ISO 9000 y educación superior. Herramienta en controversia.

Transcripción

1 1 ISO 9000 y educación superior. Herramienta en controversia. Higinio González C. Universidad Autónoma del Noreste. La aplicación de las normas ISO en las instituciones de educación superior tiene limitaciones en el proceso de enseñanza-aprendizaje. La guía que presenta el Centro Interamericano para el Desarrollo del Conocimiento en la Formación Profesional (OIT/Cinterfor) para la aplicación de las normas ISO 9001:2000 en las universidades, hace una presentación general y menciona a las dependencias e instituciones mexicanas que participaron en su elaboración, desarrolla tres apartados: Generalidades en las organizaciones educativas, Compromiso de la dirección en las organizaciones educativas, y Recursos humanos en las organizaciones educativas, pero sigue tratando al proceso educativo como si fuera un producto o un proceso industrial. La versión IWA-2 es una versión del ISO diseñada para las instituciones educativas pero sigue siendo un proceso complejo que puede aplicarse a todos los procesos administrativos y a los procesos académicos burocráticos, pero no puede aplicarse a la parte importante del proceso educativo que es la enseñanza. Cuando se ha intentado hacerlo, solamente se llega a establecer procesos generales. Las normas ISO 9000 no pueden adaptarse a los procesos de enseñanza porque tendría que establecerse un proceso para cada maestro, para cada alumno, para cada materia y tendrían que variar en función de las características de cada uno de los estudiantes. El ISO estandariza procesos, pero el de enseñanza tiene elementos y características tan diversas que impiden adaptarse para la actividad en el aula. La calidad de la educación no depende de la estandarización de los procesos sino de la habilidad del docente para implicar a los estudiantes en su propio desarrollo y diseñar actividades adecuadas a las características de su grupo para que obtengan el mayor provecho. La calidad de la educación debe medirse por sus resultados, no importa los procesos que utilice un profesor, lo significativo es que cada vez las generaciones estén mejor preparadas en función de las expectativas de la sociedad. Estas expectativas cam-

2 2 bian con las aportaciones de la ciencia y de los avances tecnológicos, y de las condiciones socioeconómicas de la comunidad y de sus aspiraciones. La calidad de un producto industrial, para tomarlo de referencia, depende de varios factores: la calidad del diseño, la calidad de las materias primas e insumos que requiere el proceso, la calidad de las herramientas que se utilizarán para transformar las materias primas e insumos, la calidad del proceso de transformación que se deriva de la ingeniería industrial, y de la calidad del servicio que se preste al cliente para mantener el producto en constante adecuación a las nuevas necesidades del mismo cliente. En los procesos industriales se pueden establecer procesos estandarizados desde los proveedores cuando producen insumos uniformes, procesos productivos con herramientas calibradas a las necesidades del producto, etc., para producir productos idénticos. Los beneficios de los ISO 9000 en la industria son: 1. Reducción de costos porque mejora la confiabilidad del producto. 2. Mejor control y flujo de procesos. 3. Mejora en los procesos de documentación. 4. Mayor toma de conciencia de los empleados con relación a la calidad. 5. Reducciones en desperdicio de productos, reformulaciones y rechazos. El proceso de creación y transformación de conocimientos en los estudiantes universitarios debe considerar que no son materia prima ni insumos en los que podamos implantar estandarizaciones de conocimientos, habilidades y actitudes previas al ingreso en el nivel superior. Los estudiantes tienen componentes que los hacen diferentes. Todos tienen diferente capacidad de aprendizaje; tienen diferentes experiencias; diferentes padres que les inculcan apreciaciones de la vida distintas; durante sus estudios previos acumularon diferente dominio de conocimientos; tienen diferentes motivaciones para interesarse en alguna materia en especial. Aunque pertenezcan a la misma cultura tienen diferentes costumbres familiares y diferentes hábitos de estudio. Podríamos decir que el trabajo docente se parece más al de un artesano que al ingeniero industrial. Cuando un profesor universitario imparte una asignatura en el primer semestre de carrera, enfrenta el supuesto que todos tienen preparación suficiente para abordar los saberes de la asignatura, el mismo interés por la clase (Azuara, 2004), que destinan la misma cantidad de tiempo a preparar los trabajos, que tienen la misma capacidad, etc., la realidad es otra. El problema tiene su origen en la propia institución porque cuando diseña un programa académico y las asignaturas correspondientes, supone que los alumnos que las cursarán, tienen el nivel de conocimientos requeridos. Normalmente se ignora quiénes serán los maestros que las impartirán y no conocemos sus conocimientos o preparación académica ni docente. Es decir, que el diseño curricular institucional es inconsistente con las capacidades potenciales de los profesores, porque es probable que varios profesores impartan la misma materia. Una razón más que ocasiona la discrepan-

3 3 cia es la presión que ejercen los cambios teóricos sobre los contenidos de las asignaturas. La Universidad Autónoma de Baja California certificó con ISO los laboratorios de algunas facultades en sus diferentes campus (Azuara et al) y dos tecnológicos regionales, uno en Coahuila y otro en Zacatecas certificaron los procesos de admisión de alumnos, titulación y el seguimiento de egresados. Los autores del mismo artículo reconocen: ( ) sin embargo, no hay referencias bibliográficas sobre certificación del proceso de enseñanza-aprendizaje en los planes de estudio bajo la norma ISO en la UABC (Azuara, Osuna, López y Villarreal, 2005). En las conclusiones del documento de Van den Berghe, sobre la gestión de la calidad en la formación y la aplicación de las normas ISO 9000 a la enseñanza, reconoce que las normas ISO 9000 pueden ser mejoradas con otros criterios, menciona los contenidos lectivos sin especificar cómo se pueden aprovechar: ( ) las normas ISO 9000 no son las mejores normas imaginables para la calidad en el sector educativo. En un caso ideal, habría que complementarlas con criterios sobre los contenidos lectivos. Aún no podemos por el momento responder a la cuestión de si resulta rentable iniciar un proceso de certificación y mantener a continuación el sistema de calidad (Berghe 2008). Un concepto que se debe definir es el de calidad educativa. En muchas de nuestras universidades se habla de los elementos que la componen pero no se define, en otras se hacen comparaciones en relación al prestigio, en otras se circunscribe a cumplir con los requisitos marcados por los programas nacionales; por ejemplo, profesores de tiempo completo, con grado superior al que imparten, con cursos de desarrollo docente, investigaciones publicadas, artículos publicados en revistas certificadas, asistencia y puntualidad, etc. Todas las empresas que tienen programas de calidad, y por supuesto las que incluyen los programas de ISO, incorporan en el modelo de calidad del producto, la opinión del cliente. En las universidades algunas veces preguntamos a empleadores su opinión sobre el perfil deseado en los egresados, pero casi nunca hacemos participar a los estudiantes de la universidad. Si la opinión de los alumnos fuese tomada en cuenta para el diseño curricular y para el proceso de enseñanza aprendizaje, seguramente nuestras instituciones serían muy diferentes. Las empresas que tienen programas de calidad parten del concepto de que calidad es la mejora continua de todas las actividades de la empresa, obviamente las de los

4 4 procesos productivos son los primeros que desean controlar. El control total de la calidad se da con herramientas estadísticas para corregir las desviaciones y hacer realidad la mejora continua. En las universidades no se utilizan las herramientas estadísticas en los procesos de enseñanza para detectar desviaciones en el aprendizaje, además, parece difícil de conseguir. Para que podamos intentar tener un modelo de calidad de la enseñanza en una institución de educación superior, debemos integrar todas las variables, a saber: 1. Profesores para evaluar su capacidad docente, su preparación académica, la que debe ser superior a la que reclaman los programas, con los perfiles personales adecuados, interesados y motivados en la docencia y con experiencia profesional. 2. Programas que respondan al nivel y a los intereses de los estudiantes, y al perfil del empleo profesional actual y futuro. 3. Estudiantes preparados, cumplidos, interesados en su desarrollo profesional, cooperadores en el trabajo dentro del aula y dedicados al estudio. 4. Instalaciones suficientes o lugares donde realizar las prácticas que requiere la carrera que cursan. 5. Estrategias de enseñanza que permitan desarrollar en los estudiantes habilidades profesionales que les van a dar el soporte metodológico que los harán eficientes y productivos. Conclusiones El proceso de enseñanza-aprendizaje es un fenómeno que no puede ser estandarizado. Si así fuera, el profesor estaría obligado a planear actividades diferenciadas para cada tipo de alumno que tiene en el salón de clase o obtener el mismo rendimiento de todos los alumnos. Las explicaciones que ofrecería al grupo ante las preguntas y dudas de los estudiantes, no se podrían incorporar a los procesos predeterminados de certificación. Por muchas razones no se pueden estandarizar los procesos de enseñanzaaprendizaje. Si se dedica sólo a los alumnos más avanzados o a los más atrasados, entonces ya no puede garantizar un desarrollo académico igual. Si se dedica a los intermedios, habrá tenido un desempeño de baja calidad porque los resultados no responden a las capacidades individuales. Un buen inicio para implantar una cultura de calidad es intentar definir el concepto de calidad educativa válido para la institución, establecer criterios de mejora continua y los instrumentos de medición, medir permanentemente los avances y los resultados y, revisar permanentemente los criterios para adecuarlos cada vez que cambien las circunstancias internas, el entorno y los avances del conocimiento.

5 5 La implementación de las normas ISO 9000 en las universidades es muy útil en las actividades burocráticas o administrativas ya que comúnmente no contamos con una cultura de eficiencia, de productividad o de mejora continua. No se puede considerar un programa de ISO como programa de calidad si no se tiene una cultura de calidad implementada previamente. Sabemos que los antecedentes, las competencias y las motivaciones de los estudiantes y de los profesores, determinan el nivel de desarrollo académico de un grupo de alumnos. El concepto de calidad académica o calidad educativa deberá ser definido en términos amplios, para que pueda ser aplicado a cualquier conjunto de estudiantes que participan en una institución educativa y que pueda reconocer que cada grupo tenga un desempeño diferente en términos de calidad. Referencias y bibliografía. Azuara J., FJ; Osuna L., C., López S., C.; Villarreal C., J. (2005) Proceso de Enseñanza-Aprendizaje con calidad ISO , como respuesta a las Reformas Educativas de la UABC. Un Estudio de Caso. Casassus, Juan. (2000): Problemas de la gestión educativa en América Latina. Versión preliminar. UNESCO-Chile Objetivos del sistema de gestión de calidad del Instituto Cervantes, A.C. de la ciudad de Querétaro. Rocha Corzo, Victor N. de la. Análisis Organizacional. monografías.com Consultado el 2 de agosto de Taormina, Tom; (1999); ISO 9000 y Liderazgo Virtual. Ed. Mc Graw Hill. Wouter Van den Berghe. (2008) Aplicación de las normas ISO 9000 a la enseñanza y la formación. Interpretación y orientaciones desde una perspectiva europea. Uruguay. Centro Interamericano para el desarrollo del conocimiento en la Formación Profesional. htm webmaster@cinterfor.org.uy