REUNIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE EN APOYO A LA PAZ ISRAELO-PALESTINA

Transcripción

1 REUNIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE EN APOYO A LA PAZ ISRAELO-PALESTINA Sede de la CEPAL, Santiago, 11 y 12 de diciembre de 2008 COTÉJESE CON LA EXPOSICIÓN DEL ORADOR SESIÓN DE APERTURA Declaración del Excmo. Sr. Paul Badji Presidente Comité para el ejercicio de los derechos inalienables del pueblo palestino CPR/LAM/2008/4

2 -2- En mi calidad de Presidente del Comité para el ejercicio de los derechos inalienables del pueblo palestino, es para mí un honor dirigirme a la Reunión de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe en apoyo de la paz entre israelíes y palestinos. Deseo una vez más darles a todos la más cálida bienvenida y expresar nuestro sentido agradecimiento a los distinguidos oradores que amablemente aceptaron la invitación a compartir con nosotros su experiencia y sus conocimientos. En nombre del Comité, deseo expresar nuestro profundo agradecimiento al Excelentísimo Señor Alejandro Foxley Rioseco, Ministro de Relaciones Exteriores de Chile, por la decisión de su Gobierno de acoger esta Reunión y por la declaración de apertura que acabamos de escuchar. Su presencia pone de relieve el apoyo continuo de este país y esta parte del mundo a los derechos inalienables del pueblo palestino. Chile ha apoyado siempre el mandato de nuestro Comité, y aún tenemos presente en nuestra memoria que en abril pasado Chile aceptó a 117 refugiados palestinos que se reasentarán de forma permanente como parte de un programa de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, en lo que constituye otra muestra de la sólida amistad entre los palestinos y el pueblo de este país. En consecuencia, nos complace mucho celebrar este importante evento aquí en Chile. Deseo aprovechar esta oportunidad para referirme brevemente a nuestro Comité. El Comité fue establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1975, con el mandato de permitir que el pueblo palestino ejerciera sus derechos inalienables. Esos derechos se han definido como el derecho a la libre determinación sin injerencia externa, el derecho a la independencia y la soberanía nacionales y el derecho de los palestinos a regresar a sus hogares y propiedades, de los que han sido desalojados y desarraigados.

3 -3- Nuestro Comité acogió con beneplácito la Conferencia de Paz de Madrid celebrada en 1991, que puso en marcha el proceso de paz para el Oriente Medio sobre la base de las resoluciones 242 (1967) y 338 (1973) del Consejo de Seguridad. También ha apoyado plenamente el objetivo, refrendado en la resolución 1515 (2003) del Consejo de Seguridad, de que dos Estados, Israel y Palestina, vivan uno al lado del otro dentro de fronteras seguras y reconocidas. Asimismo, hemos acogido con satisfacción la hoja de ruta del Cuarteto y hemos exhortado a las partes a que la apliquen. El Comité ha expresado su firme apoyo a la Iniciativa de Paz Árabe, un importante elemento de la solución futura del conflicto israelo-palestino y árabe-israelí. El Comité también acogió favorablemente la celebración de la Conferencia de Annapolis y los esfuerzos desplegados posteriormente para llegar a un acuerdo de paz entre israelíes y palestinos antes de que finalice el presente año. Resulta pues verdaderamente lamentable que, al parecer, las partes no sean capaces de lograr ese objetivo. No obstante, nuestro Comité alienta a la comunidad internacional a que siga apoyando todas las acciones de carácter político que se vienen realizando y a que mantenga vivo el impulso político generado en Annapolis durante todo este período de transición. Ahora bien, nuestro apoyo a la continuación de las negociaciones israelo-palestinas no debe restar importancia al hecho de que existe una gran diferencia entre el proceso político y la cruda realidad sobre el terreno. Es especialmente preocupante la situación humanitaria en el territorio palestino ocupado, sobre todo en la Franja de Gaza, donde la población civil sufre los cierres impuestos por la Potencia ocupante. Nuestro Comité condena inequívocamente los actos de violencia cometidos por ambas partes que han causado víctimas entre la población civil, tanto en operaciones militares israelíes como a consecuencia de ataques con cohetes desde Gaza. Al mismo tiempo, el Comité considera que es totalmente inaceptable e injusto que toda la población civil de la Franja de Gaza se vea obligada a sufrir un castigo colectivo y esté sometida a un asfixiante bloqueo debido a las acciones de unos pocos grupos militantes. En la Ribera Occidental y en la Franja de Gaza, se han seguido llevando a cabo operaciones militares israelíes con alarmante regularidad. Asimismo, hasta el día de hoy, Israel no ha cesado en

4 -4- sus actividades de asentamiento, en clara contravención de las obligaciones que le incumben conforme a la fase I de la hoja de ruta, en la que inequívocamente se pide que cese la ampliación de los asentamientos, incluido el denominado crecimiento natural. La existencia de asentamientos en un territorio ocupado es ilegal conforme al derecho internacional. La violencia de los colonos contra la población palestina se está intensificando, sin que las autoridades israelíes adopten medidas serias para contrarrestarla. El ejército israelí sigue demoliendo las viviendas de palestinos y causando el desplazamiento de las familias. A ello se suman unas 600 restricciones de distinto tipo a la circulación de los palestinos, que no sólo causan penurias, inseguridad y ansiedad, sino que también hacen virtualmente imposible toda actividad económica sostenible. En estas circunstancias, es inevitable que los importantes proyectos que se vienen ejecutando gracias a las generosas contribuciones de los donantes con el propósito de lograr efectos positivos rápidos en la economía palestina terminen siendo sólo medidas paliativas temporales. Es sencillamente imposible que las partes lleguen a una solución política en estas condiciones. Corresponde a la comunidad internacional asegurarse de que Israel respete el derecho internacional, las resoluciones de las Naciones Unidas y otros principios convenidos. Sobre todo, en virtud del Cuarto Convenio de Ginebra, Israel, como Potencia ocupante, tiene la obligación de proteger a los civiles que soportan su ocupación y la responsabilidad de brindarles servicios básicos, como alimentos y atención médica, y de velar por el bienestar general de la población. La aplicabilidad del Convenio al territorio palestino ocupado ha sido confirmada en reiteradas ocasiones por la Conferencia de las Altas Partes Contratantes, así como por la Asamblea General y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. La Franja de Gaza no es una excepción, ya que Israel controla plenamente no sólo la entrada y salida de personas y bienes, sino también todos los aspectos de la vida cotidiana de la población. Las consecuencias de la persistente violación del Convenio por Israel, una de sus Altas Partes Contratantes, trascenderán el contexto del conflicto israelo-palestino y afectarán gravemente la credibilidad del Convenio y la aplicación del derecho internacional a otras situaciones de conflicto en el mundo.

5 -5- Los palestinos, por su parte, deben unirse en apoyo al Presidente Abbas y a su Gobierno y resolver sus diferencias políticas por medios pacíficos. El Comité hace un llamamiento a que se restablezca en la Franja de Gaza la situación que existía antes de los acontecimientos de junio de 2007 y se adopten medidas para preservar la unidad territorial y la integridad de todo el territorio palestino ocupado, incluida Jerusalén Oriental. El Comité está firmemente convencido de que la unidad del pueblo palestino es una condición indispensable para lograr una solución viable de la cuestión de Palestina. El pueblo palestino ha esperado durante los últimos seis decenios, y aún espera, a que se haga realidad el sueño de tener su propio Estado. Durante los últimos cuarenta años ha sufrido una severa ocupación, la ocupación militar más prolongada de la historia moderna. El pueblo palestino ha sufrido demasiado y durante mucho tiempo. Todos sabemos cuál es la solución: el fin de la ocupación que comenzó en 1967 y el establecimiento de un Estado palestino que coexista con Israel en paz y seguridad, sobre la base de la línea del Armisticio de 1949 y de conformidad con las resoluciones conexas de las Naciones Unidas. Lo que necesitamos es voluntad política colectiva para exigir que se cumpla este objetivo a fin de hacer justicia al pueblo palestino que tanto la ha esperado. Se trata de una tarea que debe asumir toda la comunidad internacional, incluida esta región del mundo. Con la ayuda del pueblo de Chile y de todos los participantes en esta Reunión, esperamos que el apoyo expresado durante estos dos días de deliberaciones se difunda por otras partes de América Latina, el Caribe y otras regiones. Muchas gracias. * * *