DISCERNIMIENTO Y FORMACIÓN PARA EL MINISTERIO ORDENADO EN EL VERBUM DEI. Complemento para la Ratio Formationis

Transcripción

1 DISCERNIMIENTO Y FORMACIÓN PARA EL MINISTERIO ORDENADO EN EL VERBUM DEI Complemento para la Ratio Formationis 0. Introducción. 1. La Rama de Misioneros, y en general toda la FMVD, tiene la responsabilidad de acompañar el proceso de discernimiento y formación de los llamados al ministerio ordenado. Es importante ofrecer los medios formativos específicos, tanto teológicos como espirituales, para que los candidatos crezcan en una auténtica espiritualidad sacerdotal desde el carisma Verbum Dei. 2. Es tarea de esta Ratio de formación ofrecer las herramientas adecuadas a los llamados al Ministerio en la Fraternidad, para que puedan integrar la identidad misionera en la que están llamados a expresar su ministerio y la vivencia gozosa del sacerdocio. Para que este don pueda dar mucho fruto y un fruto que permanezca El misionero sacerdote Verbum Dei es aquél misionero que recibe la llamada al sacerdocio ministerial en el seno de la FMVD; por tanto expresa su servicio como sacerdote a la FaMVD, a la Iglesia y a toda la humanidad desde su ser misionero Verbum Dei. 4. Ello implica una formación específica, ya que su vocación sacerdotal se desarrolla desde su identidad misionera, de modo que ambas llamadas germinen y crezcan, potenciándose mutuamente para la extensión del Reino haciendo discípulos a todas las naciones Identidad del misionero sacerdote Verbum Dei. 5. El misionero sacerdote VD es primordialmente un misionero de la FMVD, por ello el discernimiento de su identidad, carisma y sentido de pertenencia al Verbum Dei es previo al ministerio ordenado. Esto deberá ser refrendado en el proceso de ingreso en la Fraternidad, los votos temporales y perpetuos. 6. La profunda asimilación de una espiritualidad sacerdotal acrisolada en su ser misionero Verbum Dei es inseparable de su identidad como misionero llamado al ministerio ordenado. De modo especial en las fuentes de espiritualidad 1 Cfr. Jn. 15, 16 2 Cfr. Mt 28,19

2 eucarística y su lugar en el cuerpo místico de Cristo como formador de apóstoles llamados a acompañar el Pueblo de Dios, desde un probado amor y compromiso hacia la eclesialidad. 7. Todo sacerdote es ordenado en la Iglesia y para la Iglesia. Por lo cual, un misionero sacerdote Verbum Dei está insertado desde su carisma y pertenencia a la Fraternidad en la vida de la Iglesia local, donde realiza la misión, buscando la comunión con el obispo diocesano y con su presbiterio. 8. La manera como nuestro fundador, Jaime Bonet, vivió el ministerio ordenado nos ofrece un punto de referencia de lo que significa la integración entre carisma Verbum Dei y sacerdocio. En la vida del P. Jaime hemos aprendido cómo la dedicación total al ministerio de la Palabra y a la formación de apóstoles es nuestra fundamental tarea como pastores o presbíteros en la comunidad cristiana, subordinando otras ocupaciones del ministerio a esta tarea esencial. 9. Desde su pasión por reproducir a Cristo, siempre evitó hacer del sacerdocio una fuente de privilegios personales, huyendo del clericalismo y siendo un pastor sencillo, cercano y asequible a todos. Jaime vivió el sacerdocio con una conciencia muy grande de ser un precioso don recibido para el servicio, sobre todo, de la FMVD y de la FaMVD. Buscó potenciar especialmente el sacerdocio común del pueblo de Dios. 2. Etapas del Discernimiento y formación al sacerdocio en la FMVD. 10. El discernimiento y la preparación de la vocación al ministerio sacerdotal, se va realizando progresivamente en las distintas etapas de la formación inicial, y no sólo en el momento previo a la ordenación. Ciertamente, hay que decir que, en su gran mayoría, la formación que reciben los misioneros candidatos al sacerdocio coincide con la de aquellos que no serán ordenados, aunque presenta ciertos elementos específicos. Por tanto, ofrecemos en este apartado el proceso propio de discernimiento y formación de la vocación sacerdotal en las diferentes etapas de la formación misionera. 2.1 Formación inicial En el Curso de Formación. 11. El C.F es la primera etapa de formación al interno de la FMVD. Es cierto que en esta etapa, la ordenación sacerdotal es algo muy lejano todavía;

3 no obstante es conveniente que los misioneros reconozcan desde el inicio la posibilidad que existe en nuestra rama de vivir la identidad misionera siendo llamados o no al ministerio ordenado. En este sentido, el CF es también el inicio del discernimiento vocacional al sacerdocio. Es aconsejable que los formadores del C.F dialoguen el tema, para conocer así las inquietudes de los misioneros respecto al ministerio ordenado En el PAT. 12. En el periodo apostólico teológico se continúa el discernimiento de la vocación sacerdotal de forma progresiva, comprobando su autenticidad y verificando la idoneidad del misionero. 13. Los estudios de Teología ofrecen la formación básica para el ministerio ordenado, aunque no necesariamente todos los misioneros serán sacerdotes. Del mismo modo, la formación teórico práctica en los ministerios laicales del lectorado y acolitado, capacitan al misionero para el ministerio ordenado. Estos ofrecen una praxis en el servicio a la Palabra y al altar preparando al misionero para que pueda ejercitarse en la presidencia de una asamblea litúrgica. 14. Para el acompañamiento que se ofrece a los misioneros durante esta etapa, en el discernimiento vocacional al sacerdocio, privilegiamos tres instrumentos pedagógicos: - La dirección espiritual donde el misionero abre sus inquietudes y motivaciones más profundas y discierne la voluntad de Dios en compañía de su director espiritual. - El diálogo personal con los formadores por medio de entrevistas. - Y momentos privilegiados de oración en el contexto de retiros espirituales, para realizar el discernimiento desde la oración, y para cultivar una espiritualidad sacerdotal Etapa previa a la ordenación. 15. Si un misionero se siente llamado al sacerdocio, conviene que, después de la profesión de votos perpetuos, viva durante un tiempo prudente la misión, sin la preocupación de tener que integrar el ministerio ordenado. En este periodo apostólico se le acompañará en el discernimiento final de la vocación sacerdotal y se le formará para asumir el ministerio ordenado desde el carisma Verbum Dei.

4 2.2 Admisión al ministerio ordenado Petición y aceptación al ministerio ordenado. 16. Después de este tiempo prudente de apostolado el misionero que se sienta llamado al sacerdocio, escribirá la carta al Responsable General de los misioneros, pidiendo ser admitido al orden ministerial. El Responsable General pedirá los escrutinios a las personas que considere oportuno. Una vez, realizados los escrutinios y teniendo el parecer de su Consejo tomará la decisión en conciencia e informará por escrito la decisión al candidato Formación específica previa a la ordenación. 17. Si el misionero ha sido admitido a las órdenes sagradas recibirá una formación específica. Esta formación será dada por misioneros sacerdotes Verbum Dei que el Responsable de rama en la zona o el Responsable General designe. 18. Los misioneros sacerdotes designados, en diálogo con el candidato a las órdenes sagradas, elaborarán un plan de formación para acompañar el proceso formativo previo a las ordenaciones, para reforzar los contenidos ya recibidos, relativos al sacerdocio. Los contenidos necesarios son los siguientes: - Contenidos teóricos: La espiritualidad sacerdotal desde el prisma del Carisma Verbum Dei. La ubicación eclesial del misionero sacerdote dentro de la FMVD. Las diversas dimensiones del ministerio ordenado recogidas en el Magisterio. - Contenidos de orden práctico en la vida sacerdotal: Preparación para las confesiones; Una adecuada formación litúrgica y preparación para los sacramentos. Temas concretos de Derecho canónico; casos morales en el acompañamiento espiritual así como en las confesiones. 19. El periodo del diaconado es sin duda una buena y necesaria capacitación para el ministerio sacerdotal. Trataremos de vivir el diaconado con profundidad y sentido, y no sólo como mero trámite al sacerdocio 3. El tiempo canónico puede ampliarse a un año o más, en bien de la adecuada preparación del misionero. 3 El diaconado es también una vocación que el misionero está llamado a vivir. De hecho después de ser sacerdote no se deja de ser diácono. En este sentido el diaconado no puede ser vivido ni comprendido como un trámite para el sacerdocio.

5 2.3 Los primeros cinco años de la ordenación sacerdotal. 20. Los primeros años de sacerdocio son una etapa muy importante y a la vez muy delicada, ya que el nuevo sacerdote tiene que integrar muchos elementos que aporta el ministerio. Estos primeros años de ordenación del misionero, además de conllevar intensas alegrías, son sin duda un desafío que no está exento de dificultades y tentaciones. Por ello, pondremos un especial cuidado y atención en los cinco primeros años de ordenación, proporcionando al misionero una conciencia de formación permanente y un acompañamiento cercano que le posibilite vivir lo mejor posible su ministerio. 21. La ordenación sacerdotal no es una meta, sino un paso más en un camino de entrega al servicio de la Iglesia y de la FMVD. Por eso el misionero sacerdote tomará conciencia de que su formación no ha terminado con la profesión de votos perpetuos. Su formación ha de ser permanente y continua, por ello ha de asistir a las reuniones de formación permanente, con asiduidad y ahínco. Entre las distintas iniciativas de FP en una zona, se establecerá un calendario con encuentros fraternos formativos para los recién ordenados. 22. El Responsable General al destinar al nuevo misionero sacerdote a una comunidad, tendrá en cuenta estos años primeros de sacerdocio y nombrará de entre los misioneros de la comunidad donde va destinado, un misionero sacerdote 4 que le acompañe de una manera especial y que le ayude a vivir los desafíos que se presentan en los primeros años de ministerio. 3. Criterios de admisión al Ministerio ordenado. 23. Damos a continuación los criterios y condiciones que se piden a los misioneros para ser admitidos a los distintos pasos que se dan en el camino del ministerio ordenado Admisión al lectorado y acolitado. 24. Para la admisión a los ministerios laicales se requiere: - la expresa y libre voluntad del candidato para la admisión a estos ministerios laicales. 4 Generalmente será el Responsable de la comunidad local, salvo excepciones.

6 - Las condiciones canónicas y las determinaciones del Magisterio de la Iglesia. 5 - Un vivo deseo de participar más en el ministerio de la fe que se realiza en el servicio al altar. - Conocimiento de las normas litúrgicas y desenvoltura en el servicio al altar. 25. Tanto la celebración del lectorado como la del acolitado serán vividas en la comunidad, revestidas de sencillez y cotidianeidad. Orientativamente el lectorado se recibirá una vez hecha la primera renovación de votos y el acolitado una vez realizada la segunda renovación Admisión al diaconado. 26. La Admisión al Diaconado le compete al Responsable General, el cual antes de admitir a la persona pedirá los escrutinios para discernir la idoneidad del misionero. 27. Este discernimiento sobre la vocación sacerdotal, aunque se pide para ser ordenado diácono, sirve también para ser ordenado presbítero. Para la admisión al Diaconado se requiere: - Haber recibido los ministerios laicales del lectorado y del acolitado. - La expresa y libre voluntad del candidato para la admisión a este ministerio por medio de una carta dirigida al Responsable General - Cumplir las condiciones canónicas 6. - Una firme actitud, natural o adquirida, a preferir el servir antes que el ser servido, tanto dentro como fuera de la comunidad. - Un probado sentido de pertenencia a la FMVD. - La actitud abierta a acoger los servicios y encargos que la comunidad le pida. - Conocimiento experiencial de su papel y lugar en la asamblea litúrgica. - Experiencia de la liturgia sacramental como forma de oración, encuentro con Dios y servicio al Pueblo. - Conocimiento suficiente de las normas y de las rúbricas litúrgicas Admisión al presbiterado. 28. Para la admisión al orden presbiteral se requiere: 5 can cans

7 - La expresa y libre voluntad del candidato para la admisión a este ministerio. - Las condiciones canónicas 7. - Suficiente asimilación de una espiritualidad sacerdotal desde el carisma Verbum Dei - La conciencia de que el sacramento del orden añade para siempre un especial compromiso con la Iglesia universal en su misión de servir, sostener y santificar el pueblo de Dios. - Haber demostrado un amor probado a las tres ramas de la FMVD. - El deseo y empeño de querer integrar el ministerio ordenado desde el carisma de la FMVD. - La conciencia de la propia limitación, para poder realizar los empeños sacerdotales apoyado en la Gracia de Dios. - Humildad en las actuaciones hacia el pueblo de Dios. - Estar dispuesto a servir al Evangelio y al pueblo de Dios como pastor, al servicio de la Iglesia local y universal. - Transparencia de vida y cultivar el hábito de compartir con la comunidad su trabajo apostólico y pastoral. - la conciencia y el empeño de seguir formándose día a día para crecer en su vivencia y servicio como misionero sacerdote Verbum Dei. 4. Agentes de Formación. 29. La formación de los futuros presbíteros necesita de la atención de diversos agentes para que constituyendo un auténtico equipo de trabajo, aporten sus aptitudes y experiencias y contribuyan eficazmente a la formación integral del misionero y al desarrollo de la comunidad con sentido verdaderamente eclesial. 30. Los principales agentes que intervienen en el proceso de formación y discernimiento de la vocación sacerdotal son los mismos que ya hemos contemplado en la Ratio Formationis 8. Junto con estos presentamos a continuación otros agentes formativos específicos del proceso de discernimiento y formación de los futuros sacerdotes. 7 cans «La comunidad formativa, verdadera escuela de apóstoles, queda co nstituida por todas aquellas personas que de manera directa o indirecta participan en la formación de los misioneros/as en esta etapa. De forma directa, los mismos misioneros y misioneras en formación, el equipo formativo, el director/a espiritual y los profesores, cada uno según su especificidad. De forma indirecta está implicada en la formación la comunidad apostólica local, en el marco más amplio de la FaMVD» (Ratio Formationis ).

8 4.1. El Responsable General 31. El primer responsable en la formación sacerdotal es el Responsable general. Esta responsabilidad formativa respecto a los candidatos al sacerdocio Implica que los visite y los conozca. 32. Al Responsable General le corresponde, escoger a los formadores más idóneos, pues la formación de los futuros misioneros sacerdotes depende en gran medida de ellos. 33. Es imprescindible que el Responsable General y los formadores dialoguen entre sí constantemente para abordar en comunión la formación de los futuros misioneros sacerdotes y la orientación en que esa formación se realiza El sacerdote formador de la etapa previa a las ordenaciones 34. Como ya se ha señalado en los números 15 al 17 del presente documento, se asignará a uno o varios sacerdotes la formación específica previa a las ordenaciones. Entre sus competencias podemos señalar: - Elaborar y ejecutar un plan formativo adaptado a las necesidades de los candidatos a la ordenación; - Acompañar a los candidatos en el periodo final de la formación inicial, dando vital importancia a los elementos diaconales y sacerdotales que necesitan integrar en su identidad misionera; 4.3. El misionero sacerdote asesor en los primeros cinco años de la formación permanente 35. La labor de este sacerdote consiste en guiar los primeros pasos del recién ordenado, de tal manera que este pueda encontrar un hermano mayor con el que compartir la vivencia práctica del ejercicio ministerial, así como las dificultades propias del camino. Además le motivará de la mejor manera para vivir los medios que aseguran y garantizan una vivencia espiritual fructífera: La dirección espiritual, la revisión de vida, así como los demás medios que marcan nuestras constituciones. 9 Cf OT 5; RFIS 28; PDV 66.