblia corresponde a Dios; es su gloria, su santidad su belleza, su plenitud. Él es la fuente de la bienaventuranza la felicidad misma. La bienaventuranza como el amor y la Verdad vienen de Dios, es Dios mismo. La bienaventuranza de los seres humanos creados para ser santos, para ser felices, procede de la solicitud y ternura de Dios que se inclina hacia los hombres y mujeres para compartir con ellos su propio ser haciéndoles partícipes de su divinidad. (1) VALORES QUE SE PROMUEVEN Y LA PROMESA DE FELICIDAD A cada valor corresponde una promesa de felicidad. Veámoslas! VALOR Pobreza evangélica Mansedumbre Acogida de los reveses de la vida (lloran) Hambre y sed de justicia Misericordia Transparencia de corazón Trabajo por la paz Asumir las consecuencias de optar por el reino (Persecución a causa de la justicia). PROMESA Reino de Dios Posesión de la tierra La consolación de Dios Saciedad. Alcanzarán misericordia Visión beatífica de Dios La filiación divina Gran recompensa en el cielo.

7 Después de meditar el texto, me abro a la acción transformadora del Espíritu. Me dispongo en la actitud del discípulo que se acerca para escuchar lo que el Señor dice a mi vida personal y comunitaria a partir del estudio realizado. No se trata de hacer o de recitar una fórmula, más bien es el ejercicio de confrontación, de reconocer la acción del Espíritu en mi vida y en la vida de la comunidad, de detectar los pasos de conversión que a la luz de la Palabra, descubro. Escuchar a Dios, acoger sus sugerencias, permitirle que el oriente mi vida y la vida de la comunidad. Abrirme a su santidad para que él por su gracia y su misericordia ilumine mi pecado y fortalezca mi fragilidad. Empeñarle mi palabra para que él siga acompañando mi existencia y moldeando mi mente y el corazón. Agradecer, Bendecir, Actitud profunda de admiración, Silencio habitado, abandono en la comprensión de la Beatitud de Dios ofrecida en gratuidad a todos los humanos. Contemplar como Santo Domingo la realidad del mundo sumergido en el pecado y llamado a la santidad, frente a él la misión de la Iglesia y mi aporte en ella. Reconocimiento de la bondad y donación de Dios en Jesucristo en quien se nos revela el sentido final y definitivo de nuestro ser de la existencia humana, del mundo creado y de la historia. Adoración y glorificación a la fuente de la santidad que es camino de felicidad y que se derrama sobre el mundo por el Espíritu en Jesucristo el Señor. Nos hiciste Señor para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti (San Agustín de Hipona)