PROGRAMA No REYES. Cap. 3:15-5:7. 2 Reyes 3: el camino de Edom, y la tierra se llenó de aguas.

Transcripción

1 PROGRAMA No REYES Cap. 3:15-5:7 Continuamos estudiando hoy, el capítulo 3 de este Segundo Libro de Reyes. Y en nuestro programa anterior, vimos cómo Joram, Josafat y Edom, estos tres reyes, andaban buscando a Mesa, rey de los moabitas y se habían quedado sin agua allá en el desierto. Joram entonces, culpó a Dios por el desastre que estaban enfrentando, pero Josafat le dijo: No hay aquí profeta de Dios para que consultemos a Jehová por medio de él? Parece como si Joram no supiera que Eliseo estaba cerca. Sin embargo, con toda certeza Eliseo era muy conocido por su fama. Tanto que uno de los siervos del rey de Israel, sabía que él estaba cerca. Eliseo vino entonces, pero si no hubiera sido por la presencia del rey Josafat, rey de Judá, Eliseo no habría respondido a tal impiedad como esa que Joram mostró. Continuaremos hoy leyendo los versículos 15 hasta el 20, de este capítulo 3: 2 Reyes 3: el camino de Edom, y la tierra se llenó de aguas. Ahora, Dios contestó diciendo que el valle sería lleno de agua, y que los moabitas serían entregados en Sus manos. Ellos entonces verían la mano del Señor obrando. Y los versículos 21 al 24, nos dicen: 2 Reyes 3: pero los persiguieron matando a los de Moab. TTB Página 1 de Programa No. 0438

2 Y los versículos siguientes hasta el 27, final de este capítulo 3, nos dicen lo que hicieron los israelitas y cómo asolaron las ciudades y obtuvieron la victoria final, en este batalla contra los de Moab. Y así concluye nuestro estudio de este capítulo 3 del Segundo Libro de Reyes. Y entramos ahora, al capítulo 4. En este capítulo 4, Eliseo multiplica el aceite de la viuda. Promete a la sunamita que tendrá un hijo. Levanta de los muertos al hijo de la sunamita. Hace que sea saneado un potaje venenoso y satisface a 100 hombres con 20 panes. Este capítulo 4 del Segundo Libro de Reyes, contiene 5 milagros hechos por Eliseo. Aunque hay una analogía entre los milagros de Eliseo y Elías, los milagros hechos por Eliseo, fueron más extensos, y hasta cierto punto, mayores. En primer lugar, la viuda de uno de los profetas se halla en circunstancias deplorables; sus dos hijos están ya por ser vendidos a la esclavitud. Eliseo interviene entonces y le multiplica el aceite. En segundo lugar, una mujer principal de Sunem, hospeda a Eliseo y Eliseo le promete que ella tendrá un hijo. En tercer lugar, cuando el niño ya ha crecido, Eliseo lo levanta de los muertos, empleando el mismo método que usó Elías. En cuarto lugar, los hijos de los profetas, comienzan a comer un potaje venenoso, pero Eliseo lo torna inofensivo y sano. Y en quinto lugar, Eliseo da de comer a 100 hombres, de la comida de un solo hombre. Comencemos, pues, leyendo los primeros 7 versículos de este capítulo 4 del Segundo Libro de Reyes: 1 Reyes 4: y tú y tus hijos vivid de lo que quede. La viuda de uno de los profetas se encontraba en circunstancias deplorables. Se había endeudado y no tenía nada de dinero. Y si no pagaba su deuda, sus hijos serían vendidos TTB Página 2 de Programa No. 0438

3 como esclavos. Acudió entonces ella a Eliseo para pedir ayuda, y las instrucciones que él le dio, revelaron que el Dios vivo la amaba. La provisión de Dios satisfizo exactamente su capacidad y su necesidad. Y, amigo oyente, Dios obrará de la misma manera en nuestras vidas, si lo dejamos obrar así. Esta viuda hizo lo que Eliseo le mandó que hiciera, y luego la deuda pudo ser cancelada, y ella entonces, no perdió a sus hijos. Y pasamos ahora a otro aspecto. Leamos los versículos 8 hasta el 10 de este capítulo 4 del Segundo Libro de Reyes: 2 Reyes 4: cuando él viniere a nosotros, se quede en él. De cuando en cuando Eliseo pasaba por Sunem y se hospedaba en la casa de esta mujer importante y su esposo. Ella creía que él debía tener algún lugar donde estar solo. De modo que le preparó un aposento. Y muchos creyentes, aun hoy en día, acostumbran a tener en sus casas una alcoba que reservan para las visitas, un lugar donde un misionero, un predicador u otro obrero cristiano pueda entrar como Eliseo en aquella casa. Que Dios bendiga a quienes reservan una alcoba para este propósito en sus casas! Es verdaderamente maravilloso! Continuemos la lectura de este capítulo 4 y vamos a leer los versículos 11 hasta el 17, ahora: 2 Reyes 4: en el tiempo que Eliseo le había dicho. Debido a que la mujer sunamita había hospedado tan bondadosamente a Eliseo, él le prometió que tendría un hijo. Ahora, ella no lo había hospedado buscando algún lucro, por decirlo así, pero Eliseo quería recompensarla. Ella no tenía hijos y de seguro que quería tener un hijo, más que cualquier otra cosa. Ahora, la mujer sunamita dio a luz un hijo. Pero veremos, que después que este hijo creció, murió. Continuemos leyendo los TTB Página 3 de Programa No. 0438

4 versículos 18 al 22, ahora: 2 Reyes 4: yo vaya corriendo al varón de Dios, y regrese. Cuando su hijo murió, la mujer sunamita lo acostó sobre la cama de Eliseo. Luego, se fue a buscar al profeta. Prosigamos con los versículos 23 al 31, ahora: 2 Reyes 4: y se lo declaró, diciendo: El niño no despierta. Eliseo era el único que podía ayudar a esta mujer durante este tiempo de congoja. Ella, lo encontró y le informó lo que había pasado. Eliseo no sabía de la muerte del joven. Y continuamos leyendo aquí en los versículos 32 al 37: 2 Reyes 4: inclinó a tierra; y después tomó a su hijo, y salió. Siguiendo el ejemplo de Elías, Eliseo oró a Dios. Pidió al Señor que le restaurara la vida al joven. Luego empleó el mismo método que Elías había empleado para restaurar la vida a otro joven. Fue el contacto con la persona, lo que logró la vida. Y el gran principio aquí es que un contacto con el Señor Jesucristo nos dará la vida. En El tenemos vida, pues, El es la Vida. Si estamos con Cristo tenemos vida, pero si no lo estamos, no tenemos vida. No hay un lugar intermedio. El apóstol Juan nos dice allá en el capítulo 3 de su evangelio, versículo 36, que: El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él. Veamos ahora dos milagros más de Eliseo. Leamos los versículos 38 al 41 de este capítulo 4 del Segundo Libro de Reyes: TTB Página 4 de Programa No. 0438

5 2 Reyes 4: Da de comer a la gente. Y no hubo más mal en la olla. En uno de sus viajes Eliseo vino a Gilgal. Se aprovechó de la hora de comer para enseñar una lección a los hijos de los profetas. Por equivocación, algunas verduras venenosas habían sido echadas a la comida. Ahora, el sabor amargo les advirtió que la comida tenía algo de malo, y entonces gritaron a Eliseo: Varón de Dios, hay muerte en esa olla! Al esparcir, entonces, harina en la olla, Eliseo hizo que el potaje fuera saneado. Una vez más, Eliseo demostró el poder de Dios, al quitar ese mal. Y encontramos otro milagro más en este capítulo 4 del Segundo Libro de Reyes, el cual hace que sean 5 milagros en total. Leamos los últimos versículos, los versículos 42 al 44: 2 Reyes 4: y les sobró, conforme a la palabra de Jehová. Un hombre de Baal-salisa, dice aquí, trajo algo de comida para Eliseo. Ahora, Eliseo reconoció este regalo de comida del hombre, como una provisión del Señor para el pueblo, más bien, que exclusivamente para sí mismo y para su siervo. Eliseo, entonces, dio de comer a cien hombres, de la comida de un sólo hombre. Este fue un milagro extraordinario. Y una vez más se demostró así, que el poder y la provisión de Dios, siempre es suficiente, y que puede aún exceder nuestras necesidades. Y así, amigo oyente, concluye nuestro estudio de este capítulo 4 del Segundo Libro de Reyes. Llegamos ahora al capítulo 5. En este capítulo, Naamán, general del ejército de Siria, un gran hombre pero leproso, viene a Eliseo para ser curado, debido a la sugerencia de una muchacha hebrea llevada cautiva y que sirve como criada para la esposa de Naamán. Ahora, Eliseo rehusa verlo, pero envía un mensajero a decirle que se lave 7 veces en el río Jordán. Naamán, a causa de su arrogancia rehusa ir al principio, pero por TTB Página 5 de Programa No. 0438

6 último, es persuadido a poner de lado su arrogancia y obedece al profeta. Como consecuencia, es sanado. Ahora, Giezi, siervo de Eliseo, recibe una recompensa de Naamán, pero sin el permiso de Eliseo. Eliseo pronunció entonces juicio sobre Giezi, el cual se volvió leproso. El capítulo 5 es uno de los capítulos más interesantes en la vida de este profeta Eliseo. Revela que probablemente era tan rudo como Elías y que además, tenía un buen sentido del humor. Y creemos que el Señor, es también en cierta manera, un Dios de buen humor, y que le gusta usar a los hombres así como Elías y Eliseo, que también poseyeron esta cualidad del buen humor. Uno no puede menos que esbozar una sonrisa cuando lee acerca del incidente siguiente, aunque se trata en realidad de un hombre que se encuentra en una situación muy desesperada. Comencemos, pues, leyendo el primer versículo de este capítulo 5 del Segundo Libro de Reyes: 2 Reyes 5:1... Era este hombre valeroso en extremo, pero leproso. Este versículo nos habla de un hombre llamado Naamán, que era capitán del ejército de Siria. Aunque era pagano, creemos que era un gran hombre, y un hombre honorable. Por medio de él, el Señor había dado liberación a Siria. Y esta es una cosa extraordinaria. Y estamos seguros, amigo oyente, que usted estará de acuerdo con nosotros, cuando decimos que el Señor usó a este hombre. Ahora, usted encontrará que el Señor también usa a los hombres en el mundo, que no son cristianos. Eso le puede parecer un poco extraño, pero, uno no tiene que leer mucho de la Palabra de Dios antes de darse cuenta que Dios usó a hombres como Faraón, Nabucodonosor y Ciro. Dios usó a Alejandro Magno, y usó a Naamán aquí. También se TTB Página 6 de Programa No. 0438

7 nos dice que Naamán era un hombre valeroso en extremo. Al parecer, era también un hombre generoso. Todas estas cosas valen en la Corte Suprema del cielo. Dios no menosprecia estas cosas. Este pagano fue usado por Dios, pues,... por medio de él dice aquí había dado Jehová salvación a Siria. Aunque hallamos que todas estas cosas buenas se dicen en cuanto a él, tenemos que añadir otra cosa más y es la siguiente: pero era leproso. Hay muchos en el mundo, hoy en día, acerca de quienes se puede decir muchas cosas buenas, y que no son cristianos. Se puede decir que son hombres y mujeres buenos y que han hecho buenas cosas; pero uno tiene que concluir todo diciendo que son pecadores. Y como dice el apóstol Pablo allá en su carta a los Romanos, capítulo 3, versículo 23:... por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios. No importa cuán buenos son. Todos, amigo oyente, son pecadores ante Dios. Ahora, los leprosos no eran excluidos de la sociedad en las naciones paganas. En Israel, en cambio, sí los excluían. Y es interesante que Dios dio a Israel una ley en cuanto a la lepra, que impidió que otros fueran contaminados por la enfermedad. Hoy en día, para evitar el contagio, se acostumbra colocar a los leprosos en hospitales y colonias, y así, aislarlos de la sociedad. Dios hizo eso mucho antes que cualquier nación pagana pensara en eso. Y hay que considerar esto, amigo oyente. Aquí tenemos un Libro que habla en cuanto a reglamentos que tienen que ver con leprosos. Y no es sino hasta lo que nosotros llamaríamos tiempos civilizados, cuando los hombres decidieron aislar de la sociedad a los leprosos. La lepra en las Escrituras, es un tipo del pecado. Hasta cierto punto es incurable mediante los medios humanos. Sin embargo, en la Biblia encontramos que muchos fueron curados. Sólo Dios puede curar el pecado y salvar a los pecadores. TTB Página 7 de Programa No. 0438

8 Naamán, pues, era buen hombre, pero pecador. Trató de encubrir su lepra, pero no la pudo curar. Y muchos hoy en día, tratan de encubrir en vano sus pecados. Lo que necesitan es ser emblanquecidos y solo Cristo puede hacer eso. Avancemos ahora, leyendo el versículo 2 de este capítulo 5: 2 Reyes 5:2... la cual servía a la mujer de Naamán. Ahora, este es uno de esos personajes desconocidos y sin nombre en la Biblia. Era sierva, una hebrea todavía muchacha, pero una gran persona. Para nosotros, ella es tan grande como la reina Esther, como Rut la moabita, como Betsabé o como Sara, Rebeca y Raquel. Dice aquí, que servía a la mujer de Naamán. Y el versículo 3 dice: 2 Reyes 5:3... él lo sanaría de su lepra. Esta muchacha hebrea no estaba en ninguna posición para dar órdenes, pero un día dio un suspiro y dijo: Ojalá, mi Señor fuera para ver al profeta en Samaria. El sí lo sanaría de su lepra. Y esto demuestra que Eliseo tenía mucha fama. Pues, bien, alguien oyó lo que esta muchacha dijo. Y leemos en los versículos 4 hasta el 7: 2 Reyes 5: y ved cómo busca ocasión contra mí. Las palabras de la muchacha fueron referidas al rey de Israel y él dijo: Yo no soy Dios. Yo no puedo sanar a un hombre de su lepra. O sea que, el mensaje había sido enviado al destinatario equivocado. El rey de Israel leyó el mensaje que debió haber llegado a las manos de Eliseo. TTB Página 8 de Programa No. 0438

9 Y aquí, amigo oyente, vamos a detenernos por hoy, porque nuestro tiempo se ha agotado. Continuaremos, Dios mediante, en nuestro próximo programa y contamos como siempre, con su fiel sintonía. Será pues, hasta entonces, que Dios derrame sobre usted Sus abundantes bendiciones! TTB Página 9 de Programa No. 0438