74 CAJAS DE CARTON I CAJAS DE CARTON 75



Documentos relacionados
Cajas de cartón. De: Francisco Jiménez

El APLAUSO. Cinco cuentos para leer en voz alta. Autor: Antonio Pons

Cajas de cartón de Francisco Jiménez. A) DESCRIBE LAS SIGUIENTES IMÁGENES. QUÉ TE SUGIEREN?

EL JEFE DE LA MANADA. Inés Garland. Las Tres Edades

LA OLA. Cinco cuentos para leer en voz alta. Autor: Antonio Pons

El viaje. horas. Como no tenía nada de hambre, metí unas galletas y un yogurt en el bolso y antes de salir

Matemáticas Escritura

QUE DA. Parte 1. nosotros). Tienes gripa,

Algar Editorial. La casona

Narcisos Negros. Por. Mary Coleman. Jorge me trajo una docena de narcisos, mi flor favorita. Él

La luz en África. Nombre y Apellido: Michaela Debnáriková. Nombre del centro: Gymnázium Mikuláša Kováča,

Gastón y Toulouse Chloé Angélica Loubiere Torres

El mejor maestro del mundo

I. Complete el texto siguiente con las formas correctas de los verbos SER o ESTAR. (5 puntos)

Actividad 1: Olivia y los osos polares

ANECDOTARIO UN TRATO VENTAJOSO

La nueva aventura. s a r a g i r a l d o j i m é n e z p e r e i r a

Prefiero las muñecas de trapo que hace mi abuela.

Pero lo que más le gustaba hacer a la princesa Tesa era jugar al fútbol. Por eso, le llamaban la princesa futbolista, y a ella le gustaba mucho ese

LEYENDO UN CUENTO. Cinco cuentos para leer en voz alta. Autor: Antonio Pons

El mundo imaginario de las hadas.

Adaptación del cuento Tomasa y Cubanito de Liana Castello

Actividad 2.- Cuento y vídeo de Ubuntu

Los diez mandamientos según mamá

-Hay que comprar leche, patatas, lechuga, detergente...

La bicicleta de Tyrone

LA ESTRELLA BONDADOSA (Dibujos y Texto: Rosama Baena Bernal)

RELATO DE UNA HISTORIA COLEGIAL RECUERDOS

Mi gato Tomeu. Marisa Heredero Sanz

LA ABEJITA AMIGABLE. Había una vez una abejita y estaba en el zoológico y vio muchos

Lección Era capaz el hombre endemoniado de salvarse el mismo del poder de todos los demonios que lo controlaban? -No.

TE IMAGINAS LOS INFINITOS PROBLEMAS DE UN HOTEL CON UN NÚMERO INFINITO DE HABITACIONES, QUE SUELE LLENARSE CON UN NÚMERO INFINITO DE HUÉSPEDES?

Jesús es Mi mejor Amigo

COMO AUMENTAR MIS VENTAS: ENFOQUE EN PROMOCION Y PUBLICIDAD

Recursos asociados a El cuento con viñetas

La increíble historia de Kiki y Sabrina

Pero lo que más le gusta a Lea es leer, lo hace en todos los sitios, siempre lleva un bolsito colgado con un libro de cuentos, o de animales.

Pepita empaca. Cómo nos apoyan las cosas y personas conocidas cuando hay cambios en nuestra vida? Pregunta de la semana

Dios ha visitado a Su Pueblo

El Doctor sábelotodo Hermanos Grimm

II Jornadas sobre liderazgo. Experiencia de vida de líderes contemporáneos

Brujas, princesas y pícaros. Cuentos clásicos infantiles

EL SECRETO DE MI ABUELA

Mireia, Pablo y sus amigos. Un cuento sobre la amistad, la alegría y el esfuerzo

Capítulo 2 Los niños que no oyen bien necesitan ayuda desde pequeños

TE INVITAMOS A LEER EL CUENTO:

La bicicleta de. Izel.

Planificación para la lectura en voz alta del cuento

Cajas de cartón Francisco Jiménez Paquete de comprensión Hora: 6 Nivel: 4/AP Fecha: / /

- 1 - Ayer domingo fue un día muy especial, estuvo de cumpleaños mi abuela Carmen y hubo

LA BIBLIA ME DICE QUE JESÚS ES EL HIJO DE DIOS (A.2.1.1)

IVVANA AND VENIA Ivanna Jean Venia

ASA, REY BUENO DE JUDA (C.9.3.7)

LECTURA Super PEPO y Clementina

Pinocho Autor: Carlo Collodi

CRIS Y EL BOTÓN ROJO. Alba Alayon. Literatura infantil y juvenil, febrero de 2010

CLARA EISMAN PATÓN AUTORA-CUENTO-TITULO. LA NÍNFA DEL RIO.

Lección Marta pensó que Jesús iba a resucitar a su hermano en el último día. Es eso lo que Jesús quería decir? -No.

Azul o Rosa? Fernanda González Viramontes

Lección 11. -En el principio, Dónde vivían Adán y Eva? -En el Jardín del Edén.

KOMI, UN NIÑO COMO TÚ

Picnic en el parque: Una obra de teatro

El relato de Génesis 24 nos muestra hermosamente

El BOSQUE DEL MILLÓN DE HUELLAS

UN LIBRO, UNA ILUSIÓN

al lado del surtidor. Al principio me hizo arder la piel pero si me enjuagaba rápido podía darme el primer baño completo desde que empecé a andar por



EL CHOCOLATE DERRETIDO. Por Juanita Conejero. Yo soy Marcelo, el perrito de la abuelita. Soy amigo de todos los niños del barrio.

Tema del cuento: La integración.

EL CASO DE LA QUEJA DEL CLIENTE

DIOS ES NUESTRO PADRE BUENO (A.3.1.1)

Texto: Millizen Uribe Fotos: Belisario Féliz Jiménez Pais: República Dominicana

La videoconsola de Jordi y el plato de mijo de Salima

UN ANCIANO VIO A JESÚS (A.1.4.5)

LÍO DE PERROS, GATOS Y RATONES

La Vida de Cristo. del evangelio de Juan. Lección 45. Crea! Juan 20: Currículo 2010 Misión Arlington Misión Metroplex

La Bella y La Bestia por Kendra Host. En un día nevado y muy frío en enero del año 1990, la vida de Juan


MI HERMANA LOLA. Financiado por: Texto: Àngels Ponce Ilustraciones: Miguel Gallardo

UN RELATO DE HORACIO QUIROGA La guerra de los yacarés

"Amarte como me amo a mi mismo es buscar oirte como quisiera ser escuchado al igual que comprenderte como quisiera ser comprendido.

Las plantas de la selva tropical. por Linda Lundberg ilustrado por Phil Wilson

Susana Gómez-Leal Martín 3 ESO A - Canillejas

Debate: Los niños y las niñas deben trabajar?

DEPARTAMENTO DE PASTORAL

Santa Rafaela Mª del Sagrado Corazón

Qué bueno es comenzar una nueva serie de lecciones!


6. Cuántos soldados terminaron peleando junto a Gedeón? a. 300 b. 50 c d. Un millón

DEVOCIONALES CON ACTIVIDADES PARA TODA LA FAMILIA Nuevo Testamento - Marcos - Semana #7

EL SAUCE QUE NO QUERÍA LLORAR

BULLYNG EN EL AULA SITUACIÓN:

Planificación para la lectura en voz alta del cuento

La Vida de Cristo. del evangelio de Juan. Lección 5 Andrés y Felipe siguen a Jesús Juan 1: Currículo 2010 Misión Arlington Misión Metroplex

LA MICROGUERRA DE TODOS LOS TIEMPOS

EL NÚMERO. 1. Vamos a escuchar el comienzo de la película. Quién crees que habla?

Mara cogió su vieja cesta y fue a coger las manzanas. Y cuándo había subido al (PASAR A LA PÁGINA SIGUIENTE)

Transcripción:

74 CAJAS DE CARTON I CAJAS DE CARTON 75 sentirse asi. Antes de comprarlo, paso mucho tiempo mirando otros carros. Cuando al fin escogio la Carcachita, la examino palmo a palmo. Escuch6 el motor, inclinando la cabeza de lado a lado como un perico, tratando de detectar cualquier ruido que pudiera indicar problemas mecinicos. Despues de satisfacerse con la apariencia y los sonidos del carro, Papa insistio en saber quien habia sido el dueno. Nunca lo supo, pero compro el carro de todas maneras. Papa penso que el dueno debio haber sido alguien importante porque en el asiento de atris encontr6 una corbata azul. Papa estaciono el carro enfrente de la choza y dej6 andando el motor. ilisto! grit& Sin decir palabra, Roberto y yo comenzamos a acarrear las cajas de carton al carro. Roberto cargo las dos más grandes y yo las más chicas. Papa luego carg6 el colchon ancho sobre la capota del carro y lo amarr6 a los parachoques con sogas para que no se volara con el viento en el camino. Todo estaba empacado menos la olla de Mania. Era una olla vieja y galvanizada que habia comprado en una tienda de segunda en Santa Maria. La olla estaba llena de abolladuras y mellas, y mientras más abollada estaba, más le gustaba a Mama. «Mi olla», la llamaba orgullosamente. Sujete abierta la puerta de la chocita mientras Mama sad) cuidadosamente su olla, agarrândola por las dos asas para no derramar los frijoles cocidos. Cuando liege) al carro, Papa tendin las manos para ayudarle con ella. Roberto abrio la puerta posterior del carro y Papa puso la olla con mucho cuidado en el piso detras del asiento. Todos subimos a la Carcachita. Papa suspiro, se limpio el sudor de la frente con las mangas de la camisa, y dijo con cansancio: Es todo. Mientras nos alejabamos, se me hizo un nudo en la garganta. Me volvi y mire nuestra chocita por Ultima vez. Al ponerse el sol llegamos a un campo de trabajo cerca de Fresno.Ya que Papa no hablaba ingles, Mama le pregunto al capataz si necesitaba más trabajadores. No necesitamos a nadie dijo el rascandose la cabeza. Pregiintele a Sullivan. Mire, siga este camino hasta que llegue a una casa grande y blanca con una cerca alrededor.alli vive el. Cuando llegamos all, Mama se dirigio a la casa. Cruz6 la cerca, pasando entre filas de rosales hasta llegar a la puerta. Toth el timbre. Las luces del portal se encendieron y un hombre alto y fornido salio. Hablaron brevemente. Cuando el entro en la casa, Mama se apresuro hacia el carro. itenemos trabajo!

CAJAS DE CARTON 73 Cajas de carton Era a fines de agosto. Ito, el aparcero, ya no sonreia. Era natural. La cosecha de fresas terminaba, y los trabajadores, casi todos braceros`, no recogian tantas cajas de fresas como en los meses de junio y Julio. Cada dia el numero de braceros disminuia. El domingo solo uno el mejor pizcador vino a trabajar. A mi me caia bien. A veces hablibamos durante nuestra media hora de almuerzo.asi fue como supe que era de Jalisco, de mi tierra natal. Ese domingo fue la Ultima vez que lo vi. Cuando el sol se escondia detras de las montarias, Ito nos serialo que era hora de it a casa. Ya hes horra grit6 en su espariol mocho. Esas eran las palabras que yo ansiosamente esperaba doce horas al dia, todos los dias, siete dias a la semana, semana tras semana, y el pensar que no las volveria a oir me entristeci6. 1 Los braceros eran trabajadores mexicanos que entraban a los Estados Unidos de Norteamerica legalmente para determinadas labores(bajo el acuerdo entre los EE. UU. y Mexico titulado Bracer Program [1942-1964]), y regresaban a su pals al terminar la labor. Por el camino rumba a casa, Papa no dijo una palabra. Con las dos manos en el volante miraba fijamente hacia el camino. Roberto, mi hermano mayor, tambien estaba callado. Echo para atras la cabeza y cerro los ojos. El polvo que entraba de fuera lo hacia toser repetidamente. Era a fines de agosto. Al abrir la puerta de nuestra chocita me detuve.vi que todo lo que nos pertenecia estaba empacado en cajas de carton. De repente senti adn mas el peso de las horas, los dias, las semanas, los meses de trabajo. Me sente sobre una caja, y se me llenaron los ojos de lagrimas al pensar que teniamos que mudarnos a Fresno. Esa noche no pude dormir, y un poco antes de las cinco de la madrugada Papa, que a la cuenta tampoco habia pegado los ojos en toda la noche, nos levant& A los pocos minutos los gritos alegres de mis hermanitos, para quienes la mudanza era una aventura, rompieron el silencio del amanecer. Los ladridos de los perros pronto los acompariaron. Mientras empacabamos los trastes del desayuno, Papa sali6 para encender la Carcachita. Ese era el nombre que Papa le puso a su viejo Plymouth negro. Lo compro en una agenda de carros usados en Santa. Rosa. Papa estaba muy orgulloso de su carro. «Mi Carcachita», lo Ilamaba caririosamente.tenia derecho a 72

Director, Modern Language Programs: E. Kristina Baer Development Manager: Beth Kramer Associate Sponsoring Editor: Amy Baron Editorial Assistant: Lydia Mehegan Associate Project Editor: Amy Johnson Senior Production/Design Coordinator: Jennifer Waddell Senior Manufacturing Coordinator: Sally Culler Marketing Manager: Patricia Fossi Associate Marketing Manager: Tina Crowley Des Cover design: Rebecca Fagan Cover illustration: Clem Bedwell Translated from The Circuit. Copyright 1997 Francisco Jimenez. First published by University of New Mexico Press. Allrights reserved. "Cajas de carton" was previously published in The Bilingual Review "El aguinaldo" was previously published in Arriba. Both stories are reprinted by permission of the author. Copyright 2000 by Francisco Jimenez. All rights reserved. Nopart of this work may be reproduced or transmitted in any form or by any means, electronic or mechanical, including photocopying and recording, or by any information storage or retrieval system, without the prior written permission of Houghton Mifflin Company unless such copying is expressly permitted by federal copyright law. Address inquiries to College Permissions, Houghton Mifflin Company, 222 Berkeley Street, Boston, MA 02116-3764. Printed in the U.S.A. Library of Congress Catalog Number: 99-71969 ISBN: 0-395-95581-5 Reconocimientos IntroducciOn vii Bajo la alambrada 1 Soledad 10 De dentro hacia afuera 15 Un milagro en Tent City 27 El angel de oro 44 El aguinaldo 50 Muerte perdonada 56 El costal de algodon 60 Cajas de carton 72 El juego de la patada 83 Tener y retener 95 Peregrinos inm6viles 111 123456789-CMV-03 02 01 00 99

76 CAJAS DE CARTON CAJAS DE CARTON 77 El senor nos permitio quedarnos alli toda la temporada --dijo un poco sofocada de gusto y apuntando hacia un garaje viejo que estaba cerca de los establos. El garaje estaba gastado por los anos. Roidas por comejenes, las paredes apenas sostenian el techo agujereado. No tenia ventanas y el piso de tierra suelta ensabanaba todo de polvo. Esa noche, a la luz de una lampara de petroleo, desempacamos las cows y empezamos a preparar la habitacion para vivir. Roberto energicamente se puso a barrer el suelo; Papa lleno los agujeros de las paredes con periodicos viejos y hojas de lata. Mama les dio de comer a mis hermanitos. Papa y Roberto entonces trajeron el colchon, y lo pusieron en una de las esquinas del garaje. Viejita dijo Papa, dirigiendose a Mama to y los ninos duerman en el colchon. Roberto, Panchito y yo dormiremos bajo los arboles. Muy tempranito por la manana at dia siguiente, el senor Sullivan nos enseno donde estaba su cosecha y, despues del desayuno, Papa, Roberto y yo nos fuimos a la viva a pizcar. A eso de las nueve, la temperatura habia subido hasta cerca de cien grados.yo estaba empapado de sudor y mi boca estaba tan Seca que parecia como si hubiera estado masticando un panuelo. Fui al final del surco, cogi la jars de agua que habiamos llevado y comence a beber. No tomes mucho; to vas a enfermar! me grito Roberto. No habia acabado de advertirme cuando send un gran dolor de estomago. Me cal de rodillas y la jars se me deslizo de las manos. Solamente podia oir el zumbido de los insectos. Poco a poco me empece a recuperar. Me eche agua en la cara y en el cuello y mire el lodo negro correr por los brazos y caer a la tierra que parecia hervir. Todavia me sentia mareado a la hors del almuerzo. Eran las dos de la tarde y nos sentamos bajo un irbol grande de nueces que estaba al lado del Camino. Papa apunto el numero de cajas que habiamos pizcado. Roberto trazaba disenos en la Berra con un palito. De pronto vi palidecer a Papa que miraba hacia el Camino. Alla viene el carrion de la escuela susurro alarmado. Instintivamente, Roberto y yo corrimos a escondernos entre las vinas. El carrion amarillo se paro frente a la Casa del senor Sullivan. Dos ninos muy limpiecitos y bien vestidos se apearon. Llevaban libros bajo sus brazos. Cruzaron la calle y el carrion se alejo. Roberto y yo salimos de nuestro escondite y regresamos adonde estaba Papa. Tienen que tener cuidado nos advirtio.

80 CAJAS DE CARTON CAJAS DE CARTON 81 juguetes. Me baje del carrion, meti las manos en los bolsillos, y fui a la oficina del director. Cuando entre of la voz de una mujer diciendome: May I help you? Me sobresalte. Nadie me habia hablado en ingles desde hacia meses. Por varios segundos me quede sin poder contester. Al fin, despises de mucho esfuerzo, consegui decirle en ingles que me queria matricular en el sexto grado. La senora entonces me hizo una serie de preguntas que me parecieron impertinentes. Luego me llev6 a la sala de clase. El senor Lema, el maestro de sexto grado, me salud6 cordialmente, me asign6 un pupitre, y me present() a la clase. Estaba tan nervioso y asustado en ese momento cuando todos me miraban que desee ester con Papa y Roberto pizcando algod6n. Despises de pasar lista, el senor Lema le dio a la clase la asignatura de la prirnera hora. Lo primero que haremos esta mariana es terminar de leer el cuento que comenzamos ayer dijo con entusiasmo. Se acerc6 a mi, me dio su libro y me pidi6 que leyera. Estamos en la pigina 125 me dijo. Cuando lo oi, senti que toda la Sangre se me subia a la cabeza, me send mareado. aquisieras leer? me pregunt6 en un tono indeciso. Abri el libro a la p^gina 125. Sentia la boca seca. Los ojos se me comenzaron a aguar. El senor Lema entonces le pidi6 a otro vino que leyera. Durante el resto de la hora me empece a enojar y mis conmigo mismo. «Debi haber leido», pensaba yo. Durante el recreo me lleve el libro al bail() y to abri a la pigina 125. Empece a leer en voz baja, pretendiendo que estaba en clase. Habig muchas palabras que no sabia. Cerre el libro y volvi, a la sala de clase. El senor Lema estaba sentado en su escritorio. Cuando entre me mir6 sonriendo. Me senti mucho mejor. Me acerque a el y le pregunte si me podia ayudar con las palabras desconocidas. Con mucho gusto me contest& El resto del mes pace mis horas de almuerzo estudiando ese ingles con la ayuda del buen senor Lema. Un viernes, durante la hora del almuerzo, el senor Lema me invit6 a que lo acompariara a la sala de mirsica. je gust y la miisica? me pregunt& Si, muchisimo le conteste, entusiasmado. Me gustan los corridos mexicanos. El, entonces, cogio una trompeta, la toc6, y me la pas6. El sonido me hizo estremecer. Era un sonido de corridos que me encantaba. ate gustaria aprender a

82 CAJAS DE CARTON tocar este instrumento? me pregunto. Debi6 haber comprendido la expresion en mi cara porque antes que yo respondiera, ariadio: Te voy a enseriar a tocar esta trompeta durante las horas del almuerzo. Ese dia casi no podia esperar el momento de llegar a casa y contarles las nuevas a mi familia. Al bajar del carrion me encontre con mis hermanitos que gritaban y brincaban de alegria. Pense que era porque yo habia llegado, pero al abrir la puerta de la chocita, vi que todo estaba empacado en cajas de carton. El juego de la patada Yo estaba de mal humor. Era el Ultimo dia de clases antes de salir de vacaciones de verano. Sabia que ese dia se aproximaba pero trataba de no pensar en ello porque me ponia triste. Sin embargo, para mis comparieros de clase era un dia feliz. En la Ultima hors, la senorita Logan solicito voluntarios para compartir con el grupo lo que iban a hater durante el verano. Machos levantaron la mano. Unos hablaron de irse de viaje y otros de irse a un campamento de verano.tratando de no escuchar, yo truce los brazos debajo del pupitre y baje la cabeza. Despues de un rato logre desconectarme de lo que decian y solo escuchaba vagamente las votes que venian de diferentes partes del salon. De regreso a casa en el autobtas de la escuela, saque mi libretita y mi lipiz del bolsillo de mi camisa y comence a sacar cuentas de cu^nto tiempo faltaba para volver a empezar las clases de mediados de junio hasta la primes semana de noviembre, cerca de cuatro meses y media Diaz semanas pizcando fresas en Santa Maria y otras ocho semanas cosechando uvas y algod6n en Fresno. Conforme sumaba el numero de dias, me 83

78 CAJAS DE CARTON CAJAS DE CARTON 79 Despues del almuerzo volvimos a trabajar. El calor oliente y pesado, el zumbido de los insectos, el sudor y el polvo hicieron que la tarde pareciera una eternidad. Al fin las montarias que rodeaban el valle se tragaron el sol. Una hora despues estaba demasiado obscuro para seguir trabajando. Las parras tapaban las uvas y era muy dificil ver los racimos. Vamonos dijo Papa, serialindonos que era hora de irnos. Entonces torno un lapiz y comenth a calcular cuinto habiamos ganado ese primer dia. ApuntO mameros, borr6 algunos, escribio más. Alth la cabeza sin decir nada. Sus tristes ojos sumidos estaban humedecidos. Cuando regresamos del trabajo, nos bariamos afuera con el agua fria bajo una manguera. Luego nos sentamos a la mesa hecha de cajones de madera y comimos con hambre la sopa de fideos, las papas y tortillas de harina blanca recien hechas. Despues de cenar nos acostamos a dormir, listos para empezar a trabajar a la salida del sol. Al dia siguiente, cuando me desperte, me sentia magullado; me dolia todo el cuerpo. Apenas podia mover los brazos y las piernas. Todas las marianas cuando me levantaba me pasaba lo mismo hasta que mis milsculos se acostumbraron a ese trabajo. Era lunes, la primera semana de noviembre. La temporada de uvas se habia terminado y yo podia ir a la escuela. Me desperte temprano esa mariana y me quede acostado mirando las estrellas y saboreando el pensamiento de no ir a trabajar y de empezar el sexto grado por primera vez ese ario. Como no podia dormir, decidi levantarme y desayunar con Papa y Roberto. Me sente cabizbajo frente a mi hermano. No queria mirarlo porque sabia que estaba triste. El no asistiria a la escuela hoy, ni mariana, ni la proxima semana. No iria hasta que se acabara la temporada de algoolon, y eso seria en febrero. Me frote las manos y mire la piel seca y manchada de icido enrollarse y caer al suelo. Cuando Papa y Roberto se fueron a trabajar, senti un gran alivio. Fui a la cima de una pendiente cerca de la choza y contemple la Carcachita en su camino hasta que desaparecio en una nube de polvo. Dos horas más tarde, a eso de las ocho, esperaba el camion de la escuela. Por fin 'leg& Subi y me sente en un asiento desocupado. Todos los nirios se entretenian hablando 0 gritando. Estaba nerviosisimo cuando el cami6n se path delante de la escuela. Mire por la ventana y vi una muchedumbre de nirios. Algunos llevaban libros, otros