LA FALTA DE EMPLEO: LA GRAN DEUDA DE ESTE GOBIERNO

Transcripción

1 Discurso del Dip. Oscar Levín Coppel en el Foro Pobreza, Desigualdad y Desempleo: Obstáculos para el Crecimiento LA FALTA DE EMPLEO: LA GRAN DEUDA DE ESTE GOBIERNO Lejano parece ya el año 2008, año en que se desató la peor crisis económica y financiera de la que muchos de nosotros tengamos memoria. Una crisis, de la que, para nuestra mala fortuna, seguimos viviendo sus consecuencias a nivel mundial: Estados Unidos aún se encuentra inmerso en un proceso de lento crecimiento, con elevadas tasas de desempleo, un bajo nivel de consumo y un déficit público sin precedente, factores que en conjunto representan un riesgo para su recuperación. Por otro lado, en Europa, a pesar de la implementación de nuevas medidas para renegociar la deuda de países como Grecia, está aún muy lejos de encontrar una respuesta definitiva a sus problemas y se encamina ya hacia una inminente recesión. Mientras tanto, países como China y la India, que han sido el motor del crecimiento económico global, observan una importante desaceleración que sin lugar a dudas tendrá sus consecuencias a nivel global. Si a esto agregamos los conflictos geopolíticos en el Medio Oriente, el panorama se vuelve aún menos alentador. Por motivo de lo anterior, el debate sobre cuál debiera ser el modelo económico a seguir se ha retomado y se ha intensificado en todo el mundo, planteándose distintas visiones, que tienen como punto de convergencia, el hecho de que el Estado no puede ser únicamente un supervisor distante, sino un Estado que participe activamente en el proceso económico. En este sentido, desde mi punto de vista y en términos sencillos, el principal compromiso que cualquier gobierno debe tener, es promover el crecimiento económico sostenido que garantice empleos de calidad a su población y que promueva una distribución equitativa de su ingreso. 1

2 Sin embargo, en nuestro país el gobierno federal, que ha manifestado en más de una oportunidad que México afrontó como nadie la crisis económica y financiera y por ello ha sido un ejemplo a nivel internacional, está muy lejos de cumplir estos compromisos con la sociedad. De cumplirse sus expectativas económicas, en este sexenio habremos crecido apenas a una tasa promedio anual de 1.8 por ciento, que es la más baja de los últimos cuatro sexenios. Mientras que en materia de empleo y a pesar de los ofrecimientos hechos, se deja una gran deuda con todos los mexicanos, misma que este gobierno no será ya capaz de saldar. La catástrofe económica que vivimos actualmente los mexicanos es evidente: el desempleo se mantiene en niveles alarmantes, la economía informal se desborda, la hiriente pobreza aumenta, la falta de inversión es clara, el crecimiento económico es mínimo, mediocre y profundamente desigual. Lo anterior no son sólo palabras sin fundamento: este gobierno no ha sido capaz de cumplir siquiera con sus propios objetivos. Parece haber olvidado que en su Plan Nacional de Desarrollo reconoció que el crecimiento promedio de la economía mexicana ha sido insuficiente para abatir los rezagos económicos y sociales a la velocidad deseada, razón por la cual se planteó como objetivo crear 800 mil empleos al año y reducir la informalidad. Pero, cuáles han sido los resultados reales de la presente administración? Estos se pueden describir brevemente en cinco puntos: Primero. Los empleos creados son insuficientes ya que se requieren crear al menos 800 mil empleos al año para satisfacer la demanda. No obstante, en lo que va de este sexenio, sólo se han creado en promedio 350 mil empleos formales al año, lo que es producto de la importante pérdida de puestos de trabajo derivada de la crisis, que ocasionó que entre octubre de 2008 y mayo de 2009 se perdieran poco más de 701 mil empleos formales. No fue sino hasta 2010 que se lograron recuperar los empleos perdidos al crearse 730 mil, pero una vez más la creación de empleos se ha visto desacelerada ya que en 2011 apenas superó los 590 mil empleos. 2

3 Segundo. Aunado al hecho de la lenta creación de empleos, otro factor de relevancia es el tipo de empleos generados. En este sexenio, cerca del 32 por ciento de los empleos nuevos han sido empleos eventuales, cifra muy por encima de lo observado en sexenios anteriores. Como ejemplo, tan sólo en el sexenio de Ernesto Zedillo, casi el 100 por ciento de los empleos creados fueron permanentes. Tercero. Los empleos creados son precarios y de mala calidad ya que su ingreso no ha mejorado. En este sentido, las cifras son verdaderamente alarmantes, ya que la proporción de personas que ganan hasta dos salarios mínimos ha aumentado hasta llegar al 36 por ciento, en tanto que las personas que ganan más de cinco salarios mínimos han disminuido para representar tan sólo el 8 por ciento. Adicionalmente, hay poco más de 4 millones de personas que no reciben ingreso alguno por su trabajo. Cuarto. La tasa de desocupación se mantiene en niveles elevados: pasó de 3.47 por ciento en diciembre de 2006 a 5.33 por ciento en febrero de 2012, en tanto que la tasa de subocupación, que incluye a aquellos individuos que necesitan trabajar más tiempo porque los ingresos de su empleo no les alcanza para satisfacer sus necesidades es del 8.48 por ciento, es decir, más de 4 millones de personas. Y quinto. Como resultado de la lenta creación de empleos y la elevada desocupación, el sector informal ha funcionado como válvula de escape para los 2 millones y medio de mexicanos que no han tenido una oportunidad en este sexenio, por lo que hoy se ocupan en la informalidad casi 14 millones de personas. Estos son los resultados del actual gobierno en materia de empleo; una gran deuda con la sociedad que arroja como resultado que el 63 por ciento de los jóvenes no tengan acceso a algún empleo formal y por tanto estén condenados a emplearse en el sector informal, en empleos de baja productividad, sin acceso a servicios de salud o seguridad social. 3

4 Es esta precarización del empleo la que ha ocasionado que el 9 por ciento de los jóvenes no tengan interés en trabajar, porque han perdido las esperanzas. Por tal motivo, no es sorprendente que en nuestro país existan entre 7 y 8 millones de jóvenes que no estudian ni trabajan. Lo anterior se vuelve un grave problema que nos puede llevar a perder generaciones completas de trabajadores productivos. Por un lado, entre más tiempo pasan las personas en desempleo estas pierden habilidades, por lo que les será cada vez más difícil reinsertarse en el mercado laboral, y por el otro, la falta de coordinación entre el sector educativo y el productivo, ocasiona que la oferta laboral no coincida con la demanda, agravando así el creciente número de jóvenes desalentados para trabajar. Todo esto es producto de la falta de visión de país que tiene este gobierno, es el resultado de la falta de políticas concretas que promuevan el mercado interno. No se trata de un asunto menor: la debilidad de nuestro mercado interno se ha visto reflejada en el hecho de que, de acuerdo al Banco de México, algunos indicadores de la demanda interna han venido mostrando en los últimos meses una incipiente moderación en su ritmo de crecimiento, como lo muestran los datos más recientes sobre el consumo privado. Evidencia de esto es el hecho de que las ventas de la ANTAD 1 a finales de 2011 crecieron de manera menos dinámica de lo que lo venían haciendo, además de que las remesas y el crédito al consumo han mostrado una desaceleración en los meses recientes. De no cambiar esta situación, nuestro país seguirá condenado a tener tasas de crecimiento mediocres, insuficiente para promover el desarrollo económico, crear los empleos necesarios para dar respuesta a la demanda y desarrollar las condiciones necesarias para sacar a casi 60 millones de mexicanos de sus diferentes condiciones de pobreza. 1 Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales, A. C. 4

5 Para poder salir de este marasmo económico, el fortalecimiento del mercado interno es la única respuesta. Y es una estrategia que se plantea ya a nivel global, por lo que nuestro país no puede hacer caso omiso de este reclamo que por mucho tiempo ha estado presente en la sociedad y en el sector productivo. En los últimos años se han hecho cada vez más evidentes las dificultades de promover un desarrollo económico sostenido a través de las exportaciones. La crisis ha hecho visible la necesidad de un desarrollo más equilibrado que mantenga los instrumentos de integración con el mundo, pero que a su vez cuente con herramientas para desarrollar el mercado interno. Por ello, no sólo es necesaria, sino urgente una estrategia basada en dos pilares para promover el desarrollo económico sostenido, generar empleos bien remunerados y promover una distribución más equitativa del ingreso. El primer pilar es el fortalecimiento del mercado interno y el segundo diversificar nuestro comercio exterior para aprovechar de manera real los diversos tratados comerciales que hemos firmado y no depender únicamente de lo que suceda en los Estados Unidos. En efecto, se requiere, en primer lugar, diseñar una política de inversiones en infraestructura sobre la base de planes de mediano plazo que identifiquen los sectores productivos que tengan mayores efectos multiplicadores sobre el empleo. En segundo término, avanzar en la reducción de la dualidad existente en los mercados de trabajo, que se manifiesta en las segmentaciones informal formal y sector exportador mercado interno, promoviendo así el tránsito hacia empleos formales y productivos, para que puedan prosperar empresas competitivas capaces de responder a la demanda tanto interna como externa. En resumen, México requiere que el mercado interno sea parte fundamental de nuestro crecimiento, pero esto no será posible hasta que no se fortalezca el aparato productivo, el ahorro y el empleo. En este tenor, la generación de empleos bien remunerados y el crecimiento sostenible son dos elementos clave para fortalecer dicho mercado, el cual, para poder ser impulsado requiere, entre otras cosas, de lo siguiente: a) aumentar la inversión en infraestructura; b) 5

6 estimular la inversión privada; c) fomentar la inversión pública; d) impulsar las actividades económicas dentro de la economía formal; e) fomentar el ahorro interno; f) promover el crédito y garantías a tasas competitivas; g) facilitar las creación de empresas y apoyar su maduración, y h) garantizar una política industrial que fomente encadenamientos productivos. Es por ello que, como presidente del Comité del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas, un órgano de esta Cámara de Diputados comprometido con la promoción del debate de ideas que permitan a los responsables de las políticas públicas de nuestro país tomar decisiones informadas, espero que este Foro Pobreza, Desigualdad y Desempleo: Obstáculos para el Crecimiento, sea de utilidad para todos nosotros. Este sexenio está por concluir dejando muchas tareas pendientes y una gran deuda con todos los mexicanos. Por su parte, esta LXI legislatura también está cercana a terminar. Sin embargo, lo que no debemos olvidar es que nuestro compromiso con México no caduca ni termina aquí, por lo que sin importar dónde nos encontremos en el futuro, espero que este foro haya servido, al igual que los anteriores, para sembrar en ustedes una semilla que después germine en un mayor número de propuestas para hacer frente y resolver los graves problemas nacionales que nos han impedido crecer con bienestar y desarrollo: la falta de empleo y su mala calidad, la creciente pobreza, y la persistente desigualdad que vive hoy nuestro país. Muchas gracias. 6