Cátedra de Fisiopatología Fisiopatología del Sistema Endocrino Eje Hipotálamo - Hipofisiario: 1 2 Prolactina 3 Glándula Tiroides Glándula Suprarrenal Hígado Céls. endocrinas de las gónadas Horm. Tiroideas Cortisol Somatomedinas Andrógenos Estrógenos Progesterona 4 1 Mama Muchos tejidos Células Germinales 1.- Hormonas hipotalámicas (5 Factores de liberación y 2 factores de inhibición (PIH: dopamina, GHIH: somatostatina)). 2.- Seis hormonas secretadas por la adenohipófisis a partir del estímulo de los factores de liberación hipotalámicos. 3.- Glándulas endocrinas y las secreciones hormonales generadas a partir del estímulo de las hormonas de la adenohipófisis. 4.- Órganos no endocrinos que actúan como órganos o células diana de hormonas de las glándulas endocrinas (mama, células germinales de las gónadas y muchas otros tejidos.
Hiper e hipofunción del eje hipotálamo hipofisiario Hiperpituitarismo El Hiperpituitarismo es un trastorno endocrino que se caracteriza por la producción excesiva de hormonas por la adenohipófisis, normalmente resultado de un adenoma. El adenoma corresponde a una neoplasia benigna de la glándula. El adenoma más común se asocia con la producción excesiva de la hormona prolactina (adenoma lactotropo) y, en segundo lugar, con la hormona de crecimiento (adenoma somatotropo). Menos comunes son los adenomas tirotropo (TSH) y corticotropo (ACTH). Hiperpituitarismo por hipersecreción patológica de prolactina: Es consecuencia de la presencia del adenoma secretor más frecuente (adenoma lactotropo o prolactinoma), genera hipersecreción de prolactina y presenta mayor frecuencia en mujeres que en hombres (5:1). Los síntomas más frecuentes en mujeres son la galactorrea: secreción de leche espontánea fuera del período de lactancia, los trastornos del ciclo menstrual (amenorrea: ausencia de menstruación, oligomenorrea: ciclos menstruales poco frecuentes), mastalgia (dolor de las mamas) e infertilidad. En el hombre pueden ser asintomáticos o presentarse como impotencia, baja de libido y ginecomastia (crecimiento excesivo de las mamas masculinas). Hiperpituitarismo por hipersecreción de GH (hormona del crecimiento): Es consecuencia de la presencia de un adenoma somatotropo. Es de predominio masculino (2:1). a) Gigantismo: Es una afección debida a la hipersecreción de GH que aparece durante la infancia, antes de la fusión de las epífisis. En estos pacientes aumenta la velocidad de crecimiento de los huesos y la estatura final, pero con escasa deformidad ósea. Con frecuencia, también se produce pubertad tardía e hipogonadismo (incapacidad funcional de las gónadas). b) Acromegalia: Es una enfermedad crónica, causada por una secreción excesiva de la hormona del crecimiento o GH, la cual es producida en la hipófisis. En la mayoría de los casos se debe al adenoma somatotropo. Ocurre en la edad adulta, después del cierre de las epífisis (20 40 años). La acromegalia provoca desfiguración progresiva, especialmente de la cara y las extremidades, con tendencia al desarrollo excesivo de la mandíbula, frente ensanchada, abultada o con protuberancias, y crecimiento desproporcionado de manos o pies. Es común la aparición de manifestaciones sistémicas (agrandamiento de la tiroides, el hígado, el riñón y el corazón).
Hiperpituitarismo por hipersecreción de TSH (hormona estimulante de la tiroides): Corresponde a menos del 5% de los tumores hipofisiarios (adenoma tirotropo o tirotropinoma). Se caracteriza por manifestarse con hipertiroidismo, elevación de los niveles de las hormonas tiroideas T3 y T4. Hiperpituitarismo por hipersecreción de LH y FSH (hormonas gonadotrópicas): Son tumores escasos (adenoma gonadotropo o gonadotropinoma), produce disfunción genital masculina poco manifiesta. Hipopituitarismo: Es una afección en la cual la hipófisis no produce cantidades normales de algunas o de todas sus hormonas. El hipopituitarismo puede ser primario (por ausencia o destrucción de las células hipofisarias) o secundario (por déficit de estimulación por alteración del hipotálamo) dependiendo del sitio que esté afectado. Los síntomas comienzan cuando se ha destruido el 75% de la glándula, mientras que el déficit total aparece cuando la destrucción es inferior al 90%. Causas del hipopituitarismo: Tumores hipofisiarios (adenomas), cirugía hipofisiaria y radioterapia, enfermedades inflamatorias, enfermedad hipotalámica, enfermedad autoinmune, infecciones crónicas (tuberculosis, hongos, sífilis, diabetes, causas metabólicas (amiloidosis, hemacromatosis). Carencia de la hormona del crecimiento (Enanismo): La falta de la hormona del crecimiento (somatotropina) durante la infancia da lugar a un crecimiento inadecuado y a una estatura baja (enanismo). En los adultos, la carencia de esta hormona no afecta a la estatura porque los huesos ya han terminado de desarrollarse, pero puede causar aumento de la grasa corporal y reducción del tejido muscular, adelgazamiento de los huesos y disminución de la energía y de la calidad de vida. Carencia de las gonadotropinas (hormonas foliculoestimulante y luteinizante): En las mujeres premenopáusicas, la carencia de estas hormonas provoca la interrupción de los periodos menstruales (amenorrea), infertilidad, sequedad vaginal y pérdida de algunas características sexuales femeninas. En los hombres, este déficit da lugar a un menor tamaño (atrofia) de los testículos, a una disminución de la producción de espermatozoides con la consiguiente infertilidad y a la pérdida de algunas características sexuales masculinas.
Carencia de la hormona estimulante del tiroides (TSH o tirotropina): La carencia de la hormona estimulante del tiroides (tirotropina) provoca una menor actividad de la glándula tiroides (hipotiroidismo), lo que da lugar a algunos síntomas tales como confusión mental, intolerancia al frío, aumento de peso, estreñimiento y sequedad de la piel. Sin embargo, la mayoría de los casos de hipotiroidismo se deben a un problema originado en la propia glándula tiroidea y no a una menor concentración de las hormonas hipofisarias. Carencia de la hormona adrenocorticotrófica (ACTH): La carencia de la hormona adrenocorticotrófica (ACTH) deriva en hipoactividad de la glándula suprarrenal, lo que se manifiesta como fatiga, hipotensión arterial, hipoglucemia y baja tolerancia al esfuerzo. Este trastorno constituye la deficiencia de hormona hipofisaria más grave. Si el organismo no es capaz de producir esta hormona (ACTH), puede acaecer la muerte. Carencia de la hormona prolactina (PRL): La carencia de prolactina disminuye o inhibe la capacidad del organismo de producir leche después del parto. Una de las causas de este trastorno y de otras carencias de hormonas hipofisarias es el síndrome de Sheehan, una complicación que es resultado de un sangrado excesivo y de un choque ( shock ) durante el parto, que dan lugar al deterioro parcial de la hipófisis. Los síntomas incluyen fatiga, pérdida del vello púbico y de las axilas e incapacidad para producir leche. No se conocen los efectos que produce la carencia de prolactina en los hombres. Panhipopituitarismo: Cuadro clínico debido a la deficiente secreción de hormonas por parte de la adenohipófisis. Este síndrome suele iniciar con síntomas y signos de hipogonadismo (hombres: disminución de la libido, atrofia gonadal, oligospermia: escasa cantidad de espermatozoides en el semen, azoospermia: ausencia de espermatozoides en el semen; mujeres: involución mamaria, amenorrea: ausencia de menstruación, hipomenorrea: hemorragia menstrual poco intensa, anovulación: cesación espontánea o provocada de la ovulación), seguido de hipotiroidismo y finalmente insuficiencia suprarrenal (hipoadrenalismo). Además incluye agalactia (supresión total de la secreción de leche) y deficiencia de hormona de crecimiento. Entre sus causas destacan los adenomas hipofisarios no secretores, la necrosis tras hemorragia posparto y las consecuencias derivadas de la cirugía hipofisiaria (hipofisectomía) o la radioterapia.
Hiper e hipofunción de la glándula tiroides Hipotiroidismo: El hipotiroidismo es un trastorno endocrino producido por un déficit de hormonas tiroideas, en la mayor parte de los casos debido a una alteración de la glándula tiroides (hipotiroidismo primario). En las zonas donde la ingesta de yodo es suficiente, la tiroiditis crónica autoinmune (Tiroiditis de Hashimoto) es la causa más común del hipotiroidismo. La deficiencia de hormona tiroidea del hipotiroidismo puede afectar a la frecuencia cardíaca, la temperatura corporal y todos los aspectos del metabolismo. El hipotiroidismo es más común en las mujeres y personas mayores de 50 años. Los síntomas principales incluyen fatiga, sensibilidad al frío, constipación, sequedad de la piel y aumento de peso inexplicable. El tratamiento consiste en el reemplazo de la hormona tiroides. Cretinismo: Es una forma de hipotiroidismo congénito (patología autosómica recesiva) de la glándula tiroides, lo que provoca un retardo en el crecimiento físico y mental. Los signos típicos de cretinismo incluyen enanismo, deficiencia mental, rasgos faciales toscos, piel seca, macroglosia (lengua excesivamente grande), hernia umbilical e incoordinación muscular. Enfermedad caracterizada por un peculiar retraso de la inteligencia, acompañado, por lo común, de defectos del desarrollo orgánico. Hipertiroidismo: El hipertiroidismo es un tipo de tirotoxitosis caracterizado por un trastorno metabólico en el que el exceso de función de la glándula tiroides conlleva una hipersecreción de hormonas tiroideas (tiroxina (T4) libre o de triyodotironina (T3) libre, o ambas) y niveles plasmáticos anormalmente elevados de dichas hormonas. Como consecuencia aparecen síntomas tales como taquicardia, pérdida de peso, nerviosismo y temblores. En los seres humanos, las principales causas de este padecimiento son la Enfermedad de Graves (etiología más común con 70 80%), el adenoma tiroideo, el bocio multinodular, la tiroiditis subaguda y los efectos de algunos medicamentos. Fisiopatología del hipertiroidismo: El exceso de hormonas tiroideas (HT) induce un aumento global del metabolismo, con una elevación del gasto energético, de la producción de calor y consumo de oxígeno. Aumenta la síntesis proteica y la sensibilidad de los tejidos a la acción de las catecolaminas (adrenalina y noradrenalina). Debido al efecto catabólico se produce adelgazamiento. La piel se hace fina, aumenta la caída del cabello, las uñas se vuelven frágiles y tienden a separarse del lecho ungueal (uñas de Plummer).
El exceso de hormonas tiroideas produce un aumento de la motilidad intestinal por lo que aumentan el número de evacuaciones. Se sobrecarga el aparato cardiovascular debido al aumento de las necesidades tisulares de nutrientes de oxígeno, a la necesidad de disipar el exceso de calor producido y la hipersensibilidad cardíaca a las catecolaminas. Aumenta la frecuencia cardíaca y pueden aparecer disritmias. En el sistema neuromuscular el exceso de hormonas tiroideas se manifiesta con nerviosismo, irritabilidad, insomnio, trastornos mentales que pueden oscilar desde la ansiedad al delirio, temblor fino distal, hiperreflexia (aumento de los reflejos osteotendinosos) y debilidad de los músculos de la cintura. Adenoma folicular: Tumor benigno generalmente único, más común en mujeres jóvenes. Alrededor del 1% de los adenomas son hiperfuncionantes y constituyen la tercera causa de hipertiroidismo. Enfermedad de Graves Basedow: La enfermedad de Graves-Basedow es una tiroiditis autoinmune de etiología no muy bien conocida, que estimula la glándula tiroides, y es la causa de tirotoxicosis más común. Se caracteriza por hiperplasia difusa de la glándula tiroides resultando en un bocio e hiperfunción de la glándula o hipertiroidismo. Probablemente está causada por la unión de anticuerpos a los receptores de TSH (tirotropina), lo cual genera una estimulación que cursa con un exceso de producción de hormona tiroidea. La enfermedad de Graves es la causa del 80% de todas las tiroxicosis, la incidencia varía según la ingesta del yodo (se aumenta con un alto consumo de yodo). Afecta con más frecuencia a las mujeres que a los hombres (8:1), típicamente se da en hombres de mediana edad (20-50 años). La enfermedad de Graves se caracteriza por la siguiente tríada: 1.- Hipertiroidismo con bocio (aumento de tamaño de glándula tiroides dos o tres veces su tamaño normal), 2.- Exoftalmia (prominencia exagerada del globo ocular) y 3.- Dermatopatía (mixedema pretibial o acúmulo de mucina en la piel de la región pretibial). Bocio: El bocio es el aumento de tamaño de la glándula tiroides. Se traduce externamente por una tumoración en la parte antero-inferior del cuello justo debajo de la laringe. Existen varios tipos desde el punto de vista morfológico: bocio difuso (glándula crecida pero relativamente lisa), uninodular o multinodular (presencia de uno o múltiples nódulos palpables en una tiroides crecida). El bocio puede asociarse a una función tiroidea normal (bocio normofuncionante) o a una hipofunción o hiperfunción de la misma.
Causas del bocio: La causa más común de bocio en el mundo es de origen desconocido. La segunda causa es el déficit de yodo, componente obligado de las hormonas tiroideas, estado que se conoce habitualmente como bocio endémico. El tratamiento y curación consiste en un suplemento en la alimentación con yodo (en forma de yoduro o yodato). También puede suceder que la síntesis de las hormonas tiroideas sea defectuosa. Ciertas enfermedades tiroideas menos frecuentes también provocan bocio: la enfermedad de Graves, la tiroiditis de Hashimoto y otras tiroiditis. Mecanismo fisiopatológico: Consiste en la proliferación de los folículos tiroideos en respuesta a la carencia de yodo. La dificultad para la síntesis determina aumento de TSH que induce hiperplasia glandular, que en los casos no tratados puede llegar a generar bocios de gran tamaño. Hiper e hipofunción de la glándula paratiroides Hiperparatiroidismo: El hiperparatiroidismo primario es una alteración que consiste en que las glándulas paratiroideas secretan mayor cantidad de hormona PTH, reguladora del calcio, magnesio y fósforo en la sangre y el hueso. Por ejemplo, al disminuir la calcemia, aumenta la cantidad de PTH para tomar calcio de los huesos y de la digestión. Su etiología es, por orden de frecuencia: adenomas (80%), hiperplasia, cáncer y síndromes poliglandulares. La frecuencia del hiperparatiroidismo primario en mujeres es de 2:1 frente a la de los hombres. Este dato se ve aún más acentuado en el caso de mujeres posmenopáusicas. Del mismo modo tiene mayor frecuencia en países fríos que en cálidos. Síntomas y sígnos del hiperparatiroidismo: Osteoporosis, lo que va a facilitar la existencia de dolores y/o fracturas. Frecuente aparición de cálculos renales y poliuria. Signos digestivos por atonía del tubo digestivo, como por ejemplo anorexia, vómitos, estreñimiento, úlceras gastroduodenales, pancreatitis. Hipotonía muscular. Trastornos psíquicos como apatía, alucinaciones, ánimo depresivo e irritabilidad. En el laboratorio: aumento del calcio (hipercalcemia) y disminución del fósforo.
Hipoparatiroidismo: El hipoparatiroidismo es un trastorno causado por la hipofunción glandular, caracterizada por una muy baja concentración de hormona paratiroidea (PTH), disminución del calcio en sangre y un aumento en la concentración de fósforo sanguíneo. La PTH es la hormona encargada de mantener los niveles normales de calcio en el suero sanguíneo, favoreciendo su absorción en el tracto digestivo por medio de la activación de la vitamina D3 en el riñón. La etiología más frecuente es iatrogenia. Manifestaciones clínicas: Se produce un aumento de la excitabilidad neuromuscular que afecta sobre todo al músculo liso de los bronquios, intestino, vesícula biliar y laringe. Los pacientes pueden quejarse de signos como la sensación de hormigueo en los labios y punta de los dedos, otras parestesias y debilidad muscular. Manifestaciones de mayor gravedad son las convulsiones focales, espasmo laríngeo, arritmias, bloqueos e insuficiencia cardíaca. Hiper e hipofunción de la glándula suprarrenal Hiperadrenalismo cortical: Corresponde a la afección de la corteza suprarrenal que principalmente conlleva la elevación de secreción de cortisol y aldosterona. Hipercortisolismo o Síndrome de Cushing: El síndrome de Cushing, también conocido como hipercortisolismo, es una enfermedad provocada por el aumento de la hormona cortisol. Es prevalente entre los 20 40 años, su frecuencia es 6 veces mayor en mujeres respecto de los hombres. Este exceso de cortisol puede estar provocado por diversas causas. La más común, que afecta a un 60-70 % de los pacientes, es un adenoma corticotropo hipofisiario (secretor de ACTH); esta forma del síndrome es conocida concretamente como Síndrome de Cushing. Otras causas del síndrome de Cushing son los tumores o anomalías en las glándulas suprarrenales, el uso crónico de glucocorticoides o la producción de ACTH por parte de tumores que normalmente no la producen (secreción ectópica de ACTH). La ACTH es la hormona, producida por la hipófisis, que estimula las glándulas suprarrenales para que produzcan cortisol. Síntomas del síndrome: Hipertensión arterial, obesidad con abdomen abultado, cuello de búfalo (acumulación de grasa entre los hombros), cara redonda o de luna llena, hirsutismo (exceso de vello), estrías rojovinosas, piel atrófica, debilidad muscular, delgadez de las extremidades, disfunción eréctil, amenorrea.
Hiperaldosteronismo: Son afecciones en las cuales la glándula suprarrenal secreta excesiva cantidad de hormona aldosterona. Existe un aldosteronismo primario debido a la hiperfunción de la glándula suprarrenal y uno secundario debido a factores ajenos a la función de la glándula. El hiperaldosteronismo es causa de la hipertensión arterial. La mayoría de los casos de hiperaldoteronismo primario se deben a hiperplasia de origen desconocido y, en segundo lugar, a la existencia de un tumor benigno de la glándula suprarrenal (adenoma). Es una afección común en personas entre los 30 y 50 años de edad. El hiperaldosteronismo secundario se debe a hiperactividad del sistema renina-angiotensina. El hiperaldosteronismo primario y secundario tiene síntomas en común, por ejemplo: hipertensión arterial, nivel alto de calcio en la sangre, fatiga, cefalea, debilidad muscular, entumecimiento, parálisis intermitente. Hiperadrenalismo medular: Corresponde a la afección de la médula suprarrenal que principalmente conlleva el aumento excesivo de la secreción de Catecolaminas (adrenalina y noradrenalina). Feocromocitoma: Neoplasia que afecta a la médula suprarrenal (80-85%) y ganglios. Es un tumor benigno (en un 90% de los casos) que secreta excesiva cantidad de catecolaminas. Síntomas: hipertensión arterial, masa palpable, cefalea, palpitaciones, palidez, diaforesis (sudoración excesiva), ortostasis (mareos). Hipoadrenalismo cortical: Corresponde a la insuficiencia suprarrenal, lo cual conlleva la disminución de la secreción de hormonas de la corteza de la glándula suprarrenal. Hay dos tipos de insuficiencia suprarrenal: Primaria: también llamada Enfermedad de Addison. En este trastorno poco común, las glándulas suprarrenales no funcionan debidamente y no producen suficiente cortisol (la hormona del estrés ). Por lo general, también es baja la producción de aldosterona y andrógenos (las otras hormonas producidas por las glándulas suprarrenales). La causa más común es una enfermedad autoinmune, lo que implica la destrucción de la corteza suprarrenal y la cesación de la producción de hormonas. Entre otras causas están el sangrado en las glándulas, infecciones, enfermedades genéticas (heredadas) y extirpación de las glándulas suprarrenales.
Secundaria: Este tipo mucho más común de insuficiencia suprarrenal se produce cuando la hipófisis no secreta la hormona ACTH necesaria que las glándulas suprarrenales produzcan cortisol. Algunas causas pueden ser temporales, como ciertos medicamentos (prednisona, hidrocortisona o dexametasona). Otras causas pueden ser permanentes, que incluyen problemas hormonales presentes al nacer, infecciones, tumores o daño en la hipófisis como resultado de cirugía o radiación. Síntomas: disminución de la presión arterial, diarrea crónica, piel oscura o con manchas, palidez, debilidad extrema, fatiga, inapetencia, náuseas y vómitos, pérdida involuntaria de peso. Origen hipotalámico y pancreático de la Diabetes Diabetes Mellitus Tipo 1: Aparece normalmente en niños y adultos jóvenes y es considerada una enfermedad autoinmune. En ella, el sistema inmunológico ataca y destruye las células beta en el páncreas que producen la insulina. El páncreas produce entonces muy poca o nada de insulina, lo que impide que las células incorporen la glucosa sanguínea. Una persona con diabetes de tipo 1 requiere inyecciones de insulina diariamente para poder vivir. También necesita seguir una dieta estricta y vigilar sus niveles de azúcar en sangre. Diabetes Mellitus Tipo 2: Es la más común. El páncreas normalmente produce insulina pero por alguna razón el organismo no puede usarla eficazmente. El resultado es la concentración elevada de glucosa en la sangre (hiperglicemia) y la incapacidad del organismo de usar eficientemente su principal fuente de energía. Otros síntomas y signos son: poliuria (emisión excesiva de orina), polifagia (aumento anormal de la necesidad de comer), polidipsia (incremento de la sed) y pérdida de peso sin razón aparente. Diabetes gestacional: Se desarrolla durante el embarazo. Ocurre entre el 2% a 5% de las mujeres embarazadas, las que luego de terminar la gestación vuelven a su estado de salud anterior. A pesar de esto, serán más propensas a desarrollar la Diabetes Mellitus tipo 2 a futuro. Diabetes insípida: La diabetes insípida (DI) ocurre cuando los riñones no pueden concentrar la orina normalmente y se elimina una gran cantidad de orina diluida. Se denomina DI central cuando se debe a la deficiencia de hormona antidiurética hipotalámica (ADH) y DI nefrógena cuando se debe a la insuficiencia del riñón para responder a la ADH. Referencias bibliográficas: Guyton, Arthur C. "Fisiología y fisiopatología", Arthur C. Guyton, 6 Edición, Editorial McGraw-Hill McPhee, Stephen J; Ganong, William F. "Fisiopatología médica: introducción a la medicina clínica", 5 Edición, Editorial Manual Moderno.