EL ARTE ROMÁNICO. EL ROMÁNICO ESPAÑOL 1. CIRCUNSTANCIAS HISTÓRICAS El arte románico engloba el conjunto de manifestaciones artísticas producidas en el occidente cristiano entre finales del siglo X e inicios del siglo XIII. Se distinguen tres fases: El primer Románico (finales del siglo X-finales del siglo XI) El Románico pleno (finales del siglo XI-finales del siglo XII) y el Tardorrománico (finales del siglo XII-inicios del siglo XIII). Las referencias cronológicas presentan sensibles variaciones según las áreas geográficas, que además presentan propuestas y tradiciones autóctonas. Pero a pesar de estas diferencias, se considera al arte románico el primer estilo internacional de la Edad Media. Las influencias romanas en él son innegables, de ellas procede el concepto de Románico, pero también hubo otras, paleocristianas, bizantinas, prerrománicas e, incluso, islámicas. Se suele atribuir a la superación de los horrores del milenio la aparición del Románico (invasiones de normandos, musulmanes, húngaros), como si los hombres hubiesen agradecido a Dios su supervivencia construyéndole suntuosos y monumentales templos. Además, los hombres del novecientos entendían según la profecía del Apocalipsis que el mundo desaparecería en el año 1000 o, en su defecto, en el 1033 (milenario de la muerte de Cristo). Sin embargo, a partir del año 1000 se inició una era de calamidades, hambres y enfermedades que llevaron a la gente a refugiarse en la fe religiosa. De ahí que en la temática plástica románica abunden monstruos, visiones infernales o la escena del Juicio Final presidiendo las fachadas de los templos. En este contexto, existen otras dos coyunturas históricas que determinan al Románico: el feudalismo y las peregrinaciones. En este período se consolidan diferentes unidades geográficas con estructuras feudales, al mismo tiempo que progresivamente se estabilizan ciertas dinastías en reinos concretos. En este entramado geopolitico también intervienen unas órdenes monásticas reformadoras (Cluny, Gorze y Brogne) sobre todo la Regla de San Benito, con centro en Cluny (Borgoña), que se impuso por toda Europa y que tuvo un destacado papel en la reforma eclesiástica, en el fomento de las peregrinaciones y en la construcción de abadías a través de las que se difundió el Románico por toda la Cristiandad. Al mismo tiempo, el culto a las reliquias incrementa las peregrinaciones en las vías de comunicación de Occidente, con las que también se consiguió unificar estilos y criterios. La veneración al apóstol Santiago estuvo facilitada por la escritura del Codex Calixtinum (o libro de Santiago) que, entre las oraciones, describe la ruta para llegar a la Catedral de Santiago de Compostela. La peregrinación a las ciudades santas, Jerusalén, Roma y Santiago, se considera una expresión de fe similar a la que movía a los cruzados. Las expediciones de las cruzadas, que desde el siglo XI al XIII realizan las naciones cristianas de
Occidente, tienen el objetivo de reconquistar y luego defender los Santos Lugares, que en al año 1075 habían caído en poder de los turcos. A lo largo de los caminos, y en concreto sobre los que conducían a los peregrinos a Santiago de Compostela, surgen edificios para el culto vinculados por una serie de rasgos comunes, llegándose a calificar este estilo como "Arte de los caminos" o "Arte de los peregrinos". El Románico no fue simplemente un arte monástico sino también aristocrático, como expresión de la superioridad social de los dos estamentos que culminan la pirámide social: el clero y la nobleza. La nobleza fue la encargada de construir los primeros castillos, mientras que abades y obispos mostraban su autoridad construyendo monasterios y catedrales. 2. CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA ARQUITECTURA ROMÁNICA La aportación arquitectónica es lo fundamental en el Románico, supeditándose a ella la escultura y la pintura. Casi todos los elementos de la arquitectura románica (muros de sillares, columnas y pilares, arcos de medio punto, bóvedas de cañón) pueden encontrarse en los estilos precedentes. La mayor parte de las construcciones son edificios religiosos, iglesias, catedrales y monasterios. Aunque no faltan las construcciones civiles, palacios urbanos y, sobre todo, castillos. 2.1. Disposición de la planta A lo largo del Románico se generalizan las plantas de cruz latina. En la planta, todas las líneas están delimitadas por la cabecera. Con el aumento progresivo al culto a los santos y la costumbre de la celebración diaria de la misa por todos los sacerdotes es necesario multiplicar los altares y, para acomodarlos, el número de capillas. La solución más corriente es la construcción de un ábside al fondo de cada nave; el ábside de uno a siete, más frecuentemente tresrepresenta con su forma curva, cobijadora del altar, uno de los grandes hallazgos de la arquitectura. En otras ocasiones se enlazan las naves laterales mediante una especie de nave curvilínea, la girola, a la que se asoman las capillas en disposición radial, conocidas por el nombre de absidiolas. 2.2. Los elementos sostenidos Las techumbres de madera precedentes se irán abandonando paulatinamente a favor de las abovedadas de piedra.
A) Los arcos El arco románico por excelencia es el de medio punto, que en ocasiones encontramos peraltado. B) Las bóvedas de cañón La bóveda más habitual es la de cañón. En Occidente, antes del siglo XI, este tipo de cubierta sólo se aplicaba en espacios reducidos o en edificios estrechos, de una sola nave, como la construcción asturiana de Santa María del Naranco. Ahora, en diferentes sitios al mismo tiempo, se descubre el procedimiento para cubrir con bóveda de cañón grandes espacios: arcos de refuerzo dividen en tramos la bóveda (arcos fajones), que descargan los empujes de la cubierta sobre los pilares, que a su vez están enlazados por arcos paralelos al eje de la bóveda (arcos formeros). Pero para asegurar la estabilidad de estos abovedamientos no basta con los gruesos muros y los arcos fajones, además, coincidiendo con estos últimos, se utilizan los contrafuertes o estribos, que son fuertes pilares adosados al exterior de los muros. C) Las bóvedas de arista Junto a la bóveda de cañón, que suele cubrir la nave central, aparece también la bóveda de arista, generalmente en las naves laterales. Estas bóvedas contrarrestan los empujes de la nave central, transmitiendo los empujes de esta hasta los potentes muros y contrafuertes. D) Las cúpulas En el espacio central del crucero suele disponerse una cúpula, sobre trompas si su base es octogonal o sobre pechinas si es circular.
San Martín de Frómista (Palencia) Cuando el conjunto se alza al exterior en forma de torre se denomina cimborrio. Decoración escamada Gallones 4 torrecillas coronadas por cúpulas Tambor Pechinas
2.3. Elementos sustentantes A) Los muros Muros muy gruesos de piedra, a base de sillares regulares, generalmente, en los que domina el macizo sobre el vano. Las ventanas son escasas y pequeñas, recordando a menudo a saeteras. B) Las columnas Son columnas de fuste cilíndrico y liso y no respetan las proporciones clásicas entre su diámetro y la altura (el canon clásico se ha perdido, la sección de la columna no aumenta con la altura, por lo cual en un mismo edificio se pueden encontrar cilindros iguales en columnas pequeñas y en muy altas). A veces con una escultura adosada, sobre todo en las jambas de las portadas. C) Los capiteles Se abandona cualquier recuerdo de los órdenes clásicos. Son frecuentes los de decoración vegetal o con figuras humanas o de animales, reales, fantásticos o monstruosos. Importante el iconográfico o historiado, formado por un relieve donde se narran escenas sagradas del Antiguo y Nuevo Testamento o la vida y milagros de mártires y santos. Estos capiteles tienen un claro sentido didáctico, sobre todo en una época en la que sólo unos pocos privilegiados sabían leer y escribir. D) Los pilares El pilar es el gran protagonista como soporte. Robusto para poder sustentar las pesadas cubiertas, formado por un núcleo central cuadrado o cruciforme, al que se adosan a veces columnas o medias columnas, dando lugar a lo que se denomina pilar compuesto, que con el tiempo se irá complicando cada vez más según evolucionen las cubiertas hacia el estilo Gótico.
2.4. Las Portadas En los edificios románicos los vanos, puertas y ventanas, suelen ser abocinados. Las portadas generalmente quedan formadas por una serie de arcos concéntricos que van disminuyendo progresivamente de tamaño conforme se introducen en el muro, las arquivoltas. El acceso propiamente dicho suele ser adintelado, dando lugar así al tímpano, espacio comprendido entre el dintel y el arco, que es uno de los lugares preferidos para situar la decoración escultórica. Si el dintel es muy ancho y largo se refuerza con un soporte central, el parteluz, que también suele estar profusamente decorado con escultura. 3. ARQUITECTURA ROMÁNICA EN ESPAÑA 3.1. Penetración del románico en España A) Situación de España en los siglos XI y XII La situación de la Península Ibérica en los siglos XI y XII era muy diferente a la del resto de Europa. La frontera con el Islam se establecerá a lo largo del Tajo (Toledo se conquista en 1085). Santiago se convierte en la meta lejana de un circuito de peregrinación continental. Además, la escasez de población favorece la entrada de franceses (hay barrios de francos en muchas villas), otro factor de europeización. La Reconquista ha contribuido a formar una sociedad original en la que un campesinado libre y propietario contrastaba con los siervos del feudalismo continental y en la que los monarcas de los distintos reinos cristianos del norte aún detentaban un verdadero poder. B) La penetración del Románico en España Como principal precedente del Románico en la Península Ibérica tenemos el Prerrománico Asturiano, aunque también hay que tener presentes importantes influencias árabes. Las influencias francesas son asimismo evidentes, al igual que las lombardas (en el románico catalán). No debería hablarse de románico español, ya que la mitad sur de la Península vive en otro contexto político y cultural y el área del románico se limita a la zona cristiana. Las líneas de penetración de los elementos característicos de este estilo van claramente de este a oeste. Los primeros edificios se construyen en Cataluña y, posteriormente, se irá extendiendo a lo largo del Camino de Santiago. 3.2. La arquitectura románica en Cataluña En Cataluña es muy intensa durante el primer románico la influencia exterior, sobre todo de elementos franceses y de motivos ornamentales árabes califales. El Monasterio de San Pedro de Roda, de principios del siglo XI, es un conjunto alejado de los principales núcleos de población, presidido por una gran torre, pero destaca su interior poco usual, bóveda de cañón que apoya en columnas sobre podium.
La otra influencia del románico catalán es la lombarda. A Cataluña llegan cuadrillas de arquitectos y albañiles lombardos, siendo sus elementos arquitectónicos distintivos los arquillos lombardos, apoyados en franjas verticales que parcelan el paramento, las ventanas germinadas y grandes torres exentas. Es un Románico muy austero, con poca decoración, sólo con ornamentos geométricos. Su obra cumbre es el Monasterio de Santa Mª de Ripoll, comenzado en el siglo XI y terminado en el XII, conjunto singular del que destacan una torre inmensa, la grandeza del crucero y el cimborrio, sus cinco naves y su cabecera con siete ábsides. También es muy característico de este estilo el denominado Románico catalán de montaña, que se caracteriza por la solemnidad de sus torres, las cubiertas de madera, los paramentos de sillarejo sólo decorados por arquillos lombardos y los ábsides en ocasiones decorados con arcos lobulados, como en San Clemente de Tahull. De finales del siglo XII, y como un ejemplo claro de la transición al Gótico, son las Catedrales de Tarragona y Lérida, con bóvedas de crucería y arcos apuntados, aunque los elementos sustentantes son aún los macizos del Románico. 3.3. El Románico en Aragón Típico del Románico aragonés es el "taqueado jaqués" o decoración geométrica de ajedrezado, que se extenderá su influencia a lo largo del Camino de Santiago. 3.4. La arquitectura románica en Castilla Catedral de Jaca Una fuerte personalidad exhibe el románico de Segovia. Las iglesias segovianas (San Millán, San Esteban, San Martín) se caracterizan por sus torres solemnes, sobre todo la de San Esteban, y por su pórtico de
arquerías sobre columnas sencillas o pareadas que se erige en uno, dos o tres lados de la iglesia. Estos pórticos cumplieron en la vida urbana del Medievo una función de cobijo para la vida corporativa en una zona de invierno muy frío; gremios, corporaciones y concejo podían reunirse con cierto amparo en el pórtico soleado. San Millán San Esteban San Juan de los Caballeros Con menor frecuencia encontramos ejemplares de arquitectura civil, así por ejemplo, algunos vestigios del Alcázar segoviano, los castillos de Pedraza y Sepúlveda y las murallas de Avila. 3.5. El Románico leonés San Isidoro de León, levantada sobre una iglesia de estilo asturiano, es un espléndido edificio de tres naves y tres ábsides; en el crucero se distingue un gigantesco arco, cuyo trasdós es de medio punto pero con intradós polilobulado, modificación atribuida a albañiles mudéjares. San Martín de Frómista, del siglo XI, es de un estilo románico más perfeccionado, de tres ábsides en la cabecera y tres naves, con el crucero inscrito en ellas, sin sobresalir, torres cilíndricas, cimborrio octogonal y cúpula sobre trompas sobre el crucero. En la región del Duero aparecen en la segunda mitad del siglo XII una serie de obras románicas con influencias inconfundibles francesas del suroeste, por tanto con rasgos bizantinos evidentes, como grandes cimborrios, cúpulas gallonadas sobre pechinas, torrecillas de remates bulbosos y escamas. Ejemplos destacados de este tipo son la Catedral de Zamora, la Catedral Vieja de Salamanca y la Colegiata de Toro, algo posterior, de finales del XII y principios del XIII.
3.6. Santiago de Compostela Santiago es meta de los peregrinos, siendo la culminación del Románico español y europeo. Las obras se iniciaron en 1075 por el Obispo Diego Peláez y terminaron en 1105, siendo consagrada por el Arzobispo Diego Gelmírez. Encontramos el esquema de iglesia de peregrinación visto en las características generales (planta de cruz latina con girola y absidiolas, de tres naves, la central de cañón con arcos fajones y las laterales con bóvedas de arista, tribuna, etc.), por influencia francesa. También encontramos influencias musulmanas en la tendencia a la herradura y los lóbulos decorativos de algunos arcos, en la Capilla Mayor y la Fachada de las Platerías. Pero en Santiago son importantes sus innovaciones: sus grandes proporciones y altura, más que real conseguida gracias al gran peralte de sus arcos; y su gran iluminación, sobre todo a través de la tribuna. 4. CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA ESCULTURA ROMÁNICA Durante el Románico lo que le interesa a los escultores es el aspecto intelectual, el mensaje, y no la representación fiel de la realidad. Las figuras son sencillas, de relieve muy plano, con los ropajes ajustados al cuerpo y con los pliegues sencillos y paralelos, desproporcionadas, generalmente alargadas artificiosamente, sin volumen, dispuestas en composiciones sumamente sencillas, generalmente yuxtapuestas, sin perspectiva, sin ambiente ni fondos, sin expresión, sin movimiento, sin relacionarse las distintas figuras de las escenas entre sí, etc. La función de la escultura románica es decorar los templos, por este motivo está supeditada a la arquitectura y no se concibe como estatuaria exenta. En este sentido cumple la "ley del marco", teniéndose que adaptar las figuras a la estructura arquitectónica. Por otra parte, su intención es comunicar un mensaje, describir ilustraciones de sermones y de textos religiosos, teniendo cada escena su lugar predeterminado; por lo que hay que distinguir entre la escultura y el mensaje dirigido al pueblo, inculto y analfabeto, y el arte de los claustros de los monasterios, dirigido a los monjes ilustrados e iniciados en teología, capaces de interpretar la alegoría, el simbolismo y la intelectualización. Por tanto, los dos campos principales en los que aparece la escultura románica serán: Las portadas en el exterior, donde los temas hacen alusión generalmente al pecado, adquiriendo un mayor desarrollo en el tímpano, aunque también podemos encontrar decoración escultórica en las arquivoltas, adosada a las columnas de las jambas, en los capiteles de éstas y en el parteluz. Los capiteles de las columnas en los interiores, con temas también referentes al hombre vencido por el pecado o tentado por el diablo o temas evangélicos de carácter ilustrativo en las iglesias. En los claustros de los monasterios encontramos los temas de tipo más intelectual. 4.1. Los temas iconográficos A) En los tímpanos de las portadas Aunque podemos encontrar otros, los dos temas más repetidos y más característicos del estilo son:
El Pantocrátor, Todopoderoso, Cristo en Majestad, según se narra en el Apocalipsis de San Juan, con el Tetramorfos, los símbolos de los Cuatro Evangelistas (San Mateo como un hombre o ángel, San Juan como un águila, San Marcos como un león y San Lucas como un toro), contemplados por los Veinticuatro Ancianos del Apocalipsis. Pórtico de la Catedral de Chartres (Francia). Siglo XII El Juicio Final, presidido por el Pantocrátor y el Tetramorfos, rodeados generalmente por los Veinticuatro Ancianos del Apocalipsis o los Doce Apóstoles y la Virgen, con ángeles tocando las trompetas que anuncian el Día del Juicio; a la derecha de Cristo se sitúa a los justos y a la izquierda a los condenados, con representaciones del infierno; es ahora cuando se inicia la representación antropomórfica del demonio, aunque a veces también aparece como un animal o un monstruo; asimismo en ocasiones suele aparecer el Arcángel San Miguel, con una balanza para pesar las almas. B) En los capiteles de los claustros Juicio Final del Tímpano de Santa Fe de Conques (Francia). Siglo XII En los capiteles encontramos principalmente temas vegetales, animales, tanto reales como fantásticos o monstruosos, y figurados. Entre estos últimos podemos distinguir varias tipologías: los de decoración alegórica, aludiendo al pecado de forma intelectual; los más característicos del estilo románico, los capiteles historiados, en los que se narran escenas de carácter religioso, vidas de santos o mártires, y relatos bíblicos, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento; y, en ocasiones, otros con escenas de la vida cotidiana, caballeros feudales, etc. Capitel con figuras humanas Capitel de influencia islámica Capitel vegetal (Capiteles de la iglesia del castillo de Loarre Huesca. Año 1095)
4.2. La escultura exenta La escultura exenta románica, salvo excepciones como el Descendimiento de San Juan de las Abadesas, se reduce a imágenes del Crucificado y de la Virgen con el Niño. A) El Crucificado Descendimiento de San Juan de las Abadesas (Gerona) Como en el mundo bizantino es de cuatro clavos, con los pies clavados separados, impasible al dolor, rígido, con expresión solemne, con el cuerpo derecho y los brazos horizontales, está vivo, etc. Adopta dos tipologías: Cristo en Majestad, vestido con una larga túnica de mangas y con corona; Cristo desnudo, cubierto sólo desde la cintura hasta las rodillas con una faldilla. Majestad Batlló, mediados s.xii. Museo de Arte de Cataluña. Barcelona Crucifijo de Fernando I y Doña Sancha. Museo Arqueológico Nacional, Madrid Los podemos encontrar realizados en marfil, madera o metal. B) La Virgen y el Niño A la Virgen se la representa sentada, de frente, solemne, con el Niño sentado sobre sus rodillas, también de frente y estático, en actitud de bendecir, con un libro o la bola del mundo en la mano, sin relación alguna entre ambas figuras. Virgen de Vico s.xii. La Rioja Virgen de Lérida, s.xii. Museo de arte de Cataluña. Barcelona
5. CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA PINTURA ROMÁNICA Supeditada, como la escultura, a la arquitectura. Es una pintura mural: Todas las paredes estaban pintadas. Las técnicas utilizadas: Temple / Fresco Presenta colores intensos: dominan los ocres, amarillos, blancos y negros, pero su aplicación no está relacionada con la significación de los mismos. Las figuras están inspiradas en las formas bizantinas, destacando Pantocrátor/Tetramorfos que ocuparán los lugares más importantes Pantocrátor de San Clemente de Tahull valle de Boí, hacia 1123. Lérida (Fresco) Cacería del Ciervo, fresco procedente de San Baudelio de Berlanga, Soria. Hoy, en el Museo del Prado, Madrid (Fresco) Frontal de la Catedral de Urgell (s. XII) (Temple) Sus programas pretenden divulgar el mensaje cristiano La pintura románica también se expresó en otros soportes como: Miniatura Vidriera; aunque su pleno desarrollo se materializó en el Gótico