TEXTOS DE JUAN RAMÓN JIMÉNEZ Yo me moriré, y la noche triste, serena y callada, dormirá el mundo a los rayos de su luna solitaria. Mi cuerpo estará amarillo, y por la abierta ventana entrará una brisa fresca preguntando por mi alma. No sé si habrá quien solloce cerca de mi negra caja, o quien me dé un largo beso entre caricias y lágrimas. Intelijencia, dame el nombre exacto de las cosas!... Que mi palabra sea la cosa misma, creada por mi alma nuevamente. Que por mí vayan todos los que no las conocen, a las cosas; que por mí vayan todos los que ya las olvidan, a las cosas; que por mí vayan todos los mismos que las aman, a las cosas... Intelijencia, dame el nombre exacto, y tuyo, y suyo, y mío, de las cosas! Pero habrá estrellas y flores y suspiros y fragancias, y amor en las avenidas a la sombra de las ramas. Y sonará ese piano como en esta noche plácida, y no tendrá quien lo escuche sollozando en la ventana. TEXTOS DE LA GENERACIÓN DEL 27 FEDERICO GARCÍA LORCA Romance de la luna, luna (Romancero gitano) La luna vino a la fragua Niño déjame que baile. con su polisón de nardos. Cuando vengan los gitanos, El niño la mira mira. te encontrarán sobre el yunque El niño la está mirando. con los ojillos cerrados. En el aire conmovido mueve la luna sus brazos y enseña, lúbrica y pura, sus senos de duro estaño. Huye luna, luna, luna. Si vinieran los gitanos, harían con tu corazón collares y anillos blancos. Huye luna, luna, luna, que ya siento sus caballos. Niño déjame, no pises, mi blancor almidonado. El jinete se acercaba tocando el tambor del llano. Dentro de la fragua el niño, tiene los ojos cerrados. Por el olivar venían, bronce y sueño, los gitanos. Las cabezas levantadas y los ojos entornados. Cómo canta la zumaya, ay como canta en el árbol! Por el cielo va la luna con el niño de la mano. Dentro de la fragua lloran, dando gritos, los gitanos. El aire la vela, vela. el aire la está velando.
La aurora (Poeta en Nueva York) La aurora de Nueva York tiene cuatro columnas de cieno y un huracán de negras palomas que chapotean las aguas podridas. La aurora de Nueva York gime por las inmensas escaleras buscando entre las aristas nardos de angustia dibujada. La aurora llega y nadie la recibe en su boca porque allí no hay mañana ni esperanza posible. A veces las monedas en enjambres furiosos taladran y devoran abandonados niños. Los primeros que salen comprenden con sus huesos que no habrá paraíso ni amores deshojados; saben que van al cieno de números y leyes, a los juegos sin arte, a sudores sin fruto. La luz es sepultada por cadenas y ruidos en impúdico reto de ciencia sin raíces. Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes como recién salidas de un naufragio de sangre. PEDRO SALINAS Ayer te besé en los labios. Te besé en los labios. Densos, rojos. Fue un beso tan corto que duró más que un relámpago, que un milagro, más. El tiempo después de dártelo no lo quise para nada ya, para nada lo había querido antes. Se empezó, se acabó en él. Hoy estoy besando un beso; estoy solo con mis labios. Los pongo no en tu boca, no, ya no adónde se me ha escapado?. Los pongo en el beso que te di ayer, en las bocas juntas del beso que se besaron. Y dura este beso más que el silencio, que la luz. Porque ya no es una carne ni una boca lo que beso, que se escapa, que me huye. No. Te estoy besando más lejos.
El ciprés de silos Enhiesto surtidor de sombra y sueño que acongojas el cielo con tu lanza. Chorro que a las estrellas casi alcanza devanado a sí mismo en loco empeño. Mástil de soledad, prodigio isleño, flecha de fe, saeta de esperanza. Hoy llegó a ti, riberas del Arlanza, peregrina al azar, mi alma sin dueño. Cuando te vi señero, dulce, firme, qué ansiedades sentí de diluirme y ascender como tú, vuelto en cristales, como tú, negra torre de arduos filos, ejemplo de delirios verticales, mudo ciprés en el fervor de Silos. GERARDO DIEGO Guitarra Habrá un silencio verde todo hecho de guitarras destrenzadas La guitarra es un pozo con viento en vez de agua. Si el hombre pudiera decir lo que ama, si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo como una nube en la luz; si como muros que se derrumban, para saludar la verdad erguida en medio, pudiera derrumbar su cuerpo, dejando sólo la verdad de su amor, la verdad de sí mismo, que no se llama gloria, fortuna o ambición, sino amor o deseo, yo sería aquel que imaginaba; aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos proclama ante los hombres la verdad ignorada, la verdad de su amor verdadero. LUIS CERNUDA Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío; alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina por quien el día y la noche son para mí lo que quiera, y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu como leños perdidos que el mar anega o levanta libremente, con la libertad del amor, la única libertad que me exalta, la única libertad por que muero. Tú justificas mi existencia: si no te conozco, no he vivido; si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.
RAFAEL ALBERTI El mar. La mar. El mar. Sólo la mar! Por qué me trajiste, padre, a la ciudad? Por qué me desenterraste del mar? En sueños, la marejada me tira del corazón. Se lo quisiera llevar. Padre, por qué me trajiste acá? Cita triste de Charlot Mi corbata, mis guantes, Mis guantes, mi corbata. La mariposa ignora la muerte de los sastres la derrota del mar por los escaparates. Mi edad, señores, 900.000 años. Oh! Era yo un niño cuando los peces no nadaban, cuando las ocas no decían misa ni el caracol embestía al gato. Juguemos al ratón y al gato, señorita. Lo más triste, caballero, un reloj: las 11, las 12, la 1, las 2. A las tres en punto morirá un transeúnte. Tú, luna, no te asustes; tú, luna, de los taxis retrasados, luna de hollín de los bomberos. La ciudad está ardiendo por el cielo, un traje igual al mío se hastía por el campo. Mi edad, de pronto, 25 años. Es que nieva, que nieva, y mi cuerpo se vuelve choza de madera. Yo te invito al descanso, viento. Muy tarde es ya para cenar estrellas. Pero podemos bailar, árbol perdido Un vals para los lobos, para el sueño una gallina sin las uñas del zorro. Se me ha extraviado el bastón. Es muy triste pensarlo solo por el mundo. Mi bastón! Mi sombrero, mis puños, mis guantes, mis zapatos. El hueso que más duelo, amor mío, no es el reloj: las 11, las 12, la 1, las 2. Las 3 en punto. En la farmacia se evapora un cadáver desnudo. ERNESTINA DE CHAMPOURCÍN Si derribas el muro qué gozo en todas partes! Qué lazo de palabras se sentirá en la tierra Y todo será nuevo, como recién nacido... Si derribas el muro de todas las mentiras. Qué júbilo de amor abierto sobre el mundo! Qué horizonte sin nubes en la curva del cielo!
CONCHA MÉNDEZ Mi ventana bate espadas de hielo. Automóvil Automóvil Una cantata de bocina. Gusano de luz por la calle sombría. Los ojos relucientes bajo la noche fría. Reptil de la ciudad que raudo se desliza. decapita luceros. lleva lenguas de fuego. En telegramas de sombra que van llevando los vientos se lee ya la Gran Noticia que conmueve al Universo... -Yo no abriré mi ventana-