ENTREGA DE LIBRO LA ARQUITECTURA DE LOS OLIVOS

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Jaime Redondo Muñoz
hace 6 años
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1 ENTREGA DE LIBRO LA ARQUITECTURA DE LOS OLIVOS Víctor M. Villalobos Director General Tzintzuntan, Michoacán Febrero

2 Los árboles son santuarios. Quien sabe hablar con ellos y sabe escucharlos, descubre la verdad. Ellos no predican doctrinas ni recetas. Predican, indiferentes al detalle, la originaria ley de la vida. Así escribió Herman Hesse en El Caminante. Saludos a los invitados 2

3 No es frecuente un acto para rendir tributo a la obra de la naturaleza; por ello, es necesaria la mirada humilde ante el milagro de estos árboles, que nos han acompañado desde hace cuatro siglos, y hacer un homenaje plasmado en este libro: La arquitectura de los Olivos. Tzintzuntzan, Michoacán. Debemos congratularnos de la iniciativa conjunta de la SAGARPA y el IICA para editar este texto, que recoge los esfuerzos de gobiernos federal, estatal y municipal, junto a la sociedad civil local, para rescatar estos olivos centenarios. 3

4 Si la sola permanencia secular de estos monumentos vivos es causa de admiración, lo es más el simbolismo que desde su origen cargan: son expresión de la riqueza histórica mexicana; evidencia de la fusión de culturas, que es origen y raíz de nuestra nación. Este libro relata con claridad, el proceso que llevó a estos olivos a este lugar; después de una aventura trasatlántica; fue una invasión pacífica, como la evangelización de Don Vasco de Quiroga, el querido Tata Vasco. Siendo extranjeros, aquí quedaron como mudos testigos del desarrollo de la región; y a fuerza de permanecer, son mexicanos como el que más. 4

5 En esta región de Tzintzuntzan podemos observar, como en otras partes de México, las evidencias multiculturales de nuestra historia: este Convento Franciscano de Santa Ana ha convivido siempre con la zona arqueológica prehispánica. En lo personal me une un cariño entrañable con esta región; ya que en los años mozos viví en Pátzcuaro y frecuentemente regreso por acá. Ustedes comprenderán mi asombro cuando en una de mis visitas, descubrí estos olivos tercos en sobrevivir, a pesar de que las condiciones fitosanitarias en que se encontraban no eran propicias. 5

6 Cuando se decidió que era necesario y pertinente realizar el Plan Maestro de Recuperación Monumental y Ambiental de este conjunto arquitectónico, pareció obvio rescatar del deterioro a los olivos, no solamente por ser parte integral del concepto con el que fue creado este espacio, sino también para saldar, en parte, esa gran deuda que tenemos con la madre tierra. 6

7 Los cincuenta y seis olivos centenarios que habitan el atrio del convento, según dice la tradición, fueron mandados sembrar por el Propio Tata Vasco; y como señala el libro, los árboles presentan gruesos troncos con una arquitectura biológica impresionante y mítica que hasta antes de la de la intervención del año 2011, y a pesar de la carga histórica que detentan, no habían sido sujetos a mantenimiento, ni manejo fitosanitario y presentaban un aspecto de deterioro y decadencia. 7

8 Pero lo más importante era que seguían vivos. Es agradecible el entusiasmo con la que la comunidad organizada se dio a esta tarea; y el apoyo que dio el gobierno en sus diferentes ámbitos. Y sin duda lo es también el gran aporte dado por los especialistas de la Universidad Autónoma de Chapingo, mi alma mater, pues la intervención física precisaba de conocimiento, además de cariño. 8

9 En una muestra de sensibilidad y respeto, estos venerables olivos fuero dotados cada uno de un nombre propio. Otra vez, como símbolo del sincretismo colonial, se intercalaron nombres en castellano y nombres en purépecha; conviven así, santos católicos con deidades prehispánicas. En otras palabras, se honra al árbol y a la herencia cultural que orgullosamente portan. 9

10 Por todo lo anterior, nos pareció pertinente conformar un testimonio a la altura del esfuerzo llevado a cabo aquí, en Tzitzuntzan, con su gente; nace así la idea de este libro, que intenta recrear con el mayor detalle posible el trabajo para restaurar la belleza de este atrio y preservar por más tiempo a estos árboles centenarios. 10

11 Sin duda los protagonistas son los olivos, y las fotografías dan cuenta de su belleza natural, pero es imposible trasmitir las emociones que su simple contemplación nos despierta. Uno se queda con las ganas de preguntarles qué han visto a lo largo de sus más de cuatrocientos cincuenta años de existencia. Para el IICA, y para mí en lo personal, es motivo de alegría y orgullo haber patrocinado la edición de este libro; y agradezco a las autoridades de la SAGARPA por haber sumado a esta tarea. 11

12 Hoy les entregó estos ejemplares para que formen parte de la memoria colectiva. Amigas y amigos, La rama de olivo es un símbolo asociado a la paz; esa paz que tanta falta hace en nuestros días, aquí y en todo el mundo. En particular, los olivos de Tzinzutzan, hoy recuperados, nos muestran que la esperanza anima el trabajo y que éste rinde frutos. 12

13 Nos enseñan también que nuestro legado a las futuras generaciones debe que ser un planeta en donde la sustentabilidad sea una condición del desarrollo. Como al final del libro se subraya, en esta región de la tierra michoacana se celebra la vida rindiendo culto a la muerte; y justamente, salvar de la muerte a estos hermosos árboles es una celebración de la vida que a todos nos enorgullece. Muchas gracias 13

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