Y NO PODRÉIS CALLAR ESTE GRITO QUE OS HIERE. Juan Manuel Martínez Fernández

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1 Y NO PODRÉIS CALLAR ESTE GRITO QUE OS HIERE Juan Manuel Martínez Fernández

2 Y no podréis callar este grito que os hiere Juan Manuel Martínez Fernández ISBN: Depósito legal: A Edita: Editorial Club Universitario Telf.: C/. Cottolengo, 25 San Vicente (Alicante) Printed in Spain Imprime: Imprenta Gamma Telf.: C/. Cottolengo, 25 San Vicente (Alicante) Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de este libro puede reproducirse o transmitirse por ningún procedimiento electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación magnética o cualquier almacenamiento de información o sistema de reproducción, sin permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright.

3 Desde un versículo de Job (como los niños que no vieron la luz) a un verso del chilenouniversal Pablo Neruda (Yo vengo a hablar por vuestra boca muerta) abren y tipifican epigráficamente este bello, humano y dramático poemario tan blasfemador como denunciante. Cantos desesperados que llegan a lo elegíaco. Versos que claman a los hombres, a la justicia, a Dios? Poemas-holocaustos que estallan como letanías o advocativas quejumbres a cada vuelta de página. Así, canto, verso, poema puede ser, es, un grito de alarma o de alerta que bien puede tener su resonancia igual en un desierto o en un campo florido. Desde el título mismo -Y no podréis callar este grito que os hiere-, que conlleva toda una intensidad creadoramente literaria y, a su vez, una expresiva y desgarradora denuncia en el no existiría como un aborto ignorado, el poemario de Juan Manuel Martínez sorprende y estremece por los directos y atrevidos decires de sus textos y por el tratamiento ético y moral y humano en el tema o materia esencial de su escritura. Tema, en consecuencia, del vivir y del desvivirse desde la gestación primera a la vida primera de toda naciente criatura en este mundo. Lo valórico de la existencia que no tiene aquí sus tabúes ni sus ocultamientos, sino más bien motivo de conciencia y de reflexión desde la volcadura del alma y del sentir de un poeta que es, a su vez, 3

4 Juan Manuel Martínez Fernández la voz o el grito de la tribu de este y otro tiempo. Algo así como una llama de amor viva que arde y quema e ilumina. Sin dejar de lado su sensitivo y marcado tono lírico y lúdico en su relevancia poética, y a veces el certero recurso de la ironía y la desfachatez y la parodia (No somos crónicas marcianas; Ni siquiera un versito en un disco de rock), Juan Manuel Martínez testimonia una voz-grito que no permanece indiferente a las realidades y dramas de la vida humana en este mundo. Poemas como un todo armónico y unitario hacia el encuentro de una preexistencia o búsqueda de legítimas igualdades y derechos desde el origen del origen. Su autor -tengo que mover la montaña más alta, dice-, no sólo se queda en ese tono lírico y lúdico, sino además acopia y fundamenta con datos, estadísticas, referencias económicas, informes biológicos, publicaciones científicas, notas de prensa, canciones rock y otros elementos varios que reafirman la verdad de su grito y la presencia cotidiana del salmo: Estén atentos tus oídos a la voz de mi súplica. De ahí que expresiones como derecho a la Vida o la realidad del Amor serán definitorias y frecuentes palabras o frases en los 24 íntimos, provocadores, blasfemadores y resueltos poemas en las páginas de este libro que tienen su pensar y su rezar, su culpa y su conciencia, su reflexión y su no oculto grito, grito desgarradamente en este silencio amniótico que me rodea. Pero, a su vez, el sentimiento sublime del amor como tabla de salvación (Mi cuerpo y mis labios tienen la forma del beso en tu pezón) y que las 4

5 Y no podréis callar este grito que os hiere más de las veces conmueve de ternura y de estremecimiento. Desde lo más profundo de un no nacer se escucha una relampagueante voz exigiendo ver la luz, a respirar el aire, a sentir el suelo en sus pies. Cuando la poesía, entonces, cumple con la belleza del pensar y de la vida y del sentir: Anoche soñé con la luz. Jaime Quezada Santiago de Chile, agosto, y

6 Yo vengo a hablar por vuestra boca muerta Pongo mis palabras a tu dolor Donde hay tu silencio mi voz brama Un aullido tan intenso que romper verás Los cristales de tanto consentimiento Nuestros pies sangrarán hasta hacer insoportable Seguir de brazos cruzados (Alturas de Macchu Pichu, Pablo Neruda) o no existiría como un aborto ignorado, como los niños que no vieron la luz (Job 3, 16) 7

7 Y NO PODRÉIS CALLAR ESTE GRITO QUE OS HIERE Y no podréis callar este grito que os hiere Y no podréis tapar los oídos ante mi voz rayo Ni disimular por más tiempo que todos sois culpables De esta negra muerte tan silente y desgarrada. Y no podréis mirar para otro lado Como si nada pasase Como si el nudo de la culpa no apretase hondo el alma Como si el tiempo siempre pasa Y un día sucede a otro en el calendario. Yo no tengo otro tiempo que esta guitarra rota Puro llanto ante tanta indiferencia. No No podréis sentaros por más tiempo en la tumbona Maldita tumbona la del ganado bien comido La del bolsillo lleno La del pensamiento único y heredado que se olvidó un día Que somos hermanos y hombres. Descansados, tranquilos no podréis estar No después de esta frecuencia insoportable Que golpea vuestros ojos oídos, vuestra garganta labios Vuestra piel madera. No habéis calibrado bien esta palabra De vida 9

8 Juan Manuel Martínez Fernández Esta palabra de muerte Este dolor tan hondo. Ahora es el momento De saltar enajenado rompiendo vuestro espejo interior A puñetazos salvajes y certeros Sangraba recién, sangro tanto, sangraré más Y con el rojo escribiré la maldición bíblica En vuestros ojos y vuestra paz. Estoy ya demasiado muerto Para que no me toméis en serio. Y no podréis nada contra mí. 10