Estos son algunos testimonios de lo que fue la experiencia para nuestros estudiantes javerianos:

Transcripción

1 LA CLAVERIADA: JÓVENES QUE CREEN Y CREAN COLOMBIA Del 18 al 21 de septiembre de 2014 se realizó en Cartagena de Indias, la primera versión de La Claveriada, un encuentro espiritual, cultural y social inspirado en la vida y obra de San Pedro Claver, que reunió a más de 200 jóvenes de las distintas obras de la Compañía de Jesús en el país, en un encuentro fraternal bajo la consigna Creyendo, Creamos Colombia. La Pontificia Universidad Javeriana Cali, gracias al apoyo de la Vicerrectoría del Medio Universitario, el Centro Pastoral San Francisco Javier, la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, La Facultad de Ciencias de la Salud, la Facultad de Economía y La Facultad de Ingeniería, tuvo presencia en la Claveriada con la participación de 23 jóvenes pertenecientes a los grupos estudiantiles del Centro Pastoral (Voluntariado Social Universitario, AUSJAL y Comunidad Magis), acompañados por la profesional Luisa Fernanda Sanabria Ruiz. La experiencia permitió que los jóvenes contaran con formación en distintos problemas sociales por los que atraviesa el país, compartieran y trabajaran con comunidades de Cartagena ubicadas en zonas de alta vulnerabilidad social, y reflexionaran juntos en torno a la reconciliación, la paz y la justicia. El gran objetivo de la Claveriada es conformar una red juvenil que pueda reflexionar y abordar la realidad del país desde una perspectiva diferente que tenga como inspiración la espiritualidad ignaciana, resaltando el papel protagónico que tienen los-as jóvenes en la construcción del país que soñamos. Lo vivido en Cartagena se convierte en el primer paso de éste gran sueño, que se construye con el caminar de jóvenes comprometidos y apasionados que creen y crean Colombia. Estos son algunos testimonios de lo que fue la experiencia para nuestros estudiantes javerianos:

2 JAVERIANOS SOÑANDO POR COLOMBIA Por Xiomara Plazas. Estudiante de Ingeniería Civil. Mientras esperaba la hora de embarque de mi vuelo hacia Cartagena en el aeropuerto de Cali me acerque a una de las ventanas para ver como los aviones despegaban, junto a mi había una familia sencilla que observaba muy emocionada la salida de cada avión, la señora se me acercó y me dijo que si yo iba a viajar fuera del país, yo le respondí que no, que solo tenía un vuelo nacional pero que le tenía mucho miedo a volar por eso estaba tan ansiosa, ella me dijo que estuviera tranquila y me empezó a contar que su hija acababa de entrar a sala de abordaje para ir a Chile durante una larga temporada y que estaba muy triste por la partida de su hija, pues no la iba a ver durante mucho tiempo, mientras observaba el avión yo le dije que estuviera tranquila que a su hija le iba a ir muy bien en un país que tiene una mejor calidad de vida que Colombia, ya que en este país hay muy pocas oportunidades para personas de bajos recursos, ella me sonrió y me dijo que mis palabras la hacían sentir mejor pues su hija iba a tener un buen futuro en otro país y se despidió de mi deseándome un muy buen viaje. Viajamos a Cartagena 24 javerianos que pertenecemos a los diferentes grupos del Centro Pastoral San Francisco Javier, la mayoría somos de diferentes carreras pero nos une un mismo sentimiento de servicio, el viaje tenía como objetivo conocer los diferentes proyectos juveniles que tiene la Compañía de Jesús a nivel nacional con la finalidad de crear una red ignaciana juvenil, pero durante nuestra estadía en la heroica no solo conocimos los otros proyectos, también tuvimos la oportunidad de compartir historias de vida, conocimos la otra Cartagena, la que no le mostramos a los turistas, hicimos nuevos amigos y más allá de todo eso reafirmamos nuestro compromiso social con nuestro país.

3 Los días que viví en Claveriada me hicieron pensar en lo que le había dicho a la señora en el aeropuerto, de cierta manera lo que dije tenía mucha lógica, Colombia es un país donde las oportunidades laborales son muy escasas, donde acceder a la educación superior es muy costoso, donde cada día la vida es más difícil, un país donde muchos tan solo quieren subir a un avión e irse lejos, pero otros cuantos se quedan porque como el lema de Claveriada dice Creyendo creamos Colombia, yo conocí a 300 personas que creen y que están comprometidas con construir un país mejor, y la mayoría de estas personas no superan los 23 años, personas como Mónica, Manuel, Daniel, Juliana, Aris, Jhon y muchas más que ponen su corazón para construir una Colombia mejor. Particularmente conocí a María Fernanda una joven cartagenera estudiante de uno de los colegios de Fe y Alegría de Cartagena al cual tuvimos la oportunidad de visitar. El día anterior a la visita ella nos invitó con mucha nostalgia a conocer la cara triste de Cartagena. Aquella visita me mostró no solo las casas hechas de madera y los barrios más empobrecidos de la ciudad, en realidad esa visita me mostró la cara alegre de la gente humilde, las ganas de salir adelante de los jóvenes que con pocos recursos luchan sin importar cuantos obstáculos encuentren por la violencia y discriminación social a la cual se ven sometidos, estos jóvenes se sientes orgullos del lugar de donde vienen y de lo que están construyendo para su futuro. Claveriada fue una experiencia llena de aprendizajes que reafirmó la frase que por muchos años ha movido mi vida en todo amar y servir, una experiencia que llamó a 24 javerianos para que invitemos a otros estudiantes de la universidad a sentirse comprometidos por un país hermoso lleno de gente alegre llamado Colombia.

4 CLAVERIADA Por Daniela Jiménez Paredes. Estudiante de Medicina. Para comenzar, La Claveriada, recibe su nombre de San Pedro Claver, Jesuita patrono de los Derechos Humanos. Este es un encuentro organizado por la Compañía de Jesús (Padre Rodolfo Abello, S.J - provincia Colombiana), en la ciudad de Cartagena de Indias con el fin de integrar de mejor manera las diferentes obras de la compañía, y aportar al proceso de regionalización. Valiéndose de la importancia de la población juvenil en la resolución de conflictos; en la necesidad de pensar y construir un país distinto, plantea una experiencia espiritual, cultural, social y misionera de jóvenes que inciden en un área de la sociedad y además cultivan la espiritualidad ignaciana. El encuentro contó con la participación de más de 200 jóvenes pertenecientes a diferentes obras de la Compañía de Jesús alrededor de Colombia y por parte de la Universidad Javeriana de Cali, asistimos 23 jóvenes, de diferentes carreras, entre esos yo, medicina. Para comenzar quisiera mencionar que cuando uno dice: Cartagena, lo primero que el común de la gente piensa es: Paseo. Debo decir que aunque viajar a Cartagena resulta ser sumamente tentador porque sugiere un merecido descanso en la playa, en este caso, el fin fue otro. Claveriada resultó ser toda una experiencia de vida, llena de risas, compartir, baile, música, largas caminatas, mucho calor, pero sobre todo, un profundo sentido, amor y servicio. Fueron 4 días en los que realizamos diferentes actividades desde misiones en las zonas marginadas, hasta charlas en varios sitios de la ciudad dirigidas por diferentes Jesuitas que involucraban temas coyunturales en cuanto a la situación social de nuestro país; entre muchas otras más. Creo que una de

5 las experiencias que más impacto generó fue el día de misiones. Los más de 200 jóvenes fuimos repartidos en diferentes obras sociales en la ciudad de Cartagena, mi grupo fue llevado al colegio de Fe y Alegría el progreso (ubicado a las afueras de la ciudad), la idea era compartir con los niños del colegio y hacer visitas a las casas del barrio. Fue muy irónico conocer la Cartagena pobre, tras haber viajado en muchas ocasiones a este lugar y solo estar en los sitios bonitos e históricos. Lo que pude conocer de ese otro lado de Cartagena la fantástica, fueron personas en condiciones sociales y económicas muy limitadas, había mucho descuido y falta de atención y de recursos no solo por parte del gobierno, sino de la sociedad misma que margina y excluye. A pesar de todo esto, vi rostros llenos de amor, de esperanza, de fuerza y mucha alegría. Alguien sabio un día me dijo que en medio de la fragilidad, se esconde el amor de Dios y creo que fue puro amor lo que vi en mi día de misiones. A lo mejor no hay palabras suficientes para expresar todo lo que allí pasó, pero podría decir que Claveriada fue una experiencia de vida que llena de esperanza y de motivos para continuar sirviendo y amando. El hecho de compartir con muchos jóvenes más que sienten y trabajan por lo mismo que yo, desde otros lados del país y desde contextos diferentes, da ánimo e invita a hacer algo al respecto. Además, desde mi posición como médica en formación, cuestiona mi rol en la sociedad y me hace preguntarme cómo puedo contribuir a hacer de este un mundo en paz? Para concluir, creo que son experiencias como esta, las que dotan de un profundo sentido el quehacer diario (en mi caso, medicina), ya que como dijo durante el encuentro Francisco de Roux S.J. (provincial de los Jesuitas en Colombia), uno solo se juega la vida por aquello que le apasiona, Amar y servir.

6 LA CLAVERIADA: UN ESPACIO PARA SERVIR, SER Y CONSTRUIR. Por: Sebastián Ramirez. Estudiante de Ingeniería Industrial. La Claveriada fue un espacio para servir, ser y construir. Fue una experiencia para dar y enriquecer colectivamente ese sentido juvenil de querer un futuro mejor, porque había una búsqueda en común y que a lo largo de los días se fue visibilizando más y más. Ese pequeño hilo que creíamos único, resultó ser común y nos dimos cuenta que a través de él podremos empezar a tejer un vestido lleno de paz, espiritualidad, compromiso, fe, consciencia y sentido social, y que con la ayuda de más jóvenes que le apuesten a esta iniciativa podremos vestir una Colombia más bella. Momentos como la labor social con niños, jóvenes y adultos fue un abrir de ojos a la realidad social, a la otra cara de Cartagena, a esa realidad que no pasan por televisión y que día a día es marginada. Esto fue posible con la apertura de nuestro ser hacia estas nuevas personas con muchas historias de vida que contar. Fue también la oportunidad de mostrar lo que nos simboliza culturalmente, lo más autóctono de cada delegación, ese compartir y descubrir desde las diferentes historias de vida. La Claveriada no sólo fueron 4 días, es tan sólo el inicio de un gran cambio y de la construcción de una red juvenil que tiene esperanza en la inclusión y compromiso que va desde nuestro contexto cotidiano hasta todo el país.