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Transcripción:

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CRUCIGRAMA DE AMAPOLAS Cristina Ruberte París Crucigrama de amapolas Cristina Ruberte-París 2

2007. Cristina Ruberte-París. Todos los derechos reservados Portada diseño y difusión de la obra: Íttakus Edición cortesía de www.publicatuslibros.com quedando rigurosamente prohibida la reproducción total o parcial de la presente obra sin expresa autorización de su autor. Publicatuslibros.com es una iniciativa de: Íttakus, sociedad para la información, S.L. CIF B 23576481 C/ Sierra Mágina, 10. 23009 Jaén-España www.ittakus.com Crucigrama de amapolas Cristina Ruberte-París 3

Crucigrama de amapolas Crucigrama de amapolas Cristina Ruberte-París 4

Tener nada A veces tengo nada y eso es mucho más que tener algo. Hay días que sólo a mí me tengo y no me tengo ni en pie. Y no busco, porque si rebusco de lo que encuentro me asusto. Crucigrama de amapolas Cristina Ruberte-París 5

Corazón de amapola Tienes manos teñidas de amapola. Frías manos de tristes palabras pobladas donde los silencios verdes de hiedra perezosa se enredan por tus dedos largos. Estiras de la colcha y la colcha va y viene. Primero a tu lado luego al mío, y la colcha de azules es mar y el embozo: Caracola soprano que trae olas muertas a nuestros labios secos. Veo tus manos teñidas de amapola y a mi corazón licuado haciendo surf en la cresta de la ola. Crucigrama de amapolas Cristina Ruberte-París 6

En esta noche, cuajada de recuerdos, quiero que seas mi príncipe. Y atrapar tus silencios en mi cajita oriental de mariposas violetas, donde residen, como reinas, las flores secas que atraparon un momento. Nuestro momento. Acá Siento tu aliento en mis mejillas y también tus piernas dobladas junto a las mías. Dulce columpio que me balancea al país de Siempre Juntos, donde no eres mi príncipe. No. Eres mi rey. Esta noche contaremos aniversarios y reencuentros, esta noche... Esta noche Te contaré cosas que ya sabes, mentiras y quizás, también, te contaré un cuento. Esta noche. Esta noche, Crucigrama de amapolas Cristina Ruberte-París 7

contaremos hasta el más allá y si en el más allá te encuentro te traeré balanceo dulce- hasta el más acá, donde siempre serás mi príncipe. Mi príncipe de sueños perdidos. Crucigrama de amapolas Cristina Ruberte-París 8

Abre los ojos No quiero despertar. No. No quiero. Quiero morir en tu sueño profundo de niño grande y remendar tus sábanas de tigre hambriento, acaso ronronear en tu lecho de amapolas donde un aire pesado apaga tu silencio. Quiero ser la mujer, la mujer que mueva tu mundo. Tu mundo onírico. Y también quiero rozar tus pies, andar lo andado otra vez y desandar tus pasos, trotamundos de un sueño soñado. Quiero ser tu sueño y también tu premio, el edredón que te envuelve y el despertador que te despierta, el brillo de tus ojos y la sonrisa en tus labios. Y también quiero, más que seguir tus pasos, ser tu camino otra vez. Crucigrama de amapolas Cristina Ruberte-París 9

No quiero despertar. No. No quiero. Porque donde tu naces yo muero, deshojo mis amapolas sobre tu lecho Y tú dibujas curvas y luego las borras. Y fumas estrellas y nos emborrachamos con lunas menguadas. Cuando las amapolas, siempre de rojo encendido, se besan tú y yo ya no nos besamos, sólo besamos el beso volado. El beso perseguido. No quiero despertar. Deja que tu espalda- amplio lienzosoporte mis sueños dibujados hasta que el corazón te duela de tanto castillo encantado, de tantas lágrimas borradas, de tantos besos cazados, de tanto cazador cazado. No. Crucigrama de amapolas Cristina Ruberte-París 10

No te vuelvas. Sigue dormido a mi lado -gato salvajeen mi tejado de tejas rotas donde hace tiempo que no llueve ni nieva ni nada. No quiero despertar. No. No quiero. Crucigrama de amapolas Cristina Ruberte-París 11

Ayer Antes de que sea ayer, déjame que te tome la mano y te dibuje las líneas, mírate en mis ojos y escucha a mi bola de cristal. Tus líneas son curvas y rectas, son gruesas y finas. Tus líneas son dulces y amargas, sorprendentes y aterradoras. Antes de que sea ayer, déjame que te diga que las meigas existen y también las geishas, que haberlas hailas y yo las he visto hasta lolailas. Déjame que te cuente y escucha: Ayer te puse alas y hoy te las quise quitar. Ayer volaba contigo y hoy no sabía volar sola. Antes de que sea ayer, déjame que te toque, hombre de piedra, déjame que me abrace a tu corazón de cartón. Dónde quiera que estés te gustará saber, por más abandonado que te encuentres, que por ti... Crucigrama de amapolas Cristina Ruberte-París 12

Hay un ángel sin alas. Soy una geisha con kimono de plástico, una meiga con cristales en la mano y sin bola, un ser alado, quizás soñado, sin ángel. Antes de que sea ayer, quiero que vueles conmigo hasta que una a una caigan nuestras plumas, hasta que uno a uno florezcan nuestros besos y despertemos de pronto pero juntos. Y quiero romper lunas y pegarlas y crecerlas. Y borrarlas. Y también quiero sumar estrellas y restar. Contar una, dos, tres, cuatro estrellas y cien más hasta el infinito. Y esconder, hombre de piedra, un estrella fugaz en tu almohada. Antes de que sea ayer, déjame que te toque, hombre de piedra, déjame que me abrace a tu corazón de cartón. Crucigrama de amapolas Cristina Ruberte-París 13

Sombrero roto He soñado tu sombrero roto y he visto las cicatrices en tu rostro. He soñado con muertas tardes de televisión y helados pies envueltos en tu manta de retales de colores. He soñado con tu sonrisa tirante, y he visto agujeros en tus calcetines de ejecutivo impoluto. No conozco tu nombre pero me abrazo a tu abrazo y duermo tu sueño de primavera tardía. He soñado tu sombrero roto y he visto las cicatrices en tu rostro. He soñado con cartas rotas y llamadas perdidas, teléfonos descolgados y vinilos rallados. He soñado tus mustios despertares, y he visto tu cara sorprendida al ver un nuevo día. No conozco tu nombre Crucigrama de amapolas Cristina Ruberte-París 14

pero me abrazo a tu abrazo y duermo en tu estanque donde ya no vuelan mariposas, ni pájaros, ni moscas, ni nada de nada. Crucigrama de amapolas Cristina Ruberte-París 15

Nada imaginada Siempre me asomo por tus ojos chiquitos de miel. Cautivadoras ventanas de aterciopeladas cortinas que van y vienen movidas por tu alma soñada. Y te veo. Tu juegas al escondecucas conmigo y te escondes tras las cortinas, pero yo te veo. Te veo donde nadie te ha visto y por eso te quiero, porque por un momento atrapo tu corazón y lo retengo en mi mano. Caliente, palpitante, vivo. Y yo vivo por él. Veo lo que nadie ha soñado y por eso sueño contigo, con tus sueños y con tus ojos chiquitos de miel. Siempre me asomo por tus ojos chiquitos de miel, inquietantes agujeros de misteriosa nada llenos. Cielo raso Crucigrama de amapolas Cristina Ruberte-París 16

Todavía duermen arropados por el cielo raso. Caracoles con manos de estropajo y labios que saben a rancio, babosas con cuello de terciopelo y besos de satén rojo. Roedores de luna llena y rumiantes de cuartos menguantes. Duermen, todavía, sedados por el olor a sándalo. -Narices embriagadas de vainilla y ambarina-. Mediodía de tu vida y cielo raso en tu techo. Mecedora de caramelo y saetas de golosina que nunca te despiertan; Suspiros de estrellas muertas arrancados de las horas, muertas también. Son pobladores de la noche, sopladores de la buena suerte que vienen para llevarte, son décimos de lotería no premiados, deseos arrancados; cupidos de extraña forma. Son arqueros de flechas quebradas, estrategas sin estrategia. Caminantes sin meta que todavía duermen. Duermen arropados por el cielo raso. Crucigrama de amapolas Cristina Ruberte-París 17

Algunas manos Algunas manos. Algunas manos son ásperas como cartón de embalar fríos electrodomésticos. Te hieren por frías, sin apenas tocarte. Algunas manos son estrellas -efímeras en presencia pero de eterna ausencia-. Largos abrigos de piel de ángel que te embellecen el rostro aunque no dejen rastro, ni estela, ni nada -despensas de luz, casi siempre fugaces- Algunas manos. Algunas manos dicen algo, pero más bien poco. Crucigrama de amapolas Cristina Ruberte-París 18

Baladas Virtuosas creadoras de mundos, hábiles letras que prolongan tu ego o lo hacen chico. Dónde estáis ahora? Te llevan al más allá y te devuelven al más acá cuando todo sabe a chocolatada de domingo a piñatas de fiesta a piel salada, a muerte dulce. A veces te pueden. A veces no. Letras malditas de abrazos playeros ángeles sin canto pero con letra, adolescencia errada. Eco de un sueño, giradiscos robado Crucigrama de amapolas Cristina Ruberte-París 19

Espera Dicen que la lupa no lo ve. De qué me sirve la lupa si ya no te ve? Me gusta cazar mariposas, pero no cazo todas las que vuelan, sólo cazo las que vuelan alto. Cuanto más alto suben más muevo mis alas. Cuando más lejos más cerca las siento. Y me deslizo por la ladera. Soy una sorda campana un río de volteretas, una ruleta rusa por la fresca hierba. Y sólo me detiene la muda y cansada roca. La roca de la espera. Dicen que la lupa no lo ve. De qué me sirve la lupa si ya no te ve? En silencio te espero. Dormida. Dormida por el dulce aleteo de tu vuelo manso Y te sueño. Crucigrama de amapolas Cristina Ruberte-París 20

Te sueño sin alas y despierto entre risas, enlatadas, crueles. Risas atronadoras en un vacío de suspiros rotos desvanecidos para siempre. Dicen que la lupa no lo ve. De qué me sirve la lupa si ya no te ve? Frágiles alas, Roto ser alado entre un ciento. Peonza de la pradera horadando la roca, la roca de la espera. Taxidermista de un sueño. Crucigrama de amapolas Cristina Ruberte-París 21

Si alguna tarde Alguna tarde de siesta prolongada, ducha aplazada y fríos pies en chancletas de plástico sentirás peces en tus bolsillos de lágrimas llenos. Alguna tarde tus largas manos -redes tristes de inviernoharán el agosto. Y si alguna tarde un pez encuentra tu mirada morirás de inanición. Una pecera comprarás, Y una piedrita de jaspe rojo. No, de caliza; de piedra pómez. No. Una esmeralda verde. Verde esperanza para esperar. Pero tú -sirenita silenciosa- Crucigrama de amapolas Cristina Ruberte-París 22

fuera te quedarás, con olor a mar en tus besos y tu mustio corazón de algas rotas palpitando en tu blanco camisón de mangas cortas. Y para esperar te comprarás un sillón -dura roca fuera del hogary una almohada de caracolas rosas orlada. Y de tanto contemplar al pececito cautivo, -sirenita tristede lágrimas los bolsillos se te volverán a llenar. Si alguna tarde un pez encuentra tu mirada, aprieta los ojos aunque a puro de tanto apretar tus bolsillos de lágrimas se vuelvan a llenar. Alguna tarde tus largas manos, redes tristes de invierno, harán el agosto Crucigrama de amapolas Cristina Ruberte-París 23

Volar bajo Saben que nunca, que nunca lo haría. A veces los barrotes son tan duros que da miedo tocarlos. A veces. A veces la prisión se torna tan pequeña que el tacto de óxido en mis manos es una invitación para echar a volar. A veces. Dicen que nunca me han visto volar. Yo tampoco a ellos y sin embargo los sueño. Los sueño volando, aunque no adivine sus alas bajo sus tristes uniformes grises, aunque no sople el viento ni con ayuda del ventilador, aunque eso no ocurra, aun cuando lo que ocurre es mucho peor, yo los veo volar. Y porque en mi pensamiento vuelan ellos sienten sus alas. Dicen que no me han visto volar y yo, YO ya he volado con ellos. Crucigrama de amapolas Cristina Ruberte-París 24

Luces de un sueño Quiero que me fotografíe una estrella, esta noche. Esta noche quiero que el disparo surque con su luz tu espacio y que te confunda y pidas un deseo, cual estrella fugaz soñada. Tejiéndote una manta de amapolas rojas, cosiendo unas zapatillas de blanda nube colgando en tu techo la luna nueva, esta noche quiero que la luz de tu estrella ciegue mis ojos y anidar en tu álbum de recuerdos vivos. Hacendosa marioneta de amores robados recorta, cose y teje en su espacio inflamado; esclava de Eros posa su tristeza para tu estrella radiante. Tu cama deshecha y los pétalos secos, a quién engañar? A quién esperar? Ya no oigo tus pasos -zapatillas robadas de blando pisar- Una noche quise. Crucigrama de amapolas Cristina Ruberte-París 25

Barquito de papel No me salen las cuentas. No. Barcos de papel en nuestro estanque de flores secas. Barcos de papel que navegan sin brújula, sin tripulante, sin pasajeros. Barcos de papel, de papel mojado. No me salen las cuentas. No. Cuánto tiempo? Un día? Un mes? Un año? Toda la vida? Desde mi ventana veo nuestro estanque y mudos navegantes queriendo atrapar un sueño. Un barco de papel. Crucigrama de amapolas Cristina Ruberte-París 26

Gatos muertos Dicen que los gatos ya no maúllan en tu tejado rojo de musgo fresco y también dicen, que los pocos gatos que atrapaste en tus sueño de pizarra y clarión flotan en tu estanque en las noches de luna llena. Cuentan que la luna les hace brillar y también cuentan, que su negro pelo se confunde con tu pizarra de párvula enamorada. Hoy, luna nueva, he mordido tus labios rojos y también he oído un suave ronroneo bajo tu almohada. Crucigrama de amapolas Cristina Ruberte-París 27

Pensamiento en espiral Nace y desaparece en una pausada calada en un suspiro largo como de hada. Rotundo como un estornudo, agitas todos los papeles, a menudo en blanco. Por si el tiempo me arrastra Lacraré todas las cartas. Olvidadas... Olvidadas en mi memoria. Por si el tiempo me arrastra Soplaré con fuerza todas las velas, de cumpleaños mustios, de flores secas. Soplaré con fuerza todas las velas y me echaré a la mar. Por si el tiempo me arrastra pintaré corazones de pálidos rostros, de tristes amores. Por si el tiempo me arrastra saborearé sus posos mecida en tu almohada, y seré amable, por si el tiempo me arrastra. Crucigrama de amapolas Cristina Ruberte-París 28

Crucigrama en lata de sardinas La brevedad de una lata de sardinas es el roto silencio del descanso del guerrero, el plato frío con las sardinas muertas que nada dicen. Dicen que no hay nada que decir y nada dicen. Montones de crucigramas vacíos de palabras alborotan por los rincones del salón, -de macetas muertas lleno-. Mudos mapas de palabras bobas que nada dicen. Dicen que no hay nada que decir y nada dicen. Y nada dice el guerrero, nada sus frías manos, nada sus tristes ojos. Crucigrama de amapolas Cristina Ruberte-París 29

La autora Cristina Ruberte-París (Zaragoza): Licenciada en Ciencias de la Información (Universidad del País Vasco) y Diplomada en Magisterio (Universidad de Zaragoza). Ha publicado los relatos Reloj de Repetición, Comunícate, Diario roto de los 40, Deshójame y El cachete lunar ; así como sus poemarios Amapolas y Cacerolas y Galletas en Soledad, en numerosas antologías internacionales de autores hispanoamericanos. La autora ha sido finalista en distintos concursos internacionales de poesía, haiku y de relato hiperbreve. Mención de Honor en el Certamen de Narrativa Colores en Tiempos Literarios convocado por la Editorial Novelarte (Córdoba. Argentina) y Rapsoda integrante del Movimiento Cultural abrace (Montevideo. Uruguay. 2.006). Poeta seleccionada en la antología Poesía española contemporánea.: poéticas desde la postmodernidad Ediciones Lord Byron. Lima y Poesía española del S.XXI Ediciones Lord Byron. España. Su blog: http://cristinaruberteparis.blogspot.com Crucigrama de amapolas Cristina Ruberte-París 30