UDA FACULTAD DE FILOSOFÍA, LETRAS Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN ESCUELA DE EDUCACIÓN PREESCOLAR Y ESPECIAL DIDACTICA DE DEFICIENTES AUDITIVOS MGST. XIMENA VELEZ CALVO
CAPÍTULO 1 OÍDO El sonido produce de objetos que vibran, las ondas sonoras se propagan en todas las direcciones a partir de la fuente de sonido llegando al oído a través del aire. La velocidad del sonido a una temperatura de 20 c. Es de 344 m por segundo. El Sistema auditivo consta de dos partes principales 1. EL OÍDO Que es el órgano sensorial encargado de recibir y transmitir el estímulo externo. 2. LA VIA NERVIOSA Que es la encargada de transportar y procesar la información. El oído es un órgano muy complicado que se encuentra alojado en la porción petrosa del hueso temporal y a us vez se divide en tres partes: 1. OÍDO EXTERNO 2. OÍDO MEDIO 3. OÍDO INTERNO
OÍDO EXTERNO EL PABELLÓN U OREJA que es un órgano cutáneo que se encuentra sostenido por una lámina cartilaginosa que se comunica con el conducto auditivo externo. Este es el encargado de recoger las ondas sonoras. La parte inferior o lóbulo de la oreja no contiene cartílago, si no tejido graso blando únicamente la superior. EL CONDUCTO AUDITIVO EXTERNO que es un canal que tiene 2.5 a 3 cm de longitud y está revestida de piel muy delgada y posee unas células cebaseas muy desarrolladas y que se encargan de segregar cerumen. Su desarrollo va desde la cuarta semana hasta el sexto mes de gestación.
OÍDO MEDIO Está constituido por La caja del tímpano La trompa de eustaquio El oído medio es un espacio hueco llamado caja del tímpano y está separado del oído externo por una membrana redondeada denominada membrana timpánica. Si quisiéramos ver esta membrana enderezando el conducto, tirando la oreja suavemente hacia atrás y hacia arriba y con la iluminación apropiada, veríamos que tiene la forma de una pared gris perla en el fondo del mismo. El tímpano separa el oído medio del oído externo. El oído medio comunica con el oído interno por unas aberturas que se denominan ventanas: Estas son dos: ventana oval (superior) y ventana redonda.(inferior) La caja del tímpano está llena de aire y está en comunicación con el aire exterior por intermedio de la trompa de eustaquio que desemboca en la parte superior de la faringe. El oído medio encierra la cadena de huecesillos cuyo rol es el de transmitir las vibraciones sonoras del tímpano a la ventana oval que comunica con el oído interno. Estos huesillos son el martillo está fijo por su mango al tímpano y el yunque le sique y se articula con el estribo, que transportan el sonido a la ventana oval. Estos huesos son los únicos elementos esqueléticos que no crecen (la pérdida del tímpano y los huesillos reducirá la sensibilidad auditiva). Las pérdidas importantes tiene lugar en el oído interno.
Si el oído capta vibraciones muy intensas entra en acción el músculo tensor del tímpano y el músculo del estribo que limitan los movimientos de los huecesillos del oído medio y evitan que se lesionen las delicadas estructuras del oído interno La cavidad timpánica se comunica con la parte superior de la faringe a través de la trompa de eustaquio. OÍDO INTERNO Está ubicado en el peñasco, está constituido esencialmente por un saco membranoso que es el Laberinto, lleno de un líquido especial que es la endolinfa, que no llena completamente esta cavidad ósea. Gran parte de este espacio está ocupado por un sistema de finos conductos y sacos que constituyen el laberinto membranoso cuyas paredes están formadas por tejido conectivo blando y situado de otro líquido que es la perilínfa. El laberinto posterior junto con el vestíbulo en donde se encuentran dos sacos llamados sáculo que es de forma ovalada y utrículo que es de forma ovalada poseen células receptaras y cristales de calcio que responde a fuerzas de gravedad y aceleración
informando al cerebro sobre la posición de la cabeza, es decir tienen la función de asegurar el equilibrio (la alteración de este órgano produce vértigo). La parte anterior del laberinto llamado caracol o cóclea es el órgano de la audición. La cóclea se enrolla sobre sí mismo a manera de caracol. La cóclea contiene el órgano de Corti formado por las células sensoriales activas o receptoras. Estas células son de tipo poliforme y sus extremos se hallan incluidos en una membrana gelatinosa. Cuando las vibraciones de los huesecillos auditivos ponen en la perilínfa un movimiento y el conducto coclear vibra. Esta vibración estimula las células receptoras auditivas e inicia la producción de impulsos eléctricos por parte de las fibras nerviosas que se encuentran situada en la base de las células receptoras. Según la frecuencia de las ondas sonoras, las vibraciones del conducto alcanzan un máximo en uno u otro punto de la membrana basilar. Los sonidos agudos actúan sobre las partes bajas de la membrana, los sonidos graves hacen vibrar cerca del vértice. El nervio auditivo se comunica con la base de las células receptivas.
Cuando las células receptoras son estimuladas los impulsos nerviosos pasan en primer lugar al ganglio espiral que se halla protegido por tejido óseo. Cuando las células receptoras auditivas son estimuladas los impulsos nervioso pasan en primer lugar al ganglio para seguir a través del nervio auditivo octavo par craneal hasta diversos puntos del tallo cerebral y llegar finalmente a la corteza del cerebro. Las vías auditivas que se continúan en el nervio auditivo llegan a nivel de la corteza cerebral en la región del lóbulo temporal. El tímpano posee una gran capacidad de vibración. Los huesecillos están suspendidos por ligamentos movidos por pequeños músculos. EL DESARROLLO DEL OÍDO El oído se desarrolla a las pocas semanas de gestación igual que los órganos del oído y del equilibrio. En la formación intervienen las tres etapas germinativas del embrión. El oído externo comienza a formarse a las seis semanas de gestación. Al inicio aparece en forma de una serie de pequeñas protuberancias cutáneas al lado de los pliegues del cuello. Gradualmente se desplazan hacia arriba y ubicados en el lugar correspondiente se forma el oído externo. El conducto auditivo externo se forma del ectodermo, los huesos auditivos: martillo, yunque y estribo se forman del mesodermo. Más tarde el tejido queda separado de la superficie del cuerpo y forma un complejo sistema de sacos que con el tiempo se convertirán en la cóclea, los conductos semicirculares, etc. Al quinto mes de gestación el oído externo está totalmente desarrollado. FISIOLOGÍA DEL OÍDO Las vibraciones sonoras son recibidas por el pabellón de la oreja y trasmitidas por el conducto auditivo hasta el tímpano que entra en vibración. Las vibraciones timpánicas son trasmitidas a la cadena de huecesillos: el martillo está fijado en parte al tímpano. El yunque trasmite las vibraciones del martillo al estribo, las vibraciones del estribo que están aplicados contra la ventana oval, engendran unas oscilaciones a nivel del líquido del oído interno, oscilaciones que son percibidas por las cilias vibrátiles de las células sensoriales del
órgano de Corti, punto terminal del nervio auditivo. Este transmite la hesitación sonora al cerebro a nivel de los centros auditivos que transforman esta hesitación en una sensación auditiva y tiene lugar el reconocimiento del tono. Desde el punto de vista físico el sonido es un fenómeno vibratorio. Un cuerpo puede vibrar de diferentes maneras. La rapidez con la cual un objeto vibra determina la altura de los sonidos: sonidos graves y sonidos agudos. Esto se traduce por la noción de frecuencia. La frecuencia es el número de vibraciones de un sonido por segundo. Todas las vibraciones nos dan una sensación audible. Sólo las vibraciones las cuales están comprendidas entre 20 y 2000 por segundo nos dan una sensación sonora. Los sonidos de frecuencias débiles (vibraciones lentas) son los más graves, los sonidos de frecuencias elevadas (vibraciones rápidas) son los más agudos. La audición empieza a declinar desde el momento en que nacemos. Cada año va perdiéndose porque los tejidos van perdiendo elasticidad, las células nerviosas degeneran y se forman depósitos de calcio en lugares críticos. Por ejemplo un niño tiene una amplitud auditiva de 16 a 30.000 ciclos por segundo, (vibraciones). Si fuéramos capaces de oír por debajo de 16 c. Fuéramos capaces de escuchar las ondas caloríficas de un radiador o las vibraciones de nuestro organismo. En la adolescencia su mayor amplitud ha bajado a 20.000 ciclos, a los 50 años oye 8000 c y a los 80 años de edad oiremos menos de 4000c. La audición puede ser el principal medio de contacto del hombre con su entorno, al menos en cuanto a la interacción básica, que posibilita el desarrollo del lenguaje y del intelecto. Para esto la naturaleza ha dotado al hombre de un sistema de captación, magnificación, percepción y discriminación del sonido. Y según este orden se hace todo el procedimiento de la energía sonora desde el momento en el que alcanza el pabellón auricular hasta el momento de su interpretación al nivel de la corteza cerebral. El órgano auditivo es un exteroreceptor, presenta un aislamiento acústico especial respecto a los sonidos internos del propio cuerpo, y entre ellos debemos incluir la propia voz. El órgano periférico de la audición tiene una misión en parte protectora, en parte transmisora y en parte transductora. Se dice protectora porque dispone de elementos que son capaces de reducir grandes intensidades evitando hasta que pueda dañar el órgano. Transmisora porque dispone de determinados mecanismos que permiten una transmisión correcta y transductora
porque transforma energía mecánica en eléctrica. El estudio de la fisiología del oído podría dividirla en: Órgano periférico. Transmisión central. Recepción cortical. En la caja timpánica se estudia un factor de equiparación de los estímulos exteriores (auditivos). Por medio de todo un sistema mecánico de la caja los huesecillos intervienen en la impedancia o resistencia de equiparación de la caja, el único movimiento libre del yunque y del martillo es una rotación alrededor de un eje casi tangente a la parte superior de la membrana timpánica, toda la energía acústica se dirige hacia el oído interno y lo que se refleja es muy poco. La parte auditiva del oído interno se halla constituida por la membrana coclear, la que se encuentra dentro de una formación ósea que es el laberinto. Entre las paredes de las cavidades óseas y las paredes de formación membranosa, las que sirven de estuche, hay un líquido la perilinfa y dentro de las formaciones membranosas hay otro líquido, llamada endolinfa, sobre la membrana basilar descansa el órgano de Corti, en los pilares del órgano de Corti encontramos las Células Ciliadas de donde salen las Cilias. Por encima del órgano de Corti encontramos la membrana tectoria, del frote de ambas membranas se produce el pasaje de la energía mecánica a energía eléctrica, o energía nerviosa. La corteza cerebral referida a la audición recibe vías que proceden de ambos Oídos. La primera neurona periférica se halla en los ganglios de Corti,la segunda neurona se encuentra en los núcleos cocleares del bulbo, los axones que se detuvieron a nivel de los núcleos dorsal y ventral cruzan la línea media y ascienden en el lemnisco lateral de lado opuesto, mientras los otros continúan en el lemnisco homo lateral. Continúan su recorrido por el tronco cerebral, el complejo olivar superior, asciende por el tubérculo cuadrigémino, a nivel del tálamo hasta llegar a la corteza cerebral. (Schmid, 1980, P 52) DESARROLLO EMBRIONARIO El desarrollo auditivo es un proceso que se inicia hacia la octava semana de gestación, en la cual se verifica la diferenciación del epitelio en neuroepitelio y la aparición del órgano de Corti y se completará después del nacimiento alrededor de los dos años de edad.
El sistema nervioso auditivo periférico (oído externo, medio e interno) se desarrolla esencialmente en el nacimiento; sin embargo, no es así en el caso del sistema nervioso auditivo central (nervio auditivo, vías auditivas periféricas y centrales), esto hace al sistema auditivo central vulnerable a la vida inicial postnatal, el periodo crítico de la audición (desde el nacimiento hasta los dos años), pues corresponde al periodo de mayor plasticidad neuronal de la vía auditiva. En este periodo el sistema nervioso auditivo central puede ser modificado de manera positiva o negativa, dependiendo de la cantidad y cualidad de los estímulos externos captados, una vez transcurrida esta fase, la utilización de las señales acústicas declina, a esto se añade que el periodo de recepción de los símbolos lingüísticos auditivos es un prerrequisito para la formación de la expresión verbal. HIGIENE DEL OÍDO La higiene del oído debe ser lo más cuidadosa. En su interior existe normalmente cerumen, que impide la progresión hacia la membrana del tímpano de partículas de polvo y cuerpos extraños pequeños. Pero cuando es abundante puede taponar el conducto auditivo externo, y hasta solidificarse impidiendo una buena audición. Para evitar esto realizaremos una otoscopía y posteriormente se extraerá el cerumen introduciendo un aplicador que tiene en su extremo una pequeña cantidad de algodón estéril. Evítese la introducción con este fin de cualquier otro tipo de objetos, que si son punzantes pueden perforar la membrana del tímpano y además son causas de infecciones severas. Es también importante evitar los ruidos fuertes junto a los oídos lo mismo que los traumatismos. Los niños tienen la mala costumbre de introducirse cuerpos extraños (botones, bolas, granos de maíz, etc). Cuando esto sucede debe extraerlo únicamente un médico, pues de lo contrario al intentar extraerlos sólo se conseguirá introducirlos más. MECANISMO DE LA PALABRA El conjunto de órganos que concurren a la producción de la palabra se llama aparato vocal o aparato fonador.
El aparato vocal se compone de tres partes 1. La laringe que con el diafragma, las costillas y la tráquea forman el fuelle que suministran la corriente del aire. 2. La laringe que contiene las cuerdas vocales cuyo papel es el de sonorizar cuando sea necesario la corriente de aire que viene de los pulmones. 3. Las cavidades situadas por encima de las cuerdas vocales: faringe, boca y fosas nasales en las cuales el soplo o sonido que viene la laringe se diversifica dando lugar a la producción de ruidos y sonidos cuya sucesión constituye la palabra. Estos ruidos y sonidos que se llaman fonemas o elementos fonéticos se dividen en consonantes y vocales.