Nombre de la institución de adscripción: Universidad Veracruzana Facultad de Trabajo Social Maestría en Trabajo Social. Calle 12 #215; Col. Cazones C.P. 93230; Poza Rica de Hidalgo, Veracruz, México. Teléfono: 01(782)8225193. Título del trabajo: LAS MUJERES, CUIDADORAS PRIMARIAS DE LOS PACIENTES CON DIABETES, UN ESTUDIO DESDE TRABAJO SOCIAL. Nombre de quien(es) expongan: Lic. Diana Belman Morales, Licenciada en Trabajo Social, diana_tomwelling13@live.com.mx Lic. Juan Carlos Moctezuma Herrera, Licenciado en Trabajo Social, juancarlos_mocte18@hotmail.com Autores adjuntos: Mtra. Sandra Luz Hernández Mar, Mtra. En Desarrollo educativo, slhm78@hotmail.com Lugar y fecha: Colima, Colima. Septiembre de 2015.
1. Tema: Mujeres cuidadoras y pacientes diabéticos. 2. Título: Las mujeres cuidadoras primarias de los pacientes con diabetes, un estudio desde Trabajo Social. 3. Resumen: La diabetes es una problemática a nivel mundial. Cada año, más de cuatro millones de personas mueren a causa de esta enfermedad y decenas de millones más sufren complicaciones discapacitadoras. No todos los familiares apoyan al enfermo en el tratamiento. Este papel se le delega a una sola persona familiar, que en la mayoría de los casos son del género femenino. Las mujeres, durante la historia, han asumido su papel de cuidadoras. Ellas son las responsables del cuidado de quien está enfermo. Pero este papel de cuidadoras primarias, conlleva una sobrecarga, por lo que podrían llegar a enfermar gravemente sino son apoyadas por un profesional adecuado, que les ayude a lidiar con la carga emocional que el rol de cuidador trae consigo. Palabras clave: Diabetes, Mujeres, sobrecarga. 4. Introducción y marco de referencia: La diabetes mellitus, es una enfermedad crónica degenerativa que se presenta cuando el páncreas no produce insulina, o bien, la que se produce no es utilizada de manera eficiente por el organismo; ésta es la hormona responsable de que la glucosa de los alimentos sea absorbida por las células y dotar de energía al organismo. (INEGI. 2013). El tipo de Diabetes que predomina es la tipo 2, y es la causa principal de invalidez y perdida de años de vida saludable a causa de las complicaciones sistémicas que
genera. Hay que reconocer que el seguir con un tratamiento y dieta al pie de la letra es difícil, ya que el paciente tiene que cambiar su estilo de vida, y para este le es complicado hacerlo por sí solo. Es por ello que la familia ocupa un papel fundamental en el tratamiento, evolución, cuidado, apoyo, etc. con respecto al paciente. 5. Fundamentos: Es bien sabido que no todos los integrantes de la familia se hacen cargo de los familiares enfermos, por lo general, este rol de cuidado se le delega a una sola persona, que en la mayoría de los casos es del género femenino. Esto es debido al enfoque que se tiene con respecto al género masculino y femenino. La mujer asume el cuidado como un compromiso moral, natural, marcado por el afecto, socialmente a un costo alto, definido como responsabilidad, tarea impuesta, deber sancionable no valorada, ni remunerada, hasta el momento en que estos cuidados no son asumidos. Mientras que en el género masculino el cuidado se da como una opción. (Vaquiro, R. 2010). La mujer en su rol de cuidadora apoya en todo lo relacionado al tratamiento del enfermo, desde brindarle una dieta adecuada, llevarlo a citas médicas, etc. sin embargo nadie se preocupa por el sentir de ella, la cual también puede generar afectaciones negativas físicas y emocionales, las cuales comprometerán su buen estado de salud. Las mujeres proporcionan cuidados permanentes frente a la mitad de los hombres, por lo que son ellas quienes afrontan cargas elevadas de cuidado con mayor frecuencia, y tienen mayor posibilidad se sufrir repercusiones negativas. (Ortiz, Y. 2013). Es por todo esto, que la presenta investigación tiene por objetivo analizar las implicaciones que tiene el rol de cuidadoras primarias en las mujeres así como las afectaciones negativas que trae consigo el desempeñar este papel. El tipo de investigación es cualitativo, utilizando el método fenomenológico, las principales
técnicas utilizadas fueron, observación, entrevistas a profundidad, las historias de vida. 6. Resultados: A continuación se muestran las historias de vida realizadas a tres mujeres pertenecientes al Municipio de Papantla de Olarte, Ver. Las cuales desempeñan el rol de cuidadoras primarias de pacientes con Diabetes Mellitus tipo II. El análisis detallado de la información obtenida, permitió generar categorías específicas para analizar las implicaciones que tiene el rol de cuidadoras primarias en las mujeres así como las afectaciones negativas que trae consigo el desempeñar este papel. Tiempo de sufrir diabetes: E.H.M. (Esposa): Tiene 23 años siendo diabético. S.H.R. (Esposa): mi marido tiene 6 años siendo diabético. F.V. (Hija): Hasta ahorita mi mamá ha vivido con diabetes 16 años. Afectaciones secundarias de la diabetes: E.H.M.: Tiene insuficiencia renal, ya no ve bien, ya no puede caminar porque está muy débil. S.H.R.: Ya no ve bien, se le borra la vista, se marea, ya no escucha bien, si agarra algo se le cae y se le doblan los pies. De repente le dan temblores y todo el tiempo anda de mal humor. F.V.: Sufre neuropatía diabética, insuficiencia renal.
Falta de apoyo familiar en el cuidado del paciente: E.H.M: Nadie apoya en su cuidado, mi hijo aporta un poco de dinero pero no alcanza yo ya ni le pido más porque él también tiene diabetes y aparte tiene familia que mantener pues así no le alcanza para darme más dinero para su papá. S.H.R.: Si falta apoyo pero ya ni les digo nada, porque siempre que les pido apoyo no me lo dan, me niegan, me dicen no tengo dinero, no he trabajado. F.V.: No todos, solo una hermana me ayuda a veces. Tiempo de cuidado: E.H.M.: yo lo cuido, vivimos solo él y yo, mis hijo ya está casado y de repente nos visita pero no lo cuida mucho tiempo igual mi nuera de repente me ayuda a cuidarlo. S.H.R.: Yo soy la única que lo cuida, a veces mis hijos me ayudan a llevarlo a las citas, pero la que está todo el día en la casa con él, soy yo. F.V.: Soy la única cuidadora, batallo con ella porque luego no quiere comer y se pone necia. Ausencia de apoyo familiar: E.H.M: Mi hijo ya tiene su vida y trabaja, no tiene tiempo de venir a cuidar a su papá. S.H.R.: Pues quien sabe, por ignorancia a lo mejor, piensan que nunca van a ser viejos, sus hermanos no apoyan ni vienen a preguntar cómo está ni nada. F.V.: mis hermanos de repente la visitan pero solo un rato, hay una hermana que me ayuda a cuidarla pero no siempre, los demás deberían estar más al pendiente de ella. Cambio en la vida de la cuidadora primaria:
E.H.M: Antes podía salir a trabajar en casas haciendo el aseo y ahora ya no trabajo por estar al pendiente de él y cuando salgo voy de rapidito por miedo a que se caiga o le pase algo. S.H.R.: Estaba yendo a la escuela, pero ya no voy desde hace como un mes, y ya no voy porque él se enoja que llegue tarde. He dejado de salir a distraerme, ya no salgo por lo mismo que él se me pone mal, y ya no quiere que salga a ningún lado. F.V.: En todo, a veces no trabajo por cuidarla, ya ni a mi hijo lo cuido como quisiera, es lo que más tristeza me da, que por estar cuidando a mi madre no cuido bien a mi hijo, a veces ya no sé qué hacer y más cuando ella se pone de necia a no querer comer y a culparme de que la maltrato por hacerla que coma aunque no quiera. Existe agradecimiento de cuidados por parte del enfermo y/o familiares: E.H.M: Mi hijo nunca me ha dicho gracias por cuidar a mi papá ni el mismo al contrario se enoja y me grita, pero pues lo entiendo está enfermo. S.H.R.: No, quién agradece algo, él está mal mal, tantito está bien y ya me quiere pegar, le digo: eres mal agradecido porque te estoy cuidando, todavía me pide de mala gana las cosas pero lo hago porque digo el día de mañana que me llegue a enfermar, que alguien me cuide. Y pues ahora si me toco la cruz, ahora hasta que diosito diga. F.V.: No nadie me da las gracias por cuidarla, ni ella. El paciente se ha vuelto una carga: E.H.M: No porque es mi deber soy su esposa y tengo que cuidarlo, sino lo cuido yo quien lo va a hacer es mi deber, me entristezco a veces porque es mal agradecido pero quien lo va a cuidar. S.H.R.: Pues sí, porque no puedo hacer las cosas que tengo que hacer. Tengo que estarlo cuidando, que tal si se me cae, salgo al mandado pero rápido a lo que voy, no puedo ni distraerme en otra cosa porque estoy pensando si se cayó o quiere algo.
F.V: Si porque no puedo cuidar a mi hijo como quisiera y no me deja hacer las cosas en la casa por miedo a que se caiga. Experimenta sentimientos negativos: E.H.M: Tristeza, porque él es mal agradecido y me grita y no hace caso de llevar la dieta que nos dijo el doctor. S.H.R.: Si a veces me enojo, me deprimo cuando estoy sola me voy al cuarto y me pongo a llorar, es estresante, a veces pide una cosa, a veces otra luego ya no la quiere y bueno, me saca de quicio, trato de sobrellevarlo. F.V.: tristeza y enojo porque no quiere comer se pone terca y no puedo cuidar bien a mi hijo. 7. Discusión: De acuerdo a las historias de vida realizadas, se puede constatar que las tres entrevistadas experimentan sentimientos negativos como tristeza debido a que son las únicas que se hacen responsables de los enfermos en todo momento, al igual que no reciben agradecimiento alguno ni del enfermo ni de la familia, algunas de ellas ya no pueden trabajar como antes, incluso han descuidado a sus hijos por el hecho de cuidar a su familiar (Madre, Esposo). Otro sentimiento negativo que experimentan es enojo ya que en algunos casos el paciente no obedece su tratamiento ni dieta, sufriendo complicaciones secundarias. Al igual se puede percibir que las tres sufren una sobrecarga debido al estrés de todas las actividades que tienen que realizar aparte del cuidado del paciente. 8. Conclusiones:
La mayor parte de los cuidadores primarios son mujeres, con parentesco de esposas o hijas este rol se les delega por el simple hecho de ser mujeres, ya que a lo largo del tiempo se ha visto al género femenino como el cuidador por excelencia de hijos y enfermos. La misma familia, por la ideología que tiene, inculca y hace la diferencia entre el género femenino y masculino, ya que a ellas se les educa para estar en el hogar, cuidar de los hijos y enfermos mientras que ellos por ser hombres son el sexo fuerte, deben sostener el hogar y no deben mostrar sentimentalismos frente a situaciones de enfermedad, por ello el porcentaje de hombres que cuidan está por debajo del de mujeres. La sobrecarga de estar cuidando, causa más afectaciones en las mujeres que en los hombres que cuidan ya que muchas de ellas aparte de cuidar un enfermo tienen que ver por los hijos, dedicarse a las labores domésticas incluso algunas de ellas trabajan para sostener el hogar. El cuidar se vuelve una sobrecarga, afectando física y emocionalmente a la cuidadora, a tal grado que podría llegar a desarrollar enfermedades iguales o más graves que la diabetes. Las cuidadoras son las victimas silenciosas de la enfermedad. Literatura citada: Instituto Nacional de Estadística y Geografía. (2013). Recuperado de: http://fmdiabetes.org.mx/wpcontent/uploads/2014/11/diabetes2013inegi.pdf Vaquiro, R. (2010). Cuidado informal, un reto asumido por la mujer. Ciencia y Enfermería XV. Scielo. 16 (2), PP. 9 16. Recuperado de: http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=s071795532010000200002&script=sci_arttext. Ortiz Claro, Yirle Grecia; et al. (2013). Características sociodemográficas asociadas a la sobrecarga de los cuidadores de pacientes diabéticos en Cúcuta. Universidad de Santander, Colombia. Revista Cuidarte. 4 (1), pp. 459 466. Recuperado de: http://www.redalyc.org/pdf/3595/359533224005.pdf