movilidad QUÉ HACER? Muévete mejor, muévete sostenible Desde nuestras piernas hasta un avión, toda forma de movilidad tiene su lugar en una sociedad más sostenible. Sólo hay que saber cuándo y cómo utilizar cada medio y ser consciente de su impacto en nuestra vida y en el planeta. Replantearnos los hábitos que seguimos en nuestro transporte puede llevarnos más de una sorpresa. El tiempo, la comodidad y el dinero suelen ser los factores principales que nos llevan a utilizar un transporte y no otro. Aquí te aconsejaremos ampliar ese punto de vista e incluir más factores en la decisión, como tu salud, la eficiencia y el bienestar, apostando por medios de transporte más sanos para ti y para el medio ambiente y que ayuden a mejorar la situación caótica que suele darse en las ciudades. Aunque no lo creas, las soluciones alternativas al coche en desplazamientos urbanos son también las más rápidas, cómodas y baratas. Aquí también te diremos las ventajas de optimizar el uso de tu coche y cómoconvertirlo en una máquina más económica y responsable con el medio.
1. Sin combustible QUÉ HACER? Desplázate a pie o en bicicleta Caminar o utilizar la bicicleta para desplazarse no consume más combustible que el de los alimentos que tomamos. La bicicleta es una de las formas más eficientes de utilización de energía en el transporte ya que apenas tiene pérdidas en forma de calor o rozamiento. Las distancias entre diferentes puntos dentro de una ciudad de tamaño mediano o grande no suelen costar mucho más tiempo en bicicleta o a pie que en transporte motorizado y sólo hace falta tener buena salud y un mínimo de forma física. Se ha comprobado que para distancias de hasta 4-5 km. la bici es el medio de transporte más rápido en los desplazamientos urbanos. Esta forma de moverse contribuye a reducir los atascos de la ciudad sin generar contaminación atmosférica ni acústica. El uso de la bicicleta es un hábito en alza y cada vez hay más ciudades con sistemas de alquiler y redes de carriles-bici que hacen este medio de transporte accesible para cualquier persona. Mejoramos nuestra condición física y ahorramos combustible. 1. Siempre que puedas muévete andando o en bicicleta, utilizando el resto de sistemas de transporte como segunda opción. Intenta realizar trayectos inteligentes combinando ir a pie o en bici con otros tipos de transporte. 2. Compra una bicicleta adaptada a tus necesidades reales. Hay modelos plegables fáciles de transportar y muy accesibles. 3. Si en tu municipio hay algún servicio de alquiler de bicicletas, bicing o similar, date de alta para usarlo de forma habitual. 4. Implícate en las iniciativas de participación ciudadana de tu municipio para mejorar las infraestructuras para las bicicletas y peatones. 5. Convence a tu empresa para que ponga facilidades al transporte en bicicleta de los empleados. 6. Hazte con una bicicleta con pedaleo asistido, con un pequeño motor eléctrico recargable, para distancias algo más largas o con pendientes.
2. Apuesta por lo colectivo QUÉ HACER? Utiliza más el transporte público Todas las ciudades de cierto tamaño tienen redes de transporte público cuyo uso supone la presencia de menos vehículos en la vía pública. Cada autobús lleno circulando evita la presencia de unos 50 vehículos y las emisiones de gases que conllevan. La combinación de los distintos transportes públicos facilita y abarata los costes de la movilidad en la ciudad, aumenta nuestra seguridad y, aunque no lo creas, mejora la calidad de vida. Además, siempre podrás aprovechar mejor el tiempo hablando por teléfono, leyendo un libro, o relajándote dejando la conducción a los profesionales. Puede resultar sorprendente comparar el gasto que genera un automóvil privado a lo largo de un año (compra, seguros, combustible, impuestos, aparcamiento, ) con el precio que supone utilizar el transporte público, incluido el taxi, en su lugar. Para trayectos cortos y urbanos, el taxi puede resultar más barato y cómodo. En caso de no poder prescindir del transporte privado, existen otras opciones para hacer del transporte una oportunidad para ahorrar gastos y contribuir a la sostenibilidad de la ciudad. Evitar que el conductor viaje solo divide el gasto de combustible entre los ocupantes y reduce el número de vehículos en la calle: a veces se nos olvida que pueden ir cinco personas en un coche. 1. Infórmate sobre todas las posibilidades de transporte que ofrece tu ciudad y acostúmbrate a utilizar siempre que puedas el transporte público 2. Si tienes que usar el coche, intenta no utilizarlo solo. Tiene más de una plaza: aprovéchalas. 3. Si tu empresa tiene rutas o sistemas de transporte colectivo para ir al trabajo, úsalos. 4. Entérate de las iniciativas de coche compartido que haya en tu ciudad 5. Busca personas de tu entorno (vecinos, familia, compañeros de trabajo ) con tu mismo horario con las que puedas compartir coche, o con horario que no solape el tuyo para que lo usen cuando está parado. 6. Utiliza abonos mensuales o anuales de transporte público escogiendo los descuentos de los que te puedes beneficiar (jóvenes, jubilados, familia numerosa ) para multiplicar las opciones. 7. Date de alta en alguna compañía de alquiler de coches que te permita utilizar el automóvil y pagar por su uso sólo cuando lo necesites realmente. 8. Implícate en las iniciativas municipales para la movilidad. Hay mecanismos de participación ciudadana para que puedas aportar tus ideas. Ahorramos tiempo y dinero a la vez que disminuimos los problemas de movilidad y contaminación de las ciudades.
3. Sentido común para los viajes largos QUÉ HACER? Escoge el medio de transporte más sostenible para tus viajes Para viajes de largo recorrido es conveniente reflexionar sobre el mejor medio para hacerlo: tren, autobús, avión y coche sería un orden lógico para decidir el vehículo a tomar. Cada uno de ellos tiene sus ventajas y desventajas y hay que valorarlas antes de optar por una. El tren es el medio que usa la energía de forma más eficiente si valoramos el número de viajeros que transporta, ya que consume hasta un 70% menos de energía que los aviones, pero no siempre llega a todos los destinos. El autobús es algo más barato, eficiente y llega a casi todos los sitios, pero la comodidad y el tiempo empleado no son siempre los óptimos. El avión tiene un consumo de combustible por pasajero y kilómetro similar al de un coche, pero las distancias recorridas son mayores así como las emisiones de contaminantes. Para largas distancias puede ser la mejor opción y la peor para las cortas y medias. El coche privado tiene un consumo por encima del resto de medios de transporte, pero su versatilidad hace que sea imprescindible para trayectos a lugares sin transporte público. La decisión final dependerá de muchas circunstancias, pero siempre existirá la opción que mejor se adapte a nuestras necesidades. 1. Planea tu viaje teniendo en cuenta también tus emisiones de CO 2 en función del tipo de transporte y distancia. AVE: 1,6 litros de combustible/100 km y persona Autobús: 1,7 litros de combustible/ 100 km y persona Automóvil: 6 litros de combustible/ 100 km y persona Avión: 6,7 litros de combustible/ 100 km y persona 2. Si lo que buscas en un destino turístico es, por ejemplo, sol y playa o montaña, escoge el destino más cercano y evita daños al medio ambiente. 3. Ten en cuenta el impacto de tu estancia, especialmente si es un entorno natural o frágil. 4. Pregunta en la agencia de viajes si existe alguna opción de pagar créditos de carbono (pequeños recargos en el precio destinados a compensar las emisiones de tu viaje). Reducimos nuestra emisión de gases de efecto invernadero.
4. Conducción eficiente QUÉ HACER? Cambia tu actitud al volante para ahorrar combustible El consumo de combustible del automóvil viene condicionado por las características del motor y por la actitud del conductor al circular. Mantener el motor como máximo a 2.000 rpm en diésel y a 2500 rpm en gasolina, conducir de forma relajada en ciudad evitando acelerones y frenazos bruscos y anticiparse a las circunstancias de la circulación evitan que el motor consuma mucho más carburante que el necesario para el desplazamiento. Adecuar la velocidad del coche a la permitida, especialmente en ciudad, evita forzar el motor de forma innecesaria, alarga su vida, reduce su consumo y, además, aumenta considerablemente la seguridad El peso que transporta el vehículo y su aerodinámica son importantes. El uso de bacas para el equipaje, llevar carga innecesaria en el maletero, circular con las ventanillas bajadas o el uso del aire acondicionado aumentan considerablemente el consumo. 1. Intenta ser menos agresivo al volante 2. Conduce con marchas largas: si tienes un coche de menos de 5 años, puedes circular sin problemas a 50 km/h en 5ª marcha. 3. Circula a velocidades moderadas y anticípate a los obstáculos de la carretera. Aumentarás considerablemente la seguridad, harás que el motor consuma menos y emitirás menos contaminantes. Reducción de emisiones de CO 2 : 78% Reducción emisiones de hidrocarburos: 63% Reducción de emisiones de NOX: 50% 4. Intenta subir unos grados el aire acondicionado en verano: no hace falta pasar frío. 5. Utiliza los extras tecnológicos, como el GPS, para evitar atascos y escoger la ruta más económica. Ahorro de hasta 30% de combustible, mayor confort y seguridad.
5. Mantener el coche en forma QUÉ HACER? Haz un buen mantenimiento de tu automóvil El mantenimiento de los automóviles nuevos tiende a ser cada vez más sencillo, pero no por ello menos importante. Las visitas periódicas al taller para los cambios de aceite, filtros y revisar el estado general del coche son esenciales para no pagar una avería de mayor importancia, sufrir un accidente o emitir más contaminación. Además, si así lo hacemos la eficiencia del vehículo será la óptima. El estado de los neumáticos es especialmente importante, ya que se trata del punto de contacto entre el coche y la calzada. Una presión baja genera más rozamiento con el asfalto y el coche consume mucho más. Una presión excesiva reduce la superficie de contacto entre el asfalto y la rueda aumentando el riesgo de que reviente y restando adherencia y estabilidad. Los neumáticos viejos o muy usados son un grave peligro y deben cambiarse al percibir el primer síntoma de desgaste. 1. Revisa frecuentemente la presión de los neumáticos en tu gasolinera, especialmente con los cambios de temperatura. 2. Mantente al día con las revisiones periódicas: cambios de filtros, aceite, etc. 3. Presta atención a los cambios que se produzcan en el coche (ruidos, vibraciones, pérdida de potencia, estabilidad, etc.) y consulta en tu taller. 4. Revisa, de vez en cuando bajo el capó, que no haya pérdidas de líquido. Alargas la vida del vehículo, ahorras combustible y aumentas la seguridad.
6. Menos litros más kilómetros QUÉ HACER? Cambia tu coche por otro más sano El motor de explosión es un invento antiguo, pero la tecnología del automóvil está avanzando. En los últimos años se ha puesto especial interés en dotar a los coches nuevos de mayor seguridad y motores más eficientes. Hoy en día un vehículo nuevo consume significativamente menos que uno similar de hace 15 años y tiene la mitad de probabilidades de tener un accidente. Un buen indicador de consumo y eficiencia del motor es la etiqueta energética que proporciona el IDAE y que, obligatoriamente, llevan todos los vehículos nuevos. La etiqueta clasifica los vehículos de la A a la G en función de su eficiencia teniendo en cuenta el peso y cilindrada del vehículo. Otro indicador son las emisiones de CO 2 que produce. En función de este dato se establece el precio del impuesto de matriculación, siendo cero para aquellos que emiten menos de 120 g/km. Los nuevos motores híbridos y los motores eléctricos, están abriendo las puertas a un futuro con menos dependencia de los combustibles fósiles y puede suponer la revolución del sector del automóvil. 1. A la hora de comprar un coche nuevo: 1. Ten claras las prioridades. 2. No descartes los coches pequeños: suelen ser los más baratos, eficientes e inteligentes para los usos más comunes. 3. Valora la eficiencia y el consumo. 4. Ten muy en cuenta las medidas de seguridad que incorpora el modelo. 5. Prioriza modelos híbridos y eléctricos, pero ten en cuenta su amortización en función de su uso. 6. Consulta su etiqueta energética en www.idae.es 2. Si no puedes cambiar de coche, minimiza su uso al máximo si tiene 10 años o más: un coche fabricado antes de 1970 emite 100 veces más cantidad de algunas de las sustancias más contaminantes que un coche nuevo. 3. Contempla la posibilidad de sustituir el coche por una moto. Aumentamos la eficiencia y la seguridad de nuestro transporte al optar por un coche más limpio.