FRANCISCA SELLÉS MOLINA CICLE I: EDUCACIÓ DE BASE A veces me cuesta sentarme a escribir o leer pero, cuando le cojo el truquillo me transmite el entusiasmo de poder terminar la lectura. Empezar un libro es muy interesante y también llegar al final porque es una historia que se te queda grabada y luego la puedes contar a alguien. Por ejemplo estoy leyendo un libro cuyo título es: Un libro, una ilusión y es que en la vida no se puede vivir sin ilusión, hay que tener alguna cosa que te haga vivir bien, porque en solitario es muy triste, la vida no tiene sentido. Yo vivo sola, pero la relación con mis hijos y nietos es muy buena. Al pensar que cada día voy a comer a casa de mi hija ya me da ilusión de arreglarme. Después me voy al colegio, donde estoy aprendiendo todo lo que antes no pude, eso me hace vivir con ilusión, ya que sino una persona siempre sola llega a quedarse sin amistades, aburrida. Un lugar donde no estar triste, no tener preocupaciones, no pensar si te duele aquí o allá, si te sientes mareada, si tienes fiebre; todo eso desaparece de la cabeza. Ese es mi pensamiento, y ojalá me dure esa manera de ser, es una terapia positiva, al menos yo lo creo así.
JOSÉ ROBERTO SELLÉS GISBERT CICLE II : GES 2 Los libros, hojas escritas y con dibujos, esto es lo que pensaba yo antes, hace algunos años. Ahora, que ya he leído algunos me he dado cuenta de que aparte de ser hojas con letras y dibujos, también nos cuentan muchas historias que si no fuesen por ellos, se habrían perdido en el tiempo. Sin los profesores que nos enseñaron, y continúan enseñándonos, que consultaron los libros en su tiempo y que seguramente siguen consultándolos, no sabríamos leer ni escribir. Hay que tener en cuenta que para leer, primero hay que saberlo hacer. Muchos profesionales en sus sectores, lo son gracias a lo que han podido aprender de los libros. Pienso que los que escriben un libro lo hacen con la ilusión de que las personas que los leen los puedan entender. Cada uno entiende lo que un libro nos cuenta de forma diferente, dependiendo del estado de ánimo en que se encuentre. En ellos se guardan muchas historias, que jamás las sabríamos si no los consultásemos o no existieran. Nuestras tradiciones y costumbres las conocemos por ellos, sino se habrían perdido ya. Mientras haya un libro en el mundo seguirá existiendo una cultura, una historia y un pasado. Cada día que pasa en nuestra vida es una página del libro de nuestra existencia, está lleno de alegrías, ilusiones, retos y también cosas malas. Para regir nuestras vidas, también son necesarios, en ellos se nos explica lo que se debe hacer o no, y también
están escritas nuestras leyes de vida. Yo también formo parte de la historia de los libros pues mi nombre se escribió entre sus hojas el día que nací y seguramente el día que moriré, así alguien leerá mi nombre escrito en un libro. Los medios de comunicación escrita se modernizan cada vez más. Yo no creo que esas hojas con letras y dibujos nos abandonen, en ellos van gran parte de nuestra historia como personas, nuestras leyes, de dónde venimos, a dónde vamos, nuestras preocupaciones, desgracias, los que estuvieron, etc. Con estas líneas me despido de ustedes, pues el próximo año, si todo va bien, ya habrá terminado. Gracias por dejarme participar en vuestros certámenes y formar parte de vuestros libros y vosotros también del mío. Un amigo y compañero
MARÍA RECHE RODRÍGUEZ PROGRAMES FORMATIUS Todos tenemos muchas ilusiones, lo malo es que muchas de ellas no se realizan. Yo tenía dos preferidas, la primera aprender a leer y escribir y la segunda, que no se si tiene cabida en esta redacción, no importa, la voy a escribir, era aprender Corte y Confección. Yo quería leer y escribir porque quería parecerme a mi padre, él todas las noches nos hacía sentar alrededor del fuego y nos leía sus libros hasta muy avanzada la noche. Lo malo es que, por circunstancias de la vida, no pude ir al colegio; pero en casa entre mi padre y mi hermano, un poco de aquí y un poco de allí, acabé leyendo y escribiendo. Escribo mal, con muchas faltas, cambio la v y la b, pero más o menos se entiende lo que quiero decir. Leer, tampoco leo bien en público, pero para mí muy bien, entiendo lo que leo. Yo diría un libro, una ilusión y también una ilusión para muchos libros. He leído, y leo, muchos, siempre tengo uno en la mesita de noche y todas las noches leo un par de horas y, como no duermo mucho, por las mañanas al despertarme leo hasta la hora de levantarme. Respecto al Corte y Confección, como no podía ir a una academia me saqué el título por correspondencia. Siempre me ha gustado coser, al principio yo hacía mis muñecas de trapo y sus vestidos. Después cosí para mí, mi familia y vecinos, más tarde para mucha
gente y, todavía hoy sigo cosiendo para mí.
VICENTA HURTADO PARRA CICLE I Nací en un pueblo de Castilla- La Mancha llamado Villanueva de los Infantes en Ciudad Real. Era la segunda de cinco hermanos. De pequeña me gustaba mucho ir al colegio, pero cuando tenía siete años mi madre se puso enferma. El médico le dijo que si cambiaba a otro lugar, con mejor clima y con muchos pinos, su asma podría desaparecer. Entonces nos vinimos a Muro, en la provincia de Alicante, a una masía en el campo. Conocimos a unos señores, que vivían en Valencia, que no tenían hijos y les propusieron a mis padres que una de sus hijas fuera con ellos para ayudarles en los trabajos de la casa. Mis padres aceptaron no querían dinero sólo que la llevaran al colegio. La elegida fui yo, dijeron a mis padres que me pagarían 50 pesetas al mes e iría a la escuela; pero no fue así. Yo tenía 11 años, recuerdo que por las mañanas veía a los niños ir al colegio con uniforme y me daban envidia y pensaba por qué yo no podía ir. Cuando cumplí los 14 mis padres se fueron a vivir al pueblo y volví a casa con mi familia. Tuve unos padres estupendos, nos enseñaron a cada hija un oficio; modista, peluquera y yo me enseñé a bordar. A mi madre se le fue el asma y nunca más estuvo enferma.
Gracias a Dios nos hicimos mayores y empezamos con los noviazgos las tres hijas mayores. Recuerdo que mi madre compró tres piezas de sábana para coser y bordar y empezamos a hacernos la dote. A los dos años de tener novio me casé, he tenido tres hijos, dos niñas y un niño. Fueron los años más felices de mi vida. Cuando mis hijos se hicieron mayores yo quería que estudiaran. Lo veía muy difícil porque la economía en casa era muy floja. Para que se pudieran ir a la Universidad me puse a trabajar y mi hija mayor también. Los otros dos pudieron estudiar en Valencia. Con su sacrificio y nuestra ayuda pudieron sacar una carrera. Mi hija hizo Magisterio y mi hijo Ingeniería. Hoy estoy muy contenta y me siento muy realizada. Gracias a la Escuela de Adultos he podido escribir estas líneas. Tenemos unos profesores muy estupendos, cada día hacemos una materia, mate, lengua, valenciano que lo hacemos en ordenador.,..también hacemos excursiones. Lo que no tuvo de pequeña lo tengo ahora. Nunca es tarde para enseñarse y doy gracias a Dios por todo lo que me ha dado.