El Rafaelito. Mi pueblo 2ª parte NUESTROS BARCOS

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Rubén Velázquez Toledo
hace 6 años
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Mi pueblo 2ª parte El Rafaelito El Rafaelito, año 1877, de casco parecido al anterior, iba arbolado como goleta o pailebot, ya que con ambos nombres se conocieron estas embarcaciones.

1 Mi pueblo 2ª parte El Rafaelito El Rafaelito, año 1877, de casco parecido al anterior, iba arbolado como goleta o pailebot, ya que con ambos nombres se conocieron estas embarcaciones. Fueron los americanos quienes a lo largo del siglo XVIII los hicieron famosos y, en la península se comienza con este tipo de construcción en el XIX utilizando todas las mejoras derivadas de su evolución. Fueron buques finos, rasos y muy gráciles de casco, solamente arbolaban dos palos con su correspondiente bauprés para los foques y la trinquetilla, a veces llevaban un mastelero en el trinquete, donde larga un velacho y un juanete, lleva las velas de cuchillo, se les llama pailebotes. Fotos y textos: Jesús María Lizarraga E l sistema de construcción que ha seguido ha sido el tradicional. Cuadernas y forro para los cascos. Aparejo metálico de carrocero, rebajado para mayor fluidez, sencillamente para cubrir y homogeneizar los cascos sin que lleguen a parecer que son de plástico al pintarlos a mano ya que por la época a la que pertenecen todos los detalles de la madera deben apreciarse bajo los colores. Para hacer los botes auxiliares le llegaron un poco tarde las nuevas técnicas que desde hace unos meses se vienen explicando en la Revista, «Grandes ideas para pequeñas cosas», páginas 5/39 o el bote auxiliar del Cabo Tres Forcas, nº 59 páginas 38/40; por citar algunos ejemplos. Él los ha realizado por un método que siempre ha utilizado, dibujo a escala, recorte de cuadernas en okume fino de varias capas, como el usado en modelos de aviones. No importa que interiormente estas cuadernas sean perfectas, ya que una vez forrada la pequeña embarcación con ayuda del taladro de mano y colocando el útil de goma forrado con un anillo de lija se procede a dejarlas lo suficientemente rebajadas para que parezcan cuadernas reales. El proceso es más largo pero queda muy bien, lo que pasa es que si se tiene buena mano, al final con ambos procedimientos una vez pintado el bote, resulta difícil distinguir en fotografía; otra cosa es cuando se toma en la mano. Para las cubiertas, ha optado por el método más sencillo y de resultados prácticos buenos a la vista. Los cantos del entarimado pintarlos con rotulador negro indeleble. De tal modo que, al cantearlos uno con el otro, lleven ya la tenue marca del calafateado. Es lo más sencillo en esta escala de 1/65 en la que ambos modelos están hechos. Se puede observar, del Rafaelito, poco o nada hemos 34 MÁS NAVÍOS

podido contar, como poco o nada podríamos contar de todos los barcos que se construyeron en

el año, el tipo de embarcación, el tipo, las toneladas y el constructor, eso es lo que nos

2 podido contar, como poco o nada podríamos contar de todos los barcos que se construyeron en el Oria a lo largo de los siglos XVI y XVII, como mucho, una simple lista en la que figura el año, el tipo de embarcación, el tipo, las toneladas y el constructor, eso es lo que nos puede suministrar el Archivo Histórico de Protocolos de Guipúzcoa, el Museo Naval de Madrid o el Archivo General de Indias. Parece con- firmarse que los barcos se apalabraban, se construían, se botaban y desaparecían en la bruma. Para que en nuestra tierra un barco se MÁS NAVÍOS 35

historie, tenga fama, tiene que ser porque con él lleve a bordo la tragedia, caiga en manos inglesas o francesas o se hunda en su propia botadura.

Se pueden leer los números 26 y 37. Donde el primer petrolero a vela, el San Ignacio se recuerda por su trágica desaparición, los barcos de la Cia.

hundimiento en las costas canadienses y así más de lo mismo.

sobre la riqueza de las riberas del Oria, escribiesen unas breves líneas en un pequeño librito sobre «Los Barcos del Oria», trabajo que se hizo en 1994 bajo el amparo del Museo Naval de San Sebastián

3 historie, tenga fama, tiene que ser porque con él lleve a bordo la tragedia, caiga en manos inglesas o francesas o se hunda en su propia botadura. Por eso resulta sumamente difícil el seguirle la pista, la nada no se puede historiar. La Revista Más Navíos ha sido testigo en sus páginas de lo expuesto anteriormente. Se pueden leer los números 26 y 37. Donde el primer petrolero a vela, el San Ignacio se recuerda por su trágica desaparición, los barcos de la Cia. de Caracas, (Nuestra Señora de la Asunción), gracias a que los ingleses los apresan a la salida del Puerto de Pasajes, el de este artículo se conoce por su trágico final, el pecio de Red Bay por su hundimiento en las costas canadienses y así más de lo mismo. No somos amigos de historiar nuestro pasado, parece que tenemos galbana, esperamos que otros escri36 Más NAVÍOS ban nuestra historia y la escriben siempre a su manera, por eso es de agradecer, que sobre la riqueza de las riberas del Oria, escribiesen unas breves líneas en un pequeño librito sobre «Los Barcos del Oria», trabajo que se hizo en 1994 bajo el amparo del Museo Naval de San Sebastián (Diputación Foral de Guipúzcoa), Ayuntamiento de Orio y Banco del Bilbao Vizcaya. Colaboraron las plumas de Selma Huxley, Romana Enparan, Lourdes Odriozola, Cruz Apestegui y la especial colaboración del vecino de Orio Jesús Mª Perona para identificar toponimia y asentamientos de los diferentes astilleros. Quiero terminar con una palabras de la investigadora canadiense Selma Huxley Barkham y que pertenecen al libro citado: «Cuando llegué a Orio en los años 70 y recorrí el camino Real hasta la ermita de San Martín quedé impresionada de la forma que este pueblo había logrado mantener hasta los años 70 la gran mayoría de sus casas históricas; casas habitadas durante el

En los últimos dos o tres años por lo menos tres casas históricas han desaparecido.

4 siglo XVI, o quizás antes, por carpinteros de ribera, capitanes y armadores, balleneros y bacaladeros, pescadores de bajura... En la fecha en la que se escribe el librito continúa:... Ahora, desgraciadamente, la situación ha cambiado (han pasado solo 20 años). En los últimos dos o tres años por lo menos tres casas históricas han desaparecido. Una cuyo escudo aparecía con fecha 1513, y otras con ventanas góticas y un grabado simbólico de un arponero, una chalupa y una ballena... Luego en otro párrafo sigue: No vale la pena tener simplemente un interés teórico en nuestro pasado histórico, cuando la verdadera historia Más NAVÍOS 37

de nuestro pueblo está en las mismas piedras y tejas que nos rodean. Ningún turista que venga a visitar Orio tendrá interés en con- 38 Más NAVÍOS templar edificios modernos.

.. Por qué los actuales habitantes de Orio no apre- cian suficientemente los trabajos y hazañas de sus antepasados como para no proteger más la parte histórica de este valiente pueblo?

5 de nuestro pueblo está en las mismas piedras y tejas que nos rodean. Ningún turista que venga a visitar Orio tendrá interés en con- 38 Más NAVÍOS templar edificios modernos... Con su última línea termino:... Por qué los actuales habitantes de Orio no apre- cian suficientemente los trabajos y hazañas de sus antepasados como para no proteger más la parte histórica de este valiente pueblo? Para hacer este artículo he mantenido muchas conversaciones con Antxón, unas por teléfono, otras paseando, otras en su propia casa. Resulta imposible resumir lo contado; pero estamos de acuerdo en que triste es la historia de un pueblo que para que se conozca su Historia se tenga que recurrir a tener fama por acontecimientos luctuosos o violentos, con lo bello y esperanzador, a la vez que aleccionador, sería el hablar de sus vidas, sus trabajos, sus ilusiones, las metas conseguidas. Hoy está de moda en los medios, el triunfo de los mediocres; hay que igualar. Mañana tendremos más de lo mismo. Agur Antxón, si ancha es Castilla, más lo es el mar y como tú dices; tengamos presente que el río siempre llega al mar porque ha aprendido a sortear todo lo que en su camino se ha interpuesto.

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