Primera Semana Compasión. Primera Semana Compasión

Transcripción

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2 Primera Semana Compasión Y salió Jesús y vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas que no tenían pastor; y comenzó a enseñarles muchas cosas. (Marcos 6:34). Como somos testigos de la vida y ministerio de Cristo a través de las narrativas de los Evangelios, un atributo predominante en Su actitud es Su compasión. Somos testigos de Su amor y cuidado mientras ministraba a la gente. Es una de las maneras en que somos llamados a ser como Él. Jesús dijo a Sus discípulos que nuestro amor unos por los otros sería la marca identificadora de nuestra relación con Él. Fuimos testigos de este mismo tipo de compasión después del huracán Mateo en Haití. Aunque nuestro hogar de niños no tuvo daños en su estructura, la comunidad fue duramente afectada. Tanto nuestros niños como los que cuidan de ellos fueron movidos de compasión para ayudar a la comunidad. Cuando sus vecinos se encontraban en medio a los escombros, los niños de Haití demostraron el amor de Dios simplemente por suplir las necesidades básicas de agua y alimentos para aquellos a su alrededor. Unos días más tarde ellos organizaron paquetes de alimentos y de cuidado de la higiene y los distribuyeron entre 425 familias de su comunidad. En medio a tanto desastre, los niños de nuestro orfanatorio en Haití mostraron el amor y la compasión que Cristo tiene por nosotros ministrando a su comunidad local con comida, agua y el evangelio de Jesucristo. Damos gracias a Dios por nuestros niños en Haití y por la compasión que expresaron en su respuesta a las necesidades de su comunidad. Pedimos que, en su tiempo con Dios, ore por el ministerio de Fondo de Patrocinio Infantil. Primera Semana Compasión Y salió Jesús y vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas que no tenían pastor; y comenzó a enseñarles muchas cosas. (Marcos 6:34). Como somos testigos de la vida y ministerio de Cristo a través de las narrativas de los Evangelios, un atributo predominante en Su actitud es Su compasión. Somos testigos de Su amor y cuidado mientras ministraba a la gente. Es una de las maneras en que somos llamados a ser como Él. Jesús dijo a Sus discípulos que nuestro amor unos por los otros sería la marca identificadora de nuestra relación con Él. Fuimos testigos de este mismo tipo de compasión después del huracán Mateo en Haití. Aunque nuestro hogar de niños no tuvo daños en su estructura, la comunidad fue duramente afectada. Tanto nuestros niños como los que cuidan de ellos fueron movidos de compasión para ayudar a la comunidad. Cuando sus vecinos se encontraban en medio a los escombros, los niños de Haití demostraron el amor de Dios simplemente por suplir las necesidades básicas de agua y alimentos para aquellos a su alrededor. Unos días más tarde ellos organizaron paquetes de alimentos y de cuidado de la higiene y los distribuyeron entre 425 familias de su comunidad. En medio a tanto desastre, los niños de nuestro orfanatorio en Haití mostraron el amor y la compasión que Cristo tiene por nosotros ministrando a su comunidad local con comida, agua y el evangelio de Jesucristo. Damos gracias a Dios por nuestros niños en Haití y por la compasión que expresaron en su respuesta a las necesidades de su comunidad. Pedimos que, en su tiempo con Dios, ore por el ministerio de Fondo de Patrocinio Infantil.

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4 Segunda Semana Compromiso «Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor». (Juan 15:10). Uno de los varios trabajos de voluntarios apoyados por nuestro Ministerio de Misiones Mundiales es lo de una familia joven que sirve en un escenario potencialmente amenazador. Llamado a predicar en un área de tensiones políticas donde el mensaje del evangelio no es favorable, nuestro hermano ha escuchado atentamente a la voz del Señor e involucrado en misiones difíciles a medida que el Señor abre las puertas. Recientemente, esta nueva comunidad cristiana fue echada de su lugar de culto. Aun con una nueva ley en su nación restringiendo el evangelismo y una denuncia presentada ante el departamento de policía local contra él y la iglesia, el compromiso de continuar compartiendo el evangelio y discipulando a los nuevos creyentes sigue siendo una misión clara para esta familia misionera. Frente al desafío de tener que parar con su ministerio en la calle y sus servicios evangélicos, adaptaron la visión para incluir más grupos de células en los hogares donde puedan continuar teniendo comunión, ministrando la Palabra y orando unos por otros. A pesar de todas las pruebas que han venido contra ellos y el ministerio, en el que sirven con excelencia, nuestro hermano logra permanecer fiel y confiar totalmente en Dios. Una vez más, Cristo nos da el ejemplo cuando se refiere a Sí mismo en Su compromiso obediente a los mandamientos del Padre y Su desafío para que hagamos lo mismo. En su tiempo con Dios, pedimos que oren por todos nuestros misioneros voluntarios en todo el mundo que están comprometidos con una llamada ministerial única. Segunda Semana Compromiso «Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor». (Juan 15:10). Uno de los varios trabajos de voluntarios apoyados por nuestro Ministerio de Misiones Mundiales es lo de una familia joven que sirve en un escenario potencialmente amenazador. Llamado a predicar en un área de tensiones políticas donde el mensaje del evangelio no es favorable, nuestro hermano ha escuchado atentamente a la voz del Señor e involucrado en misiones difíciles a medida que el Señor abre las puertas. Recientemente, esta nueva comunidad cristiana fue echada de su lugar de culto. Aun con una nueva ley en su nación restringiendo el evangelismo y una denuncia presentada ante el departamento de policía local contra él y la iglesia, el compromiso de continuar compartiendo el evangelio y discipulando a los nuevos creyentes sigue siendo una misión clara para esta familia misionera. Frente al desafío de tener que parar con su ministerio en la calle y sus servicios evangélicos, adaptaron la visión para incluir más grupos de células en los hogares donde puedan continuar teniendo comunión, ministrando la Palabra y orando unos por otros. A pesar de todas las pruebas que han venido contra ellos y el ministerio, en el que sirven con excelencia, nuestro hermano logra permanecer fiel y confiar totalmente en Dios. Una vez más, Cristo nos da el ejemplo cuando se refiere a Sí mismo en Su compromiso obediente a los mandamientos del Padre y Su desafío para que hagamos lo mismo. En su tiempo con Dios, pedimos que oren por todos nuestros misioneros voluntarios en todo el mundo que están comprometidos con una llamada ministerial única.

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6 Tercera Semana La incumbencia «Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió» (John 6:38). «Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido» (Luke 19:10). Jesús dijo que había venido para hacer la voluntad del Padre y se identificó como aquel que vino a buscar y salvar a los perdidos. El ministerio misionero busca cumplir esta tarea. Un testimonio que tenemos es el de Peter Koyea, ministro y líder en África Occidental. Peter fue el pastor de una iglesia llamada (Iglesia en el camino) en Liberia cuando recibió la incumbencia de ir a Guinea para predicar el evangelio y plantar una iglesia. Renunció a su creciente ministerio evangelístico pastoral para comenzar el ministerio en Guinea. Los primeros años fueron muy difíciles en esta nación predominantemente no cristiana. Fue perseguido, los brujos se levantaron fuertemente en contra de él y su familia fue trágicamente victimizada. Sin embargo, él perseveró en la incumbencia que recibió del Señor y hoy lidera los trabajos ministeriales progresivos en Guinea Conakry, Guinea Bissau, Cabo Verde y Senegal. La marca de un verdadero misionero o misionera es aquella que, a pesar de la persecución, el peligro y las luchas ya enfrentadas, todavía seguirá obedeciendo a Dios y aceptando nuevas oportunidades para predicar y enseñar el evangelio de Jesucristo para que los perdidos sean salvos. Cuando aceptamos el desafío del ministerio misionero, nuestro Dios nos puede sacar de nuestra comodidad y colocarnos en un territorio desconocido. Sin embargo, Él es fiel para completar la buena obra en nuestras vidas de acuerdo a Su voluntad (Filipenses 1:6, 1 Tesalonicenses 5:24). Mientras seguimos buscando Su voluntad, les pedimos que mantengan a nuestros líderes misioneros en todo el mundo en oración y apoyándolos como el Señor los guíe. Tercera Semana La incumbencia «Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió» (John 6:38). «Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido» (Luke 19:10). Jesús dijo que había venido para hacer la voluntad del Padre y se identificó como aquel que vino a buscar y salvar a los perdidos. El ministerio misionero busca cumplir esta tarea. Un testimonio que tenemos es el de Peter Koyea, ministro y líder en África Occidental. Peter fue el pastor de una iglesia llamada (Iglesia en el camino) en Liberia cuando recibió la incumbencia de ir a Guinea para predicar el evangelio y plantar una iglesia. Renunció a su creciente ministerio evangelístico pastoral para comenzar el ministerio en Guinea. Los primeros años fueron muy difíciles en esta nación predominantemente no cristiana. Fue perseguido, los brujos se levantaron fuertemente en contra de él y su familia fue trágicamente victimizada. Sin embargo, él perseveró en la incumbencia que recibió del Señor y hoy lidera los trabajos ministeriales progresivos en Guinea Conakry, Guinea Bissau, Cabo Verde y Senegal. La marca de un verdadero misionero o misionera es aquella que, a pesar de la persecución, el peligro y las luchas ya enfrentadas, todavía seguirá obedeciendo a Dios y aceptando nuevas oportunidades para predicar y enseñar el evangelio de Jesucristo para que los perdidos sean salvos. Cuando aceptamos el desafío del ministerio misionero, nuestro Dios nos puede sacar de nuestra comodidad y colocarnos en un territorio desconocido. Sin embargo, Él es fiel para completar la buena obra en nuestras vidas de acuerdo a Su voluntad (Filipenses 1:6, 1 Tesalonicenses 5:24). Mientras seguimos buscando Su voluntad, les pedimos que mantengan a nuestros líderes misioneros en todo el mundo en oración y apoyándolos como el Señor los guíe.

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8 Cuarta Semana El llamado Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura (Mark 16:15). Entre los últimos versículos del libro de Marcos, oímos a Cristo encomendando el evangelio a Sus discípulos para predicarlo a todo el mundo. Cada día, en más de 135 países, los miembros de nuestra iglesia en el mundo han aceptado y están cumpliendo este llamado. En los últimos dos o tres años hemos sido testigos del poderoso cumplimiento al llamado del evangelio en una de nuestras obras nacionales. Bajo el peso de la persecución política, las amenazas de muerte, el cuidado, los albergues y la alimentación, así como el traslado de miles de refugiados, nuestra familia de la IDP ha trabajado para suministrar esperanza y el mensaje de salvación. Aunque con todos los tumultos políticos en su mayoría, nuestro líder nacional desafió a sus congregaciones a enviar equipos para ministrar en áreas no alcanzadas y encontraron a un pueblo hambriento y listo para aceptar a Jesús como su Señor y Salvador personal. Como resultado, durante todo el traslado de los refugiados, más de un millón de personas han creído en el mensaje del evangelio y hecho la oración de salvación. Cuando aceptamos el llamado para predicar el evangelio, vidas son cambiadas para siempre. Pablo hace la pregunta: Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? Y cómo oirán sin haber quien les predique? Y cómo predicarán si no fueren enviados? (Romanas 10:14-15a.). Esta es la compasión, el compromiso, la incumbencia y el llamado de Misiones Mundiales. Esperamos que hayan sido informados y desafiados durante el mes para responder nuevamente al llamado misionero y a los trabajos en todo el mundo donde el Señor nos lleve. Gracias por su amor para con nuestra familia mundial dentro de la Iglesia de Dios de la Profecía y que Dios los bendiga. Cuarta Semana El llamado Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura (Mark 16:15). Entre los últimos versículos del libro de Marcos, oímos a Cristo encomendando el evangelio a Sus discípulos para predicarlo a todo el mundo. Cada día, en más de 135 países, los miembros de nuestra iglesia en el mundo han aceptado y están cumpliendo este llamado. En los últimos dos o tres años hemos sido testigos del poderoso cumplimiento al llamado del evangelio en una de nuestras obras nacionales. Bajo el peso de la persecución política, las amenazas de muerte, el cuidado, los albergues y la alimentación, así como el traslado de miles de refugiados, nuestra familia de la IDP ha trabajado para suministrar esperanza y el mensaje de salvación. Aunque con todos los tumultos políticos en su mayoría, nuestro líder nacional desafió a sus congregaciones a enviar equipos para ministrar en áreas no alcanzadas y encontraron a un pueblo hambriento y listo para aceptar a Jesús como su Señor y Salvador personal. Como resultado, durante todo el traslado de los refugiados, más de un millón de personas han creído en el mensaje del evangelio y hecho la oración de salvación. Cuando aceptamos el llamado para predicar el evangelio, vidas son cambiadas para siempre. Pablo hace la pregunta: Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? Y cómo oirán sin haber quien les predique? Y cómo predicarán si no fueren enviados? (Romanas 10:14-15a.). Esta es la compasión, el compromiso, la incumbencia y el llamado de Misiones Mundiales. Esperamos que hayan sido informados y desafiados durante el mes para responder nuevamente al llamado misionero y a los trabajos en todo el mundo donde el Señor nos lleve. Gracias por su amor para con nuestra familia mundial dentro de la Iglesia de Dios de la Profecía y que Dios los bendiga.