Declaración para actas de Smart Approaches to Marijuana (SAM) 26 de abril de Jeffrey Zinsmeister

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1 Declaración para actas de Smart Approaches to Marijuana (SAM) 26 de abril de 2016 Jeffrey Zinsmeister Distinguidos integrantes de los estados miembro de la OEA; representantes de CICAD; miembros de la sociedad civil; damas y caballeros: Me dirijo a ustedes en nombre de Smart Approaches to Marijuana en apoyo a las tres convenciones internacionales de la ONU en materia de drogas y en contra de la legalización y comercialización de las drogas psicoactivas, incluyendo la cannabis. Existen varias alternativas al encarcelamiento de consumidores de drogas además de la legalización y comercialización de sustancias adictivas alternativas que protegen mejor la salud pública y que se apegan a las convenciones. Tras la Sesión Especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas, pedimos a todos los estados miembro de la OEA consultar el informe más reciente de la Organización Mundial de la Salud sobre la cannabis. Este documento fue elaborado por docenas de expertos de todo el mundo y muestra claramente los peligros del uso de la marihuana, por ejemplo: 1

2 El uso regular de la marihuana puede crear dependencia. El riesgo de desarrollar una adicción puede ser de aproximadamente 1 en 10 entre usuarios en general, 1 en 6 entre usuarios adolescentes y 1 en 3 entre consumidores habituales. Existe una relación consistente entre el uso de la marihuana en la adolescencia y el riesgo de desarrollar síntomas psicóticos o esquizofrenia. Una mayoría sustancial de ciudadanos en todo el mundo se opone a la legalización de la marihuana. Además, la legalización de la droga tiene un propósito: enriquecer a un pequeño número de empresarios. Si se tratara de libertad personal o de ponerle fin a la Guerra contra las Drogas, los recientes cambios en las políticas que se han propuestos se limitarían a la descriminalización y se enfocarían en otras tantas alternativas al encarcelamiento vías que CICAD y varios estados miembro ya están explorando. Sin embargo, una serie de intereses de negocios se están involucrando con el comercio legal de la marihuana en Colorado y otros lugares. Su objetivo es ir más allá de las políticas de descriminalización y establecer nuevas industrias para producir y vender sustancias adictivas. Han creado compañías de inversión privadas y grupos de cabildeo para atraer a inversionistas y promover artículos como dulces, refrescos y otros productos 2

3 derivados de la marihuana, y justifican esto como la única alternativa al encarcelamiento masivo, como si el resto de las alternativas no existiera. En el estado de Colorado los efectos han sido negativos. Los ingresos a las salas de emergencias van a la alta, así como las expulsiones de escuelas y las infracciones por conducir bajo los efectos de la marihuana. De hecho, por primera vez Colorado es el estado con la tasa de consumo de marihuana más alta en Estados Unidos. Pero no es de sorprenderse que eso pase. Cuando el 20% de los consumidores usa casi el 80% de la marihuana, y el riesgo de adicción es más alta cuando el consumo empieza en la adolescencia, el modelo de negocio nos lleva inevitablemente a promover el consumo habitual y por menores de edad. También sabemos que estas industrias adictivas van dirigidas a las poblaciones más pobres y desfavorecidas. Uno de los vecindarios de más bajo ingreso de Denver tiene un negocio de marihuana por cada 47 habitantes. Esto se asemeja al estudio de la Universidad John Hopkins que mostró que un vecindario de bajo ingreso predominantemente negro en Baltimore era ocho veces más propenso a tener licorerías de conveniencia que un vecindario blanco o racialmente integrado. 3

4 Esto no significa que queramos encasillar a la gente por consumir marihuana. De ninguna manera estamos pidiendo encarcelamientos masivos. Queremos enfatizar la prevención, la intervención temprana, el tratamiento y la recuperación por encima de las ganancias. Sin embargo, negar el potencial adictivo de la marihuana o los efectos negativos a la salud mental es negar la contundente evidencia científica con la que contamos. Nuestra experiencia nos dice que no debemos recibir con los brazos abiertos a una nueva industria adictiva, como las grandes tabacaleras, que se concentrará en comercializar y aumentar el uso, en particular por los jóvenes, de una droga que hoy es más potente de lo que ha sido. Además, queremos recalcar que una industria internacional y legal de la marihuana podría impulsar tratados de inversión bilaterales y multilaterales que pondrían a prueba las regulaciones de salud pública en todo el mundo, como lo ha hecho la industria del tabaco. Las acciones legales que las compañías tabacaleras han impulsado han tenido un impacto desproporcional en los países en vías de desarrollo, y con frecuencia se resuelven en arbitrajes internacionales herméticos más que en cortes nacionales. Por lo tanto solicitamos que los estados miembro de la OEA sigan las tres convenciones de las Naciones 4

5 Unidas sobre las drogas y reiteren su compromiso con las convenciones, en torno al debate sobre el estatus legal de la marihuana. El uso no medicinal de la marihuana no es una solución a los retos existentes en materia de control de drogas. La legalización tampoco es el único camino para promover alternativas al encarcelamiento de consumidores de drogas. Por lo tanto exhortamos a los estados miembro a poner a la salud pública por encima de las ganancias y explorar otras alternativas al encarcelamiento, más allá de la comercialización de sustancias adictivas. Muchas gracias. 5