DIVERSOS DONES, UN MISMO ESPÍRITU. Liderazgo Consultivo. Arquidiócesis de Seattle

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1 DIVERSOS DONES, UN MISMO ESPÍRITU Liderazgo Consultivo Arquidiócesis de Seattle

2 Diversos Dones, Un Mismo Espíritu Liderazgo Consultivo Arquidiócesis de Seattle 1

3 Copyright 2007 Arquidiócesis de Seattle Todos los derechos reservados. Se les permite a las parroquias, escuelas, y todas las agencias de la Arquidiócesis de Seattle reproducir todo o parte de este manual para la distribución a sus empleados. Para todas las demás personas, organizaciones, y partidos, ninguna parte de este manual puede ser reproducido o transmitido en cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, inclusive fotocopiado, grabación o por cualquier almacenamiento de información y cualquier sistema de recuperación sin permiso por escrito de la Arquidiócesis de Seattle. Primer edición noviembre 2007 Reimpresión 2011 Por favor consulte por actualizaciones ARQUIDIÓCESIS DE SEATTLE OFICINA DEL VICARIO PARA CLERO TH Avenue Seattle, Washington Tel Número sin tarifas Fax Ovc@seattlearch.org 2 Diversos Dones, Un Mismo Espíritu: Liderazgo Consultivo

4 ÍNDICE Página I. Introducción...5 II. Una Visión de la Responsabilidad Compartida Contexto Teológico de las Estructuras Consultivas de las Arquidiócesis y Parroquias...7 III. Participantes en el Gobierno de la Arquidiócesis...13 IV. Participantes en el Gobierno de la Parroquia...19 V. Planificación Pastoral de la Parroquia...43 VI. Proceso de Toma de Decisiones Consultivas...49 VII. Integración de las Estructuras Consultivas de la Parroquia...57 VIII. Estructuras Consultivas en Situaciones Excepcionales...61 IX. Estructuras Consultivas Durante la Transición Pastoral...63 Apéndice: Definición de Términos

5 Ahora bien, hay diversos dones, pero un mismo Espíritu. Hay diversas maneras de servir, pero un mismo Señor. 1 Corintios 12,4 4 Diversos Dones, Un Mismo Espíritu: Liderazgo Consultivo

6 Introducción I. IntroduccIón I. Introducción A lo largo de su historia, la Iglesia ha tomado prestadas estructuras, modelos y lenguaje del ambiente cultural y de la sociedad. Por ejemplo, el término diócesis proviene de un área geográfica del Imperio Romano. Aunque la Iglesia sigue tomando prestados conceptos de organización de la sociedad, los documentos del Concilio Vaticano Segundo y del Código de Derecho Canónico brindan una comprensión más clara de la naturaleza singular del gobierno eclesiástico. Nuestra experiencia ha aclarado aquello que es necesario para que las estructuras del gobierno eclesiástico sean eficaces. Dada esta nueva comprensión, este documento revisado no se concentra en el poder y la autoridad como se pueden experimentar habitualmente en el gobierno o las empresas. En cambio, este documento se basa en actitudes de confianza mutua, la creencia en el poder del Espíritu Santo en acción entre nosotros, y el ejercicio de la autoridad como un ministerio de servicio. Estas actitudes promueven una responsabilidad compartida adecuada para la misión de la Iglesia y sirven para generar consenso y compromiso, como lo exige el gobierno eclesiástico y nuestra tradición como comunidad de fe de la Iglesia Católica Apostólica Romana. Los párrocos sirven a la comunión de la Iglesia esforzándose por poner en práctica la visión de San Pablo, que vio que: Hay diversos dones espirituales, pero un mismo Espíritu. Hay diversas maneras de servir, pero un mismo Señor. Hay diversas funciones, pero es un mismo Dios el que hace todas las cosas en todos. (1 Cor. 12,4-6). En este documento, el término párroco se refiere a un sacerdote designado por el Arzobispo como el responsable del cuidado pastoral de una parroquia. Debido a la falta de sacerdotes, y de acuerdo con el Código de Derecho Canónico (CIC, c ), el Arzobispo puede encomendar el cuidado pastoral de una comunidad a un diácono, o a un religioso o laico, que se ocupa del liderazgo diario de una parroquia como coordinador pastoral. Aunque no comparte todas las responsabilidades y los derechos canónicos de un párroco o sacerdote, el coordinador pastoral colabora con el cuidado pastoral de la comunidad parroquial y se relaciona con las estructuras consultivas de la misma. El propósito de este documento es promover una mayor comprensión entre los párrocos, consejos, comisiones, miembros del personal parroquial y otros líderes parroquiales acerca de la responsabilidad del párroco con respecto al gobierno eclesiástico y los respectivos papeles de colaboración que cada persona o entidad desempeñan para asistir al párroco. Este documento se concentra principalmente en los organismos de consulta de la parroquia. Los organismos de consulta son aquellos consejos y/o comisiones a los que el párroco consulta para brindar orientación para la misión, las prioridades, los objetivos amplios, la planificación estratégica y las normas de la parroquia. El documento también hace referencia a las estructuras ejecutivas o administrativas de la parroquia con las que el párroco colabora en los programas administrativos diarios y ministerios. i. Introducción 5

7 I. IntroduccIón Este documento se divide en dos partes. La primera parte proporciona un contexto canónico, seguido de una descripción general, descripción de los cargos del párroco, del consejo pastoral parroquial, del consejo financiero, de las comisiones, de los comités y del personal parroquial dentro del proceso de planificación. La segunda parte describe las funciones y las responsabilidades de las estructuras consultivas parroquiales, incluyendo los consejos, las comisiones y los comités pastorales y financieros, los principios de la toma de decisiones en la parroquia, y los métodos para colaborar con estos grupos para que trabajen de forma conjunta, que incluyen la generación de consenso y discernimiento. Por último, se presentan pautas con respecto a las estructuras organizativas de la parroquia en situaciones excepcionales y durante las transiciones pastorales. Este documento brinda orientación y asesoramiento para poner en práctica nuestra visión arquidiocesana con respecto al papel de los organismos de consulta de la parroquia. El párroco debe utilizar el proceso consultivo para desarrollar la misión y la planificación pastoral de la parroquia. Se espera que cada parroquia adapte sus estructuras para que se adecuen ajusten a su situación local, manteniendo al mismo tiempo el espíritu del documento. 6 Diversos Dones, Un Mismo Espíritu: Liderazgo Consultivo

8 Una Visión de Responsabilidad Compartida: Contexto Teológico de las Estructuras Consultivas de las Arquidiócesis y Parroquias II. Una Visión de Responsabilidad Compartida: Contexto Teológico de las Estructuras Consultivas de las Arquidiócesis y Parroquias II. Estructuras consultivas de las arquidiócesis y ParroquIas La Vida Trinitaria en Comunión En la visión del Concilio Vaticano, la Iglesia, es en Cristo como un sacramento o señal e instrumento de la íntima unión con Dios y de la unidad de todo el género humano (LG, 1). Al compartir la vida del Dios trino a través del Espíritu de Dios, la Iglesia procura preservar el don de la unidad a través del vínculo de la paz. Como San Pablo dijo a los corintios, la unidad presupone y media la diversidad: Ahora bien, hay diversos dones, pero un mismo Espíritu. Hay diversas maneras de servicio, pero un mismo Señor. Hay diversas funciones, pero es un mismo Dios el que hace todas las cosas en todos (1 Cor. 12,4-5). La Iglesia, que tiene su raíz en la Vida Trina de las tres personas y un solo Dios, es un signo de la vida que se comparte a través del amor en maneras que son iguales y distintas. La visión de una comunión de tres personas y un solo Dios asienta la forma en que la Iglesia existe en el mundo. Esto se demuestra especialmente en su respeto hacia la dignidad de cada persona, la importancia de la subsidiaridad, y la necesidad de liderazgo consultivo y la responsabilidad compartida para mediar el bien común. La auto-comunicación de dios a través de La Gracia La Gracia es el principio subyacente de la vida, la acción y la misión cristianas. Entender a la Iglesia implica una comprensión de la teología de la gracia. La gracia es la auto-comunicación de Dios con la humanidad y también los efectos de dicha comunicación. Esta comprensión teológica de la gracia se basa en la perspectiva del Nuevo Testamento de que la comunidad humana y el mundo entero están orientados hacia Cristo y sostenidos por Él. La gracia de Jesucristo y el poder y la sabiduría del Espíritu Santo están presentes en toda la vida de la Iglesia. Por lo tanto, la gracia es el principio y el poder en que se basan la vida, la acción y la misión cristianas. La gracia de Dios, y no la sabiduría terrenal, es lo que guía su conducta. Es a través de la gracia que se hace posible la inclusión de todo el pueblo de Dios. La gracia también permite que el pueblo de Dios asuma funciones, responsabilidades y cargos dentro de la Iglesia. ii. Estructuras Consultivas de las Arquidiócesis y Parroquias 7

9 Porque por la gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por las obras para que nadie se jacte. Porque somos hechura de Dios. (Efesios, 3,7-10) II. Estructuras consultivas de las arquidiócesis y ParroquIas La misión de Jesús: sacramento de dios-entre-nosotros Jesús ha sido denominado el sacramento primordial, la encarnación de la Palabra de Dios, signo e instrumento del amor de Dios y la gracia salvífica en el mundo. A través de su ministerio de enseñanza y sanación, Jesús trajo vida a la gente y les dio razón de esperar que Dios estaba con ellos. En las parábolas y milagros de Jesús, el reino de Dios irrumpe en la escena de la vida diaria de formas sorprendentes. En las señales que brinda, Jesús testifica que Él es el enviado de Dios. En su ministerio, Jesús eligió a sus discípulos no sólo como testigos, sino también como trabajadores, personas que lo ayudaban y trabajaban en colaboración con Él para que todos tuvieran la responsabilidad compartida de proclamar la buena nueva y traer la vida a la gente. En nuestro tiempo, la Iglesia representa al cuerpo de Cristo, un signo e instrumento del amor de Dios y de la gracia salvífica aquí y ahora. La misión de La iglesia, La misión de Jesús La misión de la Iglesia, y por lo tanto de la comunidad parroquial, es ser un signo viviente de la autocomunicación de Dios. Es ser una expresión encarnada de la realidad misteriosa de la presencia, del amor, del poder transformador de Dios, que yace oculto en la vida humana. La Iglesia cumple con su tarea en el mundo a través de la celebración de este misterio de la presencia y la acción de Dios en nuestras vidas, a través de una articulación clara entre doctrina y teología, a través de su vida comunitaria y, lo que es más importante, a través de la transformación y conversión de nuestra vida individual y social. La misión o el trabajo de la Iglesia es transmitir la misión del mismo Jesucristo. Indudablemente, las misiones son una y la misma, ya que en su nivel más profundo la Iglesia está misteriosamente identificada con Cristo, que dijo: Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes (Juan 20,21). Todos nuestros esfuerzos como Iglesia de la Arquidiócesis de Seattle deben modelarse en base al ministerio y la misión de Jesucristo y del Evangelio compartido por toda la Iglesia Católica Apostólica Romana. La misión terrenal de Jesús tenía tres propósitos: proclamar la buena nueva del amor de Dios que salva a todas las personas, establecer una comunidad de creyentes devotos, cuyos miembros estén motivados por el mismo Espíritu, y brindar una expresión práctica de la ley del amor del Evangelio atendiendo a las necesidades de los demás. El bautismo es el sacramento vocacional para todos los miembros de la Iglesia. En el bautismo, cada miembro de la Iglesia asume la responsabilidad de llevar adelante la misión de los tres propósitos de Cristo junto con otros miembros de la Iglesia. Algunos de los bautizados son llamados para servir a la comunidad como ministros ordenados con la responsabilidad especial de predicar el Evangelio, celebrar la Eucaristía y otros sacramentos y ser líderes de los fieles cristianos. Otros, en colaboración con los ordenados, también llevan a cabo la misión de la Iglesia de la enseñanza, el liderazgo pastoral y la santificación. Los talentos y circunstancias individuales difieren, no todos son llamados a cumplir esta responsabilidad fundamental de la misma manera. La Iglesia invita a cada persona a contribuir con la misión común de la Iglesia, de acuerdo con los dones que cada uno ha recibido (Romanos 12,6-9). A través de la colaboración y el respeto por su responsabilidad compartida, todos los bautizados, laicos, religiosos y el clero, fortalecen los vínculos de la comunión. 8 Diversos Dones, Un Mismo Espíritu: Liderazgo Consultivo

10 La parroquia: el pueblo de dios en comunión con dios y unos con otros El contexto teológico de las estructuras consultivas de la parroquia comienza con la comprensión del carácter singular de la parroquia. Dado que es imposible que el Arzobispo presida siempre y en todo lugar a todo el rebaño de su Iglesia, debe necesariamente establecer grupos de fieles y, entre éstos, las parroquias establecidas localmente bajo la dirección de un párroco, a quien se le delega la participación en el liderazgo y la responsabilidad del Arzobispo, de cierto modo son las más importantes porque representan a la Iglesia visible constituida en todo el mundo (SC, 42). Para la mayoría de los católicos, las experiencias más inmediatas de la presencia redentora de Dios en Jesucristo se dan a través de la familia y la parroquia. Para muchos es dentro de la familia que la semilla de la fe se planta, se nutre y se sostiene por primera vez. La comunidad parroquial, como una extensión de la familia, es el medio fundamental para brindar recursos para que las personas y las familias encuentren una comunidad y vivan de acuerdo con la misión de la Iglesia. Como se indica en Un futuro lleno de esperanza: La mayoría de los católicos experimentan el sentido de comunidad principalmente en la parroquia o en la misión, donde nos unimos a amigos y vecinos en la oración, en la celebración de los sacramentos y en varios proyectos sociales y otras actividades. (FLE, 15) Sin embargo, la parroquia no existe exclusivamente para sí misma o para sus propios miembros, sino que está llamada a ejercer el ministerio para todas las personas que la rodean en el lugar donde viven. Ninguna parroquia es una isla: ninguna comunidad de creyentes puede cumplir su misión aislada de la Iglesia universal. En lugar de ello, cada una de las parroquias que componen nuestra Arquidiócesis están unidas en interdependencia mutua bajo un Obispo diocesano. Las responsabilidades de cada parroquia van más allá de sí misma, se extienden hacia otras parroquias diocesanas, y hacia la Iglesia Católica de todo el mundo. En la Iglesia Católica del oeste de Washington, todas las parroquias están unidas con el Arzobispo como una singular comunión de iglesias en esta Arquidiócesis. A su vez, las diócesis del mundo, a través de sus obispos en comunión con el Papa, el sucesor de Pedro, conforman la Iglesia Católica Apostólica Romana en su totalidad. Las parroquias están llamadas a ser los medios de la transformación cristiana que permiten que las personas vivan sus vidas en el mundo de acuerdo con la misión conferida a ellas por Cristo. Una realidad más reciente, que también es un retorno a la realidad de la primera Iglesia Católica, es la naturaleza de la parroquia como una comunidad de comunidades. II. Estructuras consultivas de las arquidiócesis y ParroquIas el papel de Los fieles cristianos en Las estructuras consultivas En la tradición y teología católica, la jerarquía y los laicos tienen papeles específicos, complementarios e interdependientes. El Decreto sobre el Apostolado de los Laicos del Concilio Vaticano Segundo establece que: En la Iglesia, hay una diversidad de ministerios pero unidad en la misión. Cristo ha confiado a los apóstoles y sus sucesores la misión de enseñar, santificar y dirigir en Su nombre y a través de Su poder. Sin embargo, los laicos comparten la misión sacerdotal, profética y real de Cristo Su apostolado se ejerce cuando trabajan en la evangelización y santificación de todas las personas, y también se ejerce cuando procuran que el espíritu del Evangelio penetre y mejore el orden temporal, predicándolo de forma tal que sea un testimonio claro de Cristo y ayude a la salvación de los hombres (AA, 2). Los laicos, que participan en la función de Cristo, sacerdote, profeta y rey, desempeñan una parte activa propia en la vida y acción de la Iglesia (AA, 10). El laico, a través del bautismo, es llamado a participar activamente en la obra de Cristo. Para cumplir esta función, dones especiales son concedidos a los fieles por el Espíritu Santo (1 Cor. 12,7), quien ii. Estructuras Consultivas de las Arquidiócesis y Parroquias 9

11 II. Estructuras consultivas de las arquidiócesis y ParroquIas imparte a cada uno según Él lo determina (1 Cor. 12,11). De este modo, cada uno pone al servicio de los demás el don que haya recibido, y todos los bautizados se convierten en buenos administradores de la multiforme gracia de Dios (1 Pedro 4,10). Es a partir de la recepción de estos dones que cada creyente tiene el derecho y el deber de usarlos en la Iglesia y en el mundo para el bienestar de todas las personas y para el desarrollo de la Iglesia (AA, 3). El papel de la jerarquía es hacer visible y creíble la realidad de la presencia y del amor de Dios para que todos los miembros de la Iglesia puedan llevar a cabo la misión de la Iglesia. El Arzobispo, junto con los sacerdotes, procura hacer que la Iglesia sea un signo mucho más claro y creíble de la presencia, del amor y del poder transformador de Dios. Esto se logra nutriendo las realidades de Dios, la gracia y la verdad que ya están presentes en y para las personas y ayudando a que estas realidades alcancen su plenitud. Según las palabras de la Constitución Dogmática sobre la Iglesia del Concilio Vaticano Segundo, los obispos deben ser maestros de doctrina, sacerdotes del culto sagrado y ministros dotados de autoridad (LG, 20). El párroco es un sacerdote a quien el Arzobispo le confía la obligación de desempeñar el papel de líder servidor de una forma especial para las comunidades de fe que están bajo su cuidado. El párroco predica la Palabra de Dios, guía a los fieles y une a la comunidad parroquial a través del culto divino (LG, 28). Actúa como el líder central en la vida y desarrollo de la parroquia. El papel del párroco es un papel capacitador, expresado a través de su triple misión que es la de enseñar, regir y santificar. La Iglesia es el signo sagrado de la presencia de Dios. Una Iglesia fiel a la tradición es una en la que la responsabilidad de la misión de la Iglesia es compartida por toda la entidad, no sólo el obispo o el clero de forma aislada de los fieles, ni los fieles de forma aislada del obispo o del clero. El párroco tiene el ministerio de la facultad de capacitar a la comunidad parroquial para que lleve a cabo su tarea. La Constitución Dogmática sobre la Iglesia pide que los párrocos reconozcan y promuevan la dignidad y la responsabilidad de los laicos en la Iglesia (LG, 37). Consecuentemente, los párrocos comparten la responsabilidad de llevar a cabo la misión de la Iglesia a través de formas de colaboración en la toma de decisiones. Todos los que conforman la entidad deben participar en la tarea para la cual han sido llamados de acuerdo con sus funciones y responsabilidades respectivas. Ante la ausencia de un párroco, el Arzobispo puede designar un diácono o ministro eclesial laico para que asuma la responsabilidad de la unidad de una comunidad. autoridad y responsabilidad compartida Dos principios en los que se pone énfasis en el Código de 1983 son: 1) la autoridad que se le confiere a la jerarquía; y 2) el llamado a la responsabilidad compartida. Este énfasis refleja los documentos del Concilio Vaticano Segundo y en particular el Lumen Gentium, la Constitución Dogmática sobre la Iglesia. La autoridad de la jerarquía y el llamado a la responsabilidad compartida son los valores primarios que están vinculados con el liderazgo servidor y la consulta. Con respecto a la autoridad del párroco, el Código de Derecho Canónico de 1983 establece que: El párroco es el pastor propio de la parroquia que se le confía, y ejerce la cura pastoral de la comunidad que le está encomendada bajo la autoridad del Obispo diocesano, en cuyo ministerio de Cristo ha sido llamado a participar, para que en esa misma comunidad cumpla las funciones de enseñar, santificar y regir, con la cooperación también de otros presbíteros o diáconos, y con la ayuda de fieles cristianos laicos, conforme a la norma del derecho (CIC, c. 519). 10 Diversos Dones, Un Mismo Espíritu: Liderazgo Consultivo

12 El Canon 204, que antecede a una lista de derechos y obligaciones comunes a todos los fieles cristianos (CIC, cc ), establece que: Son fieles cristianos quienes, incorporados a Cristo por el bautismo, integran en el pueblo de Dios, y hechos partícipes a su modo por esta razón de la función sacerdotal, profética y real de Cristo, cada uno según su propia condición es llamado a desempeñar la misión que Dios encomendó cumplir a la Iglesia en el mundo. De acuerdo con sus dones particulares, estado de vida y cargo dentro de la Iglesia, los fieles cristianos veneran a Dios en espíritu y verdad, proclaman el Evangelio y atienden las necesidades de sus hermanos y hermanas en la caridad. Dentro de este contexto, los laicos son llamados a colaborar con el párroco en la cura pastoral del pueblo de Dios y la administración de los bienes temporales de la Iglesia (LG, 37; AA, 10; SC, 42).. el LiderazGo de servicio y La naturaleza de La consulta En la aplicación a la vida cotidiana de estos dos valores primarios, la autoridad de la jerarquía y el llamado a la responsabilidad compartida, pueden surgir malos entendidos y conflictos a menos que se incluyan otros valores, es decir el liderazgo servidor y la consulta. Claramente, la responsabilidad sobre la misión de la Iglesia es compartida por toda la entidad, con los obispos y sacerdotes llamados a nutrir la capacidad de la comunidad de ser ese signo sagrado de la presencia de Dios en el mundo. En el mismo aspecto, los laicos que participan en las funciones del liderazgo parroquial también se enfrentan al desafío de ser líderes servidores, permitiendo y estimulando la participación de todos los parroquianos en la misión de la Iglesia. Los párrocos y líderes laicos deben concentrarse siempre en el uso de la responsabilidad que se les ha confiado para permitir que todos los parroquianos participen de forma más completa en la vida y misión de la parroquia. II. Estructuras consultivas de las arquidiócesis y ParroquIas LiderazGo servidor Tan importante es el ministerio de servicio que en el Jueves Santo, cuando la Iglesia recuerda la iniciación de los sacramentos de la Eucaristía y Ordenación, la lectura central se toma del Evangelio según San Juan: la descripción de Jesús lavándoles los pies a sus discípulos (Jn 13,1-17). El relato de la Última Cena del Evangelio según San Lucas transmite un mensaje similar: el mayor debe comportarse como el menor, y el que manda como el que sirve. Porque, quién es más importante, el que está a la mesa o el que sirve? No es a caso el que está sentado a la mesa? Sin embargo, yo estoy entre ustedes como uno que sirve. (Lucas 22,26-27) En la actividad comercial y el gobierno, el liderazgo a menudo se expresa por la capacidad de afirmar el poder y la influencia propios: el liderazgo pastoral, por el contrario, es un ministerio de servicio. El Directorio para el Ministerio Pastoral de los Obispos, promulgado por la Sagrada Congregación para los Obispos, de mayo de 1973, establece que: La autoridad se ejerce de la mejor manera, y es algo para lo que el obispo trabaja y para lo que capacita a sus asistentes, cuando, aunque se insiste en la observancia de la ley para salvaguardar la verdad y la justicia, el obispo al mismo tiempo estimula y fomenta el compartir el peso del trabajo entre los ministros sagrados como también los religiosos y laicos, todos ellos a su modo (37). ii. Estructuras Consultivas de las Arquidiócesis y Parroquias 11

13 II. Estructuras consultivas de las arquidiócesis y ParroquIas La consulta Una implicación teológica de la responsabilidad compartida es que los laicos comparten con el párroco la responsabilidad de guiar la misión para la cual Dios llama a la Iglesia. Para que la Iglesia cuente con toda la luz y la guía de Dios, los laicos deben participar en la toma de decisiones a través de los procesos de consulta. Los organismos de consulta son los medios de participación principales de los laicos en el ejercicio de la autoridad eclesial. La consulta, en el contexto de la Iglesia, no es una cuestión de democracia radical o monarquía constitucional. En cambio, la consulta y los organismos de consulta entablan una relación de comunión por la cual la Iglesia, el clero y los laicos intentan escuchar al Espíritu Santo que guía a la Iglesia y le habla a través de dones y experiencia, como también a través de cargos y ordenaciones. Según el Papa Juan Pablo II, la consulta y la responsabilidad compartida no se deben malentender como una concesión a un modelo de gobierno democrático secular sino como un requisito intrínseco del ejercicio de la autoridad episcopal y un medio necesario para fortalecer la autoridad del obispo. (Discurso a los obispos de Nueva Jersey y Pennsylvania en visita ad limina del año 2004) Estos principios hablan de la necesidad de tener distintas actitudes o perspectivas al ejercer la autoridad y participar en el gobierno eclesiástico. Desafían a todo el Cuerpo de Cristo a una nueva comprensión y creencia en una teología de la gracia: que Dios está presente y activo en la vida humana y que Dios sostiene a la Iglesia como guía y ayudante. Estos principios llaman a todo el liderazgo pastoral a un espíritu de auto-negación. Hacen un llamado a todos los fieles cristianos para que sean responsables de la misión de la Iglesia. Las estructuras diocesanas y parroquiales no entran en consulta con respecto a las verdades fundamentales de nuestra fe o las enseñanzas claras del magisterio. En cambio, el proceso de consulta esencialmente busca la forma más eficaz de que el Evangelio y nuestro legado de fe cobren vida en el mundo actual a través de la toma de decisiones compartida. resumen Para que el párroco, el personal y todos los miembros de la comunidad trabajen juntos de forma eficaz para la creación de la Iglesia, se requiere lo siguiente: n Creer en el poder del Espíritu Santo y la presencia de la gracia; n Creer que todos hemos sido llamados a compartir la responsabilidad de la misión de Cristo y la Iglesia; n Comprometerse a generar consenso siempre que sea posible; y n Confianza mutua. 12 Diversos Dones, Un Mismo Espíritu: Liderazgo Consultivo

14 Participantes en el Gobierno de la Arquidiócesis III. Participantes en el Gobierno de la Arquidiócesis El Código de Derecho Canónico define algunos de los oficios que los diversos ministros desempeñan en el gobierno eclesiástico; otros oficios son creados por el Arzobispo. En tanto sea una función estable, establecida para un propósito espiritual, el ministerio es un oficio eclesiástico (CIC, c.145). Para promover una comunicación y comprensión más clara, se debe usar la siguiente terminología en toda la Arquidiócesis. Liderazgo arquidiocesano arzobispo El Arzobispo es designado por el Papa como el maestro principal de la fe, el sacerdote del culto sagrado y el pastor de la Iglesia local y el ministro de autoridad de la Arquidiócesis (CIC, cc. 375, 377). obispo auxiliar Cuando las necesidades pastorales de la Arquidiócesis lo requieran, uno o más obispos auxiliares pueden ser designados por el Santo Padre a pedido del Arzobispo. Un obispo auxiliar no posee el derecho de sucesión (CIC, c ). Los obispos auxiliares colaboran con el Arzobispo en la cura pastoral de la Arquidiócesis. III. PartIcIPantEs En El GobIErno de la arquidiócesis vicario GeneraL El vicario general es un sacerdote designado por el Arzobispo para que lo ayude en la administración y cura pastoral de la arquidiócesis (CIC, c ). El oficio puede ser delegado por el Arzobispo a un obispo auxiliar. vicario episcopal Los vicarios episcopales son sacerdotes designados por el Arzobispo para promover el buen gobierno de la Arquidiócesis. Los vicarios episcopales tienen un área específica de trabajo como, por ejemplo, clero, educación, tribunal o caridad (CIC, c. 476). decano El decano es un sacerdote recomendado al Arzobispo a través de un proceso decanal y designado por el Arzobispo para promover y coordinar la actividad pastoral común en el decanato. Para ejercer el liderazgo del decanato se requiere prestar servicio en el consejo Presbiteral (CIC, cc ). iii. Participantes en el Gobierno de la Arquidiócesis 13

15 Organismos de consulta arquidiocesanos El Derecho Canónico exige tres estructuras para que colaboren con el Arzobispo en su papel de promover el espíritu de comunión en la Arquidiócesis: El Colegio de Consultores, el Consejo Presbiteral y el Consejo Financiero Arquidiocesano. Por lo menos cuatro comisiones colaboran en este ministerio de colaboración, presidido por el Arzobispo para garantizar la unidad y eficacia. Son las siguientes: El Consejo Pastoral Arquidiocesano, la Comisión Arquidiocesana de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso, el Consejo de Escuelas Arquidiocesanas y la Comisión Arquidiocesana de Liturgia. III. PartIcIPantEs En El GobIErno de la arquidiócesis El Consejo Pastoral Arquidiocesano En el bautismo, cada miembro de la Iglesia asume la responsabilidad de transmitir la misión de Cristo junto con otros miembros de la Iglesia. Dado que las funciones y responsabilidades difieren, y que no todos están llamados a concretar esta responsabilidad fundamental del mismo modo, cada uno debe contribuir a la misión común de acuerdo con su tiempo, talento y tesoro (CIC, cc ). CL 1. Para promover la responsabilidad compartida sobre la misión de la Iglesia Católica Apostólica Romana en el oeste de Washington y para fomentar la planificación pastoral, el Arzobispo establece el Consejo Pastoral Arquidiocesano. El Consejo Pastoral Arquidiocesano, formado por laicos, religiosos y sacerdotes, brinda un foro para el diálogo y la reflexión mutua y abierta acerca de las prioridades y los objetivos de la Arquidiócesis. Los miembros del Consejo Pastoral Arquidiocesano tienen un mandato de hasta tres años o más, a discreción del Arzobispo y dejan de pertenecer al consejo al finalizar dicho período. El objetivo del consejo es generar una comunidad entre los miembros del consejo a través de la oración, el estudio y la reflexión compartida para que sea un signo y testimonio de unidad para la Arquidiócesis y escuchar las diversas voces que conforman la Iglesia del oeste de Washington. El Consejo identifica las necesidades, deseos y aspiraciones de los fieles y recomienda prioridades, objetivos y normas amplios. Además, el Consejo discute, revisa y aconseja al Arzobispo con respecto a temas que desea plantear ante el Consejo (CIC, cc ). El Consejo Presbiteral El Arzobispo y los sacerdotes de esta Arquidiócesis comparten el sacerdocio de Jesucristo a través del bautismo y, de una manera especial, a través del llamado a la Ordenación Sagrada. Aunque todos los miembros de la Iglesia pertenecen al Cuerpo de Cristo, los sacerdotes, a través de la ordenación, son llamados a un ministerio único dentro de la Iglesia. A través de la ordenación, los sacerdotes son llamados a colaborar con la misión y el ministerio de su Arzobispo (CIC, cc ). De una manera especial, los sacerdotes colaboran con el Arzobispo en su papel de Pastor de la Arquidiócesis. Mientras que el Arzobispo debe asistir a sus presbíteros con especial atención y escucharlos en su carácter de asistentes y asesores, ellos, a su vez, deben colaborar con el Arzobispo como maestro, sacerdote y pastor. 14 Diversos Dones, Un Mismo Espíritu: Liderazgo Consultivo

16 Para llevar a cabo sus responsabilidades de la forma más eficaz que sea posible, el Arzobispo establece un Consejo Presbiteral para brindar asesoramiento y consejo. Su experiencia pastoral, consejo y sabiduría colaboradora son recursos indispensables que respaldan esta relación mutua. El Consejo Presbiteral es un foro especial para la reflexión abierta y el diálogo fraterno entre el Arzobispo y los sacerdotes de la Arquidiócesis. CL 2. Los miembros del consejo Presbiteral son diez representantes electos, un representante de cada uno de los diez decanatos de la Arquidiócesis, el vicario general, el vicario judicial, el vicario del clero (miembros ex officio) y hasta seis miembros designados. Además, la Comunidad Jesuita que reside dentro de la Arquidiócesis y la Comunidad Benedictina de St. Martin s Abbey nominan tres miembros. De los nombres presentados, el Arzobispo selecciona un miembro de cada comunidad. El decano de cada decanato, elegido por los sacerdotes del decanato, ocupa su cargo durante tres años, y puede ser reelecto una vez. Los miembros designados por el Arzobispo prestarán servicio por un período de un año, que puede ser renovado indefinidamente a elección del Arzobispo. Consejo Financiero Arquidiocesano El Consejo Financiero Arquidiocesano es un organismo de consulta cuya función consiste en asesorar al Arzobispo en sus deberes de administración canónica sobre las finanzas de la arquidiócesis. En el contexto de la corresponsabilidad cristiana, el Consejo Financiero Arquidiocesano hace recomendaciones al Arzobispo acerca del mejor uso de los recursos financieros de la Arquidiócesis para cumplir con la misión de la Iglesia y satisfacer los objetivos de la Arquidiócesis. El Consejo Financiero Arquidiocesano se estableció en 1984 de acuerdo con el Código de Derecho Canónico. El Consejo Financiero asesora al Arzobispo con respecto al estado financiero de la Arquidiócesis, las implicaciones de las decisiones potenciales a la luz del valor de la administración financiera y colabora con el Arzobispo en la evaluación de estructuras y normas de administración financiera en la Arquidiócesis. CL 3. El Consejo Financiero está compuesto por hasta once miembros (por lo menos tres miembros pertenecientes a los fieles cristianos, expertos en finanzas y derecho civil) que son designados por el Arzobispo después de un proceso de solicitud y evaluación durante períodos de cinco años, que son renovables (CIC, c ). CL 4. El Consejo Financiero Arquidiocesano le hace recomendaciones al Arzobispo con respecto a la planificación financiera en general, normas financieras (es decir, normas de recaudación de fondos, normas de inversión y normas con respecto a transacciones equilibradas y presupuestos para inversiones en bienes de capital), y controla la actividad fiscal reuniéndose con auditores para revisar la auditoría anual antes de su presentación (CIC, c. 493). El Arzobispo también debe obtener el consentimiento del Consejo Financiero (y del Colegio de Consultores) antes de realizar actos de administración extraordinarios (CIC, c. 1277). El Consejo Presbiteral es una fuente de recomendaciones finales para aquellas decisiones que afectan a las parroquias de forma directa. III. PartIcIPantEs En El GobIErno de la arquidiócesis iii. Participantes en el Gobierno de la Arquidiócesis 15

17 El Colegio De Consultores El Colegio de Consultores es designado por el Arzobispo para cumplir con las funciones prescritas por el Código de Derecho Canónico y cualquier otro deber asignado por el Arzobispo. El Arzobispo debe obtener el consentimiento del Colegio de Consultores para celebrar actos de administración extraordinarios, enajenar propiedades de la arquidiócesis y autorizar la enajenación dentro de sumas mínimas y máximas establecidas por la conferencia de obispos (CIC, c. 1277). Los miembros del Colegio de Consultores son seleccionados de entre los miembros del Consejo Presbiteral. El Colegio de Consultores es un organismo independiente del Consejo Presbiteral. Los miembros designados para desempeñar funciones durante un período de cinco años son seis como mínimo y doce como máximo (CIC, c. 502, 1). III. PartIcIPantEs En El GobIErno de la arquidiócesis Comisión de Corresponsabilidad Arquidiocesana La Comisión de Corresponsabilidad Arquidiocesana es un organismo consultivo del Director Ejecutivo de Corresponsabilidad y Desarrollo. La comisión colabora con el Director Ejecutivo en la promoción de la Corresponsabilidad como un estilo de vida en las parroquias y entre los parroquianos católicos del oeste de Washington. Está compuesta por párrocos, asistentes pastorales para la gestión, asistentes pastorales para la administración, y miembros ex officio del personal de la Cancillería. La comisión asesora al Director Ejecutivo en cuanto a: n Temas e ideas para promover la corresponsabilidad como un estilo de vida en las parroquias y los decanatos; n El desarrollo del plan anual a través de propuestas y sugerencias con respecto a materiales y esfuerzos de formación para promover la corresponsabilidad como un estilo de vida. Comisión Arquidiocesana de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso De acuerdo con las normas del Código de Derecho Canónico, la totalidad del colegio de obispos y de la Sede Apostólica son llamados a fomentar la interacción ecuménica. El propósito de la Comisión Ecuménica es fomentar el diálogo continuo hacia la restauración de la unidad entre todos los fieles cristianos de acuerdo con la voluntad de Cristo (DAPNE, 42, 43). Consejo de Escuelas Arquidiocesanas El Consejo de Escuelas Arquidiocesanas (el Consejo) es el principal organismo de consulta del Superintendente con respecto a la formulación de normas que afectan a las escuelas católicas arquidiocesanas, parroquiales y privadas. Los miembros del Consejo son designados por el Arzobispo a partir de una lista de diversos candidatos evaluados por el comité de nominaciones del Consejo. 16 Diversos Dones, Un Mismo Espíritu: Liderazgo Consultivo

18 El Consejo revisa las pautas y le hace recomendaciones al Arzobispo con respecto a la apertura de nuevas escuelas, fusión y/o reducción de grados y cierre de escuelas. Las normas recomendadas por el Consejo, si son aprobadas por el Arzobispo, son vinculantes para el Superintendente, las comisiones escolares parroquiales locales, párrocos, directores de escuela, personal y personal docente. Comisión Arquidiocesana de Liturgia La Comisión Arquidiocesana de Liturgia, presidida por el Director de la Oficina de Liturgia, incluye entre sus miembros a sacerdotes, diáconos, religiosos y laicos. La Comisión Arquidiocesana de Liturgia, como brazo educativo del Arzobispo, recibe instrucciones del Arzobispo o a través del Director de la Oficina de Liturgia para presentar y garantizar la implementación de normas litúrgicas que reflejen una respuesta local a las directivas y normas de la iglesia universal. La Comisión aconseja al Arzobispo, brinda apoyo a la Oficina de Liturgia, y presta servicio a la Arquidiócesis suministrando personal para los comités de música, entorno y arte litúrgico y a través de la formación de ministerios litúrgicos. La Comisión coordina las liturgias episcopales y las celebraciones arquidiocesanas especiales y desarrolla pautas para la celebración de los sacramentos. La Comisión Arquidiocesana de Liturgia es miembro de la Federación de Comisiones Litúrgicas Diocesanas. La estructura del decanato El Arzobispo agrupa a las parroquias para formar decanatos con el propósito de brindar una cura pastoral eficaz para los fieles en un área geográfica dada (CIC, c. 374). Los párrocos y, en algunos casos, todos los ministros de un decanato se reúnen regularmente, generalmente todos los meses, para brindar apoyo y aliento mutuo a los ministerios y para discutir acerca de temas interparroquiales como, por ejemplo, cómo proporcionar un cuidado pastoral eficaz para hospitales, instalaciones correccionales y otras instituciones. Los decanatos también colaboran en la planificación pastoral y en compartir recursos para iniciativas comunes como, por ejemplo, servicio para comunidades culturales, formación litúrgica o catequética, respaldo a las escuelas católicas y celebración de servicios de penitencia. Dado que las necesidades y los recursos pastorales varían con el tiempo, los límites de los decanatos se pueden redefinir para reflejar las circunstancias cambiantes. Para que una parroquia cambie de decanatos, se deben aplicar las siguientes normas: CL 5. El párroco debe presentar una solicitud para el cambio de decanatos al líder pastoral actual de ambos decanatos para su discusión. CL 6. El decano solicitante debe presentar la solicitud para el cambio de decanatos al Arzobispo, quien consulta con el Consejo Presbiteral antes de tomar esta decisión. III. PartIcIPantEs En El GobIErno de la arquidiócesis iii. Participantes en el Gobierno de la Arquidiócesis 17

19 18 Diversos Dones, Un Mismo Espíritu: Liderazgo Consultivo

20 Participantes en el Gobierno de la Parroquia IV. Participantes en el Gobierno de la Parroquia La parroquia La parroquia es una comunidad de creyentes que comparten la misión de la Iglesia. Una parroquia es una comunidad definida de fieles cristianos constituida de modo estable en una iglesia en particular (diócesis); la atención pastoral (cura de almas) se encomienda a un párroco como su propio pastor, bajo la autoridad del obispo diocesano. Corresponde exclusivamente al obispo diocesano erigir, suprimir o cambiar las parroquias; pero no las puede erigir, suprimir ni cambiar notablemente sin haber oído al consejo presbiteral (CIC, c , 2). Dado que se trata de una comunidad de fieles cristianos, es esencial que las estructuras de la parroquia sirvan a la comunidad en la realización de la misión de la Iglesia: la santificación del mundo a través de la proclamación del Evangelio, la celebración de los sacramentos y servicio a quienes lo necesitan. Las estructuras organizativas de la parroquia nunca son fines en sí mismas, sino que son medios para promover la misión de la parroquia, la Iglesia diocesana y la Iglesia universal. En la Arquidiócesis de Seattle, algunas parroquias están agrupadas bajo el liderazgo de un párroco o sacerdote moderador. Las parroquias están agrupadas para garantizar que la atención pastoral sea brindada por un sacerdote que ha sido asignado a estas comunidades con este propósito. De acuerdo con el historial y las necesidades pastorales de las comunidades, puede haber diversos organismos de consulta. Por ejemplo, en algunas agrupaciones, cada parroquia tendrá sus propios consejos y comités; en otras, un consejo pastoral y un consejo financiero asesorarán a todas las parroquias. Para los fines de las pautas y normas de liderazgo consultivo de la Arquidiócesis de Seattle, las comunidades de fe no son parroquias sino comunidades de fe establecidas con un capellán designado por el Arzobispo. Por ejemplo, las comunidades culturales y étnicas, el ministerio en universidades, etc. Iv. PartIcIPantEs En El GobIErno de la ParroquIa iv. Participantes en el Gobierno de la Parroquia 19

21 Sacerdotes párroco Un párroco es un sacerdote designado por el Arzobispo que actúa como líder de una parroquia particular que se le ha confiado. La función del párroco, expresada a través de su triple misión que es la de enseñar, regir y santificar (CIC, c. 519), faculta a los laicos para cumplir su misión de ser luz y levadura en el mundo. Como se indica en las normas para el ministerio sacerdotal: La duración de un mandato ordinario para un párroco es de seis años, renovable una vez. En caso de escasez de sacerdotes, se puede confiar a un mismo párroco la cura de varias parroquias (CIC, c ). administrador parroquial Un administrador parroquial es un sacerdote que ha sido designado por el Arzobispo como líder temporal de una parroquia particular. El administrador parroquial tiene la misma autoridad que el párroco y la duración de su mandato es la que determine el Arzobispo (CIC, c ). capellán Un capellán es un sacerdote designado por el Arzobispo para brindar atención pastoral a una comunidad de fe (por ejemplo, una comunidad cultural y étnica de fe) o a un grupo particular de fieles cristianos (por ejemplo, en una universidad u hospital) dentro de la Arquidiócesis. De acuerdo con PM 14: La duración del mandato de un capellán generalmente es de tres años, renovable indefinidamente. (CIC, c. 564) vicario parroquial Un vicario parroquial es un sacerdote que, como colaborador del párroco y partícipe de su solicitud, unido al párroco por una misma voluntad y empeño, trabaja bajo su autoridad en el ministerio pastoral (CIC, c ), generalmente durante un mandato de tres años (ver PM 13). Iv. PartIcIPantEs En El GobIErno de la ParroquIa sacerdote moderador Un sacerdote moderador es un sacerdote designado por el Arzobispo con los poderes y facultades de un párroco de una parroquia. Su función es supervisar y asesorar al coordinador pastoral y al vicario parroquial, y actuar como párroco canónico de la comunidad parroquial para la cual se haya designado un ministro eclesial laico (CIC, c ). De acuerdo con PM 11: La duración del mandato de un sacerdote moderador está relacionada con la duración del mandato del líder pastoral para el que actúa como moderador. Diáconos Un diácono es un ministro sagrado calificado por la ordenación y por las facultades del Arzobispo para bautizar, ser testigo de matrimonios, llevar a cabo los ritos de sepultura, proclamar el Evangelio y colaborar en la liturgia. El diácono es nombrado por el Arzobispo para cumplir con su ministerio de la Palabra, liturgia y servicio de acuerdo con los términos de un acuerdo ministerial y bajo la supervisión de un párroco. Ese ministerio puede tener lugar en la parroquia, una entidad arquidiocesana o una institución pública como, por ejemplo, un hospital o prisión. Si se le han otorgado facultades, un diácono también puede predicar. 20 Diversos Dones, Un Mismo Espíritu: Liderazgo Consultivo

22 Ministros eclesiales laicos y religiosos Los ministros eclesiales laicos son miembros de la iglesia que no han recibido la ordenación y que son llamados a participar en la vida de la Iglesia a través de servicio ministerial, pastoral y formativo especializado. Los hombres y mujeres que viven una vida consagrada a través de la aplicación de los consejos evangélicos (castidad, pobreza y obediencia) en una comunidad religiosa bajo la supervisión de un superior local generalmente se denominan Religiosos. coordinador pastoral eclesial Laico Un coordinador pastoral es un religioso o ministro eclesial laico designado por el Arzobispo bajo la supervisión de un moderador a quien se le confía el liderazgo diario de una parroquia o comunidad de fe (CIC, c ). Un coordinador pastoral también puede ser un diácono. El coordinador pastoral presta servicio durante uno a tres años, a discreción del Arzobispo, como se especifica en el acuerdo ministerial de la persona. El sacerdote moderador asignado tiene la responsabilidad canónica final para tomar decisiones importantes dentro de una parroquia. asociado pastoral Un asociado pastoral es un diácono, religioso o ministro eclesial laico nombrado por el párroco para ayudar a cumplir con el ministerio pastoral de la parroquia. asistente pastoral Un asistente pastoral es un diácono, ministro eclesial laico o religioso nombrado por el párroco para colaborar en un área ministerial específica como, por ejemplo, educación religiosa, ministerio de jóvenes o administración. Asociaciones laicas Las asociaciones laicas se definen como grupos de fieles que se organizan para fomentar una fe cristiana más personal, para promover el culto público o doctrina cristiana, o para ejercer otros trabajos del apostolado. Las asociaciones laicas también pueden tener una relación directa con el Arzobispo y sus delegados con respecto a la ampliación de la misión evangélica, pastoral y catequética de la iglesia local. Organismos de consulta parroquiales Antes de describir las pautas específicas para las operaciones del consejo y la comisión, es importante ofrecer un breve resumen de las funciones del párroco o, en situaciones excepcionales designadas por el Arzobispo, el ministro eclesial laico, personal y estructuras consultivas y sus relaciones entre sí. El papel del fiel cristiano es llevar a cabo la misión de la Iglesia en el mundo. Por lo tanto, todos los parroquianos comparten la responsabilidad de esa misión con el párroco u otro líder designado. Son llamados a ser administradores responsables de los recursos de tiempo, talento y dones que se les han otorgado a ellos y a su parroquia. Para garantizar un grupo diverso de liderazgo consultivo, se hace un esfuerzo intencional para invitar a una representación más amplia. El párroco o líder pastoral, designado por el Arzobispo, ejerce un papel de liderazgo central en la parroquia. Utilizando un modelo de liderazgo servidor, aquellos llamados al liderazgo intentan construir una comunidad de fe que ejemplifique la diversidad dentro de la unidad y ser un vínculo con la Iglesia en general. Son responsables del gobierno de la parroquia y, por lo tanto, brindan liderazgo al consejo y las comisiones pastorales parroquiales, el consejo financiero, y el personal parroquial de acuerdo con las pautas de la Arquidiócesis y de la Iglesia universal. Iv. PartIcIPantEs En El GobIErno de la ParroquIa iv. Participantes en el Gobierno de la Parroquia 21

23 El propósito del consejo pastoral es ser signo y testigo de la unidad, recomendar las prioridades y orientación de la parroquia, promover la comunidad y colaborar con el párroco en la planificación pastoral. El consejo pastoral es un organismo de liderazgo consultivo de parroquianos que aconseja y hace recomendaciones al párroco. Se pueden formar comisiones que sean responsables del desarrollo de planes y normas estratégicas para sus áreas de ministerio específicas en respuesta a instrucciones más amplias articuladas por el párroco y el consejo pastoral parroquial. El consejo financiero parroquial, establecido por el Código de Derecho Canónico, ofrece asesoramiento al párroco y al consejo pastoral acerca de la administración efectiva de los recursos financieros de la parroquia. Es responsable del desarrollo y control del proceso de presupuesto parroquial, como también de llevar a cabo una planificación financiera a largo plazo. El personal parroquial que está bajo la dirección del párroco, o su delegado, desarrolla y controla los programas y ministerios que fluyen desde la dirección determinada como resultado del proceso de planificación del consejo. El personal también puede tener responsabilidades en la administración financiera y del personal y/o en la planificación pastoral, a discreción del párroco. Las siguientes descripciones de los consejos y comisiones tienen fines de orientación, y no deben entenderse como reglas obligatorias. La aplicación adecuada de estas pautas es responsabilidad del párroco, en colaboración con el líder parroquial. Iv. PartIcIPantEs En El GobIErno de la ParroquIa Consejo Pastoral Parroquial CL 7. Cada parroquia debe tener un consejo pastoral según se recomienda en CIC, c El consejo pastoral es un organismo de consulta y depende de normas determinadas por el Arzobispo (CIC, c ). El consejo pastoral parroquial, reflejando el llamado del Concilio Vaticano Segundo, el Código de Derecho Canónico y la tradición de la Arquidiócesis de Seattle, colabora con el párroco para discernir a través de la consulta cómo hacer frente a los desafíos y oportunidades a los que se enfrenta la parroquia en su tiempo y lugar particulares. El Arzobispo Connolly ordenó por primera vez el establecimiento de los consejos parroquiales en El Arzobispo Hunthausen, después de realizar una consulta con el Consejo Presbiteral, reafirmó este mandato en 1978 en su carta pastoral Shared Gifts, Shared Responsibility, Shared Spirit (Dones compartidos, responsabilidad compartida, Espíritu compartido). Continuando con esta tradición, el Arzobispo Brunett también ha afirmado este mandato y aumentado su desafío. propósito El consejo pastoral parroquial es un organismo de consulta del párroco. El propósito del consejo pastoral es examinar, considerar y sacar conclusiones con respecto a los temas en discusión para recomendar una línea de acción al párroco. A través de la planificación pastoral, el consejo pastoral colabora con el párroco en: n El desarrollo y la aplicación de la misión de la parroquia; n La formación de una comunidad como signo y testimonio de la unidad para la comunidad parroquial en general; n Brindar recomendaciones en cuanto a las prioridades, instrucciones y normas de la parroquia; n Promover la comunicación y comprensión entre las organizaciones parroquiales y entre la parroquia, la Arquidiócesis y la Iglesia universal (CIC, c ). 22 Diversos Dones, Un Mismo Espíritu: Liderazgo Consultivo