Escuela Dominical ICE del Centro La Rioja Santa Fe Argentina. Epístola de Juan

Transcripción

1 Epístola de Juan CAPITULO 4 Vs. 4:1 Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus para ver si son de Dios, porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. 1. La palabra amados viene del griego AGAPETOS. a. Esta palabra señala la relación intima que el apóstol gozaba con los cristianos a quienes escribe. 2. En los tiempos del apóstol había muchas herejías, falsas doctrinas que estaban siendo presentadas por algunos. En cuanto a esto, el apóstol les exhorta a que no crean sin el debido discernimiento, no les urge examinar la calidad de la doctrina, sino el origen. 3. La palabra espíritu, en este contexto significa el influjo sobrenatural que mueve a los hombres a pensar y obrar de una forma determinada: mala (influjo demoníaco) o buena (influjo divino). Los espíritus que Juan aconseja examinar no son ni los ángeles, ni los demonios ni ninguna otra potencia sobrehumana; son simplemente hombres en cuanto a inspirados por Dios o por el diablo. 4. La razón para tener que probar los espíritus es que han salido muchos pseudoprofetas, está hablando de los falsos maestros que ha mencionado en el cap.2 de quienes sabemos por el tenor mismo de la epístola que eran gnósticos. Los llama pseudoprofetas pero que se hacían pasar por verdaderos como si hablasen de parte de Dios, de quien aseguraban haber recibido una iluminación superior a la que poseían los simples fieles. El peligro radica también en que eran muchos. Lo que dice Juan tiene especial relevancia en nuestros días cuando las sectas que pretenden tener el monopolio de la verdad son tantas y muchas de ellas se revisten con ropaje cristiano. Estudio de 1 de Juan Capítulo 4 Año: 2012 Página 1

2 5. Cada uno de los cristianos de hoy necesitan estudiar la Biblia cuidadosamente para conocer sus enseñanzas y de esta manera poder refutar y estar siempre preparados para presentar defensa (1 P. 3:15; 2 Timoteo 2:15; 2 Pedro 3:18). Vs. 4:2 En esto conocéis el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; 1. Tengamos presente que los gnósticos enseñaban que el Cristo había descendido sobre el hombre Jesús en su bautismo y se había retirado de él antes de su muerte. Por eso Juan resalta que Cristo vino EN carne, no es que vino a la carne de Jesús. Para los gnósticos la carne era mala por lo tanto el Cristo no puedo haber venido en forma de siervo (Fil.2:5). 2. La Biblia claramente enseña que el Verbo fue hecho carne y habito entre nosotros (Jn. 1:14; Colosenses 1:19; 2:9; Juan 1:1-3; Colosenses 1:15-16). 3. Por lo tanto, todo aquel que enseña diferente a esto está negando la palabra de Dios. 4. La persona puede darse cuenta muy fácilmente quien es de Dios y quien no lo es. 5. Si alguien enseña contrario a la palabra no es de Dios, pero si alguien enseña en armonía con la palabra, entonces tal cristiano es de Dios. Vs. 4:3 Y todo espíritu que no confiesa a Jesús, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo; del cual habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo. Estudio de 1 de Juan Capítulo 4 Año: 2012 Página 2

3 1. Todos los que no confiesan que Jesús ha venido en carne no son de Dios. 2. La persona de Cristo es central, los que niegan al Hijo no tienen al Padre ni al Espíritu. Vs. 4:4 Hijos míos, vosotros sois de Dios y los habéis vencido, porque mayor es el que está en vosotros que el que está en el mundo. 1. Cuando dice que en que está en nosotros es más grande, quiere decir más poderoso que el que está en el mundo. La iluminación del Espíritu Santo (2:20,27) es más que suficiente para proteger del error a los creyentes genuinos. Por qué habían podido vencer estos cristianos? La respuesta es muy hermosa: Porque mayor es el que está en ellos que el que está en el mundo. 2. Los falsos maestros tienen el espíritu del anticristo, son del mundo y por lo tanto yacen en poder del Maligno(5:19). Sin embargo es importante observar que Juan dice que el Espíritu Santo está en ellos cuando habla de los fieles, mientras que al hablar de los falsos maestros no dice que está en ellos sino el que esta en el mundo. El apóstol no puede afirmar que Satanás tenga la misma inhabitación que el Señor tiene sobre los suyos. 3. Dios, y Cristo son mayores que Satanás, y el poder de ellos no se compara al poder del enemigo, satanás. Vs. 4:5 Ellos son del mundo; por esto hablan de parte del mundo, y el mundo los oye. Vs. 4:6 Estudio de 1 de Juan Capítulo 4 Año: 2012 Página 3

4 Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de la verdad y el espíritu del error. 1. Los versículos 5 y 6 están llenos de contrastes. 2. Contraste de procedencia: Ellos (los falsos maestros) proceden del mundo y pertenecen al mundo y llevan la voz cantante del mundo. Nosotros (los apóstoles) procedemos de Dios. 3. Contraste de mentalidad: Ellos hablan desde el punto de vista del mundo, razonan al estilo meramente humano, mundano y por tanto, satánico. 4. Contraste de audiencias: el mundo les presta atención (a los falsos maestros) puesto que reconoce en ellos la misma mentalidad. A los mundanos les gusta, naturalmente, oir la sabiduría del mundo 5. Las cosas de Dios se conocen mediante el Espíritu de Dios (1 Cor. 2:10-14). Los que tienen el Espíritu, la unción del Santo (2:20, 27, 3:2) no sólo conocen las cosas de Dios, sino que tienen comunión íntima, experimental (según el sentido del verbo conocer aquí), con Dios. Por eso sólo el que conoce a Dios, presta atención a la predicación apostólica, pues reconoce en los apóstoles a los enviados de Dios (Lc. 10:16, Jn. 8:47). Es importante poner de relieve aquí que el prestar atención al mensaje apostólico no es lo mismo que prestar atención a un supuesto magisterio jerárquico, infalible de la Iglesia. He aquí donde se hace una línea divisoria entre Roma y la Reforma. 6. Cuando designa el espíritu del error hace referencia a la mentalidad de los mundanos inspirados por Satanás y al referirse al espíritu de verdad, designa la mentalidad cristiana inspirada por el Espíritu Santo. Estudio de 1 de Juan Capítulo 4 Año: 2012 Página 4

5 Vs. 4:7 Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios, y todo el que ama es nacido de Dios y conoce a Dios. 1. Por tercera vez (v. 2:7-11 y 3:11-18) vuelve Juan al test del amor, esta vez, para llegar a su misma fuente en estos versículos, más tarde (vv ) va a exponer las consecuencias que, para la comunión fraternal, se deducen de la tercera definición que, en los escritos de Juan, hallamos de Dios : Dios es amor (vv. 8, 16). 2. La exhortación de amarnos unos a otros aparece tres veces en este capítulo; aquí (v.7ª), como exhortación propiamente dicha; en el v.11 como un deber que hemos cumplir y en el v.12 como una hipótesis cuya realización pone de manifiesto que nuestra comunión con Dios es genuina. 3. Esta exhortación no es nueva, pues ya la había expresado implícitamente dos veces: a. Como señal de haber pasado de las tinieblas a la luz (2:7-11). b. Como señal de haber pasado de la muerte a la vida (3:11-18). Pero ahora lo hace en virtud de lo que Dios es en Sí (vv. 7,8) y de la donación que nos ha hecho de Su Hijo (vv.9, 10). 4. El primer motivo es que el amor es una de las tres características primordiales de la naturaleza divina (las otras dos se hallan en Jn. 4:24 y 1 Jn. 1:5). 5. El amor (gr. Ágape), el amor genuino, tiene su origen en Dios. Juan había expuesto ya la calidad excelsa, celestial, de este amor, y lo había hecho con gozosa admiración (3:1) Allí dijo que nuestra filiación divina es fruto del sublime amor que Dios nos tuvo.por eso añade aquí que todo el que ama con amor genuino, generoso, altruista, ha nacido de Dios, es decir, Estudio de 1 de Juan Capítulo 4 Año: 2012 Página 5

6 manifiesta con esa actitud (comp. Con 2:29) de qué Padre ha heredado esa sublime virtud del amor y conoce a Dios de una manera experimental, íntima y práctica, pues se refleja en el exterior. Vs. 4:8 El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. 1. La consecuencia es lógica, pues si el amor verdadero comporta la comunión íntima con Dios, la falta de dicho amor comporta también la carencia de dicha comunión. Todos aquellos que no practican el amor es porque no han conocido verdaderamente a Dios; de otra manera, harían lo que Dios hace amar. 2. Dios nos ha mostrado su amor para con nosotros, en que siendo aun pecadores, Cristo murió por nosotros (Jn. 3:16; Ro. 5:8). Vs. 4:9 En esto se manifestó el amor de Dios en nosotros: en que Dios ha enviado a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de Él. 1. El autor sagrado no quiere decir que el amor de Dios no se hubiese manifestado antes al exterior, ya que, siendo el Amor mismo una característica de la naturaleza divina, no una más de las actividades de Dios, toda su actividad es una actividad amante. Si crea, crea por amor, si gobierna, gobierna con amor, si juzga, juzga con amor. Lo que Juan quiere dar a entender aquí es que el envío de su único Hijo al mundo fue la suprema manifestación de Su amor. (v.jn 3:16). 2. Siendo Jesucristo el Hijo único de Dios, su donación tiene también carácter de unicidad. No se puede concebir un mayor don de Dios, porque no era posible un don mayor. Este fue un don inefable de Dios (2 Co. 9:15) Vs. 4:10 Estudio de 1 de Juan Capítulo 4 Año: 2012 Página 6

7 En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó a nosotros y envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados. 1. La preeminente manifestación de amor no fue la encarnación sino la redención. Por eso añada Juan que la grandeza del amor de DIOS se dejó ver no sólo en que Dios envió Su HIJO al mundo, sino en que lo envió como propiciación por nuestros pecados. 2. La grandeza de ese amor de Dios, al enviar a su único Hijo al mundo, se manifiesta todavía con mayor esplendor si tenemos en cuenta por quiénes murió Cristo: por miserables pecadores, enemigos de Dios, que ni le amábamos ni le buscábamos (Ro. 5:7, 8, 10:20, Ef. 2:1, 3:14). Dios se adelantó a amarnos y a pesar de nuestra miserable condición, y precisamente por ella, envió a Su Hijo a rescatarnos de ella, no porque fuésemos en modo alguno dignos de amor sino porque EL es amor. Vs. 4:11 Amados, si Dios así nos amó, también nosotros debemos amarnos unos a otros. 1. Si el amor de Dios le ha llevado a sacrificarse por nosotros en la persona de su Hijo único, también nosotros hemos de amarle a El, y a su demás hijos, nuestros hermanos, con amor que llegue al sacrificio. Nadie que haya estado junto a la Cruz y haya visto desplegado allí el inconmensurable y desmerecido amor de Dios, puede volver a una vida de egoísmo. El verbo utilizado indica una obligación rigurosa, como una deuda de la que no podemos desentendernos. Vs. 4:12 A Dios nadie le ha visto jamás. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor se perfecciona en nosotros. Estudio de 1 de Juan Capítulo 4 Año: 2012 Página 7

8 1. Nadie ha tenido la oportunidad de ver a Dios cara a cara, solamente nuestro Señor Jesucristo (Juan 1:18). 2. Como lo ha hecho en el v.7 y lo volverá a hacer con todo detalle en el v.20, Juan pone el amor al prójimo como prueba manifiesta de que amamos a Dios. En efecto Dios es invisible y por tanto nuestra comunión íntima con él no se percibe al exterior de otra manera que en el amor que tenemos a nuestros hermanos. Sólo cuando nuestro amor se manifiesta activa y prácticamente en el sacrificio que estamos dispuestos a hacer por nuestros hermanos (3:16-18), es cuando podemos tener seguridad de que nuestro amor a Dios es genuino, ha ganado los mismos quilates, aunque no en grado infinito, que los que el amor de Dios tiene, pues nos da la prueba decisiva que Dios vive en nosotros y nos está transformando en Sí mismo por la mutua inmanencia que el amor produce. 3. Lo que Juan quiere decir aquí es que, al amarnos mutuamente los hijos de Dios, el amor de Dios ha obtenido su máxima perfección, su actuación más eficaz, al reproducirse entre nosotros en una perfecta, genuina, comunión eclesial. Vs. 4:13 En esto sabemos que permanecemos en Él y Él en nosotros: en que nos ha dado de su Espíritu. 1. Este texto nos enseña que Dios nos ha dado de Su Espíritu. 2. La Biblia enseña que el Espíritu Santo mora en los cristianos (Hch. 5:32; Ro. 5:5; 8:9, 14; 1 Co. 6:19-20; Ga. 4:6). 3. Esta es una bendición muy grande, el saber que el Espíritu Santo mora en nosotros. Estudio de 1 de Juan Capítulo 4 Año: 2012 Página 8

9 4. De todos los dones que Dios nos ha regalado, el Espíritu Santo es el Don por antonomasia (v. Ro. 5.5), el agente de la Deidad para derramar en nuestros corazones el amor de Dios. Vs. 4:14 Y nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió al Hijo para ser el Salvador del mundo. 1. El apóstol Juan enseña que él, junto con los demás apóstoles, son testigos oculares de que el Padre envió al Hijo para que sea el Salvador del mundo. Interpone su condición de testigo de primera mano, para mostrar que aun cuando el Padre es el Dios invisible, se manifestó de tal manera en Jesucristo que tuvieron la evidencia de que él era el enviado del Padre para la salvación del mundo. 2. El mundo significa aquí, la humanidad caída por el pecado y necesitada de salvación. Vs. 4:15 Todo aquel que confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios. 1. Esta es la tercera vez que Juan menciona la mutua inmanencia de Dios y de nosotros. La primera (3:24) tenía que ver con la prueba de la obediencia; la segunda (4:13), con la prueba de amor fraternal; esta tercera (4:15) hace referencia a la prueba doctrinal, de la fe. El tiempo verbal apunta no a una presente y continua confesión, sino a una sola y decisiva, pública, confesión, cuyo tiempo no se especifica. Dicha confesión involucra no sólo a Jesús como Verbo encarnado, sino al Cristo como Redentor del mundo. Vs. 4:16 Estudio de 1 de Juan Capítulo 4 Año: 2012 Página 9

10 Y nosotros hemos llegado a conocer y hemos creído el amor que Dios tiene para nosotros. Dios es amor, y el que permanece en amor permanece en Dios y Dios permanece en el. 1. Juan vuelve a enfatizar que ellos habían creído y conocido el amor de Dios. 2. Ese nosotros a quién se refiere? A todos los creyentes? Sin duda NO, sino a solo los apóstoles, quienes vieron y creyeron. 3. También vuelve a enfatizar que Dios es amor, así como lo ha hecho en muchas de sus cartas. 4. Nuevamente, el que permanece en amor, permanece en Dios, Por qué? Porque Dios es amor. 5. Está usted en Dios? Vs. 4:17 En esto se perfecciona el amor de nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio, pues como Él es, así somos también nosotros en este mundo. 1. La perfección de que ahora trata Juan no se refiere al amor que nos tiene Dios (v.12), sino al que nosotros le tenemos a Dios, por supuesto que el autor sagrado no está insinuando que el amor de algún cristiano pueda ser en esta vida absolutamente perfecto, sino más bien desarrollado y maduro, permanentemente fijo en Dios. 2. Lo que Juan está haciendo es enseñar a los cristianos lo importante que es practicar el amor para llegar a ser imitadores de su maestro. Estudio de 1 de Juan Capítulo 4 Año: 2012 Página 10

11 Vs. 4:18 En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor, porque el temor involucra castigo, y el que teme no es hecho perfecto en el amor. 1. Donde el amor es perfecto, no hay mezcla de temor en el amor. Por supuesto Juan no se refiere aquí al temor reverencial de los hijos, sino al temor servil de los esclavos, es decir, miedo. Por eso añade que el perfecto amor arroja fuera el temor, ya que ambos sentimientos, el amor y el miedo, con respecto a una misma persona, son incompatibles. 2. Todavía añade una nueva razón de dicha razón, al decir: pues el temor tiene castigo, es decir, implica una referencia al castigo que se teme en caso de que no se cumpla bien lo que manda el amo.. El que ama de todo corazón y se siente amado, no tiene por qué temer; puede (y debe) tener respeto, temor reverencial, pero no miedo. Por eso concluye Juan, el que está temiendo no ha sido perfeccionado en el amor Vs. 4:19 Nosotros amamos, porque Él nos amó primero. 1. Este versículo sirve de puente entre lo que precede y lo que sigue, es, como ya dijimos, una repetición abreviada del v. 10, pero con una matiz especial, debido al contexto anterior. Para que nadie pueda pensar que ha desaparecido de nosotros el temor por algún esfuerzo que hayamos hecho en desalojarlo mediante un perfecto amor, Juan nos recuerda que si podemos amar a Dios de esa manera es porque él nos amó primero, no porque nos adelantásemos a amarle a Él. Vs. 4:20 Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es un mentiroso; porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios a quien no ha visto. Estudio de 1 de Juan Capítulo 4 Año: 2012 Página 11

12 1. El cristiano no puede ser inconsistente en argumentar que ama a Dios cuando aborrece a su hermano. No puede hacer esto porque es inconsistente con el verdadero amor. 2. Así como no podemos servir a dos señores (Mt. 6:24); así tampoco podemos decir que amamos a Dios, pero a la misma vez aborrecemos a nuestros hermanos. 3. Si usted dice que ama a Dios pero aborrece a su hermano, usted ha llegado a ser un mentiroso. Recuerde que los mentirosos no son agradables delante de Dios (Pr. 12:22; Col. 3:9; Ef. 4:25; Ap. 21:8, 27; 22:14-15). 4. Es algo sin sentido argumentar que amamos a Dios a quien no hemos visto, y a los hermanos que podemos ver no los amamos. 5. Sin pelos en la lengua, Juan se atreve a decir que cualquiera que alegue amar a Dios, pero odie o menosprecie a su hermano, es un embustero, está mintiendo. Vs. 4:21 Y este mandamiento tenemos de Él: que el que ama a Dios, ame también a su hermano. 1. El amar a nuestros hermanos no es una sugerencia, o una opción, sino más bien un mandamiento. 2. El cristiano no tiene la opción de amar a su hermano. Este es un mandamiento, y los mandamientos deben de ser obedecidos, esto es, si en realidad amamos a Dios (Jn. 14:15; Jn. 13:34-35). 3. Muchos consideran este mandamiento una opción y por esta razón no están amando a sus hermanos en la fe. Estudio de 1 de Juan Capítulo 4 Año: 2012 Página 12