MARINA HEREDIA recital de corte clásico
SINOPSIS Recital de Corte Clásico es un espectáculo en el que la cantaora Marina Heredia ofrece un repertorio variado, y distinto cada vez, dentro del amplio abanico de cantes flamencos: soleá, alegrías, tangos, malagueña, tonás, rumba, siguiriyas, bulerías, fandangos o cantes de levante. La variedad del repertorio es fruto del dominio técnico y artístico de Marina Heredia, variedad en la que acostumbran a destacar los cantes autóctonos de la ciudad nazarí, de su Albaicín y de su Sacromonte, como los tangos de Graná o los fandangos del Albaicín.
El espectáculo Recital de Corte Clásico está diseñado para presentarse en marcos musicales heterogéneos: desde los festivales flamencos clásicos hasta los festivales multiculturales (los World Music del panorama musical coetáneo), en los que Marina Heredia sella su identidad flamenca, acompañada siempre de una cuidada puesta en escena. Marina Heredia lleva más de quince años paseando su cante por medio mundo. A nivel nacional ha actuado en la Bienal de Flamenco de Sevilla, El Grec de Barcelona, el Festival Flamenco Viene del Sur, el Festival Caja Madrid, el Festival Internacional de Música y Danza de Granada, el Potaje Gitano de Utrera, el Festival Flamenco de Almería, el Festival 30 Nits, el Festival Otoño de Granada, el Festival de Jerez, el Festival Suma Flamenca, el Festival Flamenco de los Ogíjares, el Festival Flamenco del Palau de la Música de Valencia, el Festival Flamenco por Tarantos o el Festival Internacional del Cante de las Minas. Su contribución flamenca fuera de las fronteras la ha llevado a diversos festivales y eventos internacionales en los que ha lucido su espectáculo: Nueva York, Washington, Londres, Portugal, Marruecos, Francia, China, Alemania o Suiza..
FORMATOS ESPECTÁCULO FORMATO A Voz principal: Marina Heredia Elenco a criterio de la artista. Duración: 45-50 minutos aprox. Se comparte cartel con otros artistas. FORMATO B Voz principal: Marina Heredia Elenco a criterio de la artista. Duración: 75-90 minutos aprox. No se comparte cartel con otros artistas.
Marina Heredia, la apoteosis del grito Pienso en las razones del viajero y se me ocurren varias respuestas. El sábado, sin embargo, marché para Almería sólo con la intención de escuchar a Marina por tangos. La Junta, a través de la Agencia Andaluza de Flamenco, ha ampliado los conciertos de Flamenco Viene del Sur a la ciudad más oriental de Andalucía. En principio, con sólo tres conciertos. Arcángel, que se pudo ver en el mes de febrero; La Orquesta Chekara de Tetuán y los Jóvenes Flamencos, que actuarán en mayo; y Marina Heredia que ocupó el escenario del teatro Apolo, como ya digo, el pasado fin de semana. Decir que arrasó es quedarme corto. Almería es una ciudad callada, sin estridencias, pero cuenta con un gran número de aficionados, dos peñas flamencas en la capital y una docena repartida entre los pueblos. Almería no es un pavo real, pero tiene la vistosidad interna de haber criado a grandes figuras del flamenco. Así, un público entendido y exigente, quedó encantado con el buen hacer de la granadina. Y es que la joven Heredia está en un buen momento, tiene la voz hecha, con el aguardiente necesario, la frescura precisa y el desgarro controlado, para destacarse entre las mejores voces femeninas del flamenco actual. Le añadiremos a estas notas, el dominio de sí misma, la naturalidad en el escenario, la gracia y el empaque. Y, sobre todo, la modulación del grito. Marina, como alguno más de su generación, elevan el grito a un panteón exquisito, lleno de sabor, de azúcar, pero también de sal, y de pimienta, y de canela. A Marina, en un principio, le iba a acompañar a la guitarra Pepe Habichuela, otro ingrediente interesante. Pero, al final, se cayó del cartel a favor de José Quevedo Bolita y Luis Mariano, quizá menos carismáticos (por ahora), pero más compenetrados y familiarizados con la cantaora, ya que llevan con ella varios años, bastantes conciertos y la grabación de su último disco. Puede que el concierto perdiera en expectación con este cambio, pero ganó en calor y esfericidad. Otra característica de la puesta en escena, son Anabel y Reyes, que no se limitan al compás y a los jaleos, sino que, en los cantes festeros, hacen unos coros entrañables que popularizan el cante y fortifican su redondez. Desde un primer momento, desde las alegrías que abren la noche, queda clara esta complicidad. En todos los temas, en una letrilla que otra, Marina reivindica Granada y su estampa y sus bondades. Es un nexo que no quiere dejar pasar como fiel embajadora de su tierra. Con Luis Mariano, a solas, aborda la soleá. Una pieza de nota. El flamenco que se precie debe cantar bien por soleares. Marina fue generosa y valiente. Cambia de guitarrista y, con José Quevedo, hace malagueñas, que abandola con los fandangos que popularizara Frasquito, quizá respirando más de lo debido. Por levante también fue auténtica y respetuosa. Si no recuerdo mal, hizo tarantas, mineras y levantica, con un trasfondo espiritual que recuerda a Juan Pinilla. Las bulerías las empieza con la Rosa tardía coreado por sus palmeras, ese gran tema de La voz del agua, con letra propia. La anécdota llegó con los fandangos. El Bola le dio paso hasta tres veces segui-
das. Marina no recordaba las letras y así, con desparpajo, lo dijo al respetable. Tras risas y aplausos, se descalzó y encajó sus tres fandangos amables. Los tangos, como esperaba, fueron un regalo. Las guitarra, perfectas, hilvanaban un soniquete único. Marina, grandiosa, enriqueció el cante de su tierra con los tangos de otros lugares y abrazó a Morente. Termina la velada con la bulería Illo y Romero, también de su trabajo discográfico, con letra de José Bergamín. Indispensable en su repertorio, que acompaña con una pataílla. Un bis por pregones, por si a estas alturas no estaba claro su poderío, ponen la guinda final. Los Veranos del Corral Jorge Fernández Bustos Volandovengo.blogia 24 de marzo de 2009 En tiempos de crisis como los que estamos viviendo resulta ciertamente difícil programar un ciclo de flamenco que reúna a primeras figuras del panorama flamenco. A esto le sumamos que la ciudad de Granada no tiene un festival de envergadura como se dan en Sevilla, Madrid, Barcelona etc. Lo más parecido es la Muestra Andaluza de Flamenco que se programa cada año en el Corral del Carbón, emblemático espacio en el centro de la ciudad que posee un encanto especial para estas actividades. Por lo que los amantes al flamenco tienen una cita obligada en las noches del verano granadino. Un programa que recoge en tres semanas cante, baile y toque. Poco tiene que envidiar este ciclo a otros festivales de peso, a tenor del cartel que se ha elaborado para este año, a pesar de reducir sus actuaciones en una semana debido a la bendita crisis. Doceava edición que se inició de la mejor manera posible: con una artista de la tierra, profeta ella, albaicinera y gitana. Y es que hace años que dejó de ser promesa cantaora para colarse subirse a los escalones más altos del gremio. Una inauguración llena de sorpresas. Conocemos a sus fieles guitarristas: Bola y Luís Mariano, a Diego del Morao que en ocasiones le acompaña, pero quiso sorprendernos con la guitarra de un sevillano de pro. Nada menos que Rafael Riqueni estuvo a su lado durante la velada para hacernos disfrutar como niños. Mano a mano, cante y toque, ying y yang del mejor flamenco. Con seguiriyas abrió Marina, muy segura, algo fría su voz en el inicio, pero duró poco, hasta que se fue encontrando y dejó paso al cante por derecho. Por alegrías eligió un repertorio clásico en sus letras y estilos, un mestizaje perfecto de literatura hecha cante. Se acordó de Cádiz y Jerez en una soléa muy templada, an-
tes de pasar a la minera y taranta de la Gabriela. Momento de esplendor en las manos soberanas de Riqueni cuando ejecutó un solo por tangos repletos de armonía y muy creativos en la composición. La complicidad y admiración entre ambos artistas se vio toda la noche. Granaina y media, tangos de la tierra y cuplet en forma de bulerías, cerraron la mágica noche que a petición de un público más que entregado pidió el bis que finalizó con fandangos del Albaicín. Antonio Konde Deflamenco.com 19 de julio de 2010 Cantando de corazón Marina Heredia cerró el XIX Festival Flamenco Caja Madrid, y lo hizo con un gran éxito. La cantaora granadina ha mejorado ostensiblemente su forma de cantar y ampliado el repertorio, hasta el punto de redondear una buena actuación. Su cante es de voz -a veces de excesiva voz, y tendría que medirse en esto-, pero también de corazón, pues en todo lo que hace pone un gran sentimiento. Cantó por levante, por malagueñas, por soleares, por alegrías, por siguiriyas... Brilló en todo lo que hizo y, en ocasiones, con especial intensidad. Por ejemplo, en el homenaje personal a Enrique Morente, cantaor paisano suyo a cuyas familias unía una verdadera hermandad. Marina le cantó cuatro de sus fandangos con un sentimiento que llevó el silencio más absoluto a la sala. Después evocó, bailándola al tiempo con gracia, una rumba de Bambino. Cerró por tangos de Granada con nervio y con garra... En fin, fue la suya una intervención cuajada de aciertos, acompañada por las guitarras de Bolita y Ribera. Ángel Álvarez Caballero El País 13 de febrero de 2011
BIOGRAFÍA Marina Heredia (Granada, 1980) canta desde que era niña. Su primera experiencia discográfica la vivió con tan solo trece años, colaborando con un disco de flamenco para niños, Malgré la Nuit, de Enfance et musique. Su voz se dejará oír después en los tablaos granadinos como acompañante de bailaoras y guitarristas, hasta que sustituye a Carmen Linares en un espectáculo de María Pagés en el Festival de Música y Danza de Granada. A partir de este momento, colabora con flamencos como Arcángel o Eva Yerbabuena, a la par que participa en otros proyectos diferentes, como la ópera Amore, del compositor Mauricio Sotelo que se estrena en la sala Carl Orff del Auditorio Gasteig de Múnich y el Teatro de la Zarzuela de Madrid. A partir de ese año la trayectoria de Marina no ha parado de ascender, llevándola a los principales escenarios, desde el teatro de la Maestranza de Sevilla, el Albéniz de Madrid, o el Gran Teatro de Córdoba al Palau de la Música de Valencia o el Palacio de la Música de Estrasburgo y el Palacio de Cristal de Oporto. Ha estado presente en los festivales más prestigiosos de nuestro país, desde el Grec de Barcelona, a la Bienal de Flamenco de Sevilla, pasando por el Festival de Otoño de Madrid, los de Jerez, Ronda, la Unión o el Festival Internacional de Música y Danza de Granada. Ha viajado desde Pekín hasta Uruguay, pasando por París, Portugal, Munich, Londres, Marruecos, Nueva York o Washington. Y ha llegado a pasear su cante por escenarios tan dispares como el Espárrago Rock, la Bienal de Munich, participando en una ópera clásica, o colaborando con artistas como Howie B o Nacho Cano, a la vez que es una de las artistas más solicitadas a nivel internacional para representar El Amor Brujo de Manuel de Falla. Su aportación al mundo del flamenco es reconocida en 2004, año en que recibe el Premio Andalucía Joven de las Artes por contribuir a la difusión del arte jondo dentro y fuera de nuestras fronteras. Con dos trabajos a sus espaldas (Me duele, me duele en 2001 y La voz del agua en 2007), en 2010 edita su tercer trabajo discográfico, Marina, un disco de flamenco clásico con nuevos cantes al toque
de tangos de Graná, bulerías, soleá, alegrías, malagueña, seguiriyas y fandangos. Toda una variedad de palos que definen a una Marina Heredia más madura que nunca. Una madurez que se plasmó en la pasada Bienal de Flamenco de Sevilla (2010), donde la crítica la consagró definitivamente como primera figura de cartel. En 2011, la Crítica Nacional de Flamenco le otorga el Premio al Mejor Disco de Cante Flamenco 2010 por Marina. A principios de 2012 viaja a San Francisco (California) para actuar con la Sinfónica de San Francisco. Marina pone su voz a la interpretación del ballet flamenco El Amor Brujo de Manuel de Falla, dirigido por el director granadino Pablo Heras-Casado. Y destaca en los festivales flamencos de Zaragoza, en el Ciclo BBK de Bilbao, junto al polifacético Luis Eduardo Aute, y en el Festival Internacional del Cante de las Minas, obteniendo un gran éxito de crítica y público. En septiembre de 2012 estrena A mi tempo, el espectáculo de su nuevo disco, en el Teatro de la Maestranza de Sevilla, dentro de la XVII Bienal de Flamenco, donde revalida el éxito obtenido en la Bienal de 2010, contando en esta ocasión con las colaboraciones especiales de la diva Mónica Naranjo y del Coro gaditano de los Carnavales de Cádiz de Luis Rivero. La crítica la define como cantaora magna que trae la esencia del cante. Marina Heredia es Marina Heredia, sentencian. recital de corte clásico Fotografías: Pako Manzano
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