EXTRAER VIDA DE LOS ESCRITOS DE PABLO

Transcripción

1 EXTRAER VIDA DE LOS ESCRITOS DE PABLO Las características de un ministro del nuevo pacto Semana 1 Los ministros del nuevo pacto [1] (2 Co 3:6) Alimento Diario 1

2 Lunes Leer con oración: Hch 1:3, 14; 2:1-6, 12-13; 7:59; 8:1, 12; 9:1-5 Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces (Jer 33:3) LA MANERA COMO PABLO LLEGÓ A SER UN MINISTRO DEL NUEVO PACTO El tema principal de esta nueva serie del Alimento Diario es Extraer vida de los escritos de Pablo. Esta semana, veremos cómo Pablo llegó a ser un ministro del nuevo pacto. Tras la muerte y resurrección del Señor Jesús, los apóstoles, junto con los demás hermanos, oraron durante 10 días. Cuando llegó el día de Pentecostés, aparecieron distribuidas entre ellos lenguas como de fuego, y todos fueron llenos del Espíritu y hablaron osadamente a la multitud que se había reunido en aquel lugar (Hch 1:3, 14; 2:1-6). Los que los oían, estaban perplejos, porque los escuchaban hablar en sus lenguas nativas, en cambio otros, decían que estaban embriagados (vs ). En ese momento, Pedro tomó la palabra y les explicó que ese acontecimiento era el cumplimiento de la profecía de Joel, la cual afirmaba, entre otras cosas que, para ser salvo, el hombre necesitaba invocar el nombre del Señor (vs. 16, 21). 2

3 Después de su predicación, casi tres mil se bautizaron (v. 41). Los que se convirtieron comenzaron a vivir la vida de la iglesia de una manera muy intensa. Ellos perseveraban, de casa en casa, en la enseñanza de los apóstoles, en el partimiento del pan, en las oraciones, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alababan a Dios y contaban con el favor de todo el pueblo (vs. 42, 46-47). Ese vivir sencillo y alegre, proveniente de personas que invocaban el nombre del Señor, produjo impacto en Jerusalén. Los apóstoles eran muy osados en predicar sobre el nombre de Jesús, e incluso un cojo fue sanado en Su nombre (Hch 3:6-7). Por ese motivo, Pedro y Juan fueron apresados, pero muchos de los que oían la Palabra la aceptaban y el número de los varones que creyeron era como cinco mil (4:1-4). Con el aumento del número de discípulos, surgieron problemas con relación a la distribución de los alimentos. Para tratar ese asunto, fueron escogidos siete hermanos, los cuales fueron establecidos como diáconos (6:5). Uno de ellos era Esteban, un joven lleno del Espíritu que comenzó a testificar públicamente acerca 3

4 del Señor. Después de una larga exposición sobre la fe, fue apedreado por los judíos religiosos, pero, pese a ello, invocaba el nombre del Señor y poco antes de morir, intercedió en favor de sus verdugos (7:59-60). A partir de entonces, se levantó una gran persecución religiosa en contra de los santos en Jerusalén, al punto de que ellos no tenían más libertad para invocar el nombre del Señor de manera audible y pública. En aquellos días, todos, excepto los apóstoles, salieron de Jerusalén (8:1). Sin embargo, por donde pasaban, predicaban el evangelio, llevando a las personas a invocar el nombre del Señor (vs. 4, 12). En Damasco, por ejemplo, ya había hermanos que tenían esa práctica, lo que significó una evidencia para Saulo, quien pidió autorización de los principales sacerdotes para encarcelar y silenciar a los que invocaban ese nombre allí (9:1-2, 14). De camino a Damasco, Saulo fue sorprendido por una luz y oyó una voz que le dijo: Saulo, Saulo, Por qué me persigues? (vs. 3-4). Ciertamente, en ese momento, Saulo fue profundamente impactado por el hecho de que perseguir a los que invocaban el nombre del Señor es lo mismo que perseguir al propio Señor, pues Él le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues (v. 4

5 5). Pasados tres días, Saulo fue bautizado en Damasco por Ananías, invocando el nombre del Señor (22:16). Por medio de la experiencia de invocar el nombre del Señor, el apóstol Pablo se convirtió en un ministro del nuevo pacto. Nosotros, al igual que él, a medida que invocamos al Señor, también llegamos a ser ministros del nuevo pacto. Punto clave: Invocar el nombre del Señor nos convierte en ministros del nuevo pacto. Su punto clave es: Pregunta: Qué fue lo que más impactó a Pablo, cuando iba camino a Damasco? 5

6 Martes Leer con oración: Hch 9:15; 1 Co 12:3; 2 Co 12:1-4 Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra (Ro 7:6) SERVIR A DIOS SEGÚN SU VOLUNTAD La experiencia de Pablo con el nombre del Señor hizo de él un ministro del nuevo pacto. Esa práctica lo ayudó a vivir en el espíritu y recibir visiones y revelaciones del Señor. En el Espíritu, él fue arrebatado al tercer cielo y al paraíso, donde oyó palabras inefables, que no le son dadas al hombre expresar (2 Co 12:1-4). Ese fue el segundo paso que el Señor le dio a Pablo para que se despojara de todo lo que había aprendido en el judaísmo y prosiguiera para ser usado por Él como un instrumento para llevar Su nombre a los gentiles y reyes (Hch 9:15). Así como Pablo fue determinado para servir al Señor en el ministerio del antiguo pacto, también lo sería en el ministerio del nuevo pacto. Sin embargo, él no podía usar lo que había aprendido en la ley para servir al Señor en el nuevo pacto. Por ser un profundo conocedor del judaísmo, instruido a los pies de Gamaliel, él necesitaba ser preparado con las palabras del nuevo pacto, para comprender el plan eterno de Dios, Su economía, y desempeñar su nueva comisión. 6

7 El contenido que recibió en el tercer cielo vino directamente del Dios Triuno. En aquella época, puesto que aún le faltaban experiencias, Pablo no registró las palabras que recibió en el tercer cielo, pues eran palabras difíciles de transmitir a los hombres. En el momento adecuado, durante sus viajes, Pablo comenzó a escribir todo lo que había oído, pues quería transmitir a las iglesias lo que recibió. Sus epístolas son un registro en forma de letra de la visión y de las revelaciones que recibió. Aquí podemos aprender una importante lección. El Señor también desea que hoy seamos ministros del nuevo pacto. Para ello, necesitamos estar en el espíritu, invocando Su nombre. Además, necesitamos recibir de parte de Dios la revelación de Su voluntad, el contenido del nuevo pacto, a fin de que no Lo sirvamos en la vejez de la letra, sino en la novedad del espíritu (Ro 7:6). Punto clave: Conocer la voluntad de Dios para servirlo. Su punto clave es: Pregunta: Por qué era difícil para Pablo transmitir de inmediato las palabras que oyó en el tercer cielo? 7

8 Miércoles Leer con oración: Jn 7:37-39; 14:16-17; 1 Co 15:45b; 1 Jn 3:14, 16; 4:8b Mas el fruto del Espíritu es amor (Gá 5:22a) EN EL ESPÍRITU MANIFESTAMOS EL AMOR El Señor necesita a los ministros del nuevo pacto para aclarar las palabras que el apóstol Pablo registró en sus epístolas y volverlas accesibles a los hijos de Dios. Para comprender sus Las características de un ministr escritos, estos ministros necesitan estar en el espíritu. De esa manera, ellos pueden extraer vida de las Escrituras, aplicarlas en su vivir y transmitirlas a otros. En Segunda de Corintios 3:6 leemos: (Dios) nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica. El Espíritu que vivifica no es sólo el Espíritu Santo, sino que comprende al Dios Triuno el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo (1 Co 15:45b). El Espíritu que vivifica es El Espíritu, resultado de la glorificación del Hijo, que fue dado a todos los que creen en Jesús (Jn 7:37-39). Él también es llamado el Espíritu de realidad (14:16-17). Por tanto, es el Espíritu que nos ungió como ministros del nuevo pacto y nos hizo competentes para desempeñar nuestros ministerios (2 Co 1:21). Por medio de El Espíritu podemos comprender los escritos de Pablo, registrados en sus 14 epístolas. Incluso, antes de la fundación del mundo, Dios Padre 8

9 nos escogió para la plena filiación ( adoptados hijos suyos, conforme al original griego, puede ser traducido como filiación Efesios 1:4-5). Sin embargo, por causa de la caída del hombre, el Hijo nos redimió, concediéndonos el perdón de pecados (v. 7). Una vez convertidos, el Espíritu entró en nosotros, sellándonos (v. 13b). Por eso podemos clamar: Abba, Padre!. Por el hecho de haber recibido el Espíritu de filiación, podemos llamar a Dios como Padre (Ro 8:15; Gá 4:6). Este Espíritu maravilloso está en nosotros. Una vez estando en Él, manifestamos el amor, porque la naturaleza de Dios es amor (Gá 5:22; 1 Jn 4:8b). Cuando estamos en este Espíritu, no hay espacio para críticas o condenación de hermanos. En Él tenemos el amor de Dios y amamos a los hermanos (3:14, 16). El amor fluye espontáneamente de aquellos que están en el Espíritu. Alabado sea el Señor! Punto clave: Mientras más vida divina obtenemos, más amor manifestamos Su punto clave es: Pregunta: Por qué manifestamos el amor cuando invocamos el nombre del Señor? 9

10 Jueves Leer con oración: Mt 16:22-24; Jn 1:12-13; 3:5-6; 1 Co 2:14; He 2:5-8 Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor, predestinándonos para filiación por medio de Jesucristo para sí mismo, según el beneplácito de su voluntad (Ef 1:4-5 lit.) ALCANZAR LA PLENA FILIACIÓN Dios quiere hacer de nosotros ministros del nuevo pacto, ministros del Espíritu. Nuestra salvación, que incluye el perdón de los pecados y la regeneración, por medio de la cual recibimos la vida de Dios, fue preparada por Dios para convertirnos en tales ministros. Por tanto, para sacar un mejor provecho de nuestra búsqueda espiritual, debemos usar nuestro espíritu al leer las epístolas de Pablo. Si no estamos en el espíritu, el simple conocimiento de la letra no nos ayudará a ser transformados. Asimismo, si no estamos en el espíritu, nos costará mucho explicar lo que Pablo escribió, pues las cosas del Espíritu se disciernen espiritualmente (1 Co 2:14). Cuando el hombre cayó, hubo tres consecuencias: primero, su espíritu fue amortecido para Dios; segundo, su alma se volvió independiente de Dios; y finalmente, su cuerpo se volvió carne de pecado. En esas condiciones, el hombre se volvió incapaz de cumplir el propósito para el cual fue creado. Cuando creímos en el Señor, nuestro espíritu fue regenerado, nacimos del Espíritu, recibimos una nueva vida, la vida divina, y llegamos a ser hijos de Dios (Jn 1:12-13; 3:5-6). A pesar de eso, aun necesitamos alcanzar la plena filiación para 10

11 la cual fuimos predestinados (Ef 1:5). Sabemos que, cuando Cristo venga por segunda vez, Él glorificará nuestro cuerpo corruptible, convirtiéndolo en incorruptible (1 Co 15:50-53). Sin embargo, hoy, en el vivir de la iglesia, tenemos que salvar nuestra alma, negándonos a nosotros mismos, tomando la cruz y siguiendo al Señor (Mt 16:24). No es necesario que sólo salvemos nuestra alma por causa de los pecados groseros que cometemos por vivir en la carne, sino también por causa de nuestra buena persona, de nuestras críticas basadas en las buenas razones que proceden de una mente independiente de Dios. Para recibir la plena filiación, tanto el lado malo como el lado bueno de la vida del alma necesitan ser negados (vs ). Esta es la manera de crecer y llegar a ser hijos maduros. Una vez que estemos maduros, podemos gobernar con Cristo en el mundo venidero (He 2:5-8). Punto clave: Crecer en vida hasta alcanzar la plena filiación. Su punto clave es: Pregunta: Qué es la plena filiación? 11

12 Viernes Leer con oración: Mt 16:18-19, 24; Gá 4:2; Ef 4:29 Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe (Jn 3:30). A fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo (Ef 4:12) LA NECESIDAD DE UNA VIDA DE LA IGLESIA DINÁMICA Para que haya crecimiento de vida, el Señor nos puso juntos en la vida de la iglesia. La palabra iglesia, en griego es ekklesía, que significa asamblea de los llamados hacia afuera (Mt 16:18). Por tanto, este término sugiere algo dinámico, no estático. Aquellos que fueron llamados deben estar juntos para tener un vivir común que manifieste la vida de Dios. Este vivir puede ser comparado a una escuela. El niño entra, cursa el jardín de infancia y, a medida que crece, concluye la enseñanza básica, pasa por la secundaria, hasta graduarse en la universidad. En la vida de la iglesia también es así. El Señor provee personas que son como tutores y curadores, cuya función es ayudarnos a crecer hasta alcanzar la madurez, a fin de que lleguemos a ser herederos de Dios (Gá 4:2). La meta de esta preparación es que reinemos con Cristo. El Señor le entregó las llaves del reino de los cielos a la iglesia (Mt 16:19). Esto indica que a ella se le 12

13 dio la autoridad de hacernos entrar en Su reino. Para que eso ocurra, somos ayudados a crecer en vida, negando nuestra vida del alma. Negarse a sí mismo es el asunto más importante para quien quiere seguir al Señor (v. 24). En el antiguo concepto de iglesia, teníamos la falsa impresión de que su edificación ocurría de manera estática. Pero, al comparar Mateo 16:18 con Efesios 4:15-16, vemos que la edificación de la iglesia equivale a la edificación del Cuerpo de Cristo, que es algo vivo, dinámico, y ocurre por el crecimiento de la vida divina en cada uno de Sus miembros. No hay otra manera de obtener más de la vida de Dios sin perder algo de nuestro ego. A medida que nos negamos a nosotros mismos, la vida divina completa su espacio, y el Cuerpo es edificado. Martín Lutero hizo posible que la Biblia fuera accesible al público laico, lo que constituyó una importante contribución para la reforma de la iglesia. Sin embargo, con las muchas interpretaciones bíblicas, también vinieron los muchos conceptos y reglas humanas. Algunos tomaron las verdades para dividirse, dando origen a los varios tipos de iglesias, entre ellas, las iglesias estatales. Luego, se le atribuyeron diferentes nombres a la iglesia, hasta llegar a lo que vemos hoy. No obstante, los ministros del nuevo pacto deben 13

14 interpretar la Biblia con la misma Biblia, en el espíritu, y percibir que la vida de la iglesia es un vivir para que los hijos de Dios crezcan en la vida divina y se preparen para reinar. Los recién convertidos, por el hecho de ser nuevos espiritualmente, no están aptos para reinar. Pero una vez que son insertados en una vida de la iglesia dinámica, pueden crecer, recibir la gracia para negarse a sí mismos, madurar y finalmente, tener las condiciones de reinar con Cristo en el mundo venidero. En otras palabras, así como una persona cuando alcanza la mayoría de edad tiene las condiciones de recibir la herencia del padre, el propósito de la vida de la iglesia es que los hijos de Dios también alcancen la mayoría de edad espiritual, es decir, la plena filiación, para que juntamente con Él puedan gobernar a las naciones en la era venidera. Punto clave: Alcanzar la plena filiación para reinar con Cristo. Su punto clave es: Pregunta: Cómo ocurre el crecimiento espiritual de los hijos de Dios? 14

15 Sábado Leer con oración: Mt 16:24, 27; 2 Co 5:10; He 9:12-14; 1 Jn 1:7-9 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. Porque qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? O qué recompensa dará el hombre por su alma? (Mt 16:25-26) EL PUNTO MÁS IMPORTANTE EN LA VIDA DE LA IGLESIA Después de revelar la vida de la iglesia en Mateo 16:18, el Señor comienza a mostrar que el punto más importante es negar la vida del alma (v. 24). En los versículos siguientes el Señor nos muestra que negarse a sí mismo equivale a perder la vida por causa de Él. La palabra vida en el versículo 25 corresponde a alma en el versículo 26 (ambas son psiqué en el original griego). El Señor concluye esa palabra diciendo que no vale de nada que el hombre gane el mundo entero y pierda su alma. En el versículo 27, el Señor continúa: Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras. Este versículo se refiere al juicio del tribunal de Cristo (2 Co 5:10). Hace mucho tiempo, innumerables cristianos pensaban que, cuando esas palabras se cumplieran, cuando Cristo estableciera Su tribunal, Él pasaría como en una película toda la vida de quien estaba siendo juzgado, y que Sus hijos serían disciplinados por los pecados que se hubieran cometido. Si fuera así, podríamos cuestionar la eficacia de la sangre de 15

16 Cristo (He 9:12; 1 Jn 1:7-9). Sin embargo, a la luz del contexto de Mateo 16:24-26, el criterio que el Señor usará para juzgar a Sus hijos en Su tribunal será cuánto se negó a sí mismo cada uno de nosotros. El porcentaje de crecimiento de la vida divina depende de cuánto nos negamos a nosotros mismos. Por tanto, mientras más nos negamos, mayores serán las probabilidades de gobernar con Cristo en Su reino. Frente a esto, como ministros del nuevo pacto, debemos poner en primer lugar no sólo nuestro crecimiento en la vida divina, sino también nuestro servicio al Señor; debemos promover el crecimiento en la vida de los santos, ayudándolos a percibir la importancia de negarse a sí mismos y la necesidad de vivir en el espíritu. En el espíritu recibimos la llave del reino para reinar con el Señor. Por eso, con una vida de la iglesia dinámica, habrá crecimiento espiritual y, como consecuencia, la edificación del Cuerpo de Cristo. De esa forma, el Señor tendrá un grupo de personas que gobernarán con Él en Su reino. Punto clave: Crecer y edificar. Su punto clave es: Pregunta: Qué criterio usará el Señor para juzgarnos en Su tribunal? 16

17 Domingo Leer con oración: Sal 116:2; Mt 16:24; Ro 10:13; 1 Jn 3:23 Sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo (Ef 4:15) ATENDER A LO MÁS IMPORTANTE Nuestro enfoque en estos últimos años ha sido crecer en vida por medio de negarnos a nosotros mismos. Este asunto es tan esencial que define nuestro futuro, porque cuando el Señor vuelva, juzgará a Sus hijos según el crecimiento espiritual de cada uno (Mt 16:25-26). Antiguamente, algunos líderes cristianos enfatizaban algunas prácticas como el tipo de bautismo, los criterios para determinar si alguien debía o no partir el pan, el uso del velo entre las hermanas, entre otras cosas. El excesivo énfasis en esas prácticas reforzaba la autoridad de aquellos que estaban al frente de la iglesia. Sin embargo, el énfasis en las prácticas, y no en los asuntos esenciales y comunes de la fe cristiana, siempre resultan en muchas divisiones en el Cuerpo de Cristo. En el ministerio del nuevo pacto, en cambio, el énfasis está en el crecimiento en la vida de Dios. Esto es lo que debe orientar y dirigir toda nuestra vida de la iglesia, incluyendo nuestra vida familiar. Si los cónyuges, por ejemplo, practican vivir más en el espíritu, espontáneamente aprenderán a negarse a sí mismos. De 17

18 esa manera, con la disposición a tomar la cruz, ciertamente las discusiones disminuirán. Dejar de negarnos a nosotros mismos no sólo nos trae pérdidas personales, sino que también perjudica la edificación del Cuerpo de Cristo. Si aún vivimos por el ego, atrasaremos nuestra madurez espiritual. Un niño en Cristo, es decir, quien es infantil espiritualmente, no podrá gobernar con Cristo en Su reino. Tomemos en serio este asunto tan importante. Jamás dejemos de invocar el nombre del Señor. Asimismo, necesitamos negarnos a nosotros mismos, día a día, a fin de crecer en la vida y manifestar el amor de Dios. Estos asuntos son importantes para que los ministros del nuevo pacto se vuelvan más útiles al Señor. Punto clave: Invocar el nombre del Señor y negarse a sí mismo. Su punto clave es: Pregunta: De acuerdo con Mateo 16:24-26 Qué es lo más importante para la vida de la iglesia? 18

19 Powered by TCPDF ( Lectura de apoyo La lectura de su Alimento Diario será enriquecida con el acompañamiento simultáneo de los libros que a continuación sugerimos: Nuestra actitud para con las verdades cap. 2 Dong Yu Lan 19