Buenas Prácticas Medioambientales - Servicios - Oficinas y Despachos Al iniciar acciones para minimizar los residuos o las emisiones, generalmente se plantea como primera actuación el cambio técnico de los procesos: sustitución de materiales, modificaciones de equipos o diseño de nuevos productos. Pero no siempre se reflexiona sobre la posibilidad de reducir el impacto ambiental negativo a través de cambios en la organización de los procesos y las actividades; es decir, a través de las Buenas Prácticas Medioambientales. Las Buenas Prácticas son útiles tanto por su simplicidad y bajo coste como por los rápidos y sorprendentes resultados que se obtienen. Requieren, sobre todo, cambios en la actitud de las personas y en la organización de las operaciones. Al necesitar una baja inversión su rentabilidad es alta y, al no afectar a los procesos, son bien aceptadas. El principal objetivo de esta guía de buenas prácticas, dirigida tanto a empresarios como trabajadores de oficinas y despachos, es promover la mejora continua de la actividad desarrollada en los mismos en relación con el medio ambiente, mediante la exposición de unas recomendaciones prácticas cuya aplicación mejorará la eficiencia ambiental. Como resultado de la implantación de las Buenas Prácticas, se conseguirá: Reducir el consumo de los recursos energéticos de toda índole. Reducir el consumo de agua. Disminuir la generación de residuos y facilitar su reutilización. Minimizar el efecto ambiental de las emisiones atmosféricas, de los ruidos y vertidos de agua. Mejorar la competitividad de la empresa, a través de: La racionalización del consumo de materias primas y el ahorro de recursos naturales (energía y agua), lo que redundará en menores costes. La mejora en el control de los procesos y el aumento de la eficiencia. Planificar la estrategia y la actividad de la empresa, al introducir como factor de mejora continua la protección del medio ambiente. Mejorar la imagen de la empresa ante los clientes, los usuarios y los trabajadores. Informar y formar a los empleados y clientes, lo que redundará en una buena integración de las medidas adoptadas para la mejora del medio ambiente. Compras Es aconsejable que los departamentos de compras tengan en cuenta planes anuales de ahorro de agua y de reducción de carga contaminante y que eviten adquirir productos que perjudiquen gravemente al medio ambiente.
Una buena práctica medioambiental es tener siempre en cuenta, antes de adquirir nuevos equipos, la existencia de otros, de similares prestaciones, más respetuosos con el medio ambiente (que los fluidos refrigerantes no destruyan la capa de ozono, etc.) A la hora de valorar el coste de una materia prima, ha de hacerse con criterio ecológico. No descartar productos que puedan resultar más caros a corto plazo si, a la larga, son más duraderos y/o consumen menos energía y recursos naturales. Conviene que los departamentos de compras estén informados sobre los productos perjudiciales para el medio ambiente. Podemos contribuir al reciclado si tenemos en cuenta evitar la adquisición de productos que se vendan en envases compuestos y si racionalizamos los tipos de plásticos que se compran (el reciclaje de polímeros iguales es más fácil). Facilitar formación ambiental al personal del departamento de compras ayuda a evitar la adquisición de productos agresivos para el medio ambiente. Energía La realización de auditorías energéticas en la empresa es siempre interesante. También se aconseja estudiar, en el momento de analizar los consumos, las posibilidades de contratar la tarifa más ventajosa. Los sistemas de alumbrado basados en tubos fluorescentes o lámparas de sodio son preferibles a los incandescentes. En principio son más caros, pero la energía que consumen las lámparas fluorescentes es la quinta parte de la empleada por las incandescentes. Si colocamos interruptores temporizados que aseguren la desconexión de la iluminación tras un tiempo o disponemos de detectores de presencia que activen o desactiven la luz en pasillos y servicios, reduciremos el consumo eléctrico. El óptimo consumo de energía eléctrica se logra mediante el máximo uso de la iluminación natural. Situar los puestos de trabajo cerca de las ventanas o lucernarios y asegurar la limpieza de éstas para que dejen pasar la luz con la máxima claridad, limpiar periódicamente las lámparas, etc., son medidas sencillas que reducirán la necesidad de nuevos puntos de luz. No es recomendable apagar los tubos fluorescentes en zonas donde vayamos a encenderlos en menos de cinco horas, ya que el mayor consumo de energía se produce en el encendido. Se pueden evitar las corrientes de aire y mejorar el aislamiento de puertas y ventanas mediante burletes, así se evitan pérdidas en los sistemas de aire acondicionado y calefacción y se disminuye el consumo de energía. Realizando controles de los termostatos, se evitan excesos innecesarios de consumo de energía en los equipos individuales de calefacción y aire acondicionado.
El aislamiento térmico de los edificios, en particular las ventanas y ventanales de oficinas, permite un ahorro de energía considerable al evitar pérdidas de calor y frío. La colocación y uso de termostatos en los calentadores de agua caliente sanitaria y el mantenimiento adecuado de la caldera, en caso de utilizar un sistema central de calefacción, reduce el consumo de energía empleada. Apagar los ordenadores cuando no vayan a ser utilizados durante largo tiempo (por ejemplo a la hora de comer) contribuye al ahorro energético. Instalar la opción de "salvapantallas" contribuye a un menor consumo energético, sobre todo si el salvapantallas no tiene animación. Agua Solo el 3% del agua de la Tierra es dulce. Si la malgastamos al dejar el grifo abierto estamos derrochando de 5 a 10 litros cada minuto. Si se instalan grifos monomando con temporizador en las zonas de servicios comunes se elimina la posibilidad de dejar grifos abiertos, y el consiguiente despilfarro de agua. La instalación de atomizadores y/o difusores en duchas y lavabos asegura un menor consumo de agua, manteniendo un nivel eficaz para la limpieza. Podemos reducir el volumen de agua utilizado en las cisternas del WC, manteniendo la eficacia de la acción limpiadora. La forma más sencilla es la introducción de botellas llenas de agua (o mejor de arena) o bajando la boya. Otra solución consiste en sustituir las cisternas por otras de menor capacidad. Papel Las oficinas se prestan a muchas y sencillas buenas prácticas. Entre ellas, el uso de papel reciclado para cuadernos de notas, cartas, facturas, alimentación de ordenadores, materiales promocionales, etc. Una forma eficaz de colaboración con los programas de reducción de residuos es evitar el despilfarro en las cartas publicitarias y en los folletos, utilizar el papel por las dos caras y reutilizar los sobres para el correo interno. Hay papeles que no permiten el reciclado, como el papel térmico usado en los faxes o los papeles adhesivos, aunque es posible, en un gran porcentaje, obtener fabricados de los mismos hechos a partir de papel usado. Ya existen aparatos de fax en el mercado que aceptan papel normal o reciclado. Si se determina qué papel se usa y qué porcentaje se recicla, se podrán establecer objetivos de reducción de los residuos generados en esta área. En España se registra del orden de mil millones de envíos publicitarios cada año, lo que supone el 20% del tráfico anual de correo. Toda práctica tendente a utilizar materiales reciclables en publicidad contribuye eficazmente a reducir el
volumen de residuos generados. Cada año se desechan ocho kilos por habitante de papel reciclable de alta calidad. Con la segregación del papel sobrante de las oficinas, para su valorización y reciclado, se contribuye a la mejora medioambiental. Utilizar papel fabricado con restos de papel y cartón, en lugar de papel virgen, supone un 50% de ahorro en gasto de energía y un ahorro todavía mayor en contaminación ambiental. Cada tonelada de papel de oficina reciclado ahorra 140 litros de petróleo. Cuando se analizan los lugares de la empresa donde se consume más papel se puede encontrar la manera de reducir esa cantidad, lo que reporta menores costes económicos y ambientales. La instalación en los servicios de sistemas eléctricos para el secado de manos, en lugar del empleo de toallas de papel, redunda en una disminución de los residuos generados. Son conocidas las ventajas de sustituir, siempre que sea posible, el papel virgen por el reciclado. Cuando se adquiera, conviene observar el porcentaje que debe aparecer en la etiqueta; por ejemplo: "papel reciclado 80%" significa que el 80% de la materia prima procede de papel reciclado. No se debe confundir "papel ecológico" con "papel reciclado". Se entiende por papel ecológico el blanqueado sin cloro: en su fabricación se utiliza exclusivamente madera desechable para la producción de celulosa (madera de limpieza de bosques y sobrantes de aserradero). El papel reciclado se fabrica a partir de papeles que ya han sido utilizados. Ambos tienen utilidades diferentes. Servicios Generales De cara a establecer una contabilidad medioambiental, y para fijar objetivos de reducción de residuos, se aconseja llevar el registro de las cantidades, orígenes, destino y costes asociados a esos residuos y a su gestión. En las oficinas conviene disponer de contenedores para la separación selectiva de residuos. Es importante separar los toners y cartuchos de fotocopiadoras e impresoras y gestionarlos adecuadamente para su reciclaje. Puede contactar con gestores para la retirada de mobiliario y equipos informáticos fuera de uso. Al realizar el adecuado mantenimiento de los sistemas de climatización (líquido refrigerante, filtros de aire), nos aseguramos de no aumentar el consumo de energía. No hay que abusar del aire acondicionado en verano, ya que además de consumir mucha energía, libera gases que provocan la destrucción de la capa de ozono.
El uso incorrecto de la publicidad "verde" conlleva la desconfianza del usuario concienciado. Colaborar con los sistemas de recogida de basuras implantados en cada municipio contribuye de forma eficaz a mejorar la gestión de los residuos y objetos usados que, de esta manera, son correctamente tratados. Información y Formación a trabajadores La empresa debe estar sensibilizada con las preocupaciones medioambientales de los consumidores, ya que éstas se pueden traducir en ventajas para aquellos centros que se hayan adelantado. Resulta interesante fomentar prácticas de formación ambiental entre los empleados para que éstos puedan comunicar a los clientes las mejoras y ventajas medioambientales de los productos que comercializa la empresa. Cuanto más informada esté una empresa acerca del medio ambiente y de los "temas verdes" que se plantean en el mercado, mayores serán sus oportunidades. La correcta formación de los empleados mejora la calidad de los servicios ofrecidos y asegura la consecución de los programas ambientales de la empresa; por ejemplo: la mejor manera de reducir el consumo de energía es formar al personal para que sea consciente de su importancia. Es interesante fomentar la implantación de buzones de sugerencias medioambientales y analizar e impulsar aquellas que se consideran interesantes. Si se proporciona a todos los trabajadores la información necesaria para la correcta utilización de las sustancias químicas empleadas habitualmente en la empresa, se evitan riesgos tanto para la salud como para el medio ambiente. Fomentar y educar al personal de la empresa en la compra de productos ecológicos constituye una buena práctica. Para ello, deberán conocer aquellos que realmente lo son y el significado de los símbolos o marcas ambientales actualmente presentes en el mercado. Limpieza Vigilando los productos químicos que se emplean en la limpieza de las instalaciones y buscando aquellos identificados como de una menor agresividad ambiental, contribuiremos a la mejora de nuestro entorno. Interesa procurar la compra de detergentes sin fosfatos. Los fosfatos tienen consecuencias nocivas en los cauces fluviales al producir un crecimiento excesivo de algas, que impiden la vida del resto de la fauna La utilización de productos de limpieza conviene realizarla en las cantidades mínimas recomendadas por el fabricante.