Lección 13 Regocijo en la restauración Salmos 34.1-10, Hebreos 2.17-18 «Gustad y ved que es bueno Jehová. Bienaventurado el hombre que confía en él!». Salmos 34.8
Propósito Reconocer que en Dios tenemos un refugio al cual podemos acudir en todo tiempo. Agradecer la protección divina y la solidaridad del Creador con el ser humano. Celebrar con regocijo las bondades y misericordias del Señor.
Bosquejo de la lección I. Exhortación a reconocer la protección divina (Sal 34.1-10). II. Función sacerdotal de Cristo (Heb 2.17-18).
Vocabulario bíblico «ACRÓSTICO»: En poesía, cada verso comienza con una letra del alfabeto hebreo. «SAPIENCIAL»: Literatura que se caracteriza por sus enseñanzas. «REY AQUIS»: Fue el rey filisteo de Galat, de quien huyó David. «HUMILDES»: Los piadosos que reconocen la bondad de Dios en todas las cosas. «SABIO, RABÍ»: Discípulo aventajado. «GNÓMICA»: Es un género de poesía que consiste en un conjunto de máximas puestas en verso como auxilio a la memoria. Pertenece a la familia de la literatura sapiencial, que expresa verdades generales sobre el mundo. Los temas van de lo sagrado y divino a lo mundano.
Salmos 34.1-3 RVR 1 Bendeciré a Jehová en todo tiempo; su alabanza estará de continuo en mi boca. 2 En Jehová se gloriará mi alma; lo oirán los mansos y se alegrarán. 3 Engrandeced a Jehová conmigo y exaltemos a una su nombre. VP 1 Bendeciré al Señor a todas horas; mis labios siempre lo alabarán. 2 Yo me siento orgulloso del Señor; óiganlo y alégrense, hombres humildes! 3 Alabemos juntos y a una voz la grandeza del nombre del Señor.
Salmos 34.4-6 RVR 4 Busqué a Jehová, y él me oyó y me libró de todos mis temores. 5 Los que miraron a él fueron alumbrados y sus rostros no fueron avergonzados. 6 Este pobre clamó, y lo oyó Jehová y lo libró de todas sus angustias. VP 4 Recurrí al Señor, y él me contestó, y me libró de todos mis temores. 5 Los que miran al Señor quedan radiantes de alegría y jamás se verán defraudados. 6 Este pobre gritó, y el Señor lo oyó y lo libró de todas sus angustias.
Salmos 34.7-8 RVR 7 El ángel de Jehová acampa alrededor de los que lo temen y los defiende. VP 7 El ángel del Señor protege y salva a los que honran al Señor. 8 Gustad y ved que es bueno Jehová. Bienaventurado el hombre que confía en él! 8 Prueben, y vean que el Señor es bueno. Feliz el hombre que en él confía!
Salmos 34.9-10 RVR 9 Temed a Jehová vosotros sus santos, pues nada falta a los que lo temen. 10 Los leoncillos necesitan, y tienen hambre; pero los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien. VP 9 Honren al Señor, los consagrados a él, pues nada faltará a los que lo honran. 10 Los ricos se vuelven pobres, y sufren hambre, pero a los que buscan al Señor nunca les faltará ningún bien.
Hebreos 2.17-18 RVR 17 Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo. 18 Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados. VP 17 Y para eso tenía que hacerse igual en todo a sus hermanos, para llegar a ser Sumo sacerdote, fiel y compasivo en su servicio a Dios, y para obtener el perdón de los pecados de los hombres por medio del sacrificio. 18 Y como él mismo sufrió y fue puesto a prueba, ahora puede ayudar a los que también son puestos a prueba.
Resumen La lección de hoy nos habla de Yahvé como protector de los justos. Nos exhorta a reconocer la protección divina. Inicia este reconocimiento con un himno de alabanza para que quien lo oiga se asocie a Él. Luego exhorta a todos a seguir el camino de la virtud. Llama «humildes» precisamente a quienes siguen este camino en obediencia a los mandatos de su Dios. El tema se continúa y concluye en el salmo siguiente (Sal 35) y termina con el mensaje de la carta a los Hebreos en el pasaje (Heb 2.17-18), que nos prueba la solidaridad de Cristo con toda la humanidad, siendo en todo igual a los seres humanos, menos en el pecado.
Oración Padre bendito de los cielos y de la tierra, bendecimos tu amor incomparable al regalarnos a tu Hijo Jesucristo como uno de los nuestros, que siendo Dios, no tuvo en menos hacerse hombre, igual en todo menos el pecado. De esta manera, pudo redimirnos desde su propia humanidad y constituirse en Sacerdote y Pontífice, que presenta nuestras oraciones y súplicas ante el Altísimo y comprende nuestros problemas y pecados y en calidad de sacerdote, suplica y obtiene el perdón y la gracia. Amén.