Tema 2 La poesía española en el primer tercio del siglo XX.

Transcripción

1 Tema 2 La poesía española en el primer tercio del siglo XX. 1. Introducción. En los albores del siglo XX, cuando el Realismo ha caído en descrédito, en consonancia con la crisis más amplia del positivismo y de la razón, muchos autores jóvenes se enfrentan a la literatura decimonónica. Un nombre solía dárseles en su momento a estos jóvenes escritores, el de modernistas, en la mayoría de las ocasiones con intención peyorativa, censurando la extravagancia, el culto exagerado a la forma, el radicalismo político de algunos, etc. Paulatinamente, el término modernistas fue aceptado por los autores nuevos, pero entendido de modo positivo, como culto a la Belleza, búsqueda del ideal, rechazo de la mediocridad... En las letras hispánicas, el Modernismo literario tiene su cuna en Hispanoamérica, donde se había iniciado una renovación estética en dos direcciones: renuncia a la retórica del Romanticismo hispanoamericano, con la búsqueda de una nueva expresión que se halla en la literatura europea contemporánea, especialmente en la francesa, y como reacción espiritual frente frente al materialismo y deshumanización del mundo, recuperación del trascendentalismo romántico europeo, que en las literaturas en lengua castellana se había desarrollado con menor intensidad. A partir de 1913, fecha en la que Azorín utilizó el concepto de Generación del 98 para referirse a los nuevos escritores de esta época, se extendió la distinción entre los escritores que se refugiaban en esteticismo como rechazo del mundo, para los que se reservó el marbete de modernistas, y aquellos que, como Unamuno, Baroja o el propio Azorín, mostraban una actitud crítica ante la realidad, defendían la necesidad de cambios y adoptaban, a veces, un compromiso social y político explícito. Estos últimos constituirían la Generación del 98. Sin embargo, tal distinción no es tan evidente. En realidad, los escritores de ambos grupos mantuvieron una relación personal y literaria constante, sin hacer diferencias entre unos y otros. La mayoría de los nuevos escritores tienen en común su actitud rebelde frente a los valores burgueses, en la que coinciden gran parte de los movimientos artísticos europeos de la larga época que va desde mediados del siglo XIX hasta más allá de la Primera Guerra Mundial. Con el paso de los años, la inutilidad práctica de sus esfuerzos y su integración social atenúan hasta la desaparición ese radicalismo de juventud. Será entonces el momento en que se hagan evidentes en muchos de estos escritores rasgos que, en alguna medida, ya estaban presentes desde un principio en sus obras: desconfianza en la razón, cierto aristocratismo, marcada propensión al individualismo, visión literaturizada de la vida, pesimismo, etc. Pasan entonces a primer plano en sus textos el paisaje, las viejas ciudades, el tedio vital, los personajes abúlicos e indolentes... Pero todo ellos no es un rasgo particular de los escritores españoles de este momento, supuestamente agobiados por la sensación de decadencia y desastre que acompañaría a la pérdida en 1898 de las últimas colonias, sino que se trata de un fenómeno general en la letras europeas de esta época. En su rechazo de la dinámica histórica y tras su juvenil radicalismo político, algunos de los escritores de fin de siglo (los considerados miembros de la Generación del 98) defienden un nuevo mito: el de la antimercantil, austera y espiritual Castilla, en la que ven la esencia de España y donde buscan antiguos Departamento de Lengua castellana 1

2 valores en trance de desaparición con el desarrollo de la sociedad burguesa y urbana. El gusto por refugiarse en un pasado casi siempre decadente se advierte en el motivo, muy frecuente en la época, de la ciudad muerta, sean Brujas o Venecia en la literatura europea, sean las viejas ciudades castellanas, como Ávila, Segovia y, sobre todo, Toledo, en la española. No por casualidad es Toledo escenario de dos de las novelas más representativas de principios de siglo: Camino de perfección, de Baroja, y La voluntad, de Azorín. Estas ciudades ancladas en el pasado y por las que el tiempo parece no transcurrir manifiestan tanto la conciencia de decadencia como la fascinación que ejerce la idea de la muerte. 2. La poesía a principios de siglo. Durante los primeros años del siglo XX se publican ya los libros más característicos del Modernismo español: Alma de Manuel Machado, Soledades de Antonio Machado, Arias tristes y Jardines lejanos de Juan Ramón Jiménez y La paz del sendero de Ramón Pérez de Ayala. A partir de entonces, la poesía española se aparta del prosaísmo de la lírica realista. El lenguaje poético se aleja de la expresión conceptual e intenta sugerir a través de la palabra las sensaciones que otras artes consiguen mediante la luz, el color, la música, etc. Así, los poetas buscan los efectos plásticos con el uso de colores a los que se refieren directamente o por medio de objetos preciosos: azul, violeta, lila, púrpura, granate, oro, plata, rubí, zafiro, marfil, ébano, nieve... Los efectos sonoros son asimismo muy frecuentes, tanto por el uso de recursos fónicos (aliteraciones...) como por la evocadora alusión a instrumentos musicales: arpas, liras, flautas, pianos... No faltan tampoco en esta poesía, en la que tan importante es la sensación, los aromas refinados, sugeridos generalmente por medio de flores y plantas: rosas, claveles, lirios, nardos, nenúfares, jazmines, incienso, etc. De esta manera, se explica la abundancia en los poemas de adjetivos ornamentales, imágenes sugerentes, símbolos variados y atrevidas sinestesias. El léxico se enriquece con vocablos exóticos, cultismos, neologismos, acumulación de palabras esdrújulas y de términos que puedan llamar la atención por su extrañeza, por su extravagancia o, simplemente, por su intrínseca belleza. Los ambientes que se recrean son característicos por su valor simbólico y evocador: jardines lejanos y otoñales, fuentes, estanques, surtidores; animales elegantes o fabulosos (cisnes, pavos reales, ruiseñores, leopardos, tigres, elefantes, dromedarios, centauros, dragones, unicornios...); personajes reales o mitológicos cargados de erotismo (princesas, caballeros, ninfas, sátiros, efebos, bacantes, sirenas, nereidas...); etc. El ansia de renovación y el deseo de musicalidad llevan a una gran variedad métrica. Se experimenta con estrofas, versos, acentos y rimas en la búsqueda incesante de originalidad y ritmo musical. Por influencia de los simbolistas franceses alcanza gran relevancia el uso de alejandrinos, y también el empleo de versos libres. De origen francés son además otros versos modernistas: el dodecasílabo y el eneasílabo. No faltan tampoco versos propios de la métrica castellana, como el octosílabo y el endecasílabo. En su anhelo de novedades rítmicas, los modernistas imitan la métrica clásica con la utilización ce versos cuyo ritmo se basa en los pies acentuales (dáctilos) como puede comprobarse en el famoso hexámetro dactílico de Rubén Darío. En Departamento de Lengua castellana 2

3 cuanto a las estrofas, predominan los sonetos (de alejandrinos, de dodecasílabos, de versos de desigual medida...), las silvas, los serventesios, y también abundan, dado el interés por la lírica popular, coplas, seguidillas, romances, cuartetas, etc. Los más importantes poetas de esta época son Miguel de Unamuno, Juan Ramón Jiménez y Antonio Machado. Nosotros nos centraremos en estos poestas junto con Rubén Darío por ser este el creador del Modernismo. 4. Rubén Darío. Son tres las obras a partir de las cuales podemos estudiar la producción poética de Rubén Darío: Azul, Prosas profanas y Cantos de vida y esperanza. a) Azul. En 1888 se publica Azul que incluye cuentos breves y unos pocos poemas. El libro, producto de la lectura de la poesía francesa, crea un mundo de hadas, princesas, centauros, cisnes y fuentes. El léxico poblado de objetos exóticos, la exquisitez aristocrática, el culto parnasiano del arte por el arte, implican un rechazo de la realidad burguesa. b) Prosas profanas. En 1896, Rubén Darío publicó en Buenos Aires Prosas profanas, libro que deslumbró tanto por sus innovaciones métricas como verbales. Por un lado, Prosas profanas continúa la línea de evasión aristocrática de la realidad, y por otro, retoma la preocupación social de la primera época. En sus versos, Darío cuestiona qué es el arte, el placer, el amor, el tiempo, la vida, la muerte, la religión, laceración poética c) Cantos de vida y esperanza. En 1905 se publica en Madrid Cantos de vida y esperanza que suma nuevos temas a los de libros anteriores. En esta obra, Darío manifiesta una expresión más sobria, aunque no elimina palabras brillantes ni innovaciones métricas. Su nuevo cometido será tratar temas políticos. Los temas básicos de Cantos de vida y esperanza son los problemas del mundo hispánico y la reflexión existencial de la voz poética. 5. Antonio Machado. Antonio Machado superó la tradición poética mediante los procedimientos simbolistas y creó una poesía de intensa emoción y gran introspección. Machado definió la poesía como el diálogo de un hombre con su tiempo. Para él, el pensamiento poético parte de la intuición vivida, temporal, a diferencia del pensamiento lógico, que se basa en conceptos. Respecto a las obras de Machado podemos destacar tres como las principales de su producción poética: a) Soledades, galería y otros poemas. En 1903 se publica Soledades; en la segunda edición, de 1907, se agregan las Galerías y se suprime lo demasiado sonoro o exterior, que es reemplazado por un sentimiento íntimo y sencillo. Los temas de Soledades son los de toda la producción poética de Machado: el paso del tiempo, los sueños, la juventud perdida. En general, se expresan las reacciones del yo poético ante la naturaleza y el problema de la muerte, que se vincula con el tópico del tempos irreparabile fugit. b) Campos de Castilla. Departamento de Lengua castellana 3

4 Campos de Castilla, obra publicada en 1912 y aumentada en 1917, posee una referencialidad más directa que simbólica. Aunque todo se expresa con profunda emoción, ahora las imágenes se corresponden con un paisaje real. En esta obra, Machado dirige su mirada deliberadamente hacia fuera: hacia el paisaje, los hombres, la historia. El tema fundamental de los primeros poemas es la decadencia de España, el carácter de sus habitantes. Machado evoca el paisaje real, pero las descripciones se convierten en meditaciones. En este poemario se enfrenta también con el enigma de la vida y le asaltan preocupaciones religiosas. c) Nuevas canciones. Algunos poemas de Nuevas canciones (1924) recuerdan a los de Campos de Castilla; en otros aparece el campo andaluz, a veces con adornos mitológicos. En este volumen, además de sonetos, abundan las composiciones breves, inspiradas en la tradición folclórica, y los poemas sentenciosos y aforísticos. 6. Juan Ramón Jiménez. En la trayectoria poética de Juan Ramón Jiménez, que se extiende hasta mediados del siglo XX, se observa una profunda evolución. a) Primeras obras. La primera etapa juaramoniana está atravesada por un sentimiento de melancolía. El esteticismo y el decadentismo están presentes en sus obras iniciales (Almas de violeta) con temas como la nostalgia, la presencia de la muerte y la persecución de algo misterioso. El simbolismo se evidencia ya en Arias tristes. El modernismo le influye desde su retorno a Moguer: en Las hojas verdes incorpora nuevas formas métricas y elementos orientalistas. En Elegías, Poemas mágicos y dolientes y La soledad sonora depura los excesos modernistas, y con Laberinto inicia una línea metafísica que continuará en su poesía. b) El cambio. Dos factores resultaron determinantes en el cambio que se produjo en la literatura juanramoniana: regreso a Madrid y conocer a la que sería su esposa, Zenobia. En esa segunda parte de su producción la melancolía se transforma en vitalismo, influido por Ortega y Gasset. Ya en obras como Sonetos espirituales el poeta intenta plasmar la realidad desnuda de las cosas por medio de una expresión exacta, que será la base de su poesía pura. En Diario de un poeta recién casado Juan Ramón pretende aclarar la caótica fragmentación de la realidad y la idea de modernidad simbolizada en la vulgaridad, el maquinismo y la uniformidad de la sociedad norteamericana, contraponiéndole la idea de belleza. Juan Ramón continuará la búsqueda de la palabra que dé cuenta de su nueva realidad también en obras posteriores como Eternidades, Piedra y cielo y Poesía y Belleza. c) Obra última. En su última producción, Juan Ramón busca en la conciencia el cmaino hacia lo absoluto y celebra el hallazgo de su búsqueda. En la Estación total inicia una teoría que haga comprensible y aceptable el paso de la vida a la muerte, que es la salida de la historia y hace posible la entrada en la eternidad. Departamento de Lengua castellana 4

5 Morir no es acabar, pues la conciencia sigue existiendo, y la vida se ve como un paraíso posible que se cebe construir. 7.Miguel de Unamuno. Aunque compuso varios millares de poemas, Unamuno fue más conocido por su labor en prosa. Probablemente, el lugar secundario de su poesía obedezca a la muy tardía publicación de su primer libro de versos, a los cuarenta y dos años, y a su voluntario apartamiento de las modas. Para él, la poesía es la más alta expresión del espíritu, por lo que prefiere a lo poetas hondos y de trascendencia filosófica. Su poesía aborda los mismo temas de su prosa: al angustia existencial, el sentimiento religioso, la familia, la contemplación del paisaje, los problemas filosóficos... No faltan tampoco las composiciones políticas, nostálgicas, biográficas, de añoranza de España (en sus poemas del exilio) o las meramente circunstanciales. En cuanto a la métrica, destaca en el uso de las estrofas tradicionales (sonetos, romances,...) con predominio de la rima sonantada, pero tampoco es infrecuente la elección de la métrica irregular, con escasa atención al ritmo musical. De ahí que a veces sus versos hayan sido tildados de rudos, duros o ásperos. Publicó sus poemas con los siguientes títulos: Poesías (1907), Rosari de Sonetos líricos (1911), El Cristo de Velázquez(1920), Andanzas y visiones españolas(1922), Rimas de dentro(1923), Teresa(1924), De Fuerteventura a París(1925) y Roamncero del destierro(1928). Póstumamente, se publicó en 1953 su extenso Cancionero. Diario poético. Departamento de Lengua castellana 5