La tristeza Antón Chéjov



Documentos relacionados
La tristeza. Anton Chejov

PEDRO VÍLLORA: La muerte

Actividad 2.- Cuento y vídeo de Ubuntu

Actividad 1: Olivia y los osos polares

L204 DVD-ROM 1 Audio transcripts: Unidad 1

[ TALLER DE RADIO-TEATRO PARA JÓVENES] Guión de radiofónico Voces Mesoamericanas Acción con Pueblos Migrantes A.C.

LA OLA. Cinco cuentos para leer en voz alta. Autor: Antonio Pons

LEYENDO UN CUENTO. Cinco cuentos para leer en voz alta. Autor: Antonio Pons

ENCUENTRO CON SENCILLEZ DE CORAZÓN

REFLEXIÓN PARA LA REUNIÓN POR GRUPOS.

ENTREVISTA A OLGA GÓMEZ

REFLEXIONES DE LOS ALUMNOS EN PRÁCTICAS SOLIDARIAS

BULLYNG EN EL AULA SITUACIÓN:

La luz en África. Nombre y Apellido: Michaela Debnáriková. Nombre del centro: Gymnázium Mikuláša Kováča,

DISCURSO DE DESPEDIDA DE LA XXXV PROMOCIÓN DEL COLEGIO SANSUEÑA

Parábola de la torre inconclusa y el rey que va a la guerra

REPORTE - Cómo superar el desamor?

Las 3 Claves Para Conquistar Una Mujer

Azul o Rosa? Fernanda González Viramontes

Colegio Divino Maestro de Baza Curso

la primavera surge, cada vez con más frecuencia,

EL CIEGO BARTIMEO ES SANADO (D )

GRABACIÓN DE DATOS Apuntes de mecanografía

El corazón duro y el corazón moldeable

Contenidos vocabulario gramática funciones comunicativas cultura y sociedad

TE IMAGINAS LOS INFINITOS PROBLEMAS DE UN HOTEL CON UN NÚMERO INFINITO DE HABITACIONES, QUE SUELE LLENARSE CON UN NÚMERO INFINITO DE HUÉSPEDES?

UN LIBRO, UNA ILUSIÓN

Jesús es Mi mejor Amigo

RESERVISTA VOLUNTARIO Y A MUCHA HONRA

Boletín Mensual Programa Autismo Teletón

Título: Educar para fabricar ciudadanos emisión 49 (13/12/2009, 21:00 hs) temporada 14

I. Complete el texto siguiente con las formas correctas de los verbos SER o ESTAR. (5 puntos)

Planificación para la lectura en voz alta del cuento

GUÍA DE DISCUSIÓN PARA LOS PADRES

Debate: Los niños y las niñas deben trabajar?

Descubra el plan de Dios: paz y vida

TEST DE DEPRESIÓN DE BECK

Viajar al mundo desconocido (Traveling to the Unknown World) Raggi al Hammouri : Topics in Hispanic Studies: The Hispanic World through Film

Recursos asociados a El cuento con viñetas

EL SAUCE QUE NO QUERÍA LLORAR

Mi Figura Esbelta. HIPNOSIS Natural. por Oscar Obregón

En las siguientes tres lecciones enfocaremos algunas

Lección Era capaz el hombre endemoniado de salvarse el mismo del poder de todos los demonios que lo controlaban? -No.

Intereses y establecimiento de metas Modalidad: grupal Estudiantes con un avance crediticio del:

Maruja, si, esa soy yo, una Maruja. Mi vida es normal, bonita,

LA CATRINA PROGRAMA 10

Somos diferentes Somos iguales. La presión social para casarse y tener hijos

Lección Marta pensó que Jesús iba a resucitar a su hermano en el último día. Es eso lo que Jesús quería decir? -No.

Introducción Cómo empezar a monetizar mi blog? Porqué son tan interesantes los ingresos por sistemas de afiliados?...

PREDICANDO AL VERDADERO JESÚS A.A.

La INCREIBLE batalla de

GUIA DE TRABAJO Y ACTIVIDADES II CICLO DE PRIMARIA

Personajes. Narrador Aidún Mario Dunia. Nota: Los textos correspondientes a las acotaciones escénicas figuran en color rojo.

Qué significa ser feliz?

Puedes Desarrollar Tu Inteligencia

Cambio cultural: requisito para superar la discriminación hacia las trabajadoras del hogar

Estas son las ultimas palabras que el Señor les dio a los discípulos antes de ascender al cielo.

FRUTOS DE ORACIÓN Retazos de un Diario

La videoconsola de Jordi y el plato de mijo de Salima

Como Compartir Nuestra Fe Sin Discutir

DramaShare Drama: La Fiesta de Cumpleaños Spanish Language Script

Educar a los hijos. La estrategia principal: economía de fichas

Sígueme Y recuerda suscribirte a mis vídeos en

Mientras, yo estoy aquí, en Alemania, escondido, hay muchas personas que continúan

LA CONVERSIÓN DE SAULO (C.8.3.5)

TE INVITAMOS A LEER EL CUENTO:

Biblia para Niños. presenta. Isaías Ve el Futuro

Transcripción entrevista Carlos. Entrevistadora: entonces tu lengua materna es náhuatl? Entrevistado: sí, náhuatl.

RESUMEN. Colegio Antonio Machado Baeza (Jaén)

MANIFIESTO DE CAMPAÑA

LECTIO DIVINA Domingo 10 de Enero de 2010 El Bautismo del Señor Ciclo C

Cómo podemos guiar a los niños a Cristo?

DEVOCIONALES CON ACTIVIDADES PARA TODA LA FAMILIA Nuevo Testamento - Marcos - Semana #11

17 de noviembre de 2015 Auditorio de Rectoría

El relato de Génesis 24 nos muestra hermosamente

Edición: 1ª, Septiembre Administración de la Comunidad Autónoma del País Vasco Departamento de Industria, Comercio y Turismo

40 días de ayuno, oración y renovación personal para NIÑOS. Semana del 4 al 11/9 Nombre:

EL FUTURO SERÁ UN REGALO DE DIOS (B )

1 a Encuesta Nacional Exclusión, Intolerancia y Violencia en Escuelas Públicas de Educación Media Superior

El APLAUSO. Cinco cuentos para leer en voz alta. Autor: Antonio Pons

Juegos psicomotores para niños de 7-8 años de edad

MI HERMANA LOLA. Financiado por: Texto: Àngels Ponce Ilustraciones: Miguel Gallardo

AGRADECIMIENTOS Gracias a mis amigos Marc González y Rafael Jaque por aguantarme cuando les molestaba con mis aburridas teorías y descubrimientos

La Vida de Cristo. del evangelio de Juan. Lección 45. Crea! Juan 20: Currículo 2010 Misión Arlington Misión Metroplex

1 Corinthians 10:31-32

Textos para reconocimientos Av. Venustiano Carranza #307 INT 16 Centro Comercial Guimevi Tel. 01 (444)

LAS FRACCIONES DE CARLOS

IGUALES EN LA DIFERENCIA SOMOS DIFERENTES, SOMOS IGUALES

Cómo Contar Cuentos. Lección 2. Por Guillermo Kratzig

5Juan El plan. Los objetivos LECCIÓN

Voluntad de riesgo. galería

JESÚS Y EL PERDÓN (D )

Para la clase Programa de Ambiente Seguro, 3er Grado Tema: Dios nos Dio Conciencia para Saber Cuando Algo es Bueno o Malo

Moisés con los 10 mandamientos de Philippe de Champaigne Museo Hermitage San Petersburgo. Carol Gerten Fine Art

Tiempo libre y vida social Cómo es la comunicación a estas edades?

Pero lo que más le gusta a Lea es leer, lo hace en todos los sitios, siempre lleva un bolsito colgado con un libro de cuentos, o de animales.

Muñeco de serrín. Había pasado una mala noche, tenía el cuerpo bañado en sudor y el recuerdo de

El Supermercado. Hoy tengo que ir yo solo al supermercado a comprar un kilo de. . Voy a pasármelo bien en el supermercado.

ficha introductoria Historias de superación. Safe creative: nombre de la actividad María José SOLOMANDO FIÉRREZ.

Herramienta: Entendiendo a su público meta

Transcripción:

La tristeza Antón Chéjov Obra reproducida sin responsabilidad editorial

Advertencia de Luarna Ediciones Este es un libro de dominio público en tanto que los derechos de autor, según la legislación española han caducado. Luarna lo presenta aquí como un obsequio a sus clientes, dejando claro que: 1) La edición no está supervisada por nuestro departamento editorial, de forma que no nos responsabilizamos de la fidelidad del contenido del mismo. 2) Luarna sólo ha adaptado la obra para que pueda ser fácilmente visible en los habituales readers de seis pulgadas. 3) A todos los efectos no debe considerarse como un libro editado por Luarna. www.luarna.com

LA TRISTEZA La capital está envuelta en las penumbras vespertinas. La nieve cae lentamente en gruesos copos, gira alrededor de los faroles encendidos, se extiende, en fina, blanda capa, sobre los tejados, sobre los lomos de los caballos, sobre los hombros humanos, sobre los sombreros. El cochero Yona está todo blanco, como un aparecido. Sentado en el pescante de su trineo, encorvado el cuerpo cuanto puede estarlo un cuerpo humano, permanece inmóvil. Diríase que ni un alud de nieve que le cayese encima le sacaría de su quietud. Su caballo está también blanco e inmóvil. Por su inmovilidad, por las líneas rígidas de su cuerpo, por la tiesura de palos de sus patas, parece, aun mirado de cerca, un caballo de dulce de los que se les compran a los chiquillos por un copec. Hállase sumido en sus reflexiones: un hombre o un caballo, arrancados del trabajo campestre y lanzados al infierno de una gran ciudad, como Yona y su caballo, están siempre entregados a tristes pensamientos. Es demasiado grande la diferencia entre la

apacible vida rústica y la vida agitada, todo ruido y angustia, de las ciudades relumbrantes de luces. Hace mucho tiempo que Yona y su caballo permanecen inmóviles. Han salido a la calle antes de almorzar; pero Yona no ha ganado nada. Las sombras se van adensando. La luz de los faroles se va haciendo más intensa, más brillante. El ruido aumenta. - Cochero! -oye de pronto Yona-. Llévame a Viborgskaya! Yona se estremece. Al través de las pestañas cubiertas de nieve ve a un militar con impermeable. - Oyes? A Viborgskaya! Estás dormido? Yona le da un latigazo al caballo, que se sacude la nieve del lomo. El militar toma asiento en el trineo. El cochero arrea al caballo, estira el cuello como un cisne y agita el látigo. El caballo también estira el cuello, levanta las patas, y, sin apresurarse, se pone en marcha. - Ten cuidado! -grita otro cochero invisible, con cólera-. Nos vas a atropellar, imbécil! A la derecha!

recha! - Vaya un cochero! -dice el militar-. A la de- Siguen oyéndose los juramentos del cochero invisible. Un transeúnte que tropieza con el caballo de Yona gruñe amenazador. Yona, confuso, avergonzado, descarga algunos latigazos sobre el lomo del caballo. Parece aturdido, atontado, y mira alrededor como si acabase de despertarse de un sueño profundo. - Se diría que todo el mundo ha organizado una conspiración contra ti! -dice con tono irónico el militar-. Todos procuran fastidiarte, meterse entre las patas de tu caballo. Una verdadera conspiración! Yona vuelve la cabeza y abre la boca. Se ve que quiere decir algo; pero sus labios están como paralizados, y no puede pronunciar una palabra. El cliente advierte sus esfuerzos y pregunta: - Qué hay? Yona hace un nuevo esfuerzo y contesta con voz ahogada: -Ya ve usted, señor... He perdido a mi hijo... Murió la semana pasada...

- De veras?... Y de qué murió? Yona, alentado por esta pregunta, se vuelve aún más hacia el cliente y dice: -No lo sé... De una de tantas enfermedades... Ha estado tres meses en el hospital y a la postre... Dios que lo ha querido. - A la derecha! -óyese de nuevo gritar furiosamente-. Parece que estás ciego, imbécil! - A ver! -dice el militar-. Ve un poco más aprisa. A este paso no llegaremos nunca. Dale algún latigazo al caballo! Yona estira de nuevo el cuello como un cisne, se levanta un poco, y de un modo torpe, pesado, agita el látigo. Se vuelve repetidas veces hacia su cliente, deseoso de seguir la conversación; pero el otro ha cerrado los ojos y no parece dispuesto a escucharle. Por fin, llegan a Viborgskaya. El cochero se detiene ante la casa indicada; el cliente se apea. Yona vuelve a quedarse solo con su caballo. Se estaciona ante una taberna y espera, sentado en el pescante, encorvado, inmóvil. De nuevo la nieve

cubre su cuerpo y envuelve en un blanco cendal caballo y trineo. Una hora, dos... Nadie! Ni un cliente! Mas he aquí que Yona torna a estremecerse: ve detenerse ante él a tres jóvenes. Dos son altos, delgados; el tercero, bajo y chepudo. - Cochero, llévanos al puesto de policía! Veinte copecs por los tres! Yona coge las riendas, se endereza. Veinte copecs es demasiado poco; pero, no obstante, acepta; lo que a él le importa es tener clientes. Los tres jóvenes, tropezando y jurando, se acercan al trineo. Como sólo hay dos asientos, discuten largamente cuál de los tres ha de ir de pie. Por fin se decide que vaya de pie el jorobado. - Bueno; en marcha! -le grita el jorobado a Yona, colocándose a su espalda-. Qué gorro llevas, muchacho! Me apuesto cualquier cosa a que en toda la capital no se puede encontrar un gorro más feo... - El señor está de buen humor! -dice Yona con risa forzada-. Mi gorro...

- Bueno, bueno! Arrea un poco a tu caballo. A este paso no llegaremos nunca. Si no andas más aprisa te administraré unos cuantos sopapos. -Me duele la cabeza -dice uno de los jóvenes-. Ayer, yo y Vaska nos bebimos en casa de Dukmasov cuatro botellas de caña. - Eso no es verdad! -responde el otro- Eres un embustero, amigo, y sabes que nadie te cree. - Palabra de honor! - Oh, tu honor! No daría yo por él ni un céntimo. Yona, deseoso de entablar conversación, vuelve la cabeza, y, enseñando los dientes, ríe atipladamente. - Ji, ji, ji!... Qué buen humor! - Vamos, vejestorio! -grita enojado el chepudo-. Quieres ir más aprisa o no? Dale de firme al gandul de tu caballo. Qué diablo! Yona agita su látigo, agita las manos, agita todo el cuerpo. A pesar de todo, está contento; no está solo. Le riñen, le insultan; pero, al menos, oye

voces humanas. Los jóvenes gritan, juran, hablan de mujeres. En un momento que se le antoja oportuno, Yona se vuelve de nuevo hacia los clientes y dice: -Y yo, señores, acabo de perder a mi hijo. Murió la semana pasada... - Todos nos hemos de morir!-contesta el chepudo-. Pero quieres ir más aprisa? Esto es insoportable! Prefiero ir a pie. -Si quieres que vaya más aprisa dale un sopapo -le aconseja uno de sus camaradas. - Oyes, viejo estafermo?-grita el chepudo-. Te la vas a ganar si esto continúa. Y, hablando así, le da un puñetazo en la espalda. - Ji, ji, ji! -ríe, sin ganas, Yona-. Dios les conserve el buen humor, señores! -Cochero, eres casado? -pregunta uno de los clientes. - Yo?!Ji, ji, ji! Qué señores más alegres! No, no tengo a nadie... Sólo me espera la sepultura... Mi hijo ha muerto; pero a mí la muerte no me

quiere. Se ha equivocado, y en lugar de cargar conmigo ha cargado con mi hijo. Y vuelve de nuevo la cabeza para contar cómo ha muerto su hijo; pero en este momento el chepudo, lanzando un suspiro de satisfacción, exclama: - Por fin, hemos llegado! Yona recibe los veinte copecs convenidos y los clientes se apean. Les sigue con los ojos hasta que desaparecen en un portal. Torna a quedarse solo con su caballo. La tristeza invade de nuevo, más dura, más cruel, su fatigado corazón. Observa a la multitud que pasa por la calle, como buscando entre los miles de transeúntes alguien que quiera escucharle. Pero la gente parece tener prisa y pasa sin fijarse en él. Su tristeza a cada momento es más intensa. Enorme, infinita, si pudiera salir de su pecho inundaría el mundo entero. Yona ve a un portero que se asoma a la puerta con un paquete y trata de entablar con él conversación. - Qué hora es? -le pregunta, melifluo.

-Van a dar las diez -contesta el otro-. Aléjese un poco: no debe usted permanecer delante de la puerta. Yona avanza un poco, se encorva de nuevo y se sume en sus tristes pensamientos. Se ha convencido de que es inútil dirigirse a la gente. Pasa otra hora. Se siente muy mal y decide retirarse. Se yergue, agita el látigo. -No puedo más -murmura-. Hay que irse a acostar. El caballo, como si hubiera entendido las palabras de su viejo amo, emprende un presuroso trote. Una hora después Yona está en su casa, es decir, en una vasta y sucia habitación, donde, acostados en el suelo o en bancos, duermen docenas de cocheros. La atmósfera es pesada, irrespirable. Suenan ronquidos. Yona se arrepiente de haber vuelto, tan pronto. Además, no ha ganado casi nada. Quizá por eso -piensa- se siente tan desgraciado.

En un rincón, un joven cochero se incorpora. Se rasca el seno y la cabeza y busca algo con la mirada. - Quieres beber? -le pregunta Yona. -Sí. -Aquí tienes agua... He perdido a mi hijo... Lo sabías?... La semana pasada, en el hospital... Qué desgracia! Pero sus palabras no han producido efecto alguno. El cochero no le ha hecho, caso, se ha vuelto a acostar, se ha tapado la cabeza con la colcha y momentos después se le oye roncar. Yona exhala un suspiro. Experimenta una necesidad imperiosa, irresistible, de hablar de su desgracia. Casi ha transcurrido una semana desde la muerte de su hijo; pero no ha tenido aún ocasión de hablar de ella con una persona de corazón. Quisiera hablar de ella largamente, contarla con todos sus detalles. Necesita referir cómo enfermó su hijo, lo que ha sufrido, las palabras que ha pronunciado al morir. Quisiera también referir cómo ha sido el entierro... Su difunto hijo ha dejado en la aldea una niña de la que también quisiera hablar. Tiene tantas cosas que contar! Qué no daría él por encontrar

alguien que se prestase a escucharle, sacudiendo compasivamente la cabeza, suspirando, compadeciéndole! Lo mejor sería contárselo todo a cualquier mujer de su aldea; a las mujeres, aunque sean tontas, les gusta eso, y basta decirles dos palabras para que viertan torrentes de lágrimas. Yona decide ir a ver a su caballo. Se viste y sale a la cuadra. El caballo, inmóvil, come heno. - Comes? -le dice Yona, dándole palmaditas en el lomo-. Qué se le va a hacer, muchacho? Como no hemos ganado para comprar avena hay que contentarse con heno... Soy ya demasiado viejo para ganar mucho... A decir verdad, yo no debía ya trabajar; mi hijo me hubiera reemplazado. Era un verdadero, un soberbio cochero; conocía su oficio como pocos. Desgraciadamente, ha muerto... Tras una corta pausa, Yona continúa: -Sí, amigo..., ha muerto... Comprendes? Es como si tú tuvieras un hijo y se muriera... Naturalmente, sufrirías, verdad?...

El caballo sigue comiendo heno, escucha a su viejo amo y exhala un aliento húmedo y cálido. Yona, escuchado al cabo por un ser viviente, desahoga su corazón contándoselo todo.