Introducción En la adolescencia Perdido en el Templo La Pascua judía Les estaba sujeto en Nazaret...

Transcripción

1 Índice Introducción En la infancia de Jesús La Encarnación No hubo lugar para ellos en las posadas de Belén El Niño en un pesebre La matanza de los niños inocentes La Circuncisión de Jesús El exilio en Egipto Un niño normal El niño iba creciendo En la adolescencia Perdido en el Templo La Pascua judía Les estaba sujeto en Nazaret Un proyecto de existencia La serpiente de bronce El sacrificio de Melquisedec El huerto de Getsemaní La colina del Gólgota La muerte de San José El vaticinio de la Cruz 7

2 4. Punzantes recordatorios en las Sagradas Escrituras El Mesías sería rechazado por su pueblo El Mesías sería traicionado por un amigo El Mesías sería entregado por treinta monedas de plata El Mesías sería abandonado por sus discípulos y seguidores El Mesías sería acusado por falsos testigos El Mesías permanecería en silencio durante su acusación El Mesías sería escarnecido e insultado El Mesías sería golpeado en todo su cuerpo El rostro de Jesús Se repartirían y echarían a suertes las ropas del Mesías El Mesías sería crucificado entre malhechores Las manos y los pies del Mesías serían horadados El Mesías agonizaría con sed El Mesías sería desamparado de Dios No le quebrantarán ni un hueso El costado del Mesías sería traspasado La cruz de Cristo, salvación y sabiduría Tomar la cruz Ángel guerra Sierra

3 INTRODUCCIÓN Al indagar en el significado de la Encarnación del Hijo de Dios el mayor y más singular acontecimiento de la historia nuestra pobre inteligencia se queda muy corta. Sin embargo, como el cristianismo no consiste en el seguimiento de un conjunto de leyes y normas sino de una persona, no hay asunto más importante que reflexionar y meditar sobre Jesús de Nazaret, que es el Camino, la Verdad y la Vida (Jn 14, 6). En el Nuevo Testamento hay suficiente información para conocer al Mesías, por ello su lectura atenta debe ser alimento cotidiano para todo aquél que desee ser buen discípulo de Cristo. Pero, si queremos de veras sacar provecho, esa lectura no podrá ser como la de un libro cualquiera, sino que deberemos meternos en la historia que relata con los cinco sentidos y con el colección cristianos de hoy 9

4 corazón. «Al abrir el santo Evangelio, piensa en lo que allí se narra obras y dichos de Cristo : no sólo has de saberlo, sino que has de vivirlo ( ). En ese Texto Santo encuentras la Vida de Jesús; pero, además, debes encontrar tu propia vida. Aprenderás a preguntar tú también, como el Apóstol, lleno de amor: Señor, qué quieres que yo haga?... La Voluntad de Dios!, oyes en tu alma de modo terminante.» 1 Y lo que vale para el Nuevo Testamento es aplicable también para el Viejo, porque la Biblia entera es un don de Dios donde se puede rastrear lo concerniente a Jesucristo, puesto que todo sucedió según las Escrituras (1 Co 15, 3). La Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo fueron los hechos trascendentales de su vida en la Tierra. Nuestro Señor sufrió muchísimo en el cuerpo y el espíritu por redimir al mundo. Tanto era su poder y deseo de padecer que la Iglesia aplica a Cristo las palabras del profeta Jeremías: Oh vosotros cuantos pasáis por el camino: mirad y ved si hay dolor comparable a mi dolor! (Lam 1, 12) «Quién ha sentido jamás tal angustia que un sudor de sangre fluyera de todo su cuerpo chorreando hasta el suelo? Sólo el presentimiento del dolor fue más amargo y penoso en Cristo que en cualquier otro: ésta es la medida para hacerse una idea de la intensidad del dolor que padeció.» 2 Cualquiera que descubre en la vida una ley o principio general importante vive desde entonces pen- 1 Santo Tomás Moro. La agonía de Cristo, Rialp, Cardenal Karol Wojtyla. Vía Crucis. 10 Ángel guerra Sierra

5 diente y ligado a él, considerándolo una clave para interpretar la naturaleza o la historia. En estos genios del pensamiento hay siempre una fuerte ligazón con sus hallazgos, de manera que toda su vida gira en torno a ellos. Esa especial psicología es mucho más acusada en aquellas personas que se han sentido llamadas a una misión en la vida. Puede ocurrir y, de hecho, hay ejemplos de ello en la historia que esos personajes caigan en delirios de grandeza y trastornos mentales. No obstante, hay también grandes personalidades elegidas para cumplir una alta misión que fueron, o son, totalmente normales. Entre los santos canonizados por la Iglesia Católica, y especialmente entre los fundadores, es donde se encuentran más y mejores ejemplos. En estos personajes hubo una continua referencia de todas las realidades y circunstancias que les rodearon a lo largo de su vida a la misión que les fue encomendada, de manera que cualquier evento lo interpretaron bajo la poderosa luz que aquella llamada emitía constantemente. Jesús de Nazaret tuvo encomendada la más alta y difícil misión que se pueda tener en esta vida, y su psicología perfectamente humana no pudo sustraerse al influjo continuamente presente de su cometido, máxime cuando había huellas claras de él en las tradiciones de su pueblo y estaba vaticinado en la Sagrada Escritura. Por su sabiduría divina, Jesús conoció desde siempre y con todo detalle lo que le esperaba por cumplir la voluntad de su Padre. Una misión con un final escalofriantemente agónico y cruento: Podéis be- El vaticinio de la Cruz 11

6 ber el cáliz que yo he de beber?, preguntará a los hijos de Zebedeo, cuya madre había reclamado un puesto de preeminencia en su Reino, pensando que era de este mundo (Mt 20, 20-22). Conocemos bastantes pormenores sobre cómo se enfrentó Jesús Nuestro Señor a la Cruz durante su vida pública, y se ha escrito mucho sobre su Pasión y Muerte. Sin embargo, los datos y publicaciones sobre cómo lo hizo en tramos anteriores de su vida son relativamente escasos. Creo que tampoco se ha hablado con la frecuencia necesaria sobre cómo repercutió la Cruz en la Santísima Virgen María y San José, las criaturas que más íntimamente le trataron. Por ello, he considerado conveniente adoptar ambos enfoques para desarrollar estas reflexiones. Un factor importante en la génesis de este libro ha sido la lectura del Catecismo de la Iglesia Católica. En él se hace hincapié numerosas veces en que «toda la vida de Cristo es Misterio de Redención» 3. Ese toda me golpeó siempre como un mazazo. Significa, como el mismo Catecismo explica, que, si bien la Redención nos viene ante todo por la Sangre de la Cruz, ese misterio afectó a toda la vida de Cristo, que es íntegramente salvadora, enriquecedora y pedagógica. La historia de la salvación de la humanidad está centrada en la Cruz. Ella es el núcleo sobre el que 3 Catequesis impartida por Benedicto XVI en al audiencia general del miércoles 23 de diciembre de Ángel guerra Sierra

7 gravita la Redención y la referencia desde la creación del universo hasta el final de los tiempos. La Cruz es el trono de Cristo y su salvífica sombra se proyecta hacia el futuro. No obstante, en un sorprendente e inhabitual efecto es también la luminaria del pasado, pues la centralidad de la Cruz de Cristo arroja luz sobre todo el Antiguo Testamento. El cumplimiento literal de tantas profecías sobre los sufrimientos que padecería el Mesías trasciende cualquier simple coincidencia y sirve para validar que Jesús de Nazaret fue quien dijo que era: el divino Hijo de Dios. La sombra de la Cruz gravitó sobre Jesús y sus padres desde el mismo momento de su extraordinaria concepción. Ninguno de los tres pudo olvidar desde entonces esta realidad. Sin embargo, también conocían perfectamente que ese camino conducía a la salvación de todos los hombres y que era la voluntad de Dios. Una mezcla de dolor y gozo que constituyó la urdimbre más íntima de sus personalidades. El recorrido por este Vía Crucis vaticinado es una reflexión sobre los acontecimientos revelados en el Antiguo Testamento referentes a la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo. La intención de estas consideraciones es que nos ayuden a ser cristianos coherentes, fuertes y maduros, unos valores que se obtienen principalmente estando junto a la Cruz de Jesús. El vaticinio de la Cruz 13