Orar en Comunidad Juan Mari Mtz. de Ilarduia Índice Presentación...7 I. Plegarias comunitarias...9 1.Para encuentros comunitarios...9 2. Para encuentros de discernimiento, proyectos o evaluaciones...14 3. Oraciones para los tiempos litúrgicos...19 II. Oraciones por la Comunidad...21 III. Textos sobre la Comunidad...61 IV. Paráfrasis del Padre Nuestro...61 V. Oraciones al Espíritu Santo...61 VI. Oraciones al Espíritu Santo...61 VII. Celebracions comunitarias...61 VIII. Oraciones en la ancianidad...61 IX. Oraciones de ayer y de hoy...61 XI. Oraciones para diversas situaciones...61 RETIRO...85
- 19-3. ORACIONES PARA LOS TIEMPOS LITÚRGICOS 35.En tiempo de Adviento Padre, que nos concedes esperar, año tras año, la venida de tu Hijo: abre nuestros ojos, llénanos con su luz, para que todo lo que hacemos prepare su advenimiento y nosotros seamos, con nuestra vida y nuestra acción, testigos de su presencia. Por Cristo, nuestro Señor. 36.En tiempo de Navidad Padre, tú nos llenas con la gracia del nacimiento de Jesús, tu Hijo: él es luz para el pueblo que caminaba en tinieblas, él ha venido para ser compañero en el camino de cada uno de nosotros, él ha asumido el dolor y el sufrimiento de todo hombre. Padre, que la vida y la esperanza que de él recibimos nos renueven constantemente, y nos impulsen a vivir como hijos tuyos. Por Jesucristo, tu Hijo, nuestro hermano. 37.En tiempo de Cuaresma. Tú nos llamas, Señor, a conversión. Tú nos ofreces, Padre, tus brazos abiertos, tu perdón y tu paz. Renuévanos, Señor; cambia nuestro corazón para que todo lo que hacemos sea en tu servicio y en el de nuestros hermanos. Así podremos vivir de veras la nueva vida de la Pascua. Por Jesucristo, nuestro Señor. 38.En tiempo de Pascua Padre de Jesús, de Cristo resucitado: haz que en nosotros todo tenga la transparencia de una mañana de Pascua. Haz que en nuestra vida (y en la vida de nuestra comunidad, parroquia, grupo...) Jesús pueda hoy resucitar, para esperanza de los hombres, que se sienten cansados de días grises y anhelan días llenos de luz. Amén.
- Capítulo 2 - Oraciones por la Comunidad 1. ORACIÓN POR MI COMUNIDAD PADRE, hoy quiero pedirte por mis hermanos de comunidad. Tú los conoces personalmente: conoces su nombre y su apellido, sus virtudes y sus defectos, sus alegrías y sus penas, su fortaleza y su debilidad, sabes toda su historia; los aceptas como son y los vivificas con tu Espíritu. Tú, Señor, los amas no porque sean buenos, sino porque son hijos tuyos. Enséñame a quererlos de verdad como amaba tu Hijo Jesús; no por sus palabras o sus obras, sino por ellos mismos, descubriendo en cada uno, especialmente en los más débiles, el misterio de tu amor infinito. Te doy gracias, Padre, porque me has dado hermanos. Todos son un regalo para mí, un verdadero "sacramento", signo sensible y eficaz de la presencia de tu Hijo.
- 22 - Dame la mirada de Jesús para contemplarlos, y dame su corazón para amarlos hasta el extremo, porque también yo quiero ser para cada uno de ellos "sacramento" vivo de la presencia de Jesús. AMEN (Vida Religiosa) 2. HAZNOS UNA COMUNIDAD ALEGRE Señor Jesús, danos una comunidad abierta, confiada y pacífica, invadida por el gozo de tu Espíritu Santo. Una comunidad entusiasta, que sepa cantar a la vida, vibrar ante la belleza, estremecerse ante el misterio y anunciar el reino de tu amor. Que llevemos la fiesta en el corazón aunque sintamos la presencia del dolor en nuestro camino, porque sabemos, Cristo resucitado, que tú has vencido el dolor y la muerte. Que no nos acobarden las tensiones ni nos ahoguen los conflictos que puedan surgir entre nosotros, porque contamos -en nuestra debilidad-
- 23 - con la fuerza creadora y renovadora de tu Espíritu Santo. Regala, Señor, a esta familia tuya, una gran dosis de buen humor para que sepa desdramatizar las situaciones difíciles y sonreír abiertamente a la vida. Haznos expertos en deshacer nudos y en romper cadenas, en abrir surcos y en arrojar semillas, en curar heridas y en mantener viva la esperanza. Y concédenos ser, humildemente, en un mundo abatido por la tristeza, testigos y profetas de la verdadera alegría. (Ángel Sanz Arribas) 3. ORACIÓN POR LOS HERMANOS DE COMUNIDAD Danos, Señor, unos hermanos de comunidad tan inteligentes como para darse cuenta de que no lo saben todo; tan valientes como para no desanimarse antes las inevitables dificultades de la vida; y o suficientemente humildes como para saber reconocer sus propios fallos. Danos unos compañeros de Vida Religiosa, Señor, que tengan la cabeza y el corazón en su sitio: con ideas claras sobre las cosas y la vida, para que puedan comunicarlas sin engañarse, ni engañarnos...
- 24 - Danos, Señor, unos Hermanos que al corregirnos o avisarnos no se olviden de que también ellos tienen sus limitaciones. Danos unos Hermanos que nos quieran, Señor, que nos enseñen a renunciar a nuestra comodidad, que nos ayuden con sus palabras y, sobre todo, con su ejemplo, a ser personas. Danos unos Hermanos, Señor, de corazón noble y puro, con inquietudes y aspiraciones elevadas, que sepan ser dueños de sí mismos antes de querer influir o mandar en los demás. Que sepan mirar y contagiarnos de su alegría de vivir, sin olvidar cómo se llora... Unos Hermanos que nos amemos de verdad, que no tengamos miedo en demostrarlo con hechos; que sepamos comprendernos, aceptarnos, perdonamos, y que no olvidemos nunca que ese amor comunitario que nos tenemos es el mejor regalo que podemos hacernos. Y cuando tengamos todo esto añade, Señor, te lo suplicamos, unas gotitas de buen humor para que sepamos mantenernos siempre serenos, sin tomar nunca las cosas por el lado trágico. Entonces nosotros, tus hijos, podremos decirte: hemos dejado una familia, pero hemos encontrado cien hermanos de verdad.
- 25-4. PADRE, QUE NOS LLAMAS A LA FRATERNIDAD Padre Nuestro, Tú que nos has llamado a la fraternidad, danos tu ayuda para construirla. Dame tu amor para que pueda estar cercano a "estos" hermanos. Hazme capaz de darles mi palabra, mi silencio, mi alegría, mi dolor,... mi vida Continúa dándoles tu amor infinito, que sepan descubrirte en cada nuevo día y mantenlos firmes en el amor a Ti, a los hermanos y a los más necesitados. Te doy gracias, Padre, por sus vidas puestas en Ti, por su entrega y por su fidelidad diaria. 5. EN COMUNIDAD REUNIDOS Recuerdo tu invitación: Ven y verás... Recuerdo tu llamada: Ven y sígueme... Recuerdo tus palabras: Amaos... Recuerdo tu oración: Padre Nuestro... Recuerdo que vivimos la aventura de seguirte en comunidad... Recuerdo la curiosidad que me movía, y las preguntas que en mí brotaban, y las respuestas que me dabas, y lo recuerdo en Comunidad. Recuerdo los nombres y los rostros y las ganas,
- 26 - la ingenuidad de esos días, la alegría por lo que acababa de encontrar, y lo recuerdo en Comunidad. Recuerdo el pan compartido, la mesa dispuesta, la abundancia de amor, la escasez de medios, los proyectos realizados y los perdidos, y lo recuerdo en Comunidad. Recuerdo las dificultades, las huidas, los abandonos, los míos y los de otros, las lágrimas, las penas, la oscuridad, la noche larga de tantos días, y lo recuerdo en Comunidad. Recuerdo que la casa se hizo pequeña... Hicimos más casas pequeñas y se nos llenaba el corazón de nuevos hermanos: Pedro, Juan, Leonor,... y lo recuerdo en Comunidad. Recuerdo que un día dije: "Aquí descubro a mi Señor", novedad, fraterno y plural, que me dice: "Amad, REUNIDOS EN COMUNIDAD". 6. AYÚDAME, HERMANO A SER HUMILDE Ayúdame, hermano a ser humilde. Ten misericordia de mí y muéstrame lo que Dios va haciendo con tu vida. Te prometo acoger y escuchar tus pasos y tus caídas, tus ternuras y tus rechazos, tu alegría y tu dolor.
- 27 - Quiero ser menos yo y más hermano, porque quiero descender hasta donde se encuentra lo más humano, lo profundamente humano. Me han dicho que allá se encuentra Dios. Búscame cuando me pierda. Te prometo volver de tu mano, cada día, a casa para amarte sirviéndote más, compartiendo juntos el pan compañero. Cuando veas brillar en mis ojos la soberbia y la altanería y mi boca se llene de palabras vacías, no apartes de mí tu mirada tierna pero vigorosa, no dejes de comunicarme la esperanza. Confía en mí que aprenderé de ti. Que Dios te lo pague, hermano! 7. ORACIÓN DE COMUNIDAD Señor, Tú me llamas a vivir en comunidad y quieres que edifique la comunidad. Me quieres en comunión con los otros, no para estar mejor ni ser más fuerte, sino para que sea yo mismo. La comunidad es fuerte si espera. La comunidad es verdadera si ama. La comunidad es santa si cada uno es santo. Ser comunidad es existir para los demás. Es encontrarse con los otros hombres.
- 28 - Es rezar con ellos, es dar muestras de la propia esperanza. Sólo así podremos acercarnos a los que no recibieron la fe y ponerlos en tus manos. Sólo así podremos sostenerla en aquellos que a duras penas la conservan. Seremos tus testigos no por lo que digamos, sino por lo que seamos, y por todo lo que hagamos por mostrar tu rostro a los ojos de los hombres. Amén. 8. TE DOY GRACIAS, SEÑOR Te doy gracias, Señor, porque nos has llamado a seguirte dentro de una historia concreta y con otros hermanos también concretos; porque nos quieres como somos: pequeños, débiles, yendo en alpargatas por la vida y porque Tú nos necesitas, así como somos, para construir tu Reino. Señor, me cuesta ver cada día tu voluntad de salvarnos a través de personas, actuaciones y acontecimientos que a mis ojos son, a veces, tan limitados y defectuosos. No te pido grandezas en mi vida. Quiero fiarme y acoger en lo limitado de todos los días tu voluntad. Abre mis ojos y hazme sensible. No me dejes caer en la tentación de buscar la eficacia, el fruto inmediato, mi éxito, mi satisfacción,
- 29 - mi comodidad, mi... Que mi empeño sea la búsqueda de mi hermano. La vida merece vivirse cuando se gasta sirviendo y amando según tus planes. Sé que esto supone dolor y renuncia, porque tú siempre pides algún pequeño tesoro en el que tengo puesto el corazón. Te pido, Señor, que en mi quehacer cotidiano me empujes a darme desde la sencillez a mis hermanos. Tú nos tienes cariñosamente de la mano. Eso nos basta. 9. EL CAMINO DEL CIELO Señor, te pido por mi fraternidad. Para que nos conozcamos siempre mejor en nuestras aspiraciones y nos comprendamos más en nuestras limitaciones. Para que cada uno de nosotros sienta y viva las necesidades del otro. Para que nadie permanezca ajeno a los momentos de cansancio, sinsabor y desánimo del otro. Para que nuestras discusiones no nos dividan, sino que nos unan en la búsqueda de la verdad y del bien. Para que cada uno de nosotros, al construir la propia vida, no impida al otro vivir la suya. Para que nuestras diferencias no excluyan a nadie de la fraternidad, mas nos lleven a buscar la riqueza de la unidad. Para que miremos a cada uno, Señor, con tus ojos y nos amemos con tu corazón. Para que nuestra fraternidad no se cierre en sí misma,
- 30 - sino que esté disponible, abierta y sensible a los deseos de los demás. Para que, al final de todos los caminos, más allá de todas las búsquedas, al final de cada discusión y después de cada encuentro, nunca haya vencidos ni vencedores, sino solamente hermanos. Y habrá comenzado el camino que termina en el Cielo. Amén. 10.REUNIDOS EN TU NOMBRE, SEÑOR "Donde están dos o tres reunidos, en mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos". Estas palabras son nuestra fuerza. Nosotros nos hemos reunido en tu nombre. Somos comunidad, porque nos has llamado Tú. Tú has pronunciado mi nombre y los de mis hermanos: "Fulano, ven y sígueme". Tú nos has agrupado en una comunidad: 'Vosotros sois mis amigos". Tú nos has señalado lo alto de la montaña: "Ánimo, que mi yugo es llevadero y mi carga ligera". Tú te has puesto en cabeza de nuestro grupo: "Estoy con vosotros día a día". Ahora, en medio de la marcha, te decimos con toda el alma: Acaba en cada uno de nosotros la obra que has empezado. Haznos tierra buena, honda y mullida, para que tu semilla encuentre fondo y fructifique Haznos sensibles a tu voz,