Quién es Cristo para ti? Textos de las homilías en Santa Marta

Transcripción

1 Quién es Cristo para ti? Textos de las homilías en Santa Marta

2 noviembre de 2013 Cobel Libreria Editrice Vaticana ISBN: www. cobelediciones.com Todos los derechos reservados. No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito del editor.

3 Índice Murmurar es vender al otro como si fuera una mercancía... 9 Vivo así porque he visto al Señor El estupor del encuentro con Cristo genera la verdadera paz Si no hay humildad, el amor queda paralizado, no va Que su amor nos empuje a amar Entrar a los problemas de frente La calumnia destruye la obra de Dios La fuerza de los primeros cristianos El dios-spray Cuando entra la ideología en la Iglesia no se entiende nada La puerta es Jesucristo La Iglesia es una historia de amor No debemos jamás maquillarnos delante de Dios! Cuando la Iglesia se vuelve mundana es una Iglesia débil Lo que hace daño a la Iglesia son los cristianos tibios

4 El cristiano debe ser un hombre de deseos Un cristiano sin memoria no es un verdadero cristiano Vivir la vida egoístamente es una estafa La Iglesia necesita fervor apostólico, no cristianos de salón La oración hace milagros Para un cristiano progresar significa abajarse Cristianos de museo Cuáles son nuestras riquezas? Es un error querer seguir a Jesús sin pasarse Lo que escandaliza de la Iglesia es el misterio de la Encarnación del Verbo El corrupto es el que vive como si no necesitara a Dios Gritar el propio dolor ante Dios es una oración del corazón Más difícil que amar a Dios es dejarse amar por Él! La Iglesia crece no por proselitismo, sino por atracción Cómo podemos amar a nuestros enemigos? El Señor es fiel, Él no desilusiona Quién es Cristo para nosotros? Dar vida a los demás

5 No a los cristianos sin Cristo Ante la tentación huye! A Dios se le encuentra besando las llagas de Jesús en los hermanos más débiles Nadie puede robarnos nuestro documento de identidad que dice que somos hijos de Dios Para cada cristiano, Jesús tiene una promesa y una misión Cuando la Iglesia no llora, algo no va bien Ninguno puede salvarse con el dinero Sentir la mirada de Jesucristo Jesús nos espera siempre No se puede conocer a Jesús en primera clase El escándalo de la cruz sigue bloqueando a muchos cristianos No hay obra apostólica fecunda sin la Cruz Tú huyes de Dios? La verdadera oración hace milagros Una oración que no sea valiente no es una verdadera oración Custodio el tesoro de la Gracia en mi alma? El error de buscar una santidad de lavandería

6 Cuál es mi ídolo escondido? Un cristiano que no reza, siempre se equivoca

7 Murmurar es vender al otro como si fuera una mercancía 27/03/2013 Judas, uno de los amigos de Jesús, no duda en venderlo a los jefes de los sacerdotes. Jesús es como una mercancía: es vendido. Es vendido en aquel momento y muchas veces también en el mercado de la historia, en el mercado de la vida, en el mercado de nuestra vida. Cuando nosotros optamos por los treinta denarios, dejamos a Jesús de lado. Cuando hablar se convierte en habladuría, murmuración, esto es una venta, y la persona que está en el centro de nuestra murmuración se convierte en una mercancía. No sé por qué pero existe una alegría oscura en el chisme. Se comienza con palabras buenas, pero luego viene la murmuración. Y se empieza a despellejar al otro. Deberíamos pensar que cada vez que nos comportamos así, hacemos la misma cosa que hizo Judas, que cuando fue a los jefes de los sacerdotes para vender a Jesús, tenía el corazón cerrado, no tenía comprensión, no tenía amor, no tenía amistad. Pensemos y pidamos perdón, porque aquello que hacemos al otro, al amigo, lo hacemos a Jesús. Porque Jesús está 9

8 en ese amigo. Y si nos damos cuenta de que nuestro hablar puede hacer mal a alguien, recemos al Señor, hablemos con el Señor de esto, por el bien del otro: Señor, ayúdale». No debo ser yo quien haga justicia con mi lengua. Pidamos esta gracia al Señor. 10

9 Vivo así porque he visto al Señor 2/04/2013 Que bella, esta frase de María: He visto al Señor!. Ella, esta mujer de quien conocemos la historia, esta mujer pecadora, esta mujer que ha llorado, que ungió los pies de Jesús y los secó con sus cabellos, esta mujer explotada y también despreciada por aquellos que se creían justos, esta mujer de quien Jesús dijo haber amado mucho y por esto sus muchos pecados han sido perdonados, esta mujer al final debe enfrentar el fracaso de todas sus esperanzas: su amor no está más. Y llora. Es el momento de la oscuridad, en su alma: del fracaso. Pero no dice: He fracasado en este camino, no? Llora, simplemente. A veces, en nuestra vida, los anteojos para ver a Jesús son las lágrimas. Hay un momento en la vida en el que solo las lágrimas nos preparan para ver a Jesús. Y cuál es el mensaje de esta mujer? He visto al Señor. Lo había visto durante toda su vida, y ahora definitivamente da el testimonio. Es un ejemplo para el camino de nuestra vida, no? Todos nosotros, en nuestra vida, hemos experimentado la felicidad, la tristeza, el dolor; todos hemos pasado por estas cosas. 11

10 Pero hago una pregunta: hemos llorado? En los momentos más oscuros, hemos llorado? Hemos tenido aquello de bueno de las lágrimas que preparan los ojos para mirar, para ver al Señor? Viendo a esta mujer que llora, también nosotros podemos pedir al Señor la gracia de las lágrimas. Esta es una bella gracia. Una bella gracia. Llorar por todo: por el bien, por nuestros pecados, por las gracias, por la felicidad, también: llorar de felicidad, aquella felicidad que hemos pedido: de ver el Cielo, de tener el Cielo y que ahora pregustamos. Llorar. El Llanto nos prepara para ver a Jesús. Y el Señor nos da la gracia, a todos nosotros, de poder decir con nuestra vida: He visto al Señor. Porque lo he visto. Como, se te ha aparecido?. No, no, no lo sé Lo he visto, lo he visto dentro del corazón. Y porque lo he visto vivo de esta manera: este es el testimonio. He visto al Señor. Bello. Y todos nosotros podemos decir esto, con el testimonio de nuestra vida. Vivo de esta manera porque he visto al Señor. Así sea. 12

11 El estupor del encuentro con Cristo genera la verdadera paz 4/04/2013 El estupor es una gracia grande, es la gracia que Dios nos da en el encuentro con Jesucristo. Es algo que hace que nosotros estemos un poco fuera de nosotros por la alegría no es un mero entusiasmo, como el de los partidarios cuando gana su equipo deportivo, sino que es algo más profundo. Es experimentar el encuentro interior con Jesús vivo y pensar que no es posible: Pero el Señor nos hace comprender que es la realidad. Es bellísimo!. Quizá es más común la experiencia contraria, aquella que la debilidad humana y también las enfermedades mentales, o el diablo, hacen creer que los fantasmas, las fantasías, sean la realidad: eso no es de Dios. De Dios es esta alegría tan grande que uno no lo puede creer. Y nosotros pensamos: No, esto no es real!. Esto es del Señor. Este estupor es el inicio del estado habitual del cristiano. No podemos vivir siempre en el estupor. No, verdaderamente, no se puede. Pero es el inicio. Después, este estupor deja una huella en el alma y el consuelo espiritual. Es el consuelo de quien ha encontrado a Jesucristo. 13

12 Por tanto, después del estupor está el consuelo espiritual y al final, último escalón, está la paz. Siempre un cristiano, incluso en las pruebas más dolorosas, no pierde la paz y la presencia de Jesús y con un poco de valor puede rezar: Señor, dame esta gracia que es la huella del encuentro contigo: el consuelo espiritual y la paz. Una paz que no se puede perder porque no es nuestra, es del Señor: la verdadera paz no se vende ni se compra. Es un don de Dios, por tanto pidamos la gracia del consuelo espiritual y de la paz espiritual, que comienza con este estupor de alegría en el encuentro con Jesucristo. Así sea. 14