PROYECTO PERSONAL DE VIDA

Transcripción

1 Si queremos avanzar en el camino de la vida, es necesario que tengamos un rumbo bien definido, que programemos nuestras metas con toda claridad. PROYECTO PERSONAL DE VIDA Aun siendo personas adultas, con compromisos ya asumidos responsablemente, no deja de sorprendernos la incoherencia que nos acompaña. Hay muchos motivos para explicarnos la paradoja de reconocernos personas de buena voluntad, prontas a decidir lo mejor a favor nuestro y de los demás, y al mismo tiempo, la necesaria aceptación de nuestra fragilidad personal. Uno de los motivos tiene que ver con el modo tan agitado como vivimos. Realmente nos inspiran muchas expectativas, sueños y deseos, pero difícilmente logramos convertirlos en proyectos consistentes hacia nuevos horizontes que alienten la propia vida. Hay muchas formas de elaborar un Proyecto Personal de Vida (PPV). Aquí te ofrecemos uno, como un medio o instrumento. A veces nos proponemos unas metas o propósitos, pero que luego al poco tiempo nos olvidamos y las abandonamos fácilmente. No es fácil ser sistemático y constantes. Esta puede ser tu oportunidad. Si elaboras un buen PPV, verás muy pronto los frutos en ti mismo. Lo que sigue consta de cuatro partes: 1. Comenzamos explicándote algunos conceptos. 2. Se te invita a realizar un ejercicio de autoconocimiento. 3. Luego se te darán los PASOS para hacer un discernimiento para tu proyecto personal de vida. 4. Cómo concretizar un programa de vida personal PRIMERA PARTE 1.- ORIGEN DE LA PALABRA PROYECTO: pro: hacia adelante: Estoy lanzado hacia adelante iectus: lanzado: Me lanzo hacia adelante El contar con un PPV nos ayuda a tomarnos la vida en serio y nos hace entrar en un proceso de autenticidad y crecimiento personal. Nuestra vida la vamos construyendo poco a poco, y de ese modo maduramos gradualmente desde el modelo de toda humanidad, Jesucristo. 2.- POR QUÉ UN PROYECTO?: ESTAMOS LLAMADOS A SER PERSONAS Dios nos hizo muy distintos, cada uno es diverso a los demás. Somos únicos, irrepetibles, insustituibles. Cada uno tenemos una misión y tareas únicas en la vida. Dios nos dio la vida y la libertad para optar. Somos realmente personas cuando escogemos lo que queremos ser. 1 2

2 3.- Crecemos como personas en la medida que nos responsabilizamos de nuestra propia vida. QUÉ ES UN PROYECTO PERSONAL DE VIDA? Es hacernos responsables de nosotros mismos. Tomar mi vida en mis propias manos para decidir sobre mí mismo lo que quiero ser. Escoger y trabajar lo que yo mismo quiero llegar a ser. Entre mil formas posibles de realizarme, escojo una. Responderle a Dios de la propia vida. Un proyecto personal de vida favorece nuestro crecimiento como personas. Un modo de vivir mi existencia, un modo de ser y de actuar. SEGUNDA PARTE He aquí algunas indicaciones prácticas para hacer el "discernimiento" sobre la llamada de Dios. 1. La calidad de mi vida humana - Cómo es mi relación con los que me rodean? Qué carácter tengo? Soy dialogante, sociable, capaz de trabajar en equipo...? - Soy responsable de aquello a lo que me he comprometido: familia, estudios, vida profesional, horarios, compromisos diversos (animador, monitor, etc...)? Tengo un sentido generoso del trabajo? Soy capaz de austeridad y sacrificio? - Cuáles son mis motivaciones de fondo en todo lo que hago? - Soy fiel a los compromisos adquiridos? Doy continuidad a lo que inicio? - En qué contexto y circunstancias nace mi vocación de servicio? - Tengo una actitud positiva frente al mundo, o una actitud de huida? 4.- UN PROYECTO VISTO DESDE DIOS Dios puso mi vida en mis manos y puedo hacer con ella lo que yo quiera. Mi vida me pertenece. Al mismo tiempo soy un ser social, es decir soy un ser en relación con los demás. Vivir consiste en con- vivir. Vivimos en una situación histórica concreta, en un lugar, en un tiempo, en un contexto y con unas personas concretas En esta situación histórica concreta: - ejerzo mi libertad - escucho la llamada de Dios - y le respondo de un modo concreto y decido mi propio destino. 2. La "consistencia" de mi experiencia espiritual - Vivo una fuerte relación personal con Dios Padre- Hijo- Espíritu? - Es Jesucristo alguien amado a quien quiero «imitar» y seguir ya desde ahora? - En qué se concreta mi amistad con Jesús? Oración personal, Palabra de Dios, sacramentos, María, capacidad de conversión, motivación de lo que hago y «estilo de vida», vocación de servicio, etc. 3. Mi sentido de Iglesia - Mi búsqueda es individual: "Mi Jesús y yo"... o me dejo ayudar? - Valoro el acompañamiento personal y también la vida de grupo? - Acepto la guía de la Iglesia (a través de las personas que tienen competencia) en mi camino de maduración y discernimiento? Soy capaz de apoyar y estimular el camino de otros? - Tengo una mirada positiva sobre los otros miembros de la Iglesia y las diferentes vocaciones? 3 4

3 4. Mi sentido de misión - Estoy atento a las "llamadas" del mundo, al clamor de las personas necesitadas? - Qué me dice la situación de tantos jóvenes «pobres» y abandonados? - Voy «conociendo» y viviendo el Evangelio y deseo «contagiarlo» a los demás? - Cómo se concreta esto en mi vida ordinaria? - Pienso que es una suerte y un regalo (gracia) poder trabajar por el Reino de Dios? TERCERA PARTE Pasos para discernir el Proyecto Personal de Vida Llamada: Habla, Señor, que tu siervo te escucha. Qué quiere Dios de mí aquí y ahora? 5. Mis aptitudes ("talentos") - Me conozco bien? Soy consciente de mis cualidades y limitaciones (definitivas o superables): físicas, psíquicas, intelectuales, afectivas...? Cuáles son mis sentimientos más frecuentes? Existen sentimientos que me arrastran y dominan? Expreso mis sentimientos adecuadamente? Soy una persona libre para dar y recibir? Hablo sobre mi sexualidad? Vivo mi sexualidad como expresión del amor de Dios? Me acepto como soy? Tengo un buen nivel de autoestima? Cómo acepto los avisos y correcciones? 6. Mi proyecto - Tengo un proyecto ya «cerrado», hecho según mis ideas? O me siento libre y disponible para cambiar ese proyecto porque mi preocupación real es amar y servir a Dios lo mejor que pueda? - Tengo una auténtica disponibilidad y una verdadera obediencia a la voluntad de Dios? En qué se concreta? - Me dedico a hacer «turismo espiritual» o me tomo tiempo para madurar y profundizar lo que yo hago, y ver si realmente lo hago desde Dios? - Espero señales extraordinarias para avanzar o voy dando pasos concretos? - Tengo paciencia conmigo mismo (que no significa conformismo): respetando los tiempos de maduración y las lógicas etapas de todo proceso? Situación: Señor, haz que yo vea!. En qué situación me encuentro actualmente? 5 6

4 Líneas de acción: Señor, qué quieres que haga? Qué metas u objetivos quiero lograr? AREA META SEMANAL MEDIOS PARA LOGRARLO HACIA UN ENCUENTRO CON JESUCRISTO (Área cristiana) EVALUACION CUARTA PARTE PROGRAMA DE CRECIMIENTO PERSONAL Una forma práctica es programar tu crecimiento fijándote en tus metas cada semana. Puedes tomar una sola área o dos. Lo importante es que cumplas lo que te propones. Más vale ir despacio y cumplir, que querer abarcar mucho y no lograrlo. Haz una sencilla evaluación diaria y otra con un poco más de calma cada semana. AREA META SEMANAL MEDIOS PARA LOGRARLO HACIA UN CRECIMIENTO HUMANO (Área humana) EVALUACION HACIA UNA MAYOR PERTENENCIA ECLESIAL (Área comunitaria) HACIA UN COMPROMISO POR EL REINO (Área vocacional y apostólica) 7 8

5 EVALUACION DEL PROYECTO DE VIDA Cumplí al % No lo cumplí Cumplí al % No lo cumplí Aspectos en los que logré crecer y madurar Aspectos en los que logré crecer y madurar Cumplí al % No lo cumplí Aspectos en los que logré crecer y madurar Cumplí al % No lo cumplí Aspectos en los que logré crecer y madurar 9 10

6 LECTIO DIVINA 1 La Palabra de Dios es la primera fuente de toda espiritualidad cristiana. Ella alimenta una relación personal con el Dios vivo y con su voluntad salvífica y santificadora. De la escucha de la Palabra surge la vida en el Espíritu. Instrumento de excepción para el crecimiento en la escucha de la Palabra es la lectio divina; ésta es un método de lectura creyente de la Escritura. Gracias a ella, la Palabra de Dios llega a la vida. El objetivo de la lectio divina es escuchar a Dios rezando su Palabra, para vernos a nosotros mismos como Él nos ve y querernos a nosotros mismos como Él nos quiere. En la más sólida tradición se presentan cuatro etapas o grados espirituales : la lectura (lectio), la meditación (meditatio), la oración (oratio) y la contemplación (contemplatio). Más recientemente, según el espíritu de la modernidad, se ha añadido otra etapa: la acción (actio); también se indican con frecuencia otros elementos (discretio, deliberatio, collatio, consolatio, etc.). Lectura. Se comienza leyendo con atención, mejor sería decir releyendo varias veces el texto en el que tratamos de escuchar a Dios. El texto escogido nos puede parecer fácil de comprender, o bien conocido; no importa; se debe repasar hasta que nos sea familiar, casi hasta aprenderlo de memoria. No se pasa de este primer paso hasta que no se puede responder a la pregunta: qué significa en realidad lo que he leído? Qué dice el texto? Meditación. Descubierto el sentido del texto bíblico, el lector atento trata de implicarse personalmente, aplicando el significado captado a la propia vida: qué me 1 Cf. CHAVEZ Pascual, Palabra de Dios y vida salesiana = ACG 386, Julio En IVD p. 107, San Francisco de Sales presenta unas indicaciones para cómo oír y leer la Palabra de Dios con atención y perseverancia, recibiéndola como un precioso bálsamo y, a imitación de la Virgen, conservándola en el corazón (cf. Capítulo XVII de la segunda parte). 11 dice el texto? Meditar lo que se lee conduce a apropiárselo y a confrontarlo consigo mismo. Aquí se abre otro libro: el de la vida. Se pasa de los pensamientos a la realidad. Según sean la humildad y la fe, se descubren los movimientos que agitan el corazón y se les puede discernir. La Palabra oída pide consentimiento; no es acogida si no llega al corazón y actúa conversión. El texto leído y comprendido se convierte en norma de vida: qué hacer para actuarlo, cómo hacer para dar ese sentido a la propia existencia? Oración. Conocer, adivinar, incluso solo imaginar lo que Dios quiere lleva naturalmente a la oración: así se convierte en deseo ardiente lo que debe ser la vida diaria. El orante no pide tanto lo que le falta, sino más bien lo que Dios le ha hecho ver y comprender. Se comienza a anhelar lo que Dios nos pide: se hace de la voluntad de Dios sobre nosotros el objeto de nuestra oración. Qué le digo al Señor? Contemplación. Del deseo de hacer la voluntad de Dios se pasa poco a poco, casi sin darnos cuenta, a la adoración, al silencio, a la alabanza, a la entrega humilde a la voluntad amorosa del Padre, en unión cada vez más profunda con su Hijo amado. Del contemplarnos a nosotros mismos y el propio mundo a la luz de Dios, del vernos como Dios nos ve, se pasa a contemplarnos vistos por Dios, a sabernos delante del que es el objeto de nuestro deseo, el interlocutor único de nuestra oración. A diferencia de las etapas precedentes, que son ejercitaciones que requieren fuerza de voluntad, la oración contemplativa es un don, una gracia, se puede esperarla y desearla, pedirla y acogerla, nunca tenerla automáticamente. 12