TRIPA la prosperidad.qxd 12/03/2010 7:25 Página 3 LA PROSPERIDAD

Transcripción

1 LA PROSPERIDAD

2 Si este libro le ha interesado y desea que lo mantengamos informado de nuestras publicaciones, escríbanos indicándonos qué temas son de su interés (Astrología, Autoayuda, Ciencias Ocultas, Artes Marciales, Naturismo, Espiritualidad, Tradición...) y gustosamente lo complaceremos. Puede contactar con nosotros en comunicación@editorialsirio.com Título original: PROSPERITYTTHROUGH SPIRITUALITY Traducido del inglés por Editorial Sirio Diseño de portada: Editorial Sirio, S.A. de la presente edición EDITORIAL SIRIO, S.A. EDITORIAL SIRIO ED. SIRIO ARGENTINA C/ Panaderos, 14 Nirvana Libros S.A. de C.V. C/ Paracas Málaga Camino a Minas, Capital Federal España Bodega nº 8, Col. Arvide Buenos Aires Del.: Alvaro Obregón (Argentina) México D.F., sirio@editorialsirio.com I.S.B.N.: Depósito Legal: Impreso en Imagraf Printed in Spain Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra sólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

3 Annie Rix Militz LA PROSPERIDAD editorial irio, s.a.

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5 El New Thought Nuevo Pensamiento es una corriente filosófica que surgió en Estados Unidos hace unos ciento cincuenta años, impulsada por grandes pensadores como Emerson, Trine, Allen y Atkinson, entre otros. Pronto fue tomando cada vez más fuerza, mejorando la vida de muchas personas al elevar su nivel de conciencia y llegando, durante todo el siglo XX, a producir grandes escritores. No es una religión aunque de él surgieron algunas instituciones religiosas, sino más bien una filosofía que proclama la necesidad de que la persona tenga una experiencia directa del Creador, sin intermediarios. Su mensaje central es que nuestro pensamiento da origen a nuestras experiencias y a nuestra visión del mundo; por ello concede mucha importancia a una actitud mental positiva, a la meditación y a la visualización. En la colección New Thought estamos editando las obras más significativas de este movimiento filosófico-espiritual, cuya influencia en nuestros días sigue siendo enorme.

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7 Capítulo I LA PROSPERIDAD A TRAVÉS DE LA ESPIRITUALIDAD Tanto la riqueza como el honor proceden de ti, y tú tienes dominio sobre ellos. En tu mano está el poder. Y tu mano puede hacer grandes a todos y dar fuerza a todos. Son muchos los que tienen firmemente establecida en su mente la idea de que la salud del cuerpo es un resultado legítimo del conocimiento espiritual. Pero estas mismas personas, o al menos muchas de ellas, tienen dificultad para creer que la salud o la bondad de las circunstancias puede ser demostrada del mismo modo y que igualmente es un indicio de la comprensión de las leyes espirituales, al igual que lo es la salud del cuerpo. Si consideramos la riqueza con una mente sin prejuicios entenderemos por qué usualmente es poseída por gente carente 9

8 La prosperidad de vida espiritual en lugar de serlo por los hijos de Dios, a quienes realmente debería pertenecer. El rechazo a las riquezas Las riquezas mundanas han sido temidas, despreciadas, condenadas e incluso odiadas por los aspirantes a la espiritualidad a causa de su ignorancia acerca de cómo poseerlas sin ser poseídos por ellas. Sin duda esta actitud de repudiar e ignorar a la riqueza es menos dañina que el otro gran error: la avaricia y la adoración al dinero y el miedo atroz a perderlo. El hombre realmente sabio evita ambas actitudes, pues sabe que las riquezas mundanas no son sino un reflejo de las verdaderas riquezas espirituales, que es lo que debemos buscar en primer lugar y siempre. Una vez encontradas las riquezas del cielo, no se pueden evitar las de la tierra, salvo que uno las repudie expresamente. La nueva Canaan El estado de riqueza es la Tierra Prometida que pertenece al pueblo de Dios. Su apropiación por los egoístas y materialistas es como cuando los Ititas, los Cananeos y otros pueblos poseyeron la Tierra Prometida, en el tiempo en que los israelitas comenzaron su marcha guiados por Moisés desde Egipto, a fin de reconquistar su país. Una tierra en la que manaba la leche y la miel. Una tierra dulce y pura incluso siendo explotada por quienes no 10

9 La prosperidad a través de la espiritualidad la merecían. Así son las riquezas mundanas: impersonales, buenas, útiles y mereciendo todo nuestro respeto. Hay que saber discernir y no despreciar aquello que simboliza a la bendición divina, pero tampoco caer en el otro extremo y dedicar nuestra vida a algo que no es la verdadera riqueza, pues qué difícil es que un rico entre en el reino de Dios. Esto se refiere tanto a los pobres que centran su vida en dejar de serlo como a los ricos que pueden dar la suya por conservar su riqueza. La raíz del mal no es la riqueza en sí misma. El dinero como tal no es más que un símbolo. Es el amor al dinero lo que causa sufrimientos en las familias y entre los amigos, y lo que extravía al buscador espiritual. La actitud mental correcta El primer paso para lograr la prosperidad es mantener la actitud correcta en la mente y en el corazón. Darse cuenta de que la prosperidad y la espiritualidad deben ir unidas en esta tierra y que la palabra del hombre es quien debe realizar de esta unión un hecho. Durante demasiado tiempo la riqueza ha sido considerada como algo material y carnal, y la diosa Fortuna como una mujer frívola y falsa. Como hizo la mujer que olvidó el origen de sus riquezas, ella no supo que fui yo quien le dio su trigo y su vino, y su aceite, y quien multiplicó su plata y su oro. Como un monje austero, ascético y poco práctico, la espiritualidad ha repudiado a las riquezas no dándose cuenta que el hombre allegado a Dios no puede sufrir carencias. 11

10 La prosperidad Esta antigua espiritualidad está ya muerta. Saludemos a la nueva, en la cual el reino no es desterrado a un punto después de la muerte, sino que se vive aquí y ahora. Hoy es el tiempo y el lugar en que las riquezas del reino deben manifestarse. El casamiento de la espiritualidad y la buena fortuna El hombre es el sacerdote que debe oficiar este matrimonio de la espiritualidad interior y la riqueza externa, que hasta ahora parecían ser dos cosas distintas e incluso en franca oposición. Al creer en esta unión y ser consciente de que la prosperidad es espiritual, el hombre prospera. La prosperidad procede de Dios, al igual que la vida, la salud y la fuerza. El hombre tiene el privilegio de usar estos dones divinos según su voluntad. Puede usar su fuerza para derribar al vecino de un puñetazo; puede usar su salud para imponer a otros sus apetitos; sin embargo, estos usos inadecuados no borran el hecho de que tanto la fuerza como la salud son dones de Dios. El hombre puede utilizar mal su prosperidad, puede extraerla de fuentes egoístas y deshonestas, pero estos son sus errores. La verdad es que es buena en sí misma y su origen es Dios. La prosperidad procede del Uno, quien no conoce el fracaso. 12

11 La prosperidad a través de la espiritualidad La prosperidad y Dios son uno La prosperidad es la presencia de Dios. Es la expresión de la comodidad, del poder, de la belleza, y de la libertad del Reino de los Cielos. Cuando se habla del Reino de Dios el lenguaje utilizado es el de las riquezas terrestres y las Escrituras aplican a los atributos celestiales imágenes sacadas de la prosperidad de este mundo. Al identificar la prosperidad con Dios vemos que ésta es la verdad de su ser, que es omnipresente y universal. Al estar en todas partes, no necesitamos ir de un lugar a otro para obtenerla. Se encuentra en nuestro interior. De esta forma la llevamos siempre con nosotros: tú eres tu misma prosperidad, como decía el poeta Walt Whitman: Yo no busco la fortuna, yo soy la fortuna. La puedes encontrar en aquello que tienes ahora mismo entre manos. Puedes y debes manifestar la promesa: El deleite está en la ley de Jehová y quien medite en su ley día y noche cualquier cosa que haga, prosperará. La prosperidad es universal e inmutable Al ser universal, la prosperidad, que es una con Dios, se expresa a sí misma en todos y en todas las cosas. En tu vida se manifiesta como buena suerte. Entonces todos los reinos del mundo te ofrecen lo mejor. En el mundo vegetal 13

12 La prosperidad tus plantas están sanas y tus cosechas son abundantes sin que les afecte la sequía, las heladas o las plagas. En el mundo mineral el oro y la plata, los tesoros escondidos en las rocas, los diamantes y otras riquezas se te descubren. En el mundo animal tus rebaños aumentan y se mantienen en buena salud. En el reino del hombre tienes magnetismo y atracción, abundantes amigos, iniciativa, habilidad y eficiencia. La prosperidad, considerada como una con Dios, no es temporal ni cambiable. Es eterna. No está limitada en su expresión. Y no sólo se manifiesta en las formas mundanas normales, sino que incluye también la prosperidad en la salud y en la fuerza, en los honores y en los placeres, en el amor y en el aprender. La prosperidad de las personas mundanas tiene alas, de ahí el miedo y las supersticiones de los ricos carentes de principios. Se construyen hermosas casas apresurándose a vivir en ellas por temor de que les ocurra como a otros, que murieron antes de poderlas habitar. Están siempre temerosos de los competidores y descontentos con sus propias riquezas. Sufren por el poco poder que tienen sobre la vida y la salud de sus seres queridos. Las riquezas sin espiritualidad son como el fruto del Mar Muerto. La alegría y el disfrute permanente de las riquezas tan sólo proceden del conocimiento de la Verdad. Sí, la prosperidad de las personas mundanas y carentes de principios, tiene alas. 14

13 La prosperidad a través de la espiritualidad La espiritualidad nos hace prosperar Volvamos al hecho de que la espiritualidad nos hace prosperar y vamos a ver cómo. Primeramente nos da un conocimiento del carácter humano; de esta forma sabemos con quién debemos asociarnos en los negocios, sabemos qué es lo que las personas quieren y cómo complacerlos. En segundo lugar, nos da confianza en nosotros mismos e inspira a los demás a confiar en nosotros. En tercer lugar, nos hace interesarnos por el bienestar de los demás, incluso de los desconocidos, creando hacia nosotros una atracción magnética. En cuarto lugar, nos confiere una mente clara, juicio sobrio y sentido común. En quinto lugar, nos da paz y confianza en el futuro. Y éstas son sólo algunas de las razones por las que la espiritualidad nos ayuda a prosperar. Otras muchas las veremos más adelante. La buena fortuna no es asunto de la suerte. No es una fatalidad, nada tienen que ver en ella las estrellas o el karma, sino que se basa en leyes, ya seamos conscientes de ellas o no. Esto último es lo que ocurre en la mayoría de las personas, los conscientes son los iluminados. Una sola fuente Una de estas leyes es el reconocimiento de la fuente real de nuestra fortuna. Esta es la ley que cumplió Abraham, 15

14 La prosperidad que no aceptó nada del rey de Sodoma: No voy a tomar una hebra ni un lazo de zapato ni nada que sea tuyo, por lo que nunca vas a poder decir que hiciste rico a Abraham. La tendencia de los mortales es atribuir el éxito a nuestras propias habilidades y a nuestro trabajo, visión o energía, olvidando incluso que éstos son dones de Dios, y que estos mismos dones son diariamente aplicados por otros sin tener éxito. Nuestro Dios está en nuestro interior, es nuestro verdadero YO SOY. Es también el YO SOY de todos los demás y ningún ego mortal puede reclamar su exclusividad. El mismo que está hoy en nosotros es el que hablaba a los antiguos israelitas y quien nos dice cómo ser eternamente prósperos. Come y sáciate y bendice a Jehová tu Dios por la buena tierra que te ha dado. No olvides a Jehová tu Dios ni dejes de cumplir sus mandamientos Cuando hayas comido y estés saciado, y te hayas construido buenas casas y habitado en ellas y cuando tus rebaños se multipliquen y tu oro y tu plata se multipliquen y todo cuanto posees se haya multiplicado no olvides a Jehová tu Dios ni digas mi mano y mi fuerza me han dado estas riquezas. Recuerda que ha sido Jehová tu Dios quien te ha dado tu fuerza y tu riqueza. El guía interno Cultivando una comunión íntima con el divino YO SOY interno, pasaremos de una expresión de la prosperidad a 16

15 La prosperidad a través de la espiritualidad otra, a través de un camino donde cada paso es sólido e inspirado. Este guía interno es lo que Jesús llamó el Espíritu Santo, el Espíritu de la Verdad. Es impersonal y universal, sin embargo su voz puede ser oída inequívocamente por aquellos que no le dan una interpretación personal ni ignoran los mandamientos que se nos dieron a través de los profetas. A este guía interno se le han dado muchos nombres diversos, como algo en mi interior, mis impresiones, intuición, sentido de los negocios, etc. Hace muchos años, cuando la empresa de Graham Bell, el inventor del teléfono, comenzó a cotizar en bolsa, él estaba convencido de que aquella era una buena inversión, por lo que sacó todos sus ahorros del banco y se dirigió a comprar acciones de la compañía telefónica Bell. En el camino se encontró con un amigo, quien se burló de su inocencia y lo convenció de que volviera a depositar el dinero en el banco. Y así es como no me convertí en multimillonario, por no tener sentido de los negocios, comentaba tristemente. Realmente sí lo tenía, aunque desconocía su nombre y su naturaleza. Pero la verdad es que, cualquiera que sea el nombre que le demos, será tan sólo un nombre más para ese guía interno. Ejemplos de esa guía interior Un joven y exitoso agente de bolsa de Chicago, al explicar su secreto acerca de cuándo y qué cantidad había que comprar o vender de las diferentes acciones, confesaba 17

16 La prosperidad que no tenía ningún sistema que pudiera definir, sino que tan sólo se basaba en sus impresiones. Algo en mi interior me impulsa con una fuerza irresistible, decía. Sin embargo, esta habilidad fue de corta duración, pues ignoró que se trataba del Espíritu Santo. No trató de extraer sabiduría alguna de aquellos impulsos y de abandonar las vertiginosas manipulaciones de la bolsa, que nada tienen que ver con el Espíritu, quien prefiere actuar sobre los más nobles instrumentos del corazón y la mente del hombre antes que en el mercado de valores. Cuando ignoramos las leyes éticas nada puede evitar que el novicio en el uso de los poderes espirituales fracase. Con la tutela del Espíritu Santo es posible alcanzar las más elevadas cumbres del éxito, como testimonió un ser encantador que descubrió importantes minas en Wisconsin, construyéndose posteriormente una hermosa casa en un bello lugar de California, donde estableció un centro de curación. Ella escuchó su voz interior en sus años jóvenes, que al igual que a Abraham le aseguró que si no se desviaba del camino correcto llegaría a poseer grandes riquezas. Esta mujer siempre reconoció que la fuente de su prosperidad era el Espíritu. Me refiero a la señorita Chynoweth que durante muchos años publicó una revista en la que describía la guía y la protección recibida del Espíritu. 18