EL IMPERIO DE LA LEY Cada país tiene leyes para gobernar a sus ciudadanos. No hay país que no tenga leyes. Cada comunidad tiene sus leyes. Pueden estar escritas y puede ser que no estén escritas pero están ahí. Toda persona tiene algunas normas para vivir. Inclusive usted mismo tiene algunas normas que cumple. Usted no puede vivir sin tener algunas normas en su vida. Incluso en el mundo natural hay leyes. Tomemos como ejemplo la salida y la puesta del sol todos los días, día tras día. El flujo constante de las mareas del océano es tan habitual como el reloj. Así mismo el tiempo meteorológico, la forma en que el sol brilla, nos muestran un tipo de patrón. El ciclo de la lluvia sigue normas. La lluvia llega, el agua fluye hacia el mar, el sol la evapora, la convierte en una nube y luego vuelve a llover de nuevo. Este mundo es un mundo regido por la ley y el orden. No debe sorprendernos que en la vida espiritual también haya una ley. Es de esperar que sea así. Tomando en consideración todas las otras leyes con las cuales estamos familiarizados, sin duda debemos esperar que en la vida espiritual también haya leyes. Pablo escribe mucho sobre la ley en su carta a los Romanos. La base para esta discusión sobre EL IMPERIO DE LA LEY se encuentra en Romanos capítulo 7 versículos del 1 al 6, en el Nuevo Testamento. 1
1. Acaso ignoráis, hermanos (pues hablo con los que conocen la ley), que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que éste vive? 2. Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido. 3. Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adúltera; pero si su marido muriere, es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro marido, no será adúltera. 4. Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios. 5. Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte. 6. Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra. 2
Entenderemos la norma de la ley partiendo de varias IDEAS que el apóstol Pablo establece en estos versículos. LAS EXIGENCIAS DE LA LEY son ideas definidas. Este texto dice que la ley tiene dominio. Eso significa que gobierna sobre el hombre mientras vive. La ley es solamente para los vivos. Los muertos no pueden responder a la ley. La ley tiene dominio. Le hace sus exigencias al hombre mientras vive. El Apóstol usa el matrimonio como una ilustración. Él dice que una mujer que tiene esposo está obligada por la ley a ese esposo. La ley de Dios une a esa mujer casada con su esposo mientras este vive. Amigo, ninguna ley hecha por el hombre puede cambiar la ley de Dios. La ley de Dios es verdadera. La ley de Dios se mantendrá. La ley de Dios exige que una mujer reconozca que ella está ligada a su esposo mientras él vive. Sólo por la muerte de su marido, ella quedará libre. Sería maravilloso si todos los pueblos del mundo pudieran oír esto y por lo tanto entonces creerían y obedecerían. La ley hace ciertas exigencias. Sabemos que hoy la ley hace sus exigencias. La ley de Dios no ha cambiado. La ley de Dios no ha cambiado porque todavía hoy Él hace sus exigencias. LA MUERTE A LA LEY es el resultado final. Ahora eso puede sonar extraño, pero violar la ley no cambia la ley. Una mujer puede hacer caso omiso de la ley. Ella puede decir que quiere casarse con otro hombre, pero cuando lo hace, Pablo nos dice que ella se convierte 3
en una adúltera si su esposo todavía vive. Usted se da cuenta que el hecho de que ella viole la ley no cambia la ley, Pero la muerte del esposo libera a la mujer para que no sea adúltera aunque esté casada con otro hombre. Ahora, veamos la aplicación de esto a los creyentes. El Apóstol escribe en el versículo 4: "Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo." Entendamos que la ley pasa la sentencia de muerte. La sentencia de muerte fue aliviada con la muerte de Jesús. Cuando Jesucristo murió en la cruz por nuestros pecados, la ley en un sentido murió. Ya no tiene ninguna autoridad o poder sobre el creyente. Esa es la forma en que la ley se aplica al creyente, sin poder. Nosotros ahora estamos libres de la ley para que "seas de otro", y "ese es el que resucitó de los muertos", esto lo encontramos en el versículo 4. Entonces Aquel que murió a fin de que la ley muriera para todos nosotros es el Único quien ha resucitado de los muertos, para que pudiéramos unirnos a Él, incluso a Jesús. Considere la muerte de la ley. No hay manera de escapar de las exigencias de la ley excepto por la muerte de la misma y eso es posible solamente por medio de la fe en Jesucristo quien murió y resucitó de nuevo. LA LIBERACIÓN DE LA LEY es la idea salvadora. Cuando estábamos en la carne, cuando seguíamos los dictados de la carne, los impulsos pecaminosos que debido a la ley obraban en nuestros miembros llevaban fruto para la muerte. La carne de pecado dominada. 4
Todo lo que podía hacer era traer adelante la muerte. Ese es el veredicto. La Biblia lo deja muy claro en otros textos de la Escritura: "El alma que pecare esa morirá." Por lo tanto, esos impulsos pecaminosos que estábamos obedeciendo obraban en nuestros miembros para traer adelante la muerte. Pero, ahora somos libres de la ley, porque la ley está muerta. Ya no tiene más poder sobre los creyentes a causa de la muerte de Jesucristo. Una vez que la sentencia de muerte se ha llevado a cabo no se puede repetir. En otras palabras, Jesucristo murió en la cruz y cuando acepto por fe que Su muerte era para mí, la ley ya no puede imponer la sentencia de muerte sobre mí. No se puede repetir. Oh, eso es genial, eso es maravilloso querido amigo!. Quiero que entienda lo maravilloso que es esto. La liberación de la ley es posible sólo por el plan de Dios que Él nos ha dado. Aceptamos Su plan o sufrimos la pena de muerte. La ley todavía está gobernando sobre aquellos que no aceptan la liberación que Dios ha provisto para la ley. Nadie puede alterar la ley de Dios. Voy a repetir eso, nadie puede alterar la ley de Dios. La ley de Dios se mantiene y gobierna sobre todo. Aférrate a estas ideas sobre el imperio de la ley: Las exigencias son vinculantes para la vida; la muerte se lleva a cabo en Jesús; la liberación es proporcionada por la fe en Jesús. Vamos a bendecir a Dios por Su misericordia al proveer la liberación. 5