TEXTO PARALELO Texto Paralelo. La Fe UNIVERSIDAD CENTROAMERICANA Texto Paralelo Las Grandes Religiones Creer Dios El Perdón 1
INTRODUCCIÓN En el transcurso y estudio de la segunda unidad de la clase de reflexión teológica, basada en el estudio y experiencias de La Fe, he aprendido mucho sobre la necesidad y forma de ofrecer y recibir el perdón a nuestras faltas, tanto entre nosotros los seres humanos como con nuestro Dios en los momentos que agraviamos su ser. También aprendí que creer en alguien o en uno mismo, aparte de que es un proceso, es un encuentro con uno mismo o con las otras personas, y fomentan grados de confianza y amistad. Desde el hecho de creer en nosotros mismos y en otras personas, es que creemos también en un ser supremo a nosotros, a quien debemos la vida y la existencia de todo lo creado. Creer es de gran importancia para tener una línea e ideales en nuestra vida. Luego de aprender la importancia del creer, se desprende otro ámbito de gran importancia muy ligado a esto, como lo son las grandes religiones del mundo, ya que cada persona profesa un credo, un tipo de regla o conjunto de ideales y pensamientos que afirma y defiende según su deseo, costumbre y sentimiento en determinada creencia. Lo importante es, que aunque en diferencia y gran cantidad de denominaciones, todas las religiones coinciden en creer en un ser supremo al cual le deben lo que son, lo que tienen y lo que hacen. Y por último y no menos importante, aprendí a reconocer lo bueno que ha sido nuestro Padre Dios en mi vida, los hechos que me hacen recordar su infinita misericordia y fiarme de su santísima voluntad. 2
El Perdón Antes de abordar éste tema en la clase, mi percepción sobre el perdón era simple y no abarcaba exactamente todo el significado que en sí encierra esta palabra. En mi parecer, el perdonar era simplemente, olvidar el mal que alguien te hiciere sin importar la magnitud del acto, o a como se dice popularmente: hacer un borrón y cuenta nueva. Pero en el momento de los debates en clase y las opiniones variadas, pude darme cuenta que perdonar no es solamente eso, y de que mi percepción sobre el tema representaba un mínimo porcentaje de su significado. Ahora sé que perdonar significa DAR en plenitud, pues es en esos momentos en que le decimos al otro: te perdono, que demostramos una gran capacidad de amar sin importar la ofensa o agravio que hayamos sufrido por parte de esa persona. Perdonando entregamos nuestra vida a un sincero sentimiento de humildad y deseo de resolver los problemas para vivir tranquilo con los demás, evitando así el sufrimiento y falta de paz de ambas partes. Perdonando no es un acto egocéntrico en el cual una sola de las partes se sentirá bien, sino todo lo contrario, es un hecho recíproco que libera a ambas personas que lo practican, tanto al ofendido como a su agraviante. Si ninguna de las partes está dispuesta a dar el gran paso de la reconciliación, ninguno de los dos vivirá a plenitud el sentimiento de la paz y la tranquilidad. Es por eso que remarcamos que es por libre y espontánea voluntad el que cualquiera de las partes dé el primer paso, inclusive se han visto casos en los cuales la parte ofendida es la que desea iniciar la reconciliación, o a como decimos popularmente: dar su brazo a torcer. Lo que sí es importante es que ambos reconozcan el error que probablemente se haya cometido para avanzar hacia el siguiente paso. Se tiene que olvidar y dejar atrás todo espíritu de venganza que perjudique y encrudezca aún más el avance del perdón. Para perdonar cada persona debe estar revestida de varios sentimientos, los cuales le permitirán llegar hasta la reconciliación. Entre ellos encontramos: El amor, que nos hace superar la situación de agravio y pensar en lo bueno del otro. También está la comprensión, que nos hace reconocer la dignidad humana del otro y analizar el por qué de su agresión. Y se necesita de igual manera, tener amplio sentimiento de humildad para que en el momento en que se trate de mejorar la situación ambos dejen la soberbia y orgullo y puedan alcanzar la reconciliación. En mi caso personal, gracias a Dios no tengo a ninguna persona en un cementerio personal, ya que trato siempre de resolver cualquier conflicto con el prójimo. Pero sí debo comenzar a perdonarme mis malas actitudes y egocentrismo que a veces se apodera de mí, para ser más humilde, compañero y humano. Si me perdono a mí mismo podré perdonar a los demás. 3
El Creer Creer es un término conciso y muy preciso que nos hace referencia, en primera instancia, al grado de confianza que podemos tener en alguien que conocemos o que lo hemos ido conociendo gradualmente, y que por medio de la experiencia y hechos ocurridos, es que hemos podido depositar esa confianza o fe en el otro. Creer en alguien es, finalmente, fiarse de la otra persona, reconocerle y aceptarle en todo, tomando en cuenta su forma de pensar y de ser. Y creyendo en otras personas, es como abrimos y posibilitamos las relaciones con los demás. Es importante reconocer que el hecho de creer no se limita a expresarse o practicarse solamente con los demás, sino que es vital creer en uno mismo, en mi persona, en mis cualidades y en lo que ofrezco de bueno para mí mismo y para la sociedad. Hablando propiamente de la fe en mi mismo, puedo decir que es bastante grande, pues yo confío en mis cualidades, en mis dones y en mi espíritu de decisión, empeño, trabajo y ánimo que demuestro en mis creaciones y en lo que hago. Sé que soy una persona responsable, capaz de cumplir en tiempo y forma con las labores que se me confíen. Creo que mis dones artísticos me han ayudado a crecer como persona, ya que por medio de la pintura en varias técnicas, la música en el dominio de varios instrumentos, me relajan, abren mi mente y me impulsan a mejorar cada vez más. Creo en mi deseo emprendedor de ayudar en el progreso de mi ciudad Acoyapa, -y no necesariamente desde la política- pues así cumpliría un seño más, como lo es el de hacer de mi pueblo una ciudad más conocida y con altos niveles de progreso. Creo en mi capacidad de cumplir las metas que me propongo pues la experiencia me lo ha permitido. Por otro lado, la fe que presento hacia los demás, desgraciadamente con la experiencia se ha visto deteriorada, pues cada vez que comienzo a confiar en alguien, tarde o temprano me decepciona fuertemente, y por eso, que en los últimos tiempos me he limitado a confiar en los demás pero con límites. En las únicas personas que confío ciegamente es en mi madre y en Dios pues son las únicas que me han demostrado que son incondicionales en todo momento. Nunca me han decepcionado y mi persona se puede fiar totalmente de ellas. Pero en cuanto refiere a amistades u otros familiares, no tengo una fe segura o con base sólida pues la experiencia no me lo permite. Me he sentido muy decepcionado de muchos cuando la imagen que he tenido sobre ellos se desploma rápidamente, llegando al punto de entristecerme y dejándome sin deseos de volver a confiar ciegamente en ellos. Pienso que tengo que mejorar mi percepción para con las personas, pues ya no tengo fe o confío ciegamente en alguien debido a la experiencia. Tengo que poner en práctica la frase: CREER PARA VER y no ver para creer, pues así, tarde o temprano encontraré a alguien de confianza que me haga recuperar la fe en los demás. 4
Mi Credo Yo creo en Dios nuestro Padre, nuestro Hermano y el Espíritu que nos mueve cada día en nuestras vidas llenándonos con su fortaleza y amor, dando el mérito al esfuerzo, lavando las manchas e infundiendo calor de vida en todos nosotros. Creo en él más allá de mi alegría, más allá de mi dolor y no sé si muchas veces yo merezco su amor. Creo en María Santísima, madre de Jesús y madre nuestra, la gran intercesora ante Dios por nosotros. Creo en las buenas costumbres y la fomentación de los valores, ya que proporcionan un ambiente más justo y agradable para todos. Creo que todas las personas son buenas hasta que demuestran lo contrario. Creo en la amistad y en el amor, como creo en el camino, en el hombre y en el destino. Creo que todas las personas tenemos espíritu emprendedor, solo que algunas lo tienen dormido, y necesitan ayuda para despertarlo. Creo en el poder e influencia de un amigo. Creo que en verdad existen personas santas, personas humildes y de gran ejemplo para la sociedad. Creo que los adultos y ancianos son la mejor fuente de inspiración y sabiduría en nuestra sociedad. Creo que el mal existe en el mundo, y que solo puede ser combatido con el amor, la paz, y otros valores que nos unan en el esfuerzo de ser mejor cada día. Creo en mi persona porque estoy contento con quien 5 soy y con lo que pienso. Texto Paralelo. La Fe
Las Grandes Religiones En nuestra sociedad actual, vivimos rodeado de un sinnúmero de religiones, y con cierta razón afirma el cantautor Ricardo Arjona, en su canción Jesús Verbo no sustantivo: en este mundo hay más religiones que niños felices. Esto se debe a la pluralidad cultural del mundo. La religión es un fenómeno esencial del hombre, ya que por medio de ella, se le encuentra sentido a la vida pues se trata de encontrar explicaciones a lo trascendental, a lo intangible y a lo misterioso. Existe la fe antropológica, la cual se basa en tradiciones, culturas de antaño, instituciones, escritos dejados por los antepasados, historia, algunos mitos, mantienen un alto grado de fe en su credo y experiencias místicas. Por otro lado está la fe teológica es la que nos permite ver todo a la luz de la palabra de Dios, su principio formal subjetivo es la creencia en que se reflexiona a Dios. Desde su forma, la teología es sabiduría ya que es fruto del trabajo conceptual y principios iluminados por la fe. En este profundo campo, se nos desprenden las religiones más importantes del mundo. Entre ellas encontramos el HINDUISMO y el BUDISMO, que son religiones filosóficas que no son reveladas y no tienen mesías. Fueron Budismo Hinduismo elaboradas a partir de la reflexión y meditación de ciertos personajes. Sus libros recopilan la forma de pensar y preguntas de sentido común. También encontramos el JUDAÍSMO, el CRISTIANISMO y el ISLAM, que son religiones históricas, reveladas ya que la divinidad toma iniciativa y forma. Poseen mediadores o mesías: Moisés, Judaísmo Cristianismo Jesucristo y Mahoma respectivamente. Son religiones monoteístas. Y sus libros se basan en revelaciones divinas. Opino que cada una tiene algo bueno que ofrecer en cuanto a valores y a la moral, pues pretenden llevar a las personas por un rumbo correcto en sus actos y vida cotidiana. En mi persona intentaría practicar el alto nivel de tolerancia que inculca el hinduismo, ya que así se fomenta un mundo más justo y comprensivo para con todos. Practicaría incrementar mis niveles de compasión como los budistas, ya que así pensaría en hacer el bien a los demás antes que un Islam mal. Sería más sensible ante el dolor humano. De igual manera, practicaría la justicia y misericordia como los judíos, pues así tendría una percepción más equitativa de las cosas, y sería más justo con mi prójimo. Intentaré también seguir aumentando los sentimientos de amor al prójimo como se fundamenta en el cristianismo y buscaría la beneficencia para los más pobres y desposeídos como lo practican los del islam. 6
Dios La experiencia que he tenido con Dios en mi corta vida ha sido muy satisfactoria, pues en cada momento se ha manifestado, haciendo acrecentar la fe que en cierto momento fue inculcada por mi abuelita, pero que ahora, con la experiencia propia crece por la infinita gratitud que deseo expresar a nuestro Dios. He podido comprobar que es un Dios lleno de misericordia pues aunque en ciertos momentos me olvido de él, que no le visito, que no le ofrezco mis actividades, él nunca se olvida de mí y en otras ocasiones hasta ha evitado que fuera a lugares peligrosos en los que probablemente hasta la muerte hubiera encontrado, demostrándome así que tiene un plan para con cada uno de nosotros. Así nuestro Dios nos muestra la gran magnitud de su amor y de su disposición incondicional ante nuestras necesidades. Él es gratuito, no se vende a nadie y no pide nada a cambio como todo buen padre que desea lo mejor para sus hijos. Cuando me siento solo, recuerdo que Dios es el que nos conduce por el sendero recto, el que nos hace sentir que somos amados. Él nos acepta tal y como somos pues somos sus hijos. A Dios le estoy profundamente agradecido por todo y sé que cuando le pido algo y no lo cumple en el momento que le pido, es porque está aguardando algo mejor para mí, por eso no me decepciono nunca de su bondad infinita. 7