OCTAVARIO DE ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS 2009

Transcripción

1 Conferencia Episcopal Peruana Sociedad Bíblica Peruana OCTAVARIO DE ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS 2009 «Oren en todo momento» 1 Tes 5,17

2 PRIMER DÍA Oren en todo momento (1 Tes 5,17) Tesalónica (hoy Salónica), capital de Macedonia, recibió el Evangelio en el segundo viaje apostólico de San Pablo. El Apóstol les escribe para confirmarlos en la fe, porque la perspectiva de la inminente venida del Señor los ha llenado de zozobra y les quedan restos de costumbres paganas. La comunidad de Tesalónica debería estar formada por cristianos cuyas relaciones estén basadas en el Evangelio, es decir, en Jesucristo. El apóstol invita a vivir en paz unos con otros y a tener actitudes caritativas hacia el prójimo, incluyendo a los débiles. Para lograrlo, Pablo aconseja orar en todo momento. Los cristianos en búsqueda de la unidad, meditamos la Palabra de Dios para descubrir su voluntad respecto de nosotros. Es Cristo quien vive entre nosotros, de modo que la llamada a orar en todo momento nos pone en la línea de su intercesión eterna ante el Padre Que todos sean uno, como nosotros,... para que el mundo crea Nuestra oración refleja la esperanza de que un día el Señor responderá a nuestra invocación. Señor de la unidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te pedimos sin cesar para que todos los seguidores de Jesucristo seamos uno como tú eres uno. Padre, oye nuestra llamada cuando te buscamos. Cristo, condúcenos a la unidad que deseas para nosotros. Espíritu Santo, alienta nuestra oración y nuestra esperanza. Amén

3 SEGUNDO DÍA Den gracias a Dios por todo (1 Tes 5,18) La oración se basa en la confianza de que Dios es poderoso y fiel, Sólo él abarca todo, el presente y el futuro. Su Palabra es creíble y verídica. Tanto en la vida personal como en la vida de la comunidad, encontramos circunstancias difíciles, incluso momentos de gran agitación. A veces nos parece que Dios se oculta, pero nunca está ausente; él manifestará su poder para librarnos en medio de nuestras luchas. Esta es la razón por la que le damos gracias en toda circunstancia. En el relato de la resurrección de Lázaro Jesús ora agradeciendo, ora al Padre que siempre lo escucha. El camino ecuménico nos hace tomar conciencia de las acciones maravillosas de Dios: comunidades separadas se encuentran, descubren que su punto de unidad es Cristo; todos se descubren hermanos, porque seguidores de Jesucristo. Por eso nuestra oración debe agradecer a Dios, que nos hace ver cuánto nos necesitamos unos de otros. La reconciliación y el camino de unidad son dones que nos vienen de lo alto. Dios, Padre nuestro, escucha la oración de tus hijos. Acrecienta nuestra fe y nuestra confianza en ti. Enséñanos a darte gracias en toda circunstancia, a tener confianza en tu misericordia. Danos la verdad y la sabiduría, para que la Iglesia de Jesucristo nazca a una nueva vida en la comunión. Tú sólo eres nuestra esperanza. Amén.

4 TERCER DÍA Animen a los que están desanimados, ayuden a los débiles (1 Tes 5,14) En el origen y en el corazón del ecumenismo, se encuentra una llamada urgente al arrepentimiento y a la conversión. Es necesario saberse animar mutuamente en nuestras comunidades, pero también es necesario saber mirar nuestras debilidades y flaquezas, para que el Señor sane nuestros corazones orgullosos, que se resisten al diálogo sincero. Así podremos mirar también las debilidades de los otros, para poder animar y sostener. Seamos concientes de que las divisiones entre los cristianos provienen en parte de la falta de conocimiento mutuo, tal vez por el temor de acercarnos al otro que es distinto, que no pertenece a mi comunidad. En este texto Pablo hace un ruego a su comunidad, la cual debe identificarse por su manera de vivir, sobre todo por estar unidos como hermanos. Una comunidad cristiana no revanchista, sino que da testimonio de la fe en Cristo, tanto dentro de ella como hacia afuera. Señor, Padre nuestro, tú nos enseñas la sabiduría en lo hondo del corazón. Enséñanos a animarnos mutuamente en los caminos de la unidad. Muéstranos los pasos de conversión que debemos dar para la reconciliación. Da a cada uno un corazón renovado, un corazón verdaderamente fraterno y ecuménico. Amén.

5 CUARTO DÍA Estén atentos de que ninguno devuelva mal por mal; al contrario esfuércense por hacer siempre el bien unos a otros y a todos (1 Tes 5,15). Dios oye el grito de los oprimidos, de los necesitados, del huérfano y de la viuda. Nuestro Padre es un Dios de justicia y responde a nuestras oraciones a través de su Hijo Jesucristo. Nos lo recuerda Pablo en este texto. Los cristianos deben oran sin cesar por la justicia, para que toda vida humana sea tratada con dignidad y reciba lo que le corresponde. Justicia es también inclusión de aquellos que son marginados, por ejemplo por su raza. Segregar por el color de la piel, por la cultura o por su mentalidad; es un pecado que a veces existe en nuestras comunidades cristianas. También debemos orar para aprender a oír el clamor de aquellos que están en desventaja, de los pobres y marginados. Los cristianos deberíamos liderar, con la fuerza del Evangelio, el camino hacia la unidad en toda la humanidad.. Señor Dios, tú has creado a los seres humanos, hombre y mujer, a tu imagen. Concédenos orar sin cesar, con una sola alma y un único corazón, para que todos los que tienen hambre en el mundo queden satisfechos, que los oprimidos se liberen, que todo ser humano sea tratado con dignidad; haz de nosotros tus instrumentos para que este deseo se convierta en realidad. Te lo pedimos en el nombre de Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

6 QUINTO DÍA Oren sin cesar con un corazón paciente (1 Tes 5,14) La paciencia consiste en sufrir resignadamente los males y adversidades. Es también una virtud opuesta a la ira; se define como tranquilidad y sosiego en la adversidad. Pablo invita a la iglesia de Tesalónica a ser pacientes con todos; y el término todos es bastante amplio. Si bien hace un llamado de atención en contra de los ociosos y a los de poco ánimo, nos recomienda ser pacientes con todas las personas. La unidad de los cristianos va a ser posible cuando seamos pacientes con todos, comenzando con nosotros mismos, con nuestra familia, con nuestros amigos y aún con nuestros enemigos. Esto lo podremos lograr sólo cuando permitamos que el Señor de la Paz reine en nuestras vidas. Señor de la Paz, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te pedimos que nos des la paciencia y la fuerza tuya para poder relacionarnos entre nosotros como hermanos; que podamos dejar atrás lo que nos separa y que tu Espíritu Santo nos una en lo fundamental: la fe y la caridad. Amén.

7 SEXTO DÍA Estén siempre alegres, oren en todo momento (1 Tes 5,16-17) La Biblia habla con frecuencia de gozo y alegría porque, desde el anuncio a María de Nazaret, la cercanía de Dios es motivo de alegría. Pablo nos enseña que el Reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo (Rm 14,17), y que el fruto del Espíritu Santo es amor, gozo, paz (Ga 5,22-23). Cuando Pablo escribe a los Tesalonicenses invita a estar siempre gozosos, incluso en medio de las pruebas o dificultades que podrían estar pasando. El gozo nace del interior de la persona y se expresa a través de actitudes, gestos, palabras, etc. Vivir alegre y feliz es lo que todo ser humano anhela y busca, a veces por caminos equivocados; pero sólo lo encuentra cuando ubica a Dios en el centro de su vida. Los cristianos que trabajan por la unidad tendrán como característica la esperanza y el gozo que nace del Señor, por la certeza de que él quiere la unidad de sus discípulos. Sólo Jesús puede dar esa serena alegría: en esta actitud se mantiene el cristiano, incluso frente a las adversidades, dificultades y malentendidos que pueda provocar su servicio a la unidad. Dios de la Unidad, te damos gracias por el gozo que nos ha traído el nacimiento de tu Hijo Jesucristo, y te pedimos que esta fe gozosa anide en nuestros corazones. Que tu gozo sea nuestra fortaleza frente a cualquier prueba, dificultad o adversidad que rompa la unidad cristiana.

8 SÉPTIMO DÍA Sostengan a los débiles (1 Tes 5,14). El término débil, significa falto de vigor o de resistencia; es un término aplicado a lo físico, pero también se aplica a la parte espiritual o a la persona carente de algo, por ejemplo al necesitado de afecto, de estímulos, de padres biológicos, etc. Por estos motivos la persona tiende a sentirse débil o falta de ánimo y vigor. El Apóstol Pablo invita a la iglesia de Tesalónica a sostener a sus miembros débiles, no solamente con la oración sino también con el servicio. La oración tiene un poder inmenso y va unida al servicio. El Evangelio del Señor Jesús nos pide que nos amemos unos a otros, sin distinción de raza, posición social o económica, cultura, etc. Para la comunidad cristiana el servicio consiste ante todo en el mandato de evangelizar, lo que debe ir de la mano con un compromiso solidario con los hermanos más pobres. Una oración que no se aísle sólo en la relación con Dios, sino que se comprometa por el sostenimiento de los débiles, los pobres y necesitados, es un desafío muy actual para nuestras comunidades cristianas. Dios, Padre nuestro, te damos gracias por haber enviado a tu Hijo Unigénito para evangelizar a los necesitados, a los pobres, a los enfermos, a los encarcelados, así como a todos. Que tu Espíritu Santo abra nuestros ojos y dilate nuestros corazones para darnos cuenta de las necesidades de los hermanos y saber brindar una ayuda solidaria a aquellos que están pasando por momentos difíciles. Amén

9 OCTAVO DÍA: 24 Enero «Vivan en paz unos con otros» (1 Tes 5,13 b). Nuestro Dios es un Dios de Paz; esta afirmación aparece con frecuencia en las Escrituras. En cambio, en el mundo ruge la guerra: entre Satanás y Dios, entre las razas, las naciones, familias e individuos, incluso en la vida de los mismos cristianos. Dios quiere que los seres humanos vivamos en paz. Esta paz no es simplemente ausencia de guerra o de conflictos; el Shalom deseado por Dios nace de una humanidad reconciliada, de un persona que vive hondamente y comparte la paz que sólo Dios puede dar. El Señor Jesús nos dice en el evangelio según San Juan «Les dejo la paz, les doy mi paz. Una paz que el mundo no les puede dar. No se inquieten ni tengan miedo» (Jn 14,27). Las divisiones existentes entre cristianos contradicen la oración de Jesús por la unidad, y la invitación de Pablo a vivir en paz entre nosotros. Más allá de nuestras diferencias doctrinales, los cristianos deberíamos estar de acuerdo y liderar el camino de la humanidad hacia la paz, el respeto de la vida y los derechos humanos, la lucha contra la pobreza y la corrupción, la defensa del medio ambiente, etc.. Jesús, Señor nuestro, manifiesta en nosotros tu poder y condúcenos a la unidad; que tu paz sea la luz y la fuerza que ilumine nuestros corazones, y el inicio para encender una lámpara de esperanza que alcance a todo el mundo. Que seamos instrumentos de tu paz en este mundo convulsionado. Amén.