VINCULACIÓN DEL POSGRADO EN PSICOLOGÍA CON LOS PROBLEMAS DEL ÁREA DE LA SALUD EN MÉXICO Víctor A. Colotla Jefe de la División de Estudios de Posgrado, Fac. de Psicología En el presente trabajo intentaré dar una visión general de la manera en que los programas de posgrado en psicología de nuestro país, de los cuales la mayoría se encuentran ubicados en nuestra máxima casa de estudios, se encuentran vinculados con los principales problemas del área de la salud. Para este propósito, describiré primeramente cuántos y cuales son dichos programas de posgrado; seguidamente su relación con la problemática en el área de la salud, identificando las principales deficiencias y fallas; para concluir con algunas sugerencias e indicaciones para el futuro que se han discutido en la División de Estudios de Posgrado (DEP) de la Facultad de Psicología. Programas de Posgrado en Psicología En abril del presente año se publicó un artículo sobre los estudios de posgrado en psicología que se ofrecen en nuestro país (Ribes, 1987), basado en una evaluación realizada en 1984. De acuerdo con dicho trabajo, se ofrecen treinta y tres programas de posgrado en México: cinco que ofrece el doctorado; veintitrés de maestría y cinco del nivel de especialización. Este bajo porcentaje de programas de especialización pareciera ser indicativo de un interés primordialmente académico y científico, más que profesional, que ha movido a los psicólogos que han participado en la planeación de estos programas de posgrado. No obstante, como se concluyó en el trabajo de Ribes y como se verá más adelante, estos programas academicistas adolecen de una serie de fallas que han demorado la formación sólida de cuerpos de investigadores. La proporción de los programas de doctorado (5) en relación a los de maestría (23) se acentuará en el futuro cercano cuando se inauguren otros 3 programas de maestría de la UNAM que se encuentran en diverso grado de avance en su aprobación por las autoridades universitarias (en Educación Especial y en Neuropsicología en la ENEP Zaragoza; en Psicología Ambiental en la Facultad de Psicología). Pero esta proporción es entendible puesto que el número de psicólogos con entrenamiento a nivel de doctorado es todavía reducido. Quince de los treinta y tres programas de posgrado identificados por Ribes son ofrecidos por la UNAM, lo que representa casi el 50 por ciento. Por esta razón, y tomando en consideración que la información acerca de las actividades de investigación y de servicios de los demás programas es muy limitado, basaré mi discusión en el resto de este trabajo en lo que se lleva a cabo dentro de la UNAM, con las limitaciones necesarias acerca del grado de
generalidad de las conclusiones. Los quince posgrados en psicología que ofrece actualmente la UNAM pueden ser clasificados, por razones de conveniencia, en dos grandes grupos: 1. Un grupo de corte experimental, con siete programas, dedicado en gran medida a la investigación básica, principalmente de laboratorio: la maestría y el doctorado en Análisis Experimental de la Conducta; la maestría en Psicobiología; la maestría y el doctorado en Psicología General Experimental (todos estos programas de la Facultad de Psicología); y las maestrías en Farmacología Conductual y en Psicología con opción en metodología de la teoría e investigación conductual, de La ENEP Iztacala. 2. Los ocho programas restantes tienen una orientación más bien aplicada, aun cuando algunos de ellos contienen un elevado énfasis en investigación: las especializaciones en Desarrollo del Niño y en Psicología Clínica y Psicoterapia de Grupo en Instituciones; la maestría y el doctorado en Psicología Clínica; la maestría y el doctorado en Psicología Social; la maestría en Psicología Educativa (todos estos programas de la Facultad de Psicología); y la maestría en Modificación de Conducta, de la ENEP Iztacala. Habiendo entonces delimitado arbitrariamente los programas de posgrado en psicología de la UNAM, pasaremos ahora a intentar identificar la manera en que se relacionan con los problemas del área de la salud en nuestro país. Vinculación de los Programas de Posgrado con los problemas del Área de la Salud La separación de los programas de acuerdo a su enfoque básico o aplicado no se refleja en su relación con problemas del área de la salud: existen diversas líneas y proyectos de investigación vinculados a temas de la salud, tanto en los programas experimentales, básicos, como en los aplicados. Por lo que respecta al tema de la rehabilitación los trabajos que lleva a cabo Feggy Ostrosky en la Facultad de Psicología constituyen una valiosa contribución al entendimiento de la recuperación conductual y congnoscitiva en pacientes con el síndrome de Parkinson que son sometidos al transplante de glándula suprarrenal en el área de la sustancia nigra. Su participación en este proyecto interinstitucional, con la evaluación neuropsicológica de los pacientes antes y después del transplante, al parecer tiene importantes implicaciones teóricas y prácticas. También dentro del área de la rehabilitación, Xochitl Gallegos y sus colaboradoras (por ejemplo, Gallegos, Medina, Espinoza y Bustamante, 1987) han venido entrenando exitosamente a pacientes con parálisis facial crónica para que recuperen movimientos en el lado afectado, por medio del principio de la retroalimentación biológica. Este método consiste en proporcionar a una persona información externa, a través de luces o sonidos, de respuestas o movimientos involuntarios de los que comúnmente no tiene conocimiento o control (como la temperatura de su piel, su ritmo cardiaco, o
la actividad eléctrica de sus músculos -la respuesta electromiográfica) a fin de que puedan lograr el control voluntario de tales respuestas. Otro interesante proyecto de investigación es el relativo a la rehabilitación de farmacodependientes, a cargo de Horacio Quiroga y Ángeles Mata. Esta investigación, con una orientación conductual, se lleva a cabo dentro de un convenio de colaboración con la Delegación Tlalpan. Por lo que respecta al tema de la prevención, se llevan a cabo en la Facultad de Psicología interesantes proyectos de investigación en lo que se ha denominado prevención primaria. Básicamente, lo que pretende uno de estos programas, encabezado por Juan José Sánchez Sosa, es lograr un cambio en las actitudes de las personas -cambio que se vea también reflejado en su comportamiento- con respecto a sus relaciones maritales o familiares. Una investigación en progreso consiste en la difusión de cápsulas informativas de televisión que pretenden cambiar actitudes y conductas desadaptativas que llevan a una inadecuada comunicación en la pareja y que eventualmente originan la separación o el divorcio (Nosovski y Sánchez Sosa, 1987). Otra línea de investigación de tipo preventivo es la que llevan a cabo Rolando Díaz Loving y sus colaboradores: la relación entre la educación sexual y sus actividades, conocimientos y prácticas sexuales y anticonceptivas de adolescentes entre los 16 y los 19 años de edad. Otro tipo de trabajos busca conocer las características demográficas y/o psicosociales de personas que abusan del alcohol, o que han intentado suicidarse. Arturo Heman (1984), por ejemplo, utilizó diversas escalas y cuestionarios que evaluaban el deseo de muerte y el grado de depresión y de ansiedad en una muestra de 70 personas que habían cometido un intento de suicidio. Heman encontró que el mayor número de intentos de suicidio ocurre en mujeres entre los 16 y 30 años de edad, argumentando razones familiares y afectivas. Fallas y deficiencias Uno de los problemas más serios por lo que respecta a la vinculación de los posgrados en psicología con los problemas del área de la salud, es que en varios programas no se genera suficiente investigación, incluso a nivel de doctorado. El doctorado en Psicología Clínica de la Facultad de Psicología, por ejemplo, está orientado más hacia los servicios psicoterapéuticos que hacia el entrenamiento en investigación en esa área. Por otro lado la investigación existente adolece de una falta de planeación armoniosa acerca del inicio de nuevos proyectos y programas. Esta falta de política de desarrollo de la investigación -y del posgrado- ha sido identificada por otros autores (Millán, 1982; Ribes, 1987), y ha sido justificada en base a la libertad de cátedra aplicada al tema de la investigación. Por lo que respecta a la psicología, solamente en la ENEP Iztacala se han generado programas institucionales de investigación a los que se adscriben los profesores o investigadores que deseen realizar investigación. La misma ausencia de políticas de desarrollo se aplica a la formación de personal altamente calificado a través de las becas al extranjero. La
política actual es la de apoyar a quienes desean adquirir esa capacitación, más bien que identificar áreas que lo requieran y buscar personas que deseen prepararse en ellas y regresar a fortalecer nuestros posgrados y líneas de investigación. Desafortunadamente, la crisis económica actual de nuestro país y que afecta a nuestra máxima casa de estudios, implica una disminución en apoyos tales como becas, subsidios para la adquisición de equipo de laboratorio y para la contratación de personal de apoyo en dichos laboratorios. Algunas soluciones Dentro de la DEP de la Facultad de Psicología se han llevado a cabo discusiones colegiadas a fin de lograr algunas soluciones a las fallas y deficiencias arriba señaladas. Por lo que respecta a las políticas de crecimiento, dentro del Subcomité de Becas de esta dependencia se ha acordado realizar una evaluación de los becarios actuales e intentar canalizarlos a los programas más necesitados de apoyo de personal preparado. Esto incluye a las universidades e institutos de investigación fuera del Distrito Federal. De este modo, lo que se pretende es boletinar a esas instituciones la disponibilidad próxima de becarios que están por regresar al país y que por limitaciones presupuestarias no podrán ser contratados en la UNAM. El consejo interno de la DEP de Psicología ha venido también tomando algunos acuerdos. Entre ellos destaca el relacionado a las líneas de investigación. Se planea la instalación de un Consejo de Investigación que asesore a las autoridades de la dependencia en el otorgamiento de los recursos, aunque limitados, que se tienen para la pesquisa psicológica. Además, se ha solicitado a los jefes de departamento que, en reuniones con sus profesores, ayuden a identificar áreas prioritarias que requieren de impulso a fin de que se destine una parte del presupuesto de investigación de la Facultad a convocatorias para otorgar apoyo económico a proyectos de investigación en las áreas que se identifiquen. Las modificaciones al Reglamento General de Estudios de Posgrado, aprobadas hace un año, permitirán también elevar la excelencia académica e impulsar la investigación en áreas donde se realiza un esfuerzo mínimo. La figura del tutor académico, que deberá tener una demostrada capacidad para la formación de investigadores, permitirá regir a través de las normas complementarias al Reglamento los requisitos de calidad necesarios en las tesis de posgrado. Es mucho lo que falta por hacer para emplear óptimamente el conocimiento psicológico en los problemas del área de la salud en nuestro país. La acción concertada de los investigadores, cuerpos colegiados y autoridades universitarias, deberá permitir en un futuro cercano ese aprovechamiento para beneficio de la sociedad en general.
Referencias Gallegos, X., Medina, R., Espinoza, E. y Bustamante, A., (1987), Retroalimentación biológica en la rehabilitación de parálisis facial bilateral: Reporte de un caso, XXI Congreso Interamericano de Psicología, La Habana, Cuba. Heman, A., (1984), Deseo de morir y realidad del acto en sujetos con intento de suicidio, Salud Pública de México, 26, 39-49. Millán, P., (1982), La psicología mexicana: una profesión en crisis, Revista de la Educación Superior, 43, 51-92. Nosovski, G., y Sánchez Sosa, J. J., (1987), Prevención primaria del deterioro en comunicación en la pareja, XXI Congreso Interamericano de Psicología, La Habana, Cuba. Ribes, E., (1987), Los estudios de posgrado en psicología en México, Ciencia y Desarrollo, abril, 154-160.