UN ESTUDIO DEL LIBRO DE LEVITICO VI

Transcripción

1 UN ESTUDIO DEL LIBRO DE LEVITICO VI El pecado de toda la congregación. Lv. 4:13-21 Básicamente, el sacrificio del sacerdote ungido era idéntico al sacrificio de toda la congregación. Sin embargo, en el caso del pecado de la congregación, los ancianos (en representación de la congregación) colocaban sus manos sobre el becerro. Luego el sacerdote cumplía con los requisitos de esta ofrenda en nombre de la congregación. Solamente al sacerdote se le permitía presentarse delante del Señor para cumplir con los deberes sacrificiales por la Ley. Lv. 4:13-21 (13) Si toda la congregación de Israel hubiere errado, y el yerro estuviere oculto a los ojos del pueblo, y hubieren hecho algo contra alguno de los mandamientos de Jehová en cosas que no se han de hacer, y fueren culpables; (14) luego que llegue a ser conocido el pecado que cometieren, la congregación ofrecerá un becerro por expiación, y lo traerán delante del tabernáculo de reunión. (15)Y los ancianos de la congregación pondrán sus manos sobre la cabeza del becerro delante de Jehová, y en presencia de Jehová degollarán aquel becerro. (16)Y el sacerdote ungido meterá de la sangre del becerro en el tabernáculo de reunión, (17) y mojará el sacerdote su dedo en la misma sangre, y rociará siete veces delante de Jehová hacia el velo. (18)Y de aquella sangre pondrá sobre los cuernos del altar que está delante de Jehová en el tabernáculo de reunión, y derramará el resto de la sangre al pie del altar del holocausto, que está a la puerta del tabernáculo de reunión. (19) Y le quitará toda la grosura y la hará arder sobre el altar. (20) Y hará de aquel becerro como hizo con el becerro de la expiación; lo mismo hará de él; así hará el sacerdote expiación por ellos, y obtendrán perdón. (21) Y sacará el becerro fuera del campamento, y lo quemará como quemó el primer becerro; expiación es por la congregación. Iglesia Cristiana Luz de Cristo 1

2 No todo el pecado es revelado de inmediato. Pueden pasar muchos años antes de que Dios revele el pecado de una persona. A veces los pecados de miembros anteriores de la congregación son ocultos durante varios años. Se esconden muchas cosas de los ojos de los líderes hasta que el Espíritu Santo decide revelarlas. También puede tratarse de un pecado generación o geográfico, en el que toda una comunidad ha sido participe de un pecado determinado. Cuando se enfrenta el pecado, por lo general se produce un avivamiento. Contamos con varios ejemplos acerca de esto en la Biblia. Uno de ellos es el pecado de Saúl al matar a los gabaonitas, aunque el pueblo de Israel había jurado no destruirlos. En tiempos de David, Dios envió hambre a la tierra. Cuando David quiso saber el motivo, el Señor dijo que el hambre era la sentencia por la matanza de Saúl a los gabaonitas décadas atrás (2 S. 21:1-9). Cuando el profeta Isaías vio al Señor, clamó en Isaías 6:5: Entonces dije: Ay de mí! Que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos. El tener labios inmundos era un pecado de la nación ene se momento, pero sólo salió a la luz cuando el profeta estuvo literalmente ante la presencia del Señor. Es obvio que el profeta ignoraba su propio pecado. De haberlo conocido, lo habría corregido de inmediato con la verdad de la presencia del Señor. Puede ser que nosotros también llevemos alguna atadura o la carga de algún pecado sin saberlo durante años y luego, en algún momento determinado, en Su sabiduría, el Señor decida revelárnoslo. Cuando nos arrepentimos, recibimos el perdón y somos gloriosamente liberados del pecado. Alabado sea el Señor! Iglesia Cristiana Luz de Cristo 2

3 El pecado de un jefe Lv. 4:22 26 (22) Cuando pecare un jefe, e hiciere por yerro algo contra alguno de todos los mandamientos de Jehová su Dios sobre cosas que no se han de hacer, y pecare; (23) luego que conociere su pecado que cometió, presentará por su ofrenda un macho cabrío sin defecto. (24) Y pondrá su mano sobre la cabeza del macho cabrío, y lo degollará en el lugar donde se degüella el holocausto, delante de Jehová; es expiación. (25) Y con su dedo el sacerdote tomará de la sangre de la expiación, y la pondrá sobre los cuernos del altar del holocausto, y derramará el resto de la sangre al pie del altar del holocausto, (26) y quemará toda su grosura sobre el altar, como la grosura del sacrificio de paz; así el sacerdote hará por él la expiación de su pecado, y tendrá perdón. El animal sacrificado por el pecado por el error cometido por un jefe era un macho cabrío. El macho cabrío tiene un valor menor al de un becerro joven, que era la ofrenda más valiosa. En este sacrificio, el grado de la ofrenda era considerablemente menor al del sacerdote ungido y al de toda la congregación. Esto se debe a que el jefe básicamente tiene un puesto administrativo y, por tanto, no se encuentra en el mismo plano espiritual que el sacerdote. El pecado de una persona del pueblo Lv. 4:27-35 La ofrenda por el pecado de una persona del pueblo era una cabra o una oveja. Esta ofrenda era inferior a aquella presentada por el pecado de un sacerdote, de un jefe o de toda la congregación. El Señor nos indica claramente que una persona de la congregación tiene una responsabilidad menor que la de un sacerdote, la totalidad de la congregación o un jefe. Esto demuestra que los castigos se gradúan de acuerdo con el cargo que desempeña una persona, ya sea en el plano espiritual o en el administrativo. Iglesia Cristiana Luz de Cristo 3

4 (27) Si alguna persona del pueblo pecare por yerro, haciendo algo contra alguno de los mandamientos de Jehová en cosas que no se han de hacer, y delinquiere; (28) luego que conociere su pecado que cometió, traerá por su ofrenda una cabra, una cabra sin defecto, por su pecado que cometió. (29) Y pondrá su mano sobre la cabeza de la ofrenda de la expiación, y la degollará en el lugar del holocausto. (30) Luego con su dedo el sacerdote tomará de la sangre, y la pondrá sobre los cuernos del altar del holocausto, y derramará el resto de la sangre al pie del altar. (31) Y le quitará toda su grosura, de la manera que fue quitada la grosura del sacrificio de paz; y el sacerdote la hará arder sobre el altar en olor grato a Jehová; así hará el sacerdote expiación por él, y será perdonado. (32) Y si por su ofrenda por el pecado trajere cordero, hembra sin defecto traerá. (33) Y pondrá su mano sobre la cabeza de la ofrenda de expiación, y la degollará por expiación en el lugar donde se degüella el holocausto. (34) Después con su dedo el sacerdote tomará de la sangre de la expiación, y la pondrá sobre los cuernos del altar del holocausto, y derramará el resto de la sangre al pie del altar. (35) Y le quitará toda su grosura, como fue quitada la grosura del sacrificio de paz, y el sacerdote la hará arder en el altar sobre la ofrenda encendida a Jehová; y le hará el sacerdote expiación de su pecado que habrá cometido, y será perdonado. Los pecados de omisión y desatino Lv. 5:1-13 Lev 5:1 Si alguno pecare por haber sido llamado a testificar, y fuere testigo que vio, o supo, y no lo denunciare, él llevará su pecado. La NVI dice: Si alguien peca por negarse a declarar bajo juramento lo que vio o escuchó, sufrirá las consecuencias de su pecado. Debemos informar acerca de los pecados de los demás a nuestro pastor o supervisor, como nos instruye el Señor. Si no lo hacemos, somos culpables de esos mismos pecados. Los israelitas tenían que informar acerca de los pecados incluso si no eran testigos directos del hecho, sino que se enteraban por terceros. Iglesia Cristiana Luz de Cristo 4

5 En nuestra cultura, se nos enseña a hacer exactamente lo contrario. Se nos considera chismoso o traidor si brindamos este tipo de información. Ante los ojos de Dios, somos infieles si no informamos acerca de los pecados de los demás a nuestro pastor o supervisor. Sin embargo, debemos hacerlo siempre en un espíritu de amor y no con la intención de perjudicar a la persona afectada. Siempre debemos pensar en el bien de los demás. Para establecer un equilibrio, necesitamos sabiduría para saber cuándo informar acerca de los pecados de los demás y cuando guardar silencio si vemos que la persona demuestra un arrepentimiento genuino. Proverbios 10:12 dice: El odio despierta rencillas; pero el amor cubrirá todas las faltas. Leemos en Proverbios 19:11 La cordura del hombre detiene su furor; y su honra es pasar por alto la ofensa. Lev 5:2 Asimismo la persona que hubiere tocado cualquiera cosa inmunda, sea cadáver de bestia inmunda, o cadáver de animal inmundo, o cadáver de reptil inmundo, bien que no lo supiere, será inmunda y habrá delinquido. Estos versículos quizás nos permitan comprender mejor el cuidado y la cautela que ejercitaban los escribas y fariseos con respecto al código de no tocar que desarrollaron a lo largo de los años y que forma parte de sus tradiciones. Podemos convertirnos en impuros al tocar, sin saberlo, algo que había sido profanado. Sin embargo, debemos buscar el equilibrio al caminar en la fe y no vivir en el temor. Pablo desarrolla este pensamiento en Romanos 14:1-3: Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre Opiniones. Porque uno cree que se ha de comer de todo; otro, que es débil, come legumbres. El que come, no menosprecie al que no come, y el que no come, no juzgue al que come; porque Dios le ha recibido. Iglesia Cristiana Luz de Cristo 5

6 Aunque ahora podemos comer con una libertad que los creyentes del Antiguo Testamento o los judíos no tenían, abstengámonos e juzgar a los demás en esto. El Consejo Apostólico de Jerusalén aclaro ese tema al promulgar el decreto que se registra en Hechos 15:28-29: Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas necesarias: que os abstengáis de los sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación, de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien. Lev 5:3 O si tocare inmundicia de hombre, cualquiera inmundicia suya con que fuere inmundo, y no lo echare de ver, si después llegare a saberlo, será culpable. Un hombre podía volverse inmundo al tocar a otro hombre que estaba inmundo. Como creyentes del Nuevo Testamento, debemos aplicar estos mandamientos a nuestras propias vidas. Sal. 1:1 Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; Lev 5:4 O si alguno jurare a la ligera con sus labios hacer mal o hacer bien, en cualquiera cosa que el hombre profiere con juramento, y él no lo entendiere; si después lo entiende, será culpable por cualquiera de estas cosas. Los juramentos están estrictamente prohibidos excepto en circunstancias especiales, tales como los votos naciones o de la congregación con el fin de seguir al Señor. Esto sucedió durante momentos de avivamiento nacional. En 2 Reyes 11:17, el sumo sacerdote Joiada hizo un voto al Señor de que el rey y la nación seria el pueblo del Señor. Iglesia Cristiana Luz de Cristo 6

7 El Nuevo Testamento nos habla más claramente de esta verdad en Mateo 5:34-36, donde Jesús dijo: Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. Ni por tu cabeza juraras, porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello. El apóstol Santiago reitera esta idea: Pero sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni por ningún otro juramento; sino que vuestro si sea si, y vuestro no sea no, para que no caigáis en condenación. Stg. 5:12 Lev 5:5 Cuando pecare en alguna de estas cosas, confesará aquello en que pecó, Lev 5:6 y para su expiación traerá a Jehová por su pecado que cometió, una hembra de los rebaños, una cordera o una cabra como ofrenda de expiación; y el sacerdote le hará expiación por su pecado. No podemos aprobar el pecado. No obstante, debemos tener en cuenta que Dios o diferencia a los pecados de acuerdo a su grado. Esto se ve confirmado por el hecho de que para los pecados de omisión y desatino anteriormente mencionados, el sacrificio era considerablemente menor que los sacrificios para los pecados mencionados en Levítico 4. La ofrenda tenía que ser un animal hembra, no un macho, el cual era más costoso en tiempos antiguos. Iglesia Cristiana Luz de Cristo 7