ansformación de la matriz energética

Ing. Gonzalo Casaravilla, Presidente de UTE UTE y la transf ansformación de la matriz energética Ing. Gonzalo Casaravilla * Para el año 2030 la humanidad necesitará consumir un 45 % más de energía que hoy. Sin embargo, actualmente hay 1600 millones de personas que carecen de energía eléctrica -y no solo de ella- lo que demuestra el crecimiento desigual y las condiciones marginales en las que aún en el siglo XXI vive buena parte de la humanidad. En ese contexto mundial, contradictorio y dramático para un gran número de seres humanos, nuestro país está obteniendo resultados muy importantes en el sector eléctrico. En el marco de la comparecencia del ministro de Industria, Energía y Minería, Ing. Roberto Kreimerman, ante la Comisión Permanente del Poder Legislativo, el presidente de UTE, Ing. Gonzalo Casaravilla, realizó el 10 de febrero de 2015 una presentación en la que expuso los principales lineamientos de la estrategia seguida por su administración para concretar la transformación de la matriz energética y la reducción del costo de la energía eléctrica. Lo que sigue es un resumen de su exposición. * Ingeniero Electricista, Magister en Ingeniería Eléctrica y Doctor en Ingeniería Eléctrica, Universidad de la República Oriental del Uruguay. Desde 1986 es docente en el Instituto de Ingeniería Eléctrica de la Universidad * de Exposición la República, del donde Ministro es Profesor del Interior Titular Eduardo (Gr 5). Bonomi En mayo el de martes 2010 asumió 9 de septiembre como Presidente 2014 de en la el Administración ciclo Nacional de Desayunos de Usinas Útiles y Trasmisiones «SOMOS URUGUAY» Eléctricas marco del (UTE). 10 TRANSFORMACIÓN, ESTADO Y DEMOCRACIA AÑO 9 - N.º 57-3/2014 ISSN 1688-2889

EL POR QUÉ Y EL CÓMO DE UN CAMBIO RADICAL En dónde estamos inmersos? Evidentemente, la fuerza del cambio en el mundo es la necesidad de energía. China e India están cambiando el perfil de la realidad en el sector energético. Lo que decida Japón en materia de energía nuclear va a incidir en las futuras reglas de juego, lo mismo que la evolución de una Europa que se mantiene en recesión, o de los Estados Unidos, país que se ha declarado autosuficiente energéticamente. África y América Latina se están convirtiendo en el centro de la atención, por ser hoy estos continentes proveedores de commodities, escenario de avances sociales, terreno para las inversiones. El cambio se produce, como en otras áreas, a una velocidad que era difícil imaginar en años recientes. En ese contexto, vivimos entre dos países muy poderosos desde el punto de vista energético: el sector eléctrico en Brasil es cuarenta veces y en Argentina ocho veces más grande que el uruguayo. Son países poderosos que tienen sus propios problemas y, por tanto, hemos aprendido que tenemos que valernos por nosotros mismos. El retraso en este aprendizaje lo hemos pagado muy caro en el pasado y el cambio estructural en el cual estamos inmersos ha logrado mejorar esa posición. Para un país como Uruguay, valerse por sí mismo impone riesgos, pero también ofrece oportunidades y el país está en camino de aprovecharlas. Ese camino viene siendo recorrido de la mano de un conjunto de actores que han constituido un verdadero equipo: la Presidencia de la República, el Ministerio de Industria, Energía y Minería, la Dirección de Energía, el Ministerio de Economía y Finanzas, la Oficina de Planeamiento y Prespuesto, la Oficina Nacional del Servicio Civil, el Congreso de Intendentes y otros organismos. UTE tiene simplemente el rol empresarial, y también ha habido un trabajo en equipo al interior de la empresa, empezando por el Directorio, siguiendo por el cuerpo gerencial y llegando a cada uno de los funcionarios y funcionarias. CAMBIO DE ESTRATEGIA Los ejes principales en estos últimos años han estado en la gestión, la inclusión y la infraestructura. El concepto de inclusión para UTE involucra, entre otros aspectos, la electrificación rural, la regularización de servicios, el trabajo con el Patronato de Encarcelados y Liberados, con las cooperativas sociales y con el programa «Yo estudio y trabajo». Las empresas también deben hacer todas estas cosas y UTE las ha venido haciendo en consonancia con las políticas públicas nacionales. En lo que tiene que ver con la electrificación rural, el objetivo de UTE era llegar al 100 % de las escuelas públicas del país con energía de calidad. Esto se logró en 2014: se llegó no solo a las 140 escuelas comprendidas en el marco del convenio con Enseñanza Primaria, sino también a las 82 que se electrificaron con el programa «Luces para Aprender». A su vez, ya está acordada la electrificación de 1400 kilómetros en el convenio interinstitucional con la OPP, los Ministerios de Industria, Energía y Minería, de Ganadería, Agricultura y Pesca y de Desarrollo Social, Mevir, el Instituto Nacional de Colonización y Antel. De esta forma, luego de transcurrido el primer semestre de 2015 podremos decir que el 99,7 % de las familias de Uruguay tienen energía eléctrica. Eso ubicará a Uruguay entre los países más electrificados del mundo y, sin lugar a dudas, de América. Pero cuando hablamos de los grandes números, lo que claramente ha cambiado en UTE es lo relativo a la gran inversión que se ha hecho en infraestructura. Este cambio es consecuencia del crecimiento de la demanda, porque satisfacerla ha sido la principal función de UTE desde hace 102 años. TRANSFORMACIÓN, ESTADO Y DEMOCRACIA AÑO 9 - N.º 57-3/2014 ISSN 1688-2889 11

Fig. 1 El sistema óptimo para nuestro país combina energías renovables, gas natural e interconexión con la región La demanda se ha incrementado sobre todo en el sector industrial y esta empresa debe garantizar el abastecimiento porque es un tema de soberanía nacional. Un país serio debe garantizar el abastecimiento de su demanda energética, en particular la eléctrica, a lo que debe agregar el objetivo de bajar los costos y los niveles de vulnerabilidad. Y hacerlo en un marco de sustentabilidad ambiental. LAS VULNERABILIDADES Cuando hablamos de vulnerabilidades, Uruguay padece fundamentalmente dos en este sector. Una de ellas tiene que ver con el clima, que condiciona notablemente el principal recurso energético del país: el hidráulico. En el año 2010 este recurso podía llegar a abastecer casi el 100 % de la demanda, pero esta crecía a razón de 3,5 %. Como dependiendo del nivel de hidraulicidad, las represas pueden suministrar 10 000 gigavatios-hora en el año o tan solo 4000 y el abastecimiento de esa demanda creciente había que garantizarlo, hubo que revisarestrategias y rectificar rumbos. El segundo elemento de vulnerabilidad está vinculado al petróleo. La Agencia Americana de Energía estimó, en los años 2010 y 2011, que el precio más bajo del barril de petróleo estaría en los US$ 70 o US$ 75. Obviamente, hoy sabemos que las curvas tocan hasta el eje de los US$ 40, pero debemos tener en cuenta la información al momento de diseñar las estrategias. 12 TRANSFORMACIÓN, ESTADO Y DEMOCRACIA AÑO 9 - N.º 57-3/2014 ISSN 1688-2889

Al juntar esas dos vulnerabilidades, veíamos que el costo de generación de energía, en valores esperados, es decir, con precipitaciones medias,iba llevándonos a un callejón sin salida. Más preocupante aún era el escenario del 5 % de probabilidad de precipitaciones, que era algo que podía suceder y que, además, fue lo que sucedió durante algunos años. El problema era el costo que se podía llegar a generar como consecuencia de una época de sequía o de que el precio del barril de petróleo se disparara a US$ 140, tal como también sucedió. Todo eso se maneja estocásticamente: la incertidumbre se maneja como una variable aleatoria y se establecen escenarios con probabilidades. Esa era la situación que teníamos cuando se decidió invertir fuerte y generar cambios estructurales en el sector energético eléctrico. LAS FUENTES A LAS QUE APOSTAR Para esta reestructura se consideraron todas las variables posibles de generación de energía y hasta se tuvo en cuenta la modalidad termonuclear. Básicamente, se tomaron decisiones en función de los costos variables y de inversión y de la disponibilidad del recurso. Se hizo una optimización matemática, intentando minimizar los costos y la vulnerabilidad, puesto que cada vez que existen sobrecostos UTE necesita conseguir fondos para afrontarlos y luego devolver ese dinero. La decisión que se tomó es por todos conocida: optamos por la rápida incorporación de energía eólica, por la construcción de una central de ciclo combinado, por la disponibilidad de gas natural, por la interconexión con Brasil y por potenciar el sistema de trasmisión. Esto no se hizo porque la energía eólica o la solar estén de moda, sino porque ellas arrojan el mejor resultado económico para el Uruguay en función de los recursos con que cuenta nuestro país y las tecnologías disponibles hoy en el mundo. Todo esto ya está sucediendo, y lo está haciendo sobre la base de un sistema que busca la diversidad, está diseñado para minimizar costos y aporta un claro beneficio medioambiental. Si analizamos la potencia instalada en el correr de dos años, veremos que en el 2013 se hizo un fuerte aporte, incorporando unidades térmicas en modalidad de arrendamiento. Hoy UTE tiene unos 350 megavatios arrendados, mientras se procesa la llegada del ciclo combinado. Desde el punto de vista de garantizar el abastecimiento, ya contamos con un respaldo térmico confiable. Cuando esté operativa la central de ciclo combinado el sistema va a contar con algunos megavatios más y mayor eficiencia, porque estamos hablando de una de las modalidades de generación térmica más eficientes. En el año 2016 va a primar la incorporación de generadores de energía eólica y también empezará a despuntar la energía solar. Es importante recalcar que esto no se hizo porque la energía eólica o la solar estén de moda, sino porque ellas arrojan el mejor resultado económico para el Uruguay en función de los recursos con que cuenta nuestro país y las tecnologías disponibles hoy en el mundo. Todo lo planificado e invertido es resultado de un análisis técnico, cuyo objetivo es garantizar el abastecimiento e intentar que no suceda lo que ya nos sucedió. Lo peor que le puede pasar a un país es quedarse sin energía. El costo de no tener energía siempre es muchísimo mayor al de sobreinvertir o al de llegar al costo de arrepentimiento, en el sentido de que las variables manejadas no tengan el comportamiento previsto y se haya sobreinvertido. Eso tiene un costo financiero, pero este siempre es mucho menor que el de quedarse sin energía. Eso no puede pasarle al Uruguay nunca más. TRANSFORMACIÓN, ESTADO Y DEMOCRACIA AÑO 9 - N.º 57-3/2014 ISSN 1688-2889 13

LA NECESIDAD DE INVERTIR Es así que Uruguay se está convirtiendo en un país en el que la generación distribuida, las energías renovables, el gas natural, las redes inteligentes y las interconexiones son el paradigma de una nueva matriz de abastecimiento eléctrico. En una situación en la que la demanda crece, junto a la energía hidráulica que estará siempre presente- se pasará del fueloil y el gasoil al gas natural, y aumentarán la energía eólica y la biomasa. En el año 2016, el 90 % de la energía eléctrica en Uruguay en valor esperado se va a suministrar en base a energías renovables. Eso es bueno por varias razones: porque son renovables, nos pertenecen, son matrices de mínimo costo y, además, se alinean con el concepto del Uruguay Natural y con el cuidado del medio ambiente. Fig. 2 La energía eólica adquiere un peso cada vez mayor en el sistema En ese sentido, ya no es noticia la incorporación que hubo, en septiembre del año pasado, de los diferentes parques eólicos. En ese momento en el sistema estaban operativos 384 megavatios, a febrero de 2015 se cuenta con 500 megavatios de energía eólica, cuando termine el año vamos a tener 800, y el año que viene van a incorporarse 300 o 400 más, con lo cual, en 2016 se habrá llegado al objetivo de tener la energía necesaria de cada una de las fuentes que intervienen en el sistema diseñado. Para hacer todo esto entre otras cosas es necesario invertir. En el primer quinquenio del siglo XXI la inversión de UTE no alcanzó los U$S 300 millones; en el segundo, el país comenzó a darse cuenta de la importancia de invertir, porque el sector eléctrico estaba en graves dificultades, y fue así que UTE destinó a inversiones US$ 728 millones, y en este período US$ 1700 millones. 14 TRANSFORMACIÓN, ESTADO Y DEMOCRACIA AÑO 9 - N.º 57-3/2014 ISSN 1688-2889

En el período de ocho años que va entre 2010 y 2017 UTE habrá invertido alrededor de US$ 3000 millones, por decisiones que ya están tomadas. La inversión en el sector eléctrico en Uruguay equivale al 1.6 % del PBI. Los países que invierten el 0,8 % pueden considerarse muy satisfechos, pero eso si lo que necesitan es mantener su sistema. Nuestro país no tenía que mantener, sino modificar la situación adversa. Por otra parte, lo que corresponde al canon proyectado en la inversión en la planta regasificadora en este caso se paga el servicio, pero la inversión la hace una empresa privada es de US$ 450 millones. En contratos de energía eólica, llevado a costo de capital, en estos ocho años se invertirán US$ 2.600 millones; en energía solar fotovoltaica U$S 400 millones; en biomasa, US$ 550 millones, incluyendo la parte que le corresponde a Montes del Plata por la generación de energía eléctrica. En definitiva, la inversión en el sector eléctrico en Uruguay será de US$ 7000 millones en ocho años, cifra que equivale al 1.6 % del PBI. Los países que invierten el 0,8 % del PBI en el sector de energía eléctrica pueden considerarse muy satisfechos, pero eso si lo que necesitan es mantener su sistema. Nuestro país no tenía que mantener, sino modificar la situación adversa que tenía en materia de infraestructura. Y debe tenerse en cuenta que el 50 % de esas inversiones se destinaron, y se destinarán, a las energías renovables. Son las energías más intensivas desde el punto de vista del capital, pero también las más baratas en lo que tiene que ver con el costo operativo, dado que el combustible es prácticamente cero. Fig. 3 La inversión casi se ha sextuplicado en la última década TRANSFORMACIÓN, ESTADO Y DEMOCRACIA AÑO 9 - N.º 57-3/2014 ISSN 1688-2889 15

El 45 % de esos U$S 7000 millones corresponden a inversiones del sector público; el resto han sido inversiones privadas. De ese porcentaje, UTE invierte $ 1700 millones en energías renovables, mientras que solo en energía eólica, las empresas privadas lo hacen por alrededor de US$ 2500 millones. Se recurrió al interés del sector privado porque UTE no tenía posibilidades de hacerlo por sí misma. Lo importante en esta coyuntura era que las cosas pasaran, que el país saliera de esa situación de vulnerabilidad e incertidumbre a la que hacíamos referencia al principio. En la búsqueda del abanico más amplio de formas de participación, en los próximos meses UTE espera captar en el mercado de valores, para la construcción de diferentes parques eólicos de los cuales la empresa ha sido el promotor, el gestor y el desarrollador el interés inversor tanto de las AFAP como de doña María y de don José, abriendo la posibilidad a cualquier ciudadano de que con US$ 500 o 1000 se pueda asociar con UTE en el desarrollo de la matriz eléctrica del país. Eso también es parte de la búsqueda de que las cosas pasen para que esa infraestructura llegue. UNA ENERGÍA MÁS BARATA Haciendo un ejercicio de prospectiva se puede afirmar que, para 2016, el costo de generación de la energía eléctrica en el Uruguay, si no se hubieran concretado estas inversiones en infraestructura, sería un 40 % más del que va a ser. Pasamos de una situación en la que, en 2016, un año malo podía significar tener que disponer de US$ 1100 millones adicionales para abastecer la demanda, a una situación absolutamente manejable para las cuentas de UTE, de US$ 400 millones, con 5 % de probabilidad. Fruto de esto, en 2014 se modificó el tope del Fondo de Estabilización, precisamente porque la vulnerabilidad a la que el país está expuesto ahora es menor. Disponemos de un Fondo de Estabilización Energética muy bien dotado, pero también de un préstamo contingente del Banco Mundial por U$S 250 millones, que nos puede asistir en momentos de necesidad extrema. Además, se cuenta con un seguro climático y de petróleo muy novedoso, vigente hasta este primer semestre de 2015. Para 2016, el costo de generación de la energía eléctrica en el Uruguay, si no se hubieran concretado estas inversiones en infraestructura, sería un 40 % más del que va a ser. Repasando la gestión financiera de la empresaen los últimos cinco añosse observa que tuvo ingresos por US$ 9000 millones, gastos por US$ 5800 millones y transferencias por impuestos y versión de resultados por US$ 1900 millones, lo que da un superávit de cuenta corriente de US$ 1300 millones. Evidentemente, en un momento de expansión de la inversión no es razonable costear todas las inversiones a través de la tarifa porque como ellas se prolongan durante treinta años hay que amortizarlas en los siguientes Ejercicios. Eso llevó a UTE a utilizar préstamos por US$ 1700 millones pero, a su vez, logró cancelar otros por US$ 1300 millones. Si bien el endeudamiento aumentó, pasando de unos US$ 700 millones a aproximadamente US$ 870 millones, esto equivale al 22 % del patrimonio de UTE. Se trata de un nivel de apalancamiento realmente muy bajo. Y lo más importante es que se reperfiló el endeudamiento en forma muy conveniente: fruto de la confianza que se tiene en UTE y del investment grade del 16 TRANSFORMACIÓN, ESTADO Y DEMOCRACIA AÑO 9 - N.º 57-3/2014 ISSN 1688-2889

país, se pasó de un endeudamiento de muy corto plazo a emisiones y endeudamientos de largo plazo, con períodos de gracia muy interesantes. Además, durante todo este proceso UTE no solo no modificó la disponibilidad de caja que tenía al inicio del mismo, sino que también mantuvo US$ 300 millones en el Fondo de Estabilización en previsión de una próxima situación vulnerable asociada con la hidraulicidad, que tiene sus propios comportamientos. Fig. 4. De enero 2010 a diciembre 2014 las tarifas ajustaron el 53% de lo que aumentó el IPC En estos últimos años, además de seguir planificando, se abrió un período de ejecución muy importante, transformando en realidades las iniciativas surgidas en el marco de esta estrategia. Para ello UTE pudo realizar un trabajo muy armónico que posibilitó una fuerte ejecución. El desafío para el futuro es bajar el nivel de ejecución porque no es necesario seguir construyendo centrales de ciclo combinado, ni incorporando cada año 300 o 500 megavatios de energía eólica, ni tampoco inaugurando una interconexión cada año. Queda claro que hay por delante un desafío enorme en materia de gestión. En base a la reducción del costo de producción de la energía eléctrica que posibilita la inversión concretada, UTE tiene una proyección muy precisa de la evolución de la tarifa en el corto y mediano plazo, que ha sido exhibida desde mayo de 2014 en sucesivas presentaciones o eventos. Si el país logra continuar por este camino, si se sigue trabajando en el mismo sentido y se sigue concretando todo lo planificado, es un hecho que el abastecimiento de energía eléctrica en Uruguay ya no será un problema y el costo de la misma será cada vez menor. TRANSFORMACIÓN, ESTADO Y DEMOCRACIA AÑO 9 - N.º 57-3/2014 ISSN 1688-2889 17