El susto que nos dio doña Zanahoria

Transcripción

1 El susto que nos dio doña Zanahoria En un lejano pueblo existía una huerta muy grande donde habitaban una variedad de hortalizas y legumbres. Cada uno con sus características que los hacían diferentes a los demás. En esa huerta todo era paz y tranquilidad aunque de vez en cuando llegaban unos enemigos llamados Plagas que buscaban dañarla. En esta huerta vivía una Zanahoria, la cual era hermosa y amable, siempre estaba dispuesta a dar todas sus vitaminas para ayudar a los demás.

2 Un día la señora Zanahoria se levantó temprano, se bañó y se cepilló sus dientes, cuando de repente sintió mareos y su cuerpo estaba sin fuerzas, entonces se terminó de arreglar y llamó a don Repollo que es su mejor amigo. Don Repollo le dijo que la acompañaría a la clínica porque en el camino se podía desmayar. Todos sus amigos se entristecieron por lo sucedido. Don Repollo llamó al doctor para pedirle el favor que atendiera a su amiga. Cuando llegaron donde el doctor Tomate la señora Zanahoria ya se encontraba muy mal entonces el doctor le inyectó una fuerte dosis de vitaminas que la reanimó por completo e hizo que doña Zanahoria volviera a sonreír otra vez. -Don repollo se puso contento al saber que su amiga ya estaba mejor. Todos en la huerta esperaban ansiosos la llegada de doña Zanahoria y decidieron hacer una gran fiesta de bienvenida para su amiga. Don Pepino que es muy ingenioso pensó que debía cantar para animar la fiesta entonces se dispuso a componer una canción que pusiera a bailar a doña Zanahoria y a todos sus amigos.

3 Todos pusieron un granito de arena para hacer una riquísima comida que reanimara por completo a su querida amiga. -Don Brócoli brindó su vitamina E para que se protegieran las células del corazón. -Don Apio puso sus vitaminas C y E la cual es eficaz para disminuir la presión arterial y el colesterol. -Doña Espinaca aportó su vitamina A, C y E para que el aparato circulatorio funcionara normalmente. No podía faltar doña Lechuga que toda contenta aporto sus nutrientes para que los niveles de azúcar en la sangre se disminuyeran. Cuando todos estaban dándole el toque final a la ensalada aparecieron otros amigos más que querían colaborar: -Doña Remolacha cansada de correr pero muy animada por llegar a tiempo a la fiesta regaló vitamina B, hierro, sodio y potasio para que estimulara la actividad cerebral y que previera el envejecimiento precoz a todos los que comieran de ella. -Doña Papa brindó su vitamina C y el complejo B para aliviar el insomnio de doña Zanahoria y aliviar de los calambres musculares y la acides estomacal. Y así muchos más colaboraron en la fiesta de doña Zanahoria. Cuando doña Zanahoria y don Repollo llegaron a la huerta había un silencio total, de repente todos salieron de sus escondites y le dieron la bienvenida a doña Zanahoria. En ese lugar todo era felicidad, todo era sonrisa, todo era fraternidad. De repente se escuchó un silencio y apareció en el escenario don Pepino y comenzó a cantar la música que había compuesto para su amiga la Zanahoria:

4 Estamos reunidos hoy aquí Para decirte lo que sentimos nosotros por ti. Estamos muy tristes porque tú no estabas Que tú estuvieras es lo que más deseaba Ahora todos mis amigos vamos a pensar Sin ninguna dificultad vamos a adivinar: Voy a la plaza, Compró una bella, Llego a la casa Y lloró con ella. Todos a una solo voz contestaron La Cebolla - Bien! Gritaba el Pepino! Otra más a adivinar: Soy una dama amarrada Que solo sirvo Para la ensalada. Todos a una solo voz dijeron la Lechuga -Siii!!! Muy bien Rabo tiene Raba no Y te lo he dicho yo Una y otra vez. El Rábanoooooo. - Muy bien!

5 A si se divirtieron todos, se rieron, se carcajearon y don Pepino con mucho orgullo logró su objetivo, hacer reír a doña Zanahoria con todo y su dolor. De repente nuevamente se escuchó un silencio total y unos pasos se escucharon que venían hacia ellos. Todos se asustaron pero luego observaron que era don Pepe el sembrador que siempre los cuidaba, entonces, se tranquilizaron. El sembrador se acercó y tocó a la señora Zanahoria y con mucha ternura la frotó y dijo: Qué haríamos las personas sin ti y sin tus amigos?...gracias a Dios ya estás bien y ya aquí en la huerta no habrá más plagas que los dañen. De hoy en adelante les prometo que crecerán sanos y fuertes y llenaran de vida a todas las personas que de ustedes se alimenten, llenándolos de vitaminas, proteínas y de los nutrientes necesarios para que puedan crecer sanos. Todas las legumbres y hortalizas se quedaron admiradas con las palabras del sembrador y comprendieron la importancia de su misión. Luego don Pepe se puso a bailar con doña Remolacha y todos gritaron que siga la fiesta!! Ya anocheciendo todos muy cansados pero contentos volvieron a sus hogares porque al día siguiente les tocaba trabajar llenando de salud y vigor a los que de ellos se alimentaban. Autor: Danilo Steven Bojorge Gutiérrez Edad: 10 años 4to grado. Escuela San Judas Tadeo, Managua