LA FALTA DE VALORACIÒN HACIA LOS ARTISTAS EN LOS CUENTOS SOCIALES DE RUBÈN DARÌO.

Transcripción

1 LA FALTA DE VALORACIÒN HACIA LOS ARTISTAS EN LOS CUENTOS SOCIALES DE RUBÈN DARÌO. Profesora : Lic. Mayra García Aguirre Managua, octubre 27, 2007.

2 TEMA GENERAL LOS CUENTOS SOCIALES DE DARIO TEMA DELIMITADO FALTA DE VALORACIÒN HACIA LOS ARTISTAS EN LOS CUENTOS SOCIALES DE RUBÈN DARÌO. TESIS HISTÒRICAMENTE EL ARTISTA HA SIDO DESCRIMINADO Y POCO VALORADO POR LA SOCIEDAD, PLANTEAMIENTO REFLEJADO POR RUBÈN DARÌO, EN SUS CUENTOS SOCIALES.

3 Faltos del alimento que dan las grandes cosas, qué haremos los poetas sino buscar tus lagos? A falta de laureles son muy dulces las rosas, y a falta de victorias busquemos los halagos. Darío, Rubén, Los Cisnes, A Juan Ramòn Jiménez Para comenzar mi trabajo, he sentido la imperante necesidad de citar versos en los cuales Rubén Darío, deja plasmado ese sentimiento antagónico de frustración y optimismo. En estos, insta a su admirado amigo Juan Ramón Jiménez, a no dejarse vencer, ni esperar que sean los demás quienes reconozcan su trabajo artístico, sino que sea él mismo, quien se proporcione el placer de disfrutar su éxito. Históricamente, la desigualdad social ha sido un, elemento coadyuvante para remarcar la discriminación. Por lo general suele suceder en personas humildes que dependen de los magnates, terratenientes, en síntesis, de la burguesía, los cuales se aprovechan de esta situación para lograr sus propios intereses. Pero, en este caso, mi interés fundamental, es estudiar la actitud de Darío, como parte de este conglomerado de marginados, como hombre y como poeta y la forma como manifiesta su insatisfacción personal por la falta de valoración a la que han estado sometidos los artistas. Observemos como se expresa en su poema Ay, triste del que un día. Ay, triste del que un día en su esfinge interior pone los ojos e interroga. Está perdido. Ay del que pide eurekas al placer o al dolor. Dos dioses hay, y son: Ignorancia y Olvido. En estos versos está claramente convencido que no existe reconocimiento social a su empuje y labor y es importante notar el uso de mayúsculas en los dos dioses a los cuales se refiere. Ignorancia, porque, solamente quienes desconocen la belleza que encierra el arte, puede menospreciarla y olvido, porque esto ha sido el común

4 denominador hacia los artistas, raramente, reconocen su labor, mientras están vivos, pues a veces hasta que ya han muerto, los ensalzan y otros viven y mueren en el anonimato. En su poema De Otoño, expresa: Yo, pobre árbol, produje el amor de la brisa, cuando empecé a crecer, un vago y dulce son. Pasó ya el tiempo de la juvenil sonrisa: Dejad al huracán mover mi corazón! Aquí claramente se nota esa sensibilidad artística, pero aún no conforme pretende desarrollar en él, más sensibilidad, Cuando nos dice:!dejad al huracán mover mi corazón!. Acaso, su deseo de reivindicar a los desposeídos se va acrecentando? Y a este aspecto se refiere Don Julián E. González Suárez, en la Introducción que hace en Los Cuentos Sociales: en la temática de todos ellos predomina la honda comprensión humana del padecimiento del otro. Rubén Darío vincula su arte con una corriente de solidaridad, ofrecida como percepción intensificada de la dramática existencia del otro. La actitud del artista es significativa ante el mundo y la sociedad, puesto que la meta principal de la sociedad es la obtención de riqueza y posición social. En cambio la del poeta, es proyectar sentimientos y emociones, quedando en esto de manifiesto, el vínculo indisoluble de su sentimiento que tiene acerca de su ubicación entre los hombres (antagonismo poeta- burgués); con el examen de la condición humana; con la conciencia de sí y de los demás; y finalmente conectado con su propia peripecia personal. Todo esto, lo encontramos reflejado en los Cuentos Sociales. En La canción el oro, uno de los cuentos donde Rubén Darío coloca al poeta reducido a su mínima expresión, solidario con los que sufren los improperios de ese mundo egoísta y mezquino de la sociedad burguesa. Contrapone al poeta mendigo con el lujo, las joyas, la buena posición, etc. Y realiza una fuerte crítica, hacia los poseedores de riqueza: Aquel día, un harapiento, por las trazas un mendigo, talvez

5 un peregrino, quizás un poeta. (Darío Rubén, La canción del oro, Cuentos Sociales, Pág. 1). Nos presenta al poeta, con hambre, pero con fuerzas de alzar su voz y denunciar, las injusticias sociales: Aquella especie de poeta sonrió; pero su faz tenía aire dantesco. Sacó de su bolsillo un pan moreno, comió, y dio al viento su himno. Nada más cruel que aquel canto tras el mordisco. (Darío Rubén, La canción del oro, Cuentos Sociales, Pág.8). Y continúa en sus disgregaciones poemáticas, criticando todo lo que el oro puede hacer, inclusive alterar la realidad: Cantemos el oro, Rey del mundo ; Cantemos el oro, caudaloso, fuente de vida ; porque podemos ser unos perdidos y él nos pone mamparas para cubrir las locuras ; padre del pan. (Darío Rubén, La canción del oro, Cuentos Sociales, Pág. 8 y 9). Realmente, aquí se puede sentir ese ímpetu con que el poeta, acusa de corrupto y falsos a los poseedores de la riqueza. También en La novela de unos tantos, Darío contra pone el tema de los esplendores de la gloria que proporciona el dinero y el destino trágico del hombre, pues para él, lo único trascendente en el hombre es la belleza, el arte. Expone el rol que considera que debe desempeñar el artista en la sociedad y la importancia de la trascendencia del arte, este finaliza con un consejo para los que consideran que el dinero lo es todo y no se preocupa por el futuro : Oh, perdona, pobre diablo, perdona, harapo humano, que te muestre a la luz del sol con tu amargo espanto; pero los que tenemos por ley servir al mundo con nuestro pensamiento, debemos escudriñar, buscar el mal y sacar el ejemplo de su escondido agujero, con el pico de la pluma. El escritor deleita, pero también señala el daño. Esta cita, nos muestra a un ser humano en toda su dimensión, porque no solamente se preocupa por escribir para demostrar sus habilidades, sino que nos alerta a conducirnos bien y a evitar que cometamos errores, como es el caso del joven al que se refiere el cuento, quien lo tuvo todo en la vida, pero mientras lo tuvo, no lo supo valorar, quedando en la miseria. También, puede ser, que nos

6 presenta a lo opuesto de él, quien solamente tuvo su pluma, como fuente de riqueza, no material, sino espiritual. En Las razones de Ashavero, la autoestima del poeta está bien alta, al considerarse un sabio, capaz de percibir a todos los elementos de la naturaleza, don que solamente los artistas, pueden desarrollar, pues es innegable, el alto desarrollo de los órganos sensoriales, lo cual a veces es ventajoso y otras desventajoso, porque no pueden pasar desapercibidos, los problemas que atacan a la sociedad, lo que ha hecho que muchos caigan en depresión y hasta desistan de la vida, por el camino del suicidio o el confinamiento : Y como era ese poeta más poeta que el Rey Salomón, hablaba y comprendía la lengua de los astros, de las plantas, de los animales y de todos los seres de la naturaleza (Darío Rubén, Las razones de Ashevero, Cuentos Sociales, Pág. 51). Y en El pájaro Azul, nos encontramos con un hombre, incomprendido, derrotado e incapaz de seguir luchando por sus ideales artísticos, llevándolo al suicidio, para poder liberar todo ese potencial poético que bullía en su cerebro, desesperado hasta por la incomprensión de su padre: Ven a llevar los libros de mi almacén, y cuando hayas quemado, gandul, tus manuscritos de tontería, tendrás mi dinero. Es un poco confuso e incomprensible sí, que el joven Garcìn haya tomado esa decisión, después de haberle respondido a su padre, seguro de lo que realmente amaba (la poesía), pues en la nota que escribió le dice : Sí, seré siempre un gandul, lo cual aplaudo y celebro, mientras sea mi cerebro, jaula del pájaro azul!

7 Quiero finalizar este trabajo sosteniendo que nuestro poeta Rubén Darío era un hombre extremadamente sensible y que en Los Cuentos Sociales, no hace más que reflejar esa cruda realidad de falta de valoración hacia los artistas y a la desigualdad social existente en su contexto. No podemos obviar las penurias que nuestro vate padeció desde su infancia, (sobretodo cuando falleció su padrino el Coronel Félix Ramírez Madregil, quedando solamente con su tía Bernarda), sin oportunidades, las cuales se agudizaron, cuando viajó a Chile, en donde le tocó experimentar un diario vivir lleno de miserias al igual que los demás habitantes de Valparaíso. Recordemos que cuando trabajó en el Diario La Nación, como editor, fue despedido por escribir mejor que el director del diario y que cuando publicó Azul.., obra que lo ubica en la cúspide, con costo le da para medio alimentarse, pues sabemos que el arte nunca ha sido valorado. Pero, lo más lamentable de esto, es que ni los mismos escritores se solidarizaron con él, de forma prioritaria, porque Raúl Valera, engavetó su primera edición de Azul y es tiempo después que se tomó la molestia de leerlo y hacer pública su admiración a través de Sus Cartas Americanas y por otro lado, como ejemplo, José Enrique Rodó, le critica su falta de americanismo en sus obras, sin tomar en cuenta, como el mismo Darío le dice en su primer poema de Cantos de Vida y Esperanza : Yo supe del dolor desde mi infancia/ Mi juventud, fue juventud la mía?

8 BIBLIOGRAFÌA 1. Colección Popular de Literatura Nicaragüense Grupo de autores nicaragüenses, Nuestro Rubén Darío, Ediciones Ministerio de Cultura, 4ta. Edición Edelberto Torres, Dramática Vida de Rubén Darío. 3. Colección Popular Dariana, Ministerio de Cultura, 2da. Ediciòn, Cuentos Sociales de Rubèn Darìo, Introducción y Presentaciòn de Julián E. Gonzàlez, Ediciones Distribuidora Cultural.