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Diego Macías Moreno
hace 6 años
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1 MENSAJE HON. FEDERICO HERNÁNDEZ DENTON JUEZ PRESIDENTE TRIBUNAL SUPREMO DE PUERTO RICO JURAMENTO DE JUECES Y JUEZAS DEL TRIBUNAL DE APELACIONES Y DEL TRIBUNAL DE PRIMERA INSTANCIA Centro de Convenciones San Juan, Puerto Rico Buenas tardes. Es con mucho placer que, en nombre de los compañeros Jueces Asociados y las compañeras Juezas Asociadas, me dirijo a ustedes en esta ocasión. I. Hoy celebramos con júbilo el juramento protocolar de fidelidad a la Constitución y a las leyes del Estado Libre Asociado de Puerto Rico y de Estados Unidos, así como a los postulados

2 Página 2 éticos que rigen la conducta de los miembros de la Judicatura, que ustedes, jueces y juezas del Tribunal General de Justicia, han efectuado ante este Tribunal. Felicitamos a los Jueces Juan R. Hernández Sánchez y Teresa Medina Monteserín por su ascenso a Jueces del Tribunal de Apelaciones; así como a Olga E. Birriel Cardona, Roberto Feliberti Cintrón y Luis G. Saavedra Serrano por su reciente designación a dicho foro. Vaya también nuestra felicitación a los Jueces Miguel J. Fabre Ramírez, Marilyn Mártir Gayá, Miguel A. Rosario Reyes y

3 Página 3 Jimmy Villalobos González por su renominación como jueces de la Sala Superior del Tribunal de ; así como a las juezas Carmen J. Rivera Marrero e Iris S. Rodríguez López por su ascenso a dicho foro. Reconocemos, además, a los Jueces Jaime J. Benero García, Gretchka M. Curbelo del Valle, Jorge L. Díaz Reverón, Sylvia G. Díaz Solla, Roberto L. García Vega, María del Pilar González Moreno, César E. Mercado Santaella, Enrique A. Pérez Acosta, José M. Ramírez Legrand, Santos Ramos Lugo, Iris A. Reyes Maldonado, Marta M. Rosario Santana, Vilmary D. Soler Suárez, Juan M. Tirado Ríos,

4 Página 4 María Z. Trigo Ferraiuoli y Héctor J. Vázquez Santisteban, quienes hoy se unen a la Rama Judicial como jueces de la Sala Superior del Tribunal de. Le damos también la bienvenida a los Jueces Karem M. Álvarez Echeandía, Joel A. Cruz Hiraldo, Rafael A. Ramos Sáenz, Isander J. Rivera Morales y Geysa D. Villarubia Rivera, quienes se integran a la Judicatura desde la honrosa posición de jueces municipales. Reconocemos el logro que su nombramiento, confirmación y juramento como jueces y juezas representa para ustedes, y

5 Página 5 extendemos nuestras felicitaciones a todos sus familiares y amigos que nos acompañan. Como ustedes, muchos otros han jurado ante este Tribunal fidelidad a los postulados éticos que son inherentes a la función judicial. Tanto ellos, como ustedes hoy, lo han hecho con profundo convencimiento de que la más estricta adhesión a esos postulados es necesaria para salvaguardar las bases de legalidad de nuestro ordenamiento jurídico y para garantizar la protección de los derechos constitucionales y civiles de la ciudadanía. Esta ceremonia no es, pues, un mero acto formal ni protocolar. Para su vida personal y

6 Página 6 familiar representa la consagración de muchos años de esfuerzo, de estudio y de sacrificio. Para su vida profesional representa una nueva oportunidad de crecer en un mundo siempre retante, siempre revitalizado por noveles y variadas controversias que nos obligan a repensar los conceptos de orden y de convivencia humana en los que se funda nuestra sociedad y nuestro ordenamiento jurídico. II. Como es conocido por todos, el prestigio del cargo judicial y la relativa estabilidad económica que produce el cargo de juez puede

7 Página 7 ser incentivo para que muchos aspiren a ocupar dicho cargo. Sin embargo, la judicatura no necesita a los muchos. La judicatura necesita a los mejores; necesita a los que tienen vocación; y necesita a quienes conociendo las exigencias del cargo de juez las aceptan voluntariamente para cumplir plenamente con ellas. El llamado implica, pues, que el aspirante a tan honrosa posición se pregunte: Estoy apto para ejercer dicho cargo? La aptitud antes requerida se desdobla en las cualificaciones intelectuales, tales como conocimiento agudo del derecho y de las

8 Página 8 destrezas de la abogacía, razonamiento analítico, destrezas superiores de investigación y de redacción, entre otras. También incluye las cualificaciones personales o morales, entre las cuales destaco la importancia de que éstas no maculen su función judicial. Esta exigencia deontológica supone el desterrar de su ánimo y de su conciencia las preferencias personales y las presiones e influencias ajenas al Derecho que llegarán a su atención, y que percibirán de diversas formas, pues además de ser jueces, quienes ocupan dicho cargo son también ciudadanos del país en el cual les corresponde impartir justicia.

9 Página 9 Así, corresponde a cada uno de ustedes reflexionar sobre lo anteriormente expuesto para determinar si con su juramento como juez o jueza la judicatura gana. Se trata, pues, de un ejercicio de sublime desprendimiento en el cual el abogado o la abogada recién juramentado al cargo de juez o jueza evalúa cómo la judicatura se nutre con su designación como tal. A los ojos de quienes evaluaron sus aptitudes para el cargo, y a la luz de quienes les conocemos, ustedes están cualificados para ejercer la profesión. No tengo duda de ello.

10 Página 10 Ahora bien, cada día que usen la toga, ese símbolo que nos identifica frente al pueblo, deberán reafirmar esa convicción que los llevó a creer que eran aptos para el cargo. Deberán demostrarse a ustedes mismos que con sus ejecutorias la judicatura puertorriqueña y, por lo tanto, el país, ha ganado. Si preguntáramos a todos los que han estado en la misma posición que ustedes, por qué son jueces, la respuesta mayoritaria será probablemente porque desean construir una sociedad más justa. Ustedes, como sus predecesores, tienen ahora la oportunidad de demostrarlo, y en la Rama Judicial estamos

11 Página 11 dispuestos a asistirle en la búsqueda de tan noble fin. No duden en tocar a nuestras puertas cuando lo necesiten. Conocemos, de primera mano, los serios y continuos retos que se nos presentan a todos los que componemos la Rama Judicial de Puerto Rico. Es por ello que, día a día, trabajamos en la identificación de alternativas que les permitan enfrentar dichos retos de manera efectiva. En ese esfuerzo, nos asisten, entre otros, la Academia Judicial Puertorriqueña, la Comisión de Evaluación Judicial, la Oficina de Servicios y de Apoyo a Jueces y Juezas y el

12 Página 12 Programa de Apoyo a las Familias de la Rama Judicial, dependencias de la Rama Judicial que cumplen con la misión de instruir en aspectos prácticos y sustantivos a la judicatura, evaluar su desempeño y fortalecer aspectos complementarios al ámbito profesional. Estamos seguros de que los servicios que estas dependencias de la Rama Judicial proveen les dotarán de las herramientas necesarias para desempeñar sus funciones con la independencia, imparcialidad, sensibilidad y sabiduría requerida. Recordemos que por más sencillo que sea el caso ante su consideración, para los

13 Página 13 ciudadanos y ciudadanas que acuden ante ustedes es quizás el caso más importante de su vida. En ese sentido, la imparcialidad y la transparencia de los procesos, el trato respetuoso y digno, y la rapidez en la adjudicación de las controversias, contribuirá significativamente a mejorar la confianza de la ciudadanía en los tribunales. III. Para concluir, a ustedes, Honorables Jueces y Juezas que hoy se integran a la Judicatura motivados y con energía renovada, les extiendo una invitación para que se unan al

14 Página 14 grupo de excepcionales servidores públicos que tenemos en la Rama Judicial. Confío en que sabrán ser responsivos a esta invitación y que en el ejercicio de sus funciones judiciales serán imparciales y objetivos. Confío también en que serán ávidos defensores de la independencia judicial, impartiendo justicia rápida, sensible, transparente y de excelencia. Así, pues, en nombre de los compañeros Jueces Asociados señor Rivera Pérez, señora Fiol Matta, señora Rodríguez Rodríguez, señor Martínez Torres, señora Pabón Charneco y señor Kolthoff Caraballo, así como en el mío

15 Página 15 propio, reciban --tanto ustedes como sus respectivos familiares-- nuestras felicitaciones por su incorporación a esta Rama. Siempre tengan presente el hacer de la búsqueda de la justicia su apostolado. Antes de concluir invito a todos los presentes a brindarles un caluroso aplauso a los jueces y a las juezas que hoy han juramentado ante este Tribunal.

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