Santiago 144, septiembre-diciembre Recibido: junio / Aceptado: agosto

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1 Santiago 144, septiembre-diciembre Recibido: junio / Aceptado: agosto Mirada al patrimonio industrial de Cuba: Protección, conservación y refuncionalización Look at the industrial heritage of Cuba: Protection, conservation and refunctionalization Resumen MSc. Ilka Pell-Delgado ilka@cnpc.cult.cu Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, Cuba MSc. Arq. Ruslán Muñoz-Hernández ruslan@arquitectura.cujae.edu.cu Universidad Tecnológica de La Habana, Cuba Arq. Víctor Marín-Crespo isa551316@yahoo.es Especialista en Patrimonio, La Habana, Cuba El patrimonio industrial en Cuba constituye una fuente para el conocimiento del desarrollo socioeconómico y cultural del país. El surgimiento y perfeccionamiento de diversas producciones industriales, en las etapas de la colonia, república y revolución, generó la creación de un valioso patrimonio material que por su trascendencia merece ser conservado como riqueza acumulada de los siglos, lo que culturalmente reafirma los valores patrios y la memoria histórica de la nación. La investigación aborda el desarrollo del patrimonio industrial cubano, reflejado a través de sus diferentes etapas y ramas económicas, que son más que azúcar, café y tabaco. Se organiza la información por epígrafes, en los cuales se explica que se entiende por patrimonio industrial, su evolución y las acciones de protección, conservación y refuncionalización actualmente. El trabajo constituye un acercamiento diferente al tema para la necesaria contribución a la preservación y difusión nuestro patrimonio cultural en la sociedad. Palabras clave: patrimonio, patrimonio industrial, refuncionalización. Abstract The industrial heritage in Cuba is a source for knowledge of the country's socio-economic and cultural development. The emergence and perfection of various industrial productions, in the colonial, republic and revolutionary stages, generated the creation of a valuable material patrimony that, due to its importance, deserves to be preserved as a accumulated wealth of centuries, which culturally reaffirms patriotic values and The historical memory of the nation. The research addresses the development of Cuban industrial heritage, reflected through its different stages and economic branches, which are more than sugar, coffee and tobacco. The information is organized by epigraphs, in which it is explained that it is understood by industrial heritage, its evolution and the actions of protection, conservation and refunctionalization at the moment. The work 476 e-issn , Ilka Pell-Delgado, pp

2 Mirada al patrimonio industrial de Cuba: Protección, conservación y refuncionalización, pp constitutes a different approach to the theme for the necessary contribution to the preservation and dissemination of our cultural heritage in society. Keywords: heritage, industrial heritage, refunctionalization. Introducción El patrimonio cultural y natural está entre los bienes más preciados e irremplazables de la humanidad. Su deterioro o desaparición empobrece los pueblos. Ese legado merece una protección especial contra los peligros que constantemente le acechan. El 16 de noviembre de 1972 fue aprobada por la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural, la cual expresa entre sus postulados que: El patrimonio cultural y el patrimonio natural están cada vez más amenazados de destrucción, no sólo por las causas tradicionales de deterioro sino también por la evolución de la vida social y económica que las agrava con fenómenos de alteración o de destrucción aún más temibles UNESCO (1972). El patrimonio industrial agrupa los vestigios de valor histórico, tecnológico, científico o arquitectónico que, por su uso y aplicación en la industria, a través del tiempo, adquieren un significado especial. Forman parte de él tanto las manifestaciones materiales: edificios, espacios, talleres, minas, campamentos, instalaciones, obras ingenieras, maquinarias, vehículos, equipos, utensilios y herramientas, como las inmateriales relacionadas con el proceso productivo y con el entorno socio económico y cultural de los trabajadores. Incluye, además, los documentos que registran su génesis y evolución. A finales del siglo XIX, en Europa, los países iniciadores de la Revolución Industrial- Inglaterra, Holanda, Francia, Bélgica y Alemania- reconocen que son las fábricas, portadoras de valores técnicos, científicos y culturales, huellas imborrables de una etapa histórica, cuyos bienes muebles e inmuebles trascienden en el tiempo y se hacen imprescindibles para la comprensión de los procesos económicos y sociales de cada territorio. En la segunda mitad del siglo XX esta tendencia se hace fuerte. Surgen museos relacionados con la industria; además, en diferentes países, se legisla a favor de la conservación de los bienes pertenecientes a ella. Organismos internacionales promotores de los valores de la cultura universal, como la UNESCO y el Consejo Internacional de e-issn , Santiago, 144, pp ,

3 Ilka Pell-Delgado Monumentos y Sitios Históricos (ICOMOS), incorporan a su trabajo la protección del patrimonio industrial. El Comité Internacional para la Conservación del Patrimonio Industrial (TICCIH), fundado en 1973, se ha convertido en significativo órgano internacional, regional y nacional, aglutinador de profesionales de diferentes especialidades y áreas geográficas con un interés común: la salvaguarda del patrimonio industrial. Razones económicas y políticas coyunturales, así como la búsqueda de tecnología contemporánea, alteraron las cadenas de producción, los modos de vida y volvieron obsoletas muchas fábricas. Los compradores y productores cambiaron con el tiempo, mientras que los renglones productivos, procesos y surtidos mercantiles determinaron las fluctuaciones del mercado. En la actualidad, las importaciones masivas reemplazan, por lo general, una buena parte de la actividad industrial local del pasado. Muchas de las herramientas, maquinarias, fábricas o empresas que fueron importantes en su comunidad permanecen en desuso y corren el riesgo de ser desmanteladas. Estudiar el uso futuro del patrimonio industrial permite enfrentar su obsolescencia, planificar racionalmente su potencial en las directrices de desarrollo, teniendo en cuenta las demandas económicas y laborales, incluso, ajustar sus instalaciones a las nuevas formas productivas y los nuevos mercados. Es importante tomar medidas eficaces de salvaguarda y protección antes de decidir la parada de una industria o instalación de cualquier naturaleza. Clasificar y proteger la documentación técnica, actualizar inventarios del equipamiento que posee, así como ejecutar dictámenes técnicos que avalen su estado de conservación, son medidas que aseguran el patrimonio económico y cultural. Los sitios industriales pueden destinarse a funciones distintas a las que tuvieron originalmente, incluso modernizarse, sin que ello afecte su entorno. La refuncionalización gradual de ese patrimonio, orientado hacia el desarrollo comunitario y local, permitirá lograr un mayor aprovechamiento de las materias primas, el capital humano y facilitará la diversificación de la producción. 478 e-issn , Santiago, 144, pp , 2017

4 Mirada al patrimonio industrial de Cuba: Protección, conservación y refuncionalización, pp Desarrollo El Patrimonio industrial cubano En Cuba el patrimonio industrial está en primer lugar relacionado con la minería y los procesos productivos vinculados con industrias azucarera, tabacalera y cafetalera. La minería comienza desde inicios del siglo XVI con la extracción de oro, la explotación de hierro y, a partir de 1530, del mineral de cobre descubierto en los yacimientos de Santiago de Cuba (imagen 1). Imagen 1: Paisaje de las Minas El Cobre, Santiago de Cuba Los inicios de las industrias tradicionales cubanas datan de los siglos XVI y XVII, cuando empezó a desarrollarse una economía de subsistencia asentada en la producción agrícola. Las condiciones históricas contribuyeron a que la producción de azúcar de caña, tabaco y café cubanos creara en Europa una amplia demanda que motivó a los colonos a interesarse por aumentar estas producciones para su exportación. Hacia finales del siglo XVIII se produjo un despegue industrial, destinado a satisfacer tales necesidades. El producto más solicitado fue el azúcar de caña. Inicialmente la molienda se realizaba en rudimentarios trapiches movidos por la tracción animal y, en algunos casos, por los esclavos negros africanos, hasta que se introdujo gradualmente el invento de la máquina de vapor. Para el siglo XIX los trapiches se habían modernizado y convertido en prósperos ingenios (imagen 2). e-issn , Santiago, 144, pp ,

5 Ilka Pell-Delgado Imagen 2: Ingenio Ácana Pronto el territorio nacional se vio envuelto en la vorágine de la industria azucarera. Las mayores producciones se concentraron en los alrededores de la villa de San Cristóbal de la Habana, especialmente en los valles cercanos al río Mayabeque, en la jurisdicción de Güines, la llanura de Matanzas y la región central del país en la antigua provincia de Las Villas, donde se incluye el Valle de los Ingenios cercano a la villa de Trinidad. También se obtuvieron rendimientos significativos en algunas áreas del oriente cubano como Camagüey, Holguín y Santiago de Cuba. Las características geográficas, la fertilidad de la tierra de los valles, el acceso a los puertos para la exportación de azúcar y la mano de obra barata propiciaron el desarrollo pleno de esta industria. La Revolución Haitiana tuvo un impacto imborrable en la historia caribeña y sus metrópolis. La caída de Saint Domingue como el emporio azucarero y cafetalero de relevancia mundial abrió paso al despegue de otros territorios, en particular de la isla de Cuba. La ruina de la economía haitiana, así como el alza de los precios del azúcar que la acompañó, favoreció el crecimiento de la producción azucarera cubana. Comienza una batalla territorial entre el azúcar y el tabaco que culminaría con el confinamiento de este último a zonas más alejadas de La Habana y tierras menos fértiles (imagen 3). 480 e-issn , Santiago, 144, pp , 2017

6 Mirada al patrimonio industrial de Cuba: Protección, conservación y refuncionalización, pp Imagen 3: Vega de Tabaco en Pinar del Río El siglo XIX inicia con una alta demanda de azúcar. El crecimiento demográfico y el fomento de la caña continúan en aumento. Aun cuando el café y el tabaco constituyen una fuente de ingresos a la Isla, el azúcar es el principal elemento colonizador de la centuria. El gran paso tecnológico lo aporta la Revolución Industrial y llega de Europa el ferrocarril. Con el surgimiento del ferrocarril a Bejucal, en 1837, y luego a su destino final en Güines, en 1838, nace la expansión azucarera. Según Moreno Fraginals (1978) es el ferrocarril, y no la máquina de vapor aplicada al trapiche (1819), el primer elemento de la Revolución Industrial que transforma completamente las condiciones cubanas de producción. Con la introducción de este adelanto científico-técnico se da un fuerte impulso a la obtención de azúcar de caña y sus derivados, que en ese momento se encontraba frenada debido a que no existían las condiciones necesarias para el traslado de los productos. Cuba se convierte en pionera de ese medio de transporte en Iberoamérica y séptima a nivel mundial (imagen 4). e-issn , Santiago, 144, pp ,

7 Ilka Pell-Delgado Imagen 4: Ferrocarril en función de la industria azucarera Los cultivos de café y tabaco incrementaron sus producciones, pero sin llegar a alcanzar los volúmenes del azúcar. Las vegas de tabaco de Pinar del Río, Villa Clara y Sancti Spíritus ganaron fama mundial, en especial las de Vueltabajo en la provincia más occidental de la Isla. En estos lugares el paisaje ha permanecido casi invariable desde finales del siglo XIX; el verde color de los sembrados de tabaco solo es interrumpido por las casas de madera con techos a dos aguas donde se desarrollan las tareas de escogida y secado de la hoja que posteriormente se procesa para su consumo en fábricas especiales. Las plantaciones cafetaleras, en busca de las mejores condiciones climáticas, se ubicaron en las zonas montañosas de la Sierra Maestra (imagen 5), en oriente, y la Sierra del Rosario, en Pinar del Río. Significativo impulso recibió este cultivo con el arribo a Cuba de los colonos franceses que huían de la Revolución Haitiana, los cuales aportaron su experiencia tecnológica e incrementaron el número de haciendas. 482 e-issn , Santiago, 144, pp , 2017

8 Mirada al patrimonio industrial de Cuba: Protección, conservación y refuncionalización, pp Imagen 5: Cafetal La Isabelica en Santiago de Cuba En el siglo XIX las guerras de independencia provocaron inestabilidad en la economía cubana, los niveles de producción decrecieron al mínimo, lo que provocó la ruina de muchos propietarios. Debilitada en su base económica y política, a partir de la intervención norteamericana en 1898, la Isla quedó virtualmente en manos del capital norteamericano. Cuba comienza el siglo XX con una industria azucarera devastada y el resto de las producciones afectadas. Rápidamente hubo un proceso de reorganización de la economía, se construyeron modernas terminales marítimas para facilitar la exportación del azúcar y se introdujo una nueva tecnología que en lo fundamental proviene de los Estados Unidos. Los dueños de pequeños ingenios, sin capital para enfrentar la crisis, quebraron y se produjo el proceso de centralización de la producción azucarera. La introducción de nuevos equipos contribuye al desarrollo de los centrales. A esa nueva imagen industrial del paisaje cubano, caracterizada por estructuras metálicas, se suman los asentamientos bien trazados y socialmente diferenciados llamados bateyes (imagen 6). e-issn , Santiago, 144, pp ,

9 Ilka Pell-Delgado Imagen 6: Batey y Central Hershey Durante casi todo el siglo XX, el país dependía de la producción de azúcar, casi toda sustentada por compañías norteamericanas. En 1958 el total de la tierra cultivada en la Isla era solo el 21% y de este, 52% eran latifundios cañeros. La red privada de ferrocarriles llevaba el producto de 161 centrales a 23 puertos de embarque. La recuperación de la economía cubana se extendió al resto de las producciones. Durante la primera mitad del siglo XX, el café y el tabaco continuaron elevando su prestigio en el mercado mundial por su calidad. Podemos mencionar las grandes fábricas de cigarrillos que datan del siglo anterior y prosperan en este periodo como: Partagás (ahora H. Upmann), la original H. Upmann, La Corona y Regalías el Cuño. Paralelamente surgieron y se perfeccionaron otras industrias, entre ellas, la minera con el yacimiento de cobre en la zona de Matahambre, en Pinar del Río (1912), y los yacimientos niquelíferos de Moa, en Holguín, algunas textileras como Ariguanabo, fábricas de cemento, plantas para la generación de energía eléctrica, alimentos y otros productos de consumo (imagen 7). 484 e-issn , Santiago, 144, pp , 2017

10 Mirada al patrimonio industrial de Cuba: Protección, conservación y refuncionalización, pp Imagen 7: Vista aérea de Tallapiedra Con el triunfo de la Revolución Cubana en 1959, se produce un cambio radical en todos los órdenes. La diversificación es la principal premisa del desarrollo industrial. Se crean nuevos sectores como la producción de maquinarias, la industria farmacéutica y grandes textileras. En la esfera azucarera se inician procesos que conducen a la unificación de la agricultura cañera con la industria y aparecen los complejos agroindustriales (CAI). En las industrias tradicionales se introducen nuevas tecnologías, que en su mayoría provenían de los países de la comunidad socialista europea, principalmente de la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. El comandante Ernesto Che Guevara dio los primeros pasos hacia la creación de una industria moderna y polifacética, que se sustentara en el desarrollo científico técnico. Ante la inminente parálisis de la base técnica de la industria debido al bloqueo económico impuesto por los Estados Unidos, impulsó el movimiento de innovadores y racionalizadores, aún existente, para buscar soluciones a la escasez de piezas de repuesto y motivar la superación especializada de los trabajadores. Este panorama sufrió un viraje radical a inicios de la década del noventa del siglo XX, cuando el país se vio inmerso en una profunda crisis económica, al perder su principal e-issn , Santiago, 144, pp ,

11 Ilka Pell-Delgado mercado como consecuencia del derrumbe del socialismo en la Europa del Este y la extinta Unión Soviética. Esta situación afectó seriamente la conservación del patrimonio en general y, de manera particular, del industrial, que quedó descuidado y desprotegido antes otras prioridades. Algunas fábricas se paralizaron y cerraron. La tecnología, al estar obsoleta, en muchos casos quedó abandonada, y los inmuebles sufrieron deterioros por falta de mantenimiento. Otras lograron insertarse en los nuevos planes económicos creados acordes con la disponibilidad de los recursos nacionales. Entre las industrias tradicionales, la situación más crítica la presentó la producción azucarera que enfrentó un proceso de reorganización, el cual condujo a la paralización total de más de la mitad de los centrales del país. Es en este sector donde se localizó el mayor peligro de deterioro y pérdida del patrimonio industrial. Ante esta situación crítica en lo económico, político y social, se hizo inminente realizar acciones integrales para mitigar daños durante lo que se denominó Período Especial. Resulta de ello una paradoja: surge y se asume como alta prioridad estatal el desarrollo de la industria biotecnológica cubana, expresión de la orientación estratégica de la Revolución ante tales adversidades internacionales e internas. La industria militar, igualmente fue jerarquizada, potenciada y perfeccionado el mantenimiento del armamento y equipamiento técnico de combate. Acciones de protección y conservación La protección del patrimonio histórico cultural y natural de la nación ha sido una preocupación constante en la política estatal cubana. Un paso relevante en la reorganización de la sociedad fue la aprobación de la Constitución de la República en Cabe destacar que las dos primeras leyes muestran la madurez social alcanzada en el reconocimiento del valor del patrimonio y su salvaguarda: Leyes No. 1 de Protección al Patrimonio Cultural y No. 2 de los Monumentos Nacionales y Locales (1977). Las acciones iniciales encaminadas a la protección y conservación del patrimonio industrial las ejecutó la Comisión Nacional de Monumentos mediante la declaratoria de 37 de estos bienes como monumento. Tres de ellos fueron reconocidos por la UNESCO Patrimonio Mundial: Trinidad y el Valle de los Ingenios (Sancti Spíritus, 1988) 486 e-issn , Santiago, 144, pp , 2017

12 Mirada al patrimonio industrial de Cuba: Protección, conservación y refuncionalización, pp importante ejemplo del desarrollo urbano y de la evolución de un territorio a partir del desarrollo de la industria azucarera; el Valle de Viñales (Pinar del Río, 1999), famoso por sus paisajes naturales tabacaleros (imagen 8), donde la arquitectura vernácula asociada a la producción de tabaco es un componente esencial; el Paisaje Arqueológico de las Primeras Plantaciones Cafetaleras del Sudeste del Oriente de Cuba (Santiago de Cuba y Guantánamo, 2000), exponente de los asentamientos de la cultura de plantación del café. Imagen 8: Valle de los Ingenios, Sancti Spíritus Dentro del patrimonio inmaterial, la Tumba Francesa, tradición músico-danzaria de inmigrantes haitianos y colonos franceses que surgió en las plantaciones de café del sudeste de Cuba, forma parte de la Lista Representativa del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO. A su vez, la improvisación de décimas, acompañada del punto cubano, de procedencia rural, y las lecturas de tabaquería, oficio aún vigente en el proceso industrial del tabaco, están reconocidas como Patrimonio Cultural de la Nación. Una de las acciones más importantes en la conservación del patrimonio industrial se inicia a finales de los años noventa del siglo XX, con la orientación de realizar el inventario nacional del patrimonio industrial. Hasta ese momento la protección se había ejercido de manera aislada, dirigida solo hacia conjuntos y bienes de excepcional valor arquitectónico o histórico. El trabajo constituyó un reto para los especialistas que, por vez primera, se enfrentaron a evaluar tecnología e inmuebles. La información confirmó que los exponentes más valiosos tenían relación directa con el desarrollo de las producciones tradicionales. Se e-issn , Santiago, 144, pp ,

13 Ilka Pell-Delgado identificaron otras industrias contemporáneas como las fábricas de productos alimenticios, bebidas, licores, generación de energía eléctrica, calzado, perfumería, textil, papel, farmacéutica, transporte ferroviario, minería e instalaciones portuarias, pesca, así como algunos bienes del patrimonio mueble (autos, locomotoras, entre otros). Con respecto al patrimonio industrial activo, la realización del inventario contribuyó a la concientización sobre su valor. En el 2002, al ponerse en marcha un plan de reconversión de los centrales azucareros, se propuso convertir en museo algunos de los que serían desactivados, lo cual constituyó un paso importante en la conservación de este patrimonio. En ese año se creó el Museo Nacional del Ferrocarril, institución propietaria, y que desarrolla la labor de investigación, estudio y conservación, de disímiles piezas vinculadas a la historia del transporte ferroviario en Cuba. Mientras, la Resolución 02 del 2004, del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, declaró las locomotoras a vapor Patrimonio Cultural de la Nación, comenzando así un proceso para su rescate, reubicación, conservación y protección. Es de destacar la declaratoria como Monumento Nacional, en 2007, del sistema de Acueductos de La Habana y los Planos Inclinados de Mayarí, en Holguín, verdaderos ejemplos de la ingeniosidad de la arquitectura industrial cubana que perduran hasta la actualidad. La importante decisión nacional de favorecer las operaciones portuarias en la zona especial del puerto de Mariel (a 60 km al oeste de La Habana) propicia un nuevo uso del patrimonio industrial del puerto habanero, que, además de facilitar el atraque a embarcaciones para pasajeros y cruceros de turismo, dispone de instalaciones públicas para su disfrute. Varias infraestructuras portuarias de La Habana están actualmente en proceso de cambio de uso. En los últimos años, algunas muestran soluciones urbanísticas y de interés social que hacen muy visible la importancia del patrimonio industrial. Tal es el caso de la transformación de varios espigones antiguos del puerto en sitio para el mercado de artesanías (Almacenes San José), una nueva minifábrica de cerveza (Almacenes de 488 e-issn , Santiago, 144, pp , 2017

14 Mirada al patrimonio industrial de Cuba: Protección, conservación y refuncionalización, pp Madera y Tabaco), así como la renovación técnica del sifón del alcantarillado de la Bahía, construido en 1912 y considerado una maravilla de la ingeniería civil cubana. Estas nuevas acciones evidencian las potencialidades de estos sitios para elevar la calidad de vida de la comunidad y mostrar al turismo aquellas antiguas facilidades industriales. Una obra de gran aceptación ha sido la recuperación de la antigua fábrica de aceite El Cocinero, (antes compañía de electricidad de La Habana), símbolo del rico patrimonio industrial habanero, devenida en el proyecto cultural Fábrica de Arte Cubano (FAC), espacio cosmopolita considerado un laboratorio artístico para el entretenimiento y la creación contemporánea cubana. Otro proyecto cultural se gesta en el antiguo taller de los tranvías de la calle Línea en El Vedado, que también fuera fábrica de autobuses, entre otras funciones (imagen 9). Imagen 9: Fábrica de Arte Cubano, antigua fábrica de aceite El Cocinero, antes compañía de electricidad de La Habana Acciones similares experimentan zonas, edificios e instalaciones industriales, portuarias y ferroviarias en otras ciudades como Cienfuegos, Camagüey y Santiago de Cuba. Los edificios industriales, en especial los centrales azucareros, las fábricas de tabaco, y sus asentamientos han conformado espacios significativos de la nación. José Martí difundió entre los tabaqueros su prédica revolucionaria. Poetas como Regino Botti y pintores como Marcelo Pogolotti, o líderes revolucionarios como Jesús Menéndez, Blas e-issn , Santiago, 144, pp ,

15 Ilka Pell-Delgado Roca y Lázaro Peña, por solo citar algunas personalidades, hicieron referencia a la industria y hablaron a los trabajadores en muchas de esas instalaciones. Generaciones enteras de cubanos han despertado cada mañana con el pitazo de la locomotora, la sirena de la industria, la campana del central o la mina. Los lectores de tabaquería han instruido y entretenido a miles de obreros. Los tostaderos de café (imagen 10) durante años han deleitado a los cubanos con su producción (Pilón, Regil). Imagen 10: Torrefactora Café Regil, La Habana Recordemos la frase jocosa de un famoso periodista cubano de la primera mitad del siglo XX que consideró la economía cubana como de postre, porque se basaba en azúcar, tabaco y café. La experiencia y el prestigio de Cuba en la gestión patrimonial deben continuar siendo una fuerza para la recuperación del patrimonio industrial, la promoción de sus valores culturales y su supervivencia con nuevos usos. Una solución acertada en la rehabilitación de esos edificios y tecnologías antiguas permitiría mantener espacios e instalaciones reconocidas por la comunidad, además de ahorrar nuevas inversiones y usar esos recursos para fortalecer vínculos sociales y culturales en ciudades y montañas. El desarrollo integral de la cultura, la educación, la salud, el turismo, la prospección geológica y la extracción petrolífera, la agricultura intensiva ecológica y el desarrollo forestal, la pesca marítima y fluvial, la diversificación de la cooperación internacional y las inversiones productivas contribuyen a elevar la calidad de la vida material y espiritual 490 e-issn , Santiago, 144, pp , 2017

16 Mirada al patrimonio industrial de Cuba: Protección, conservación y refuncionalización, pp de todos los ciudadanos y hacen sustentable la existencia renovada y el mejor legado de la industria nacional al crear nuevas riquezas que amplíen el significado de ese patrimonio como un activo para el desarrollo político y social de todos. Conclusiones La industria se ha vinculado con la vida del hombre, con el paisaje y ha sido un eje dinamizador de nuevas urbanizaciones. Sus inmuebles han evolucionado estilísticamente con el tiempo y han constituido el interés de arquitectos de vanguardia los que han legado obras con nuevas formas, ajustadas a los avances tecnológicos asociados a la función fabril, caracterizadas por el uso de nuevos materiales, la fluidez espacial y la belleza de su expresión. Estas industrias, han tenido un peso fundamental en el desarrollo económico, urbano y demográfico del territorio y constituyen a su vez, un patrimonio que aún no cuenta con el merecido reconocimiento ni por parte de la población ni de las instituciones. Precisamente por esta razón es imprescindible acometer la conservación y rehabilitación de este patrimonio industrial con la colaboración de las distintas administraciones públicas, factores políticos y la comunidad. El patrimonio industrial es parte indisoluble de la cultura, de la historia y de la identidad nacional de los pueblos, de ahí su importancia como motor de desarrollo. La mirada hacia este siempre debe ser desde un enfoque holístico, que integre los aportes de económicos, sociales, artísticos y culturales en general. Referencias bibliográficas 1. UNESCO (1972). Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural, aprobada por la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). 2. Moreno Fraginals, M. (1978). El Ingenio. La Habana: Editorial Ciencias Sociales. e-issn , Santiago, 144, pp ,